Partida Rol por web

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Pasan las horas y ninguno de los dos consigue descifrar el misterio. Tenéis la mitad del trabajo hecho, pero una de esas claves es tan extraña que parece fabricada para que no encontréis la tumba.

—Llevamos casi 12 horas intentándolo, Lobo Solitario. ¿Con qué posibilidad nos quedamos? Espero que nos dé tiempo para investigar los dos puntos posibles, pues están muy cercanos los dos.

Marcasteis los dos puntos en el mapa y decidisteis investigar primero el punto más cercano: escondido en el oasis entre el Valle de Lágrimas y el paso Damik. Observas el mapa pensando en los kilómetros de desierto que os separan de vuestra meta. Banedon repara en tu mirada de desaliento y en seguida intenta animarte.

—No temas, Lobo Solitario, estaremos allí antes del amanecer. Comamos, debemos reponer energías.

Empieza a apuntar la claridad en el horizonte sobre una baja colina de contornos borrosos y salpicada de pequeños árboles. La Nave del espacio ha hecho una veloz travesía durante la noche y ha llegado a las estribaciones de las montañas de Koneshi, en una de cuyas hendiduras el barco queda escondido de miradas indiscretas. Frente a la primera montaña de la cordillera, se encuentra el oasis y nada os parece indicar que sea el punto correcto. Debería estar repleto de monstruos de la oscuridad protegiendo el lugar y acabando con toda la vida a su paso, pero allí solo hay naturaleza.

De repente el graznido de un kraan se escucha encima vuestro y por un momento pensáis que estabais muy cerca de la tumba. Cubierto de la vegetación podéis observar que el kraan se dirige hacia el otro punto que teníais en mente, entre Bir Rabalou y el oasis de Bal-loftan, justo en el corazón de la cordillera horizontal que tenéis en frente.

Banedon y tú os ponéis en marcha antes de que se haga de día, deseosos de no perder tiempo y de no desperdiciar el amparo protector de la oscuridad. Cuando el gran disco dorado del sol aparece en el cielo, veis por primera vez vuestra meta en un paraje de rocas desnudas y matorrales secos. Allí se encuentra la Tumba de los Majhanes.

Una enorme excavación ha puesto al descubierto el corazón de esa tierra abrasada, profundizando alrededor de las tumbas de olvidados antepasados. Miles de giaks, rencorosos y malévolos servidores de los señores de la Oscuridad, trabajan incesantemente para extraer piedra y arena de esa cantera, obligados por los Drakkarim a subir arrastrando por las rampas sus pesadas cargas hasta el borde del cráter.

Cerca de ese borde, un campamento de negras tiendas rodea un gran baldaquino. A la sombra de esta construcción reposa una gigantesca bestia voladora: un zlan imperial. Su presencia en ese lugar sólo puede significar una cosa: el señor de la Oscuridad Haakon ha llegado. Este pensamiento hace que se te hiele la sangre en las venas, pero te tranquiliza ver que los esclavos siguen trabajando: eso indica que su misión no se ha cumplido y el Libro del Magnakai aún no ha sido descubierto.

—Es imposible acercarse al cráter sin ser vistos. Tendremos que esperar a que se haga de noche para intentar entrar en la Tumba.

Durante la larga espera, Banedon y tú acordáis que él trate de encontrar a Tipasa. Lo más probable es que se halle cautivo en el campamento. Los señores de la Oscuridad no le matarán antes de descubrir el tesoro que buscan. Al caer la noche comienzas tu desesperada búsqueda. Te aprovechas de que los giaks están exhaustos a causa del trabajo agotador que realizan y los Drakkarim son menos de una docena.

Hasta donde puedes ver, un largo y recto corredor de piedra desciende en declive delante de ti. En las paredes crepitan y chisporrotean antorchas que iluminan los pictogramas grabados en la amarillenta roca. Después de adentrarte un kilómetro y medio por el corredor, llegas finalmente ante una gran puerta de piedra. La piedra que la rodea muestra señales de haber sido golpeada, pero la puerta en sí está intacta. Observas un rayo de luz que procede de un agujero del techo y forma en el suelo un círculo luminoso junto a otro agujero similar. En la pared, al lado de la puerta, hay una muesca triangular, no mayor que una Corona de oro. Eso te hace recordar al prisma que adquiriste en la biblioteca del Zakhan Kimah.

Sosteniendo el Prisma en el centro del rayo desvías la luz hacia el hoyo del suelo. Oyes el rechinar de una piedra sobre otra y la puerta se abre dejando al descubierto una gran cámara. Aunque está débilmente iluminada, en el polvo que cubre el suelo de mármol descubres huellas de pisadas, demasiado numerosas para poderlas contar. Al entrar en la cámara divisas de repente un gran trono de tosca piedra situado de cara a la pared del fondo.

Detrás de ti la puerta se cierra con amedrentadora velocidad.

El trono empieza a girar.

Un terrible alarido te taladra los oídos.

Casi al instante se convierte en los ásperos gruñidos de un lenguaje gutural.

Nunca has oído idioma semejante.

Palabras y sonidos que bocas humanas nunca podrían articular retumban como truenos en la cámara.

Es la enigmática lengua que habla Haakon, señor de la Oscuridad de Helgedad.

Haakon se levanta del trono. De su boca inhumana brotan aún los ecos de una voz espectral. Un puño enguantado se abre mostrando una piedra candente, alrededor de la cual crepita una llama azul. Sientes las corrientes de poder que irradia el núcleo de esa piedra. De repente las palabras de Haakon se transforman en las de tu idioma.

—¡Contempla tu último destino, señor del Kai!

Se oye un estampido ensordecedor y de la fuente de energía sale disparada una bola de fuego azul hacia tu cabeza. 

Levantas la espada de oro a tiempo de desviar el rayo de energía, que estalla contra la pared de la cámara abriendo un agujero de varios centímetros de profundidad en la roca dura como el acero. El impacto te arranca de la mano la Sommerswerd, que sale despedida por el aire polvoriento y describiendo un arco se clava en el suelo de mármol. Ruedas por el suelo y te proteges detrás de una columna.

—No has hecho más que aplazar unos segundos tu mortal destino, señor del Kai —escupe Haakon.

Elijo:

1-Lanza Mágica 

2-Maza Enjoyada

3-Brazalete Rúnico

4-Gema luminosa

5-Concentrado de Calacena

6-Cuerda Larga

Las tiradas van en el orden de los objetos

La pequeña distracción te permite meditar momentáneamente para tomar una decisión.

—Cuando acabe contigo, esputo maldito, liberaré a Vashna de su exilio y juntos dominaremos el sur. JAJAJAJA.

Si deseas tratar de recobrar la Sommerswerd, pasa al 278.

Si quieres trasladarte a un nuevo escondite aprovechando la cobertura que te proporciona el polvo que se ha arremolinado en la cámara, pasa al 350.

Si prefieres quedarte donde estás, pasa al 230.

Tras el ataque del Señor Oscuro, y perder la Espada de la Luz, cuando la fuerza del conjuro fue desviada por ésta, se levantó una buena polvareda. Por algún motivo eso le dio unos instantes al Joven monje para pensar...

La Lanza es un arma mortal para los Señores de la Oscuridad... quizás con ella evitaré que se me acerque, más sus ataques mágicos pueden alcanzarme desde la distancia...

La Maza es una buena arma, pero no es comparable a la Sommerswerd. Y si recapacito, el gran Maestre de la Orden, venció a Vashna, gracias a ella, debería recuperarla, más moverme es peligroso...

La Gema... quizás pueda ser otro recipiente para mantener prisionero a un Señor de la Oscuridad... Retener a Haakon en ella sería un verdadero triunfo...

Con mi poder de telequinesis y la cuerda, creo que podría recuperar la Espada sin exponerme, y con suerte que Haakon ni se enterara que la recuperé, cosa que me da cierta ventaja sobre él.

Entre la Espada, la Gema y la Lanza he de encontrar la forma de vencerle...

Lobo Solitario cogió su cuerda, le hizo un lazo y con su Disciplina de control sobre la materia, la envió hacia la empuñadura de la Espada, que al estar clavada se erguía verticalmente, lo cual facilitaba poder enlazarla. Luego si lo conseguía un buen tirón le haría recuperar la Hoja del Sol.

Para despistar aun más a su enemigo, usó el Yesquero para lanzarlo en dirección opuesta, y que Haakon pensara que se estaba moviendo hacía allí.

El Señor de la Oscuridad lanzó otra ráfaga de energía azulada de su puño. Estalló en la base de la columna en donde había caído el yesquero, arrancándola del suelo. Un tremendo estampido te atruena los oídos y la onda explosiva te tira de espaldas. Al reventar la columna en mil fragmentos, el techo se derrumba produciendo un tremendo estruendo. En medio de la distracción, atrapaste la Sommerswerd utilizando la cuerda larga y tu poder del Kai. La onda expansiva del derrumbamiento favoreció la recogida sin que te delate el sonido metálico.

La risa de Haakon resuena en todos los rincones de la cámara sobresaliendo por encima del estruendo que causa el derrumbamiento de piedras

—¡Dhorgaan! —grita el Oscuro—. La cena está servida...

Haakon da media vuelta y retrocede en dirección a su trono. Su soberbia le impide reconocer que todavía sigues vivo. La sombra que emana se pierde en el fondo de la estancia, donde no se contempla luz ni sonido. A la vez que Haakon se retira, algo se acerca en su remplazo...

Del fondo oscuro emerge una espiral de vapor verde que se convierte lentamente en la figura de una serpiente gigantesca. Dos puntos carmesí brillan en sus ojos cuando se desliza. Le persigue una niebla gris infundiéndole el poder de la muerte. La serpiente se dirige directamente a la zona del estruendo, en donde se suponía que estaba tu cuerpo inerte. Al no encontrarte, alza su columna en todas las direcciones y asoma su larguirucha lengua buscándote con el olfato.

Escondido tras la columna y con la Sommerswerd recuperada, puedes pasar de un escondite a otro para despistarla. Notas que la serpiente sigue tu rastro allá donde vas y cada vez es más rápida. Es como si, además de su olfato, algo de lo que llevas puesto delate tu posición. En algún momento deberás enfrentarte a ella antes de llegar a Haakon y sin que éste se dé cuenta de que continúas vivo antes de tiempo, o la amenaza será duplicada.

Si decides combatir:

Dhorgaan: DESTREZA EN EL COMBATE 20   RESISTENCIA 40

• Ataque psíquico: no aplica. No parece tener psique a la que atacar.
• Sommerswerd: +8DES +8RES (y x2 criatura ultratumba).
• Cota de mercenario: +6RES +3DES.
• Escudo de plata: +3DES +3RES.
• Yelmo de plata milenario: +2DES +2RES

• Armas utilizándose: [Sommerswerd] [Lanza Mágica] [Escudo]

• Recuerda que te curas 1 cada asalto y que la Sommer tiene x2.

• Puedes eludir el combate en cualquier momento, utilizando lo siguiente:

Si decides probar otro camino:

Tienes un solo intento de usar los objetos junto a tus poderes del Kai. Si no lo consigues, deberás combatir.

_{Objetos utilizados: [    ]}

<sub>- Concentrado de Calacena.
- Cepillo de plata.
- Toalla.
- Cuerda Larga.
- Antorcha.
- Medallón de Ónice.
- Gema Luminosa.
- Anillo de Oro.
- Brazalete de Oro rúnico.
- Yesquero y Pedental.
- Maza enjoyada.
- Lanza mágica.</sub>

Lobo Solitario consiguió engañar momentáneamente a Haakon, que envió a una gran Serpe para que se comiera sus restos, pensando que el guerrero del Kai ya había sucumbido.

El plan le había salido medio bien, pues había recuperado la Espada de la Luz sin que Haakon se percatara, más el ser que le acechaba, cada vez se le acercaba más y le era difícil evitarle por mucho tiempo más... Era como si algo de lo que llevaba le delatara... Quizás el Brazalete, o tal vez la Gema o pudiera ser el Colgante de Ónice... Cualquiera de esos objetos tocados por el mal podrían ser lo que le delataban.

No quedaba otra que atacar antes de ser atacado... Tenía que averiguar que objeto era el que atraía con fervor a la Serpiente.

Ohhh, quizás solo pudiera ser que fuera la Maza Enjoyada, con piedras como la de la Serpiente de Cristal de Ikaya...

El guerrero decidió dejar la Maza apoyada tras una columna medio rota, y apostarse para atacar a la serpiente tanto si esta se dirigía al Arma Enjoyada, como si dedicaba sus esfuerzos en el joven Monje.

Pero si la Maza era lo que la atraía, no desaprovecharía la ocasión para asestar un golpe al terrible ser y así acabar con su hostigamiento. Al fin y al cabo tenía su 6º Sentido taladrándole el cerebro...

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La serpiente se arrastra surcando los pilares en busca del objeto delator. Cuando ve la maza enjoyada, la recoge con su pico y por un instante regresa hacia su amo. Tras un breve pestañeo, la maza tirada en el suelo, indicando que la serpiente la ha abandonado y un siseo resuena a tu derecha, en donde se encuentra la amenazante cabeza de Dorghaan, clavando sus ojos en ti, dispuesta a inyectar el veneno de sus afilados colmillos.

6 → 22/1 (recuperas ese 1).

Parece que Dorghaan no quería enfrentarse a ti, sino arrebatarte el objeto candente de tu mochila. Provoca un agujero en ella y la gema ardiente sale disparada por el pasillo. Cuando descargas sobre él un último golpe mortal, el dhorgaan deja de existir, despidiendo un último resplandor.

El señor de la Oscuridad retrocede, tambaleándose como si la muerte de su criatura le hubiera debilitado. La gema ardiente rueda por el suelo de la cámara hasta detenerse entre medias de los dos. Por un momento ves su rostro desesperado y sientes que irradia pura maldad.

Sexto Sentido

Si consiguieras volver contra el Señor de la Oscuridad el poder de la gema, éste le privaría de su fuerza y le expulsaría de la dimensión de este mundo. Aunque la piedra no es capaz de matar a Haakon, puede al menos desterrarle a un lugar donde nunca más tenga la posibilidad de causarte daño. La mejor manera de activar su poder es prenderla fuego.

Una niebla negra como una tumba emana de la boca de Haakon, se desliza a lo largo de su brazo extendido y se posa como una nube en la palma de su mano que tiene vuelta hacia arriba. Alrededor de ese foco se arremolinan figuras sombrías a las que les crecen alas y tentáculos. La negra lengua de Haakon profiere una maldición que hace retemblar toda la cámara, al tiempo que una oleada de mortífero horror emerge de su mano.

Si decides combatir:

Engendro de la cripta: DESTREZA EN EL COMBATE 24   RESISTENCIA 40

• Ataque psíquico: no aplica. No parece tener psique a la que atacar.
• Sommerswerd: +8DES +8RES (y x2 criatura ultratumba).
• Cota de mercenario: +6RES +3DES.
• Escudo de plata: +3DES +3RES.
• Yelmo de plata milenario: +2DES +2RES

• Armas utilizándose: [Sommerswerd] [Lanza Mágica] [Escudo]

• Recuerda que te curas 1 cada asalto y que la Sommer tiene x2.

• Puedes eludir el combate en cualquier momento, utilizando lo siguiente:

Si decides probar otro camino:

Tienes un solo intento de usar los objetos junto a tus poderes del Kai. Si no lo consigues, deberás combatir.

_{Objetos utilizados: [    ]}

<sub>- Concentrado de Calacena.
- Cepillo de plata.
- Toalla.
- Cuerda Larga.
- Antorcha.
- Medallón de Ónice.
- Gema Luminosa.
- Anillo de Oro.
- Brazalete de Oro rúnico.
- Yesquero y Pedental.
- Maza enjoyada.
- Lanza mágica.</sub>

Un nuevo hechizo de Haakon invocó a otro engendro, la Gema Luminosa estaba entre El Señor de la Oscuridad y el propio Guerrero del Kai, pero con el agravante de ese ser traído de alguna profundidad abyecta de oscuridad y horror.

Lobo Solitario le dio vueltas a la cabeza...

Mmm con mi disciplina podría atraer la Gema a mi mano, es pequeña y no pesa, mientras prendo la antorcha y la uso para calentar la Gema enfocándola a los ojos del maldito Señor Helgast.

Acabó intentando esta treta, mientras el engendro terminaba de formarse... Si era rápido podría vencer al acobardado Señor de la Oscuridad, y ya veríamos que pasaba luego con su "esbirro".

Incluso en tu profunda oscuridad natural, veo palidecer tu faz, Haakon... Vashna cayó ante todo un Gran Maestro, si yo te venzo, serás el hazme reir de los tuyos, JAJAJAJA.