Partida Rol por web

Vuestro maestro ha muerto.

Amanece, la lluvia golpea con fiereza sobre vuestras cabezas y las ventanas haciendo que no podáis olvidar la tragedia que  ha acontecido sobre vuestro hogar hace no mucho. Por que si, el maestro ya no esta mas con vosotros. Y aunque lloréis, os enfadéis, claméis al cielo no va a volver. Era un hombre con mucho dinero y poder, tenia muchos enemigos pero se lo llevo una desgracia¿Quien tuvo la culpa? no lo sabéis tal vez uno, tal vez todos, o tal vez nadie. Solo sabéis que el olor a humo llego a vosotros, la carne quemada, la sangre, y ahora....ahora llueve. 

No ha dejado de llover desde que el maestro se fue, y si las cosas no pueden ponerse peor, os han asignado aun nuevo amo. La hija del señor, Caroline, a quien no veis desde que es pequeña vuelve a casa, y lo hace para quedarse. Sabéis que estuvo en el ejercito, sabéis que también tuvo algún tipo de accidente; curiosamente en el mismo momento en que el maestro tuvo el suyo...Sabéis que la niña prodiga, a quien las mas veteranas conoceis de cuando era una pequeña niña que os miraba con esa intensidad que os recordaba a vuestro amo, vuelve a casa. ¿Como será, ira todo bien con ella? ¿Podreis aceptarla y quererla como quisisteis a vuestro amo? no lo sabéis, y la incertidumbre os carcome. Miráis el reloj...esa maldita lluvia..nunca para, es como si se rebelara, como si vuestros sentimientos quisieran salir a traves de las nubes...como si el mismo cielo llorara vuestra perdida. Las horas parecen pasar lentamente cada vez que mirais el reloj, haciendo la espera aun mas insoportable. ¿Cuando llegara?
Adrien lleva unas cuantas horas sin aparecer¿Habrá decidido marcharse? muchas lo pensasteis pero sois demasiado leales a la familia, o tenéis motivos para estar allí..Lo raro es que P-210 de quien Adrien nunca se separa si anda por alli dando vueltas tan fria y mecanica como siempre....asi que no puede andar muy lejos¿No?

Al despertar abro todas las cortinas de la mansión, es un día muy feliz para mi. El amo ha muerto así que ya no tengo que vigilarlo, por supuesto yo no he tenido nada que ver con eso, pero no está mal saber que hoy sera mi ultimo día como Maid.

-¡¡¡¡¿QUÉ?!!!!!!

Mi grito asusta a los pequeños pajaritos que andaban afuera. