Partida Rol por web

La Mano / Gran Biblioteca
Horario: Noche

En silencio, los Señores del Kai desenvainaron sus armas y avanzaron despacio pegados a las altas estanterías yendo hacia la voz del Mago, que continuaba hablando.

No sabéis cuánto he estado esperando este momento... desde el mismo instante que os vi por primera vez al llegar a La Mano.
En ocasiones ha sido muy difícil resistir la tentación, como cuando Zorro Plateado entró en mi laboratorio... Salvaste la vida en aquella ocasión porque fuimos interrumpidos, ¿recuerdas? En aquella ocasión te pregunté si sabías lo que significaba ser un Señor del Kai...
Ser un Señor del Kai es ser capaz de dar la vida por Sommerlund, y eso es algo que todos vosotros vais a hacer... muy pronto...

Salieron ante las puertas de la Biblioteca donde les esperaba el Maestro Dragair, sonriendo con arrogancia. Alrededor de su cuerpo había una especie de campo energético traslúcido, y flotando en torno suyo, discos semitransparentes, que parecían algún tipo de protección mágica.
En ese momento alzó el brazo hacia ellos y alrededor suyo saltaron arcos de energía eléctrica recorriendo su cuerpo, el suelo y el aire entorno suyo como en una explosión mientras una esfera de energía blanca se formaba ante él y con un gesto de su mano hizo que saliese disparada hacia ellos. Los Señores del Kai retrocedieron hacia atrás a toda prisa mientras...

...la esfera de energía mágica estallaba en terribles descargas eléctricas por toda la zona. A pesar de haberse apartado de donde había estallado, los arcos electricos se expandieron por toda la zona: por el suelo, el aire e incluso por las estanterías, llegando muy cerca de ellos.

El Bibliotecario no tuvo tanta suerte.
Las ráfagas de energía lo envolvieron, haciendo que chillara de pura agonía mientras su piel se ennegrecía y su túnica prendía en llamas. Cuando las ráfagas de electricidad se disiparonn, cayó al suelo pesadamente, convertido en un cadáver carbonizado y humeante.

Oyeron de nuevo la voz de Dragair mientras se replegaban tras las estanterias, que a pesar de las descargas seguía intacta, junto con los libros ¿no les dijo alguien que toda la Biblioteca estaba protegida mágicamente contra el fuego?

Vaya, que pena... Dijo de nuevo el Hechicero. Ese bibliotecario me sirvió fielmente durante años, aunque pensandolo bien ya estaba demasiado viejo ¿no creeis?

La voz se escucha más próxima. Dragair se estaba acercando.
Habéis cometido vuestro último error, Señores del Kai. Si os hubierais enfrentado a mi en cualquier otro lugar quizás hubierais tenido alguna posibilidad, pero hacerlo aquí, en esta Torre que ha sido mi refugio durante tanto tiempo, os ha condenado. ¿Lo notáis? Toda la Biblioteca está imbuida de mi poder. ¡Aquí soy más poderoso que en ningún sitio!
¡¡Aquí soy un Dios!!

Pero voy a ser generoso... La voz del Mago se volvió tentadora. Os voy a dar la posibilidad de una muerte rápida y casi sin dolor si me respondeis a unas preguntas... Decidme cómo descubrísteis el pasaje secreto de la sala de la mesa de piedra y quién os habló del Bosque de Espinas... Contestadme a esto u os aseguro que puedo mantener vuestra agonía eternamente...

Como remarcando las palabras de Dragair, se escuchó un estruendo en las alturas. Los ventanales de cristal del techo se rompieron y llovieron sobre la biblioteca, mientras una figura caía desde arriba y aterrizaba en lo alto de una de las inmensas estanterías. El escudo protector del Mago desvió los fragmentos que se hicieron añicos contra el suelo, mientras los Señores del Kai se refugiaron contra las estanterías para evitar que los cristales rotos les hiriesen.

Nada más caer en lo alto de la estantería, el desconocido disparó su ballesta doble contra Dragair, pero las saetas fueron detenidas por los discos protectores, a unos centímetros de su cara. De todos modos el impacto hizo que el Mago retrocediera un paso y lanzase un gruñido de furia, mientras una esfera de energía surgía de su mano hacia las alturas donde se encuentraba su oponente... que dio un poderoso salto mortal hacia atrás, evitando la explosión de electricidad que se desató en las alturas y posándose sobre otra de las estanterías, desapareciendo de la vista.

