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Lobo Solitario: la saga del Kai

CAPÍTULO I: Huida de la Oscuridad

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12/01/2023, 17:47
Narrador

143


Te despiertan los graznidos de unos kraans que vuelan muy alto encima de ti en el claro cielo de la mañana. Te restriegas los ojos y miras hacia arriba a través de las ramas de los árboles. Divisas a tres de esas asquerosas bestias que pasan volando hacia el norte. Estás seguro de que no te han visto, pero por si vuelven es mejor que emprendas ahora mismo la marcha.

Trimis se quedó dormido, derrotado por el duro día anterior. Le llamas. Juntos montáis a caballo y cabalgáis hacia el sur por el camino real. Varias millas después todavía no hay señales de refugiados ni de enemigos.

—Debemos cabalgar prudentes. Subamos a esa cumbre, tendremos una visión ampliada de la capital —Trimis señala la elevada sierra que se encuentra a media distancia de allí.

Al alcanzar la cumbre, la vista que contemplas te llena de esperanza. Ante ti se alzan las altas murallas blancas y grises y las resplandecientes torres de Holmgard, con las banderas de la ciudad ondeando desde las almenas a la fresca brisa de la mañana. El río Eledil, que nace en las montañas occidentales de la cordillera Durncrag, sigue su curso hasta ir a desembocar en el golfo Holm. De los picos de las montañas desciende un gran ejército negro que avanza implacable hacia la capital.

Puedes ver a tu derecha el camino real que por la ondulada llanura conduce a Holmgard. Yendo por él al galope puedes alcanzar en menos de una hora las fortificaciones exteriores de las defensas de la ciudad, pero la mayor parte del tiempo estarías al descubierto y serías vulnerable al ataque de los kraans.

Enfrente de ti, un ancho río fluye perezosamente hacia el Eledil. Si abandonas el caballo podrías nadar por ese afluente hasta las fortificaciones exteriores, amparándote en la vegetación de las orillas.

A tu izquierda se halla el cementerio de los antepasados. Esas tumbas y monumentos en ruinas de una edad olvidada ocultarían tu avance, pero se trata de una zona prohibida. Horrores innumerables y sin nombre duermen impacientes en ese lugar esperando atacar al imprudente que se atreva a entrar en él.

—Señor, cualquier camino es peligroso a partir de aquí —declara el joven soldado—. Esto no me gusta, pero si queremos alcanzar Holmgard, deberemos tomar un camino. Unos son peores que otros —miró las catacumbas y se llenó de escalofríos.

Notas de juego

RES Actual: recuperas toda tu RES perdida.

Hay 2 mensajes, que quizás no ves por el cambio de página.


Si crees que tienes más probabilidades de llegar a la capital por el río, pasa al 135.

Si quieres probar suerte por el camino real, pasa al 202.

Si tienes el valor de afrontar los riesgos desconocidos del cementerio de los antepasados, pasa al 329.

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12/01/2023, 23:30
2. Lobo Solitario

Debemos elegir que camino seguir... Si algo me enseñaron mis maestros, es que hay que dejar a los muertos tranquilos donde yacen, y no perturbarles. No quisiera que algunas almas en pena nos atacaran, Trimis. Vamos a obviar el camino a través del viejo cementerio.

Entre el rio y el camino, tengo mis dudas... El primero nos evita ser vistos desde el aire, pero si hay algo en el agua, encontramos rápidos, o alguien se acerca por la orilla, seremos presas fáciles y nuestra defensa más bien mala. El segundo, es rápido, sobre todo porque tenemos buenos caballos, aunque nos exponemos al ataque de esas bestias aladas...

Por todos los saberes, mi caballo es en realidad el caballo del Príncipe!!! Debería de entregárselo a su padre...

Tu eres soldado de Caballería cierto? y yo debo cuidar del caballo de su Alteza, el Príncipe. Los dos animales están relajados y descansados, y no se merecen que les dejemos a su suerte en este lugar... Además no podemos demorarnos... Con mucha suerte en una hora o hora y media deberíamos llegar a las inmediaciones de las fortificaciones. Prepara tu espada y si tienes lanza, mejor, porqué nos vamos al galope por el camino (202)... Si la cosa se pone muy fea y nos atacan en grupo, nos separaremos para dividir sus fuerzas...

Vamos caballito, camino a casa muchacho. Dependemos de vosotros ahora... (le susurro al caballo).

Notas de juego

Seguimos a caballo por el camino...

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14/01/2023, 18:23
Trimis

Daba la sensación que cualquier camino que tomaran sería todo un reto para alcanzar Holmgard de una pieza. El cementerio ambos lo teníais claro: era mejor no molestar a los muertos. Trimis asintió y se apartó de ese lado, por si algún espíritu rencoroso decidiera maldecirle. Con respecto al río,

—Señor, agradezco que no vayamos finalmente por el río. Yo... yo no sé nadar. —El muchacho se apenó con una mirada más triste que el camino hacia los difuntos—. Solo me enseñaron a montar en caballo porque formo parte de la Caballería. Si hubiese decidido alistarme en el Golfo de Holm, quizás sabría nadar. Supongo que el Señor quiso que estuviera aquí y ahora.

Trimis asiente y saca su espadón, preparado para el ataque. Todavía estáis lejos de vuestro destino, queda mucho camino real que traspasar. Lo primero es bajar de la cumbre a la que habéis subido. Es una escalada rocosa y resbaladiza, vuestros caballos trotan haciendo el equilibrio como unos acróbatas en la cuerda floja.

Los caballos resbalan por completo y caéis de ellos. Camináis hasta abajo a pie y allí examináis vuestras monturas.

—Mi caballo está herido en lomo, no podrá llevarnos a galope, morirá si le fuerzo —te dice y queda perplejo al ver que tu caballo cojea—. No...

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14/01/2023, 18:23
Narrador

202


Espoleando a tu caballo, bajas al galope el largo tramo de camino en dirección hacia la capital. Al cabo de unos pocos minutos, el caballo aminora de pronto su marcha hasta que se para cojeando. Desmontas y alzándole la pata delantera la examinas. Maldices tu mala suerte al comprobar que ha perdido la herradura y se ha lastimado malamente la pezuña. No tienes más remedio que abandonarlo y proseguir a pie lo más deprisa que te sea posible.

—Huyamos antes de que los kraans nos vean.

Echáis a correr y bajáis a buen ritmo por la ladera. Al oeste, el ejército de los Señores de la Oscuridad parece una gigantesca mancha de tinta negra derramada entre las montañas y desparramándose por el valle. Después de veinte minutos, una manada de lobos fatídicos que descienden por una suave pendiente a vuestra derecha. Son mensajeros de la muerte.

A pesar de que a Trimis le dijiste de estar preparado para la batalla, su sentido común le ordena esconderse de aquella manada, pues combatir con ellos sería inútil, son demasiados. Tenéis suerte, no parecen haberos descubierto. Lentamente pasan de largo y pronto desaparecen por el otro extremo de la sierra.

—Menos mal —suspira—. Si nos ven estaríamos muertos.

Reprendéis la carrera y al cabo de un tiempo os duelen las piernas. Estáis sudando y necesitáis un descanso.

—Creo que veo allá a lo lejos a un grupo de cabañas. Quizás tengan agua y comida  —era una opción buena, la otra opción sería desgastaros hasta caer rendidos.

Al entrar en una de las cabañas Trimis tropieza y cae rendido en el suelo. Huele como si algo estuviera puesto a cocer. Una olla cuelga sobre unos rescoldos medio apagados y una gran mesa de madera está preparada para la comida. En una jarra hay agua y sobre la mesa una hogaza de pan tierno.

[ilustración]

—Quienquiera que viviese en la cabaña debió de abandonarla precipitadamente aquella misma mañana.

Aunque un poco quemado, el guiso sabe bien y el agua fresca te calma la sed. Registráis todos los armarios de la pequeña cabaña, pero no encuentras nada de utilidad o de valor. Cuando llevas más de media hora descansando en aquella cabaña, caes en la cuenta de repente del retraso que ello supone para tu viaje.

—Allí, veo movimiento debajo de aquél puentecillo. Son Humanos —señala Trimis tras la puerta.

Notas de juego

+1 Comida (guiso)
+2 Coronas: 7 → 9

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14/01/2023, 18:23
Narrador

Cuando os acercáis al puentecillo, tres soldados surgen de debajo en un asalto. Os rodean amenazantes y os impiden avanzar. Estos soldados están manchados de sangre y van sin afeitar.

—¡Alto! Por orden real de la Guardia del Rey, os ordeno parar parar y tirar al suelo esas armas y todo su equipo. —Es el jefe, lleva el jubón de un soldado de la guarnición de Toran.

Trimis lo mira con relativa sospecha.

—¿De qué división? Su rostro no me es familiar —replica.

Los soldados insisten en que os deshagáis de vuestro equipo y alzan sus espadas a modo de advertencia.

Notas de juego

Si posees la disciplina de Sexto sentido, pasa al 45.

Si deseas luchar contra ellos, pasa al 180.

Si aceptas hacer lo que te ordenan, pasa al 205.

Si les pides que te digan lo que quieren, pasa al 232.

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17/01/2023, 22:54
2. Lobo Solitario

Soldado, o quizás no... Si lo sois, reconoceréis el uniforme de mi compañero y deberíais saber que significa mi capa verde.

Yo no recibo ordenes de cualquiera... El Príncipe ya me dio unas muy concretas, y dudo que TU estes por encima de ellas.

Mientras habla, Lobo Solitario se fija si ese uniforme le queda bien al tipo que lo lleva o le queda grande o pequeño, como si no fuera suyo...

Bien, os lo diré solo una vez... O estáis con nosotros y con el Rey, o en su contra y a favor de la Oscuridad, que si miráis en lontananza, por las laderas de esas colinas, veréis que se están acercando a gran paso... 

Si pensáis que esas huestes van a perdonaros vuestra miserable vida, será vuestra última equivocación.

Me he quedado con tu cara, y con la tuya... Si os vuelvo a ver, indagaré que habéis hecho... Quizás matar a una patrulla Real de verdad, y quedaros con sus pertenencias?

Podéis decir que queréis (232) y luego marcharos, ya que el Capitán Trimis y yo tenemos cosas más importantes que hacer, pero si no, preparaos a morir, aquí y ahora...

Lobo Solitario se concentra en el supuesto líder y lo mira fijamente a los ojos. Con su Ataque Psíquico lo incomoda e intimida. En realidad quiere darles la oportunidad de no hacer una estupidez, o posiblemente otra... Saca rápidamente su hacha (la espada del Príncipe se quedó con él) y la mueve con graciosa agilidad.

Capitán Trimis, si no desisten, sin cuartel. El Rey nos espera!!!

Por el Kai, obedeced soldados!!!

Notas de juego

Obviamente si no atienden a razones, ni se sienten intimidados, digamos que la idea es atacar sin miramientos y sin esperar a que ellos muevan "ficha". Aquí pegar el primero es pegar dos veces, pero mantener manos que puedan luchar contra la Oscuridad también es bueno...

Elijo el párrafo 232 y si no hay más remedio pasaremos al 180 (o al que sea y me sorprendes).

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19/01/2023, 18:17
El bosque

—¡Eh, coronel! ¿Habíais visto alguna vez una capa tan verde como ésta?

El que estaba detrás da un paso al frente y contesta.

—¡Una vez cuando visité la ciudad de los duendes! —Los tres ríen y dejan ver sus dientes podridos.

Luego el tercero se fija en que llevas un pergamino enrollado del color más negro que existe.

—¡Jefe! ¡Pero si lleva órdenes del Principe, pero el de los Señores de a Oscuridad! Deberíamos detenerlos y saquear sus mochilas, por el Rey.

En este punto, Trimis ya tiene claro que estos tipos no eran quienes decían ser. En la formación de la Guardia Real les educaron en conocimiento de la historia de Sommerlund, como a ti. El problema es que ellos eran tres, iban con las mejores armas de la Guardia y llevaban protecciones de buen metal. Aunque solo fuesen tres contra dos, sería una batalla muy difícil.

Ante tu amenaza de muerte, volvieron a reír. El jefe de grosero aspecto, se acerca a ti y te dice:

—Nuestras exigencias son muy simples, amable señor: la bolsa o la vida.

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19/01/2023, 18:17
Narrador

22


Trimis se arma de valor y en un descuido aparta de un golpe al jefe, que cae sobre los otros dos. Eso os da la oportunidad de echar a correr por el camino real con toda la rapidez que os permiten tus piernas. Entonces, detrás de ti, el chasquido funesto de una ballesta al ser tensada hace que un escalofrío te recorra la espina dorsal.