¡Pero mira quién tenemos aquí! Rugió Dragair. ¡El que faltaba! ¡Vamos! ¡¿Crees que esta vez podrás matarme?! ¡Has cometido el mismo error que ellos! ¡Aquí soy invencible! El Mago rió con una risa desagradable. ¡No te escondas! ¡Da la cara de una vez!

Los Señores del Kai se movieron rápidamente para salir por uno de los accesos del laberinto de estanterías. Pudieron ver entonces a Dragair mirando hacia lo alto, donde la figura se levantaba, a la vista de todos. La verde capa del Kai con la capucha echada ondeaba tras él, envolviendo sus negros ropajes.

El Fantasma.

En las manos portaba la elaborada ballesta de doble rail, de nuevo recargada, apuntando a Dragair, que reia malignamente.

Bien...¡Bien! Hoy podré acabar con todos vosotros al mismo tiempo. Sois el último cabo suelto de mis planes. Mi triunfo final se aproxima... ¡Y no hay nada que podáis hacer para evitarlo!

El Mago les miró de reojo mientras señalaba al Fantasma con el dedo. Sólo hay algo que quisiera saber antes de matarte... ¿Quién eres tú y por qué te has inmiscuido en mis planes?

El Fantasma les contempló desde arriba, impasible, para luego fijarse de nuevo en el Mago. Entonces habló... con una voz que reconocieron.

Hijo de puta. Vas a pagar por lo que me hiciste...

Y en ese momento se echó la capucha hacia atrás con un rápido movimiento, descubriéndose...

La Mano / Gran Biblioteca
Horario: Noche

La cabellera castaña rizada cayó hasta la base de la espalda, mientras en su rostro de rasgos delicados, sus hermosos ojos verdes relampagueaban con odio.

Irina...

Incluso Dragair se quedó aturdido ante el descubrimiento. Pero sólo por un momento, después una sinuosa sonrisa fue apareciendo en su rostro.

He de reconocer que esto no me lo esperaba... la mismísima hija de Derek Vanalund, una sacerdotisa de Ishir, es quien me ha estado quitando el sueño todas estas noches... pero ahora empiezo a encajar las piezas. Vamos a ver si acierto... fuiste entrenada por Lobo Gris ¿no es así?

Irina asientió, con el ceño fruncido.
Eso es cierto, bastardo. El Maestro del Kai nos entrenó de niños a mí y a mi hermano en las técnicas del Kai. ¿Sabes que yo podría haber entrado en el Monasterio del Kai? Tenía los requisitos necesarios para convertirme en una Señora del Kai, pero mis padres se negaron, querían que siguiera la tradición de nuestra familia y me convirtiera en sacerdotisa de Ishir... Pero Lobo Gris continuó mi entrenamiento en secreto, y te aseguro que soy muy buena con esta ballesta.
La muchacha levanta en alto la elaborada ballesta de doble rail. Esta ballesta me la regaló el Maestro cuando cumplí doce años. Es apropiado que ella sea la que de muerte a su asesino...

La sonrisa de Dragair se hizo burlona.
No te será fácil, zorra. De manera que de alguna manera te has enterado de nuestros planes y por eso has tratado de asesinarme estos días pasados ¿no? Pero podrías haberte aliado con estos Señores del Kai, haberles revelado lo que sabías, y no lo hiciste... A menos que... La luz de la comprensión apareció en los ojos del Mago. Fue ella ¿no es cierto? Fue Dayia por la que no dijiste nada.

Irina sonrió despectivamente. Eres muy listo, Mago... Cuando descubrí todo me entró el pánico. Lobo Gris había muerto, asi que ¿qué podría hacer yo donde él había fracasado? Acudí a mi tía para que oyese mi historia, pero no encontré en ella la ayuda que creía. Ella me obligó a jurarle que no hablaría de esto con nadie y que mantendría una actitud normal ante la corte.

Dragair asintió. Pero aun a pesar de que cumpliste ese juramento eso no te impidió el intentar asesinarme ni el aparecerte ante estos Señores del Kai para que empezaran a sospechar que algo estaba ocurriendo a sus espaldas ¿verdad?

Eso mismo, canalla. Pero ayer murió mi tía. Las lágrimas inundaron los ojos de Irina. Y eso me exime de mi juramento. Hoy morirás, primero tú y luego ese impostor al que sirves. Todos sabrán lo que has hecho...