[ilustración]Instintivamente te agachas y te tiras al suelo para esquivar la saeta de la ballesta. El bandido dispara de nuevo y notas que la saeta te roza el brazo izquierdo desgarrándote la manga del jubón. Más disparos suenan y ninguno alcanza a daros.

Los otros bandidos no tienen ballestas y pronto desisten de darte caza. Después de correr un buen trecho, les dejas muy atrás.

—Gracias a los dioses por nuestra buena suerte. No perdimos el equipo, las armas, ni la vida —suspira Trimis, quien seguía a tu lado.

Te detienes lo suficiente para vendarte el brazo herido y luego camináis hacia las defensas exteriores de la capital.

- Tiradas (2)

Motivo: Suerte - Lobo Solitario

Tirada: 1d10

Resultado: 10 [10]

Motivo: Suerte - Trimis

Tirada: 1d10

Resultado: 2 [2]

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19/01/2023, 18:17
Holmgard

288


Al llegar a las empalizadas de las fortificaciones, la gran puerta de roble se abre y entráis rápidamente. Un sargento, manchado de sangre y fatigado por la batalla, llama a un oficial, que se acerca a ti y reconoce tu capa. Después, saluda al soldado Trimis.

—Señor, ¿dónde están los demás miembros del Kai? Necesitamos desesperadamente vuestra sabiduría. Los Señores de la Oscuridad nos acosan con sus crueles acometidas y hemos sufrido muchas bajas.

Sin decir palabra, el oficial ordena a un soldado que traiga dos caballos. Montáis en ellos y partís al galope hacia las altas murallas de Holmgard.

—Oficial, hemos conseguido mucha información de nuestro enemigo —comenta Trimis—. El señor del Kai es un valiente héroe.

Llegáis a las puertas principales de la capital y contemplas asombrado las altas murallas de la ciudad, que los soldados ya conocen. Con sus doscientos pies de altura, las murallas de Holmgard han resistido los estragos del tiempo y los ataques de los Señores de la Oscuridad. Atravesáis corriendo el túnel de unas cien yardas de longitud que cruza la entrada y finalmente os detenéis delante de la atalaya principal.

Multitudes de soldados y civiles entran y salen precipitadamente de ella.

—De nuevo puedo ver Holmgard con mis ojos —sonríe tu compañero, feliz de volver a su hogar—, me sé la ciudad como la palma de la mano. Hay mil caminos hacia el Rey.

El oficial que os guiaba, solamente contemplaba un camino: el suyo, en donde dijo que necesitaban tu ayuda. Trimis tenía muchas más opciones en un lugar que tú no conocías.

Notas de juego

Si deseas seguir aún al oficial a la ciudadela del Rey, pasa al 3.

Si crees que tienes más posibilidades de llegar por cuenta de Trimis, pasa al 144.

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24/01/2023, 01:24
2. Lobo Solitario

Trimis, vamos a seguir a este hombre. Es su ciudad. veamos que nos propone... Tus caminos siguen estando ahí en caso de necesitarlos. No van a marcharse saltando las murallas.

Le digo sonriéndole.

Raudo Sargento, es importante que hablemos con Su Majestad (seguimos al Sargento 3)

Tenemos noticias del Príncipe. La Orden del Kai está trabajando duro para controlar la situación Sargento, pero más importante que mis hermanos, es la esperanza de cada uno de nosotros en la hermandad que formamos todos... No desfallezcáis, y gracias por vuestro esfuerzo!!!

 

Notas de juego

Perdona la tardanza. He estado unos 7 o 10 días con catarro fiebre etc... poco activo.

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25/01/2023, 22:57
Narrador

3


—Las calles de Holmgard están inquietas. Todo ha cambiado en muy poco tiempo —comparte Trimis al observar la capital, además de confirmar tus palabras con el guardia.

Siguiendo de cerca al oficial, atravesáis una puerta enmarcada por un arco y subís un corto tramo de escaleras que conducen a un gran vestíbulo. Allí entran y salen soldados llevando órdenes en adornados pergaminos a los oficiales que están estacionados junto a las murallas de la ciudad.

El pergamino que tú tienes es de un negro muy opaco.

Un hombre macilento y con el rostro surcado de cicatrices, vestido con la túnica blanca y púrpura de los cortesanos del Rey, lo ve. Se acerca a ti y te invita a que atravieses con él la ciudadela. Trimis no conoce a ninguno de estos soldados, no te lo dice por haber demasiado oídos, pero lo ves en su rostro.

Seguís al hombre que os conduce a una pequeña biblioteca fuera de la sala principal. Empuja uno de los numerosos libros que se alinean en las estanterías a lo largo de las cuatro paredes y oyes un clic metálico. Una sección de la librería se desliza lentamente hacia atrás y deja al descubierto un pasadizo secreto.

—Ese corredor es muy oscuro, ¿dónde conduce? —pregunta Trimis.

—No tema, honorable soldado, están apunto de ver al Rey —responde el hombre de cicatrices.

Sea como sea, no os obliga a cruzar ni os impide salir del castillo.

Notas de juego

Si deseas seguir al hombre por el pasadizo, pasa al 332.

Si deseas volver a la calle. Pasa al 144.

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26/01/2023, 17:41
2. Lobo Solitario

Me quedo mirando a Trimis. Le veo confuso o eso me parece. Como desubicado, como que algo no le encaja... Me acerco a e´l y le susurro:

Trimis, vamos a entrar, no se si puede ser una trampa, pero si es así, nuestras posibilidades de ganar a la Oscuridad son mínimas...Si se trata de una forma de proteger al Rey, está bien hecho. Pero de esta forma podremos averiguar que ocurre, si nos vamos lo ignoraremos.

Usted delante Señor, le seguimos (332), pero necesitaremos luz. No vemos en la oscuridad como lo hacen las criaturas del Mal...

Estoy en tensión preparado, y escondo cuando no me esté mirando, el pergamino negro...

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28/01/2023, 11:10
Holmgard

332


Ante tu petición, el señor agarró una de las antorchas y la dispuso delante suyo para ir en primer lugar, mientras vosotros dos os quedasteis en la retaguardia. El corredor seguía estando oscuro y su silencio era desesperante. Caminasteis durante casi diez minutos por ese oscuro y tortuoso corredor. Luego subisteis por una empinada escalera hasta una pequeña puerta de madera.

El hombre presionó un pestillo secreto y la puerta se abrió delante vuestro. Era...

Un gran dormitorio lujosamente decorado, con un enorme baño de mármol que ocupa un rincón de la habitación.

—Por favor, refréscense. Solicitaré para ustedes una audiencia con el Rey —sugiere el soldado.

Trimis aprovechó la oportunidad para darse un rápido baño antes de verse la cara con su Majestad. Sería muy descortés asistir con toda la suciedad incrustada en su cuerpo. Al terminar, unas blancas vestiduras estaban preparadas sobre una gran mesa de mármol.

—La pesadilla de estos últimos días ha finalizado, por fin. Me alegro de estar aquí —comenta Trimis.

Al cabo de un rato, el hombre volvió y os condujo por un largo pasillo revestido de espléndidos tapices. Finalmente llegasteis ante una gran puerta custodiada por dos soldados con armaduras de plata.

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28/01/2023, 11:10
Rey Ulnar V

ilustraciónEntras en la Cámara de Estado, un salón magnífico, lujosamente decorado en blanco y oro. El Rey y sus más inmediatos consejeros están estudiando un gran mapa extendido sobre una mesa de mármol en el centro de la cámara. Cuando Trimis mostró el pergamino negro de los Giaks, en sus rostros aparecieron hondas huellas de preocupación. En el salón se hace un profundo silencio y el Rey, sin mediar palabra, hizo un gesto para que hablaseis.

—Mi nombre es Trimis, soldado de la Guardia Real. Soy acompañante de Lobo Solitario, señor del Kai —el Rey asintió, podía reconocer con facilidad vuestros ropajes—. En un ataque de los kraans, salí malherido y el señor del Kai me sanó. Desde entonces, decidí ayudarle a llegar a su destino, Holmgard. Por el camino conseguimos instrucciones giak que no podemos descifrar.

Un servidor se acercó a recoger el pergamino y fue llevado hacia los sabios, quienes con tiempo lo descifrarían. El silencio se hizo de nuevo, dándote la oportunidad de comentar tu travesía desde el Monasterio hasta el castillo.

—Lobo Solitario, has dado muestras de abnegado valor, cualidad que debe poseer todo auténtico Señor del Kai. Tu viaje hasta aquí ha estado lleno de peligros y, aunque las noticias que nos has traído son para nosotros un doloroso golpe, el espíritu de tu determinación es como un rayo de esperanza en esta hora funesta. Has honrado la memoria de tus maestros y por ello te alabamos.

Recibes las alabanzas y el agradecimiento cordial de todos los consejeros, honores que hacen que un cierto rubor aparezca en tu rostro juvenil. El Rey levanta la mano y todas las voces se callan.

—Has hecho todo lo que Sommerlund puede exigir a un hijo leal, pero el país aún te necesita. Los Señores de la Oscuridad son de nuevo poderosos y su ambición no conoce límites. Nuestra única esperanza reside en Durenor, en el poder que ya una vez derrotó a los Señores de la Oscuridad hace siglos.

»Lobo Solitario, eres el último de los Señores del Kai y posees las destrezas requeridas. ¿Quieres ir a Durenor y traer la Espada del Sol? Sólo con ese don de los dioses podemos aplastar este mal y salvar a nuestro país.

Notas de juego

Opción 1: rechazar la misión. Acaba tu aventura y decides el destino de Lobo Solitario.

Opción 2: aceptar la misión. Continúa en el Capítulo II: Fuego sobre Agua.

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29/01/2023, 00:42
2. Lobo Solitario

Majestad, todo mi empeño se centra en ayudar al Reino y a vos, para rechazar las huestes enemigas y devolver la paz a nuestra tierra. Acepto la misión. Tomaré un baño algunas provisiones y partiré cuanto antes.

Quiero agradecer al soldado Trimis su apoyo. Sin su valor y arrojo, no se si hubiera podido acceder a vos. Solicito un ascenso para este hombre que primero sirvió para vuestro hijo y luego a mi.

Por cierto, por el camino unos rufianes se hacen pasar por soldados de vuestras huestes. Deberían de ser ajusticiados ya que posiblemente mataron a soldados y se quedaron sus uniformes y pertenencias...Seguro que hay decenas de destinos para que con su esfuerzo paguen su culpabilidad. También tuve que abandonar al caballo del Príncipe. había perdido la herradura y podía lastimarse así que decidí dejarlo libre... quizás lo puedan recuperar. Era un excelente ejemplar...

En cuanto a mis hermanos y maestros, llegado el momento espero poder ofrecer una ceremonia acorde. En su memoria me planteo recopilar cuantos datos y enseñanzas antiguas encuentre, y restaurar la grandeza de la Orden. No he comentado con nadie que el monasterio fue atacado y destruido, y todos murieron, pues tal cosa hubiera minado la fe y la esperanza de los soldados y las gentes, pero el pueblo debe saber que el Kai dio su vida por la libertad de estas tierras y sus gentes.

Ahora con su permiso, me retiraré a mis aposentos si no me necesitan para nada más.

Notas de juego

Obviamente acepto la nueva misión...OPCION 2

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29/01/2023, 23:44
Rey Ulnar V

 

El Rey te mira a los ojos, firme en sus decisiones, aunque notas en él una preocupación que lo hace temblar.

—Muy bien, Lobo Solitario, aprecio su dedicación y valentía en proteger el Reino. Los escribas ya están escribiendo un informe de sus peticiones, incluyendo el ascenso de Trimis y la recompensa apropiada para aquellos rufianes. También ordenaré una búsqueda para el caballo del Príncipe Pelathar, mi hijo. Considera mi apoyo en la restauración de la Orden. —Cerró los ojos, deseando que lo que iba a decir pronto se cumpliera—. Compartiré la información con el pueblo en un momento apropiado.

Al mencionar tu descanso, los gritos de guerra sonaron intensos en las murallas del castillo. No quedaba mucho tiempo...

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29/01/2023, 23:44
Lobo Solitario: la saga del Kai

Eres Lobo Solitario, el último de los Señores del Kai.

Una guerra encarnizada asola tu país y los malvados Señores de la Oscuridad de Occidente han puesto cerco a la capital. El Rey te ha enviado en busca del único poder que hay en todo Magnamund capaz de salvar a tu pueblo: la Sommerswerd, la Espada del Sol.

Te acechan terribles peligros...

Utiliza tus habilidades con sabiduría, pues sólo tú puedes librar a tu país de la devastación con que lo amenazan los Señores de la Oscuridad.

LA HISTORIA CONTINÚA

CAPÍTULO II: Fuego sobre Agua