La sonrisa de Dragair se desvaneció al instante, para ser sustituida por una mueca de horror. ¿Qué? ¡Imposible! ¿Cómo puedes saberlo? La mirada del mago se hizo gélida y asesina. Te equivocas niña... Todos vosotros ya estáis muertos, sólo que no lo sabéis todavía... y tu serás la primera, no puedo dejarte viva. Aunque seas de la familia Vanalund, sabes demasiado... ¡Preparate para morir!

La Mano / Gran Biblioteca
Horario: Noche

El Maestro Dragair vio cómo Irina desaparecía en el interior de la Biblioteca. Pero no le importó demasiado, ya que poseía un conocimiento instintivo de todo lo que ocurría en este lugar. Sabía dónde se encuentraban ellos y cada uno de los Señores del Kai, aunque no pudiera verlos...

El Mago, cuyo cuerpo estaba recorrido por arcos eléctricos que se deslizaban por el suelo con cada paso que daba, se aproximó a uno de los accesos de la Biblioteca, mientras pensaba en lo que hacer a continuación. Lo que había descubierto esa chiquilla era más de lo que nunca se pudo imaginar. Debería matarla, a pesar de lo que ello podría acarrear, aunque... se le ocurrió otra opción...

Pronunciar una tercera Palabra de Poder era arriesgado, incluso para un Hechicero tan poderoso como él, pero en este lugar le era posible, ya que jugaba con ventaja.
Ya había pronunciado las Palabras de Poder Fuerza (que le proporcionaba un escudo prácticamente infranqueable ante los ataques) y Energía (que le permitía manejar a su antojo la terrible energía de los rayos).

Ahora se concentró en Irina para pronunciar una última Palabra de Poder: Silencio.

La Mano / Gran Biblioteca
Horario: Noche

Irina descendió de un salto de lo alto de las estanterías y rodó por el suelo con agilidad para absorber el impacto de la caida, acabando por ponerse en pie ante los Señores del Kai.
La muchacha le habló rápido y con la preocupación reflejada en su voz :

Lo siento, pero no hay tiempo para explicaciones. Él nos tiene atrapados en su lugar de poder y no podemos huir, la única esperanza es derrotarle... pero no va a ser fácil. Tenemos que atacar todos a la vez, rápido, con dureza y desde distintos sitios. ¡No podemos dejar de movernos!

Irina se llevó la mano a la cara para evitar un sollozo: Oidme, siento lo que hice, pero...

Y en ese momento la luz en sus ojos se apagó y cayó al suelo como una muñeca de trapo. Águila la cogió de los hombros y le dio la vuelta. ¿Qué había pasado? Con rápidez comprobó su pulso.

No tenía...

Tras las estanterías se oyó la risa de Dragair:

¡Ella ha sido la primera, pero no la última, os lo aseguro!

La Mano / Gran Biblioteca
Horario: Noche

Águila Certera dejó con suavidad en el suelo el cuerpo de Irina, y le cerró los párpados con la mano.
De fondo, se oyó la siniestra risa de Dragair.

Genial. Masculló Buho. ¿Y qué hacemos ahora?

Espera un momento. Intervino Serpiente. ¿Qué hay del símbolo que hay en esta Biblioteca?

El símbolo del ojo cerrado... igual que el colgante de oro blanco que llevaba Dragair estos días... una runa que simbolizaba la protección mental. Quizás esa joya fuera mágica y le proporcionaba inmunidad a los ataques y la detección psíquica. Aunque ahora mismo no habían visto que el Mago la llevase encima, lo que no quería decir que no la tuviese oculta en sus ropajes.

En cuanto al mosaico con el símbolo que había en el centro de la biblioteca, se trataba exactamente del mismo diseño. Quizás no perdieran nada probando a destruirlo...

De acuerdo. Yo me ocupo. Dijo Serpiente, y salió corriendo hacia el centro de la Biblioteca.

Y a nosotros nos toca enfrentarnos a ese loco. Bufó Zorro, mientras recogía del suelo la ballesta de doble rail de Irina y la sopesaba. ¿Cómo lo haremos?

La Mano / Gran Biblioteca
Horario: Noche

Serpiente Silenciosa llegó corriendo hasta el mismo centro de la biblioteca.

Ante él se encontraba un mosaico en el suelo representando un ojo cerrado, de un metro por un metro de extensión...

¿Cómo podría destruirlo?

La Mano / Gran Biblioteca
Horario: Noche

Y a nosotros nos toca enfrentarnos a ese loco. Bufó Zorro, mientras recogía del suelo la ballesta de doble rail de Irina y la sopesaba. ¿Cómo lo haremos?

Tenemos que actuar como dijo Irina. Susurró Buho. Atacando todos a la vez y desde diferentes posiciones.

Eso es. Confirmó Zorro. Pero no podemos arriesgarnos a atacarlo cuerpo a cuerpo. Esos ataques energéticos no se esquivan así como así, y contra ellos de nada sirven las armaduras ni el escudo. Si nos alcanza una de esas bolas eléctricas será el fin... Debemos usar ataques a distancia. ¿Habeis visto esos discos que se mueven alrededor de Dragair? Reaccionan ante un ataque colocándose en su trayectoria, por lo que si atacamos a la vez y desde diferentes posiciones puede que los desbordemos y podamos evitarlos.

De acuerdo. Dijo Buho. Yo puedo usar mi Poder Mental sobre la Materia, Águila tiene a Ojo de Águila. ¿Y tú Zorro?

También puedo usar mi Poder sobre la Materia. Y si falla, lo intentaré con esto. Dijo levantando la ballesta de doble rail de Irina.

Pero de pronto todos se alarmaron al oir un terrible crepitar eléctrico muy cercano. Y alzaron la vista para ver como una bola de pura luz blanca surgía por encima de la estantería y caía hacia ellos, estallando antes de que tocara el suelo en un infierno de mortales arcos electricos que recorrían las estanterías, saltando de una a otra.

La Mano / Gran Biblioteca
Horario: Noche

Antes siquiera de que los Señores del Kai pudieran reaccionar, las ráfagas de energía estallaron y lo inundaronn todo con luz blanca y un ruido siseante.

Águila retrocedió hacia atrás como pudo, alejandose del radio de la explosión que llenaba el espacio en el que estaba hasta hacía un segundo. Saltando hacia delante con todas sus fuerzas, rodando por el suelo y metiendose en otro acceso, evitó que le alcancen esas devastadores descargas.

Los Señores del Kai se vieron obligados a toda prisa a replegarse hacia un círculo más interior de la Biblioteca, ahora separados unos de otros...

¡Maldita sea!
Era como si el Mago supiera donde estaban exactamente, a pesar de no haber hecho el más mínimo ruido para alertarlo.

Águila respira agitadamente tratando de entender cómo los descubre el mago. Está claro que el peligro es más que real...

Serpiente Silenciosa fija su vista en el mosaico mientras desenfunda su arma - tengo poco tiempo...

La Mano / Gran Biblioteca
Horario: Noche

Serpiente Silenciosa desenvainó a Virides Serpes y, arrodillándose ante el mosaico del ojo cerrado, empezó a golpearlo usando para ello el pomo de la espada.

A los pocos segundos se detuvo. Eso no funcionaba. Sólo estaba consiguiendo astillar los baldosines y además el ruido relevaba su posición al Mago de Torán.
El Señor del Kai depositó a su lado el arma y se sacó de la funda de la bota la afilada daga, con la que empezó a levantar el mosaico.
Al oir una explosión eléctrica que inundaba de luz la Biblioteca trabajó aún más rápido, sintiendo como el sudor le resbalaba por la cara.

Por suerte, los que entraron en la zona central de la Biblioteca fueron sus hermanos de Orden.
¡Rápido Serpiente! Le dijo Zorro llegando hasta él. ¡Nos viene siguiendo de cerca! ¡Hay que moverse!

Serpiente se guardó la daga de nuevo mientras recogía su espada encantada y salía corriendo tras sus compañeros.
Detrás suyo, el mosaico del Ojo Cerrado estaba desmontado.

¿Habría servido de algo?

La Mano / Gran Biblioteca
Horario: Noche

De pronto la visión expandida que el Maestro Dragair tenía de la Biblioteca se desvaneció.
Hasta hacía un segundo conocía perfectamente la disposición de las estanterías y dónde se encontraban cada uno de los Señores del Kai en todo momento, pero ahora sólo le quedaban sus dos ojos.

Comprendió con furia que debían de haber destruido el mosaico del centro de la biblioteca, con lo que había perdido parte de su control sobre el lugar.

Muy bien, Señores del Kai, muy bien. Pensó con frialdad. Pero esto no cambiará nada. Podeis esconderos, pero no podreis hacerlo eternamente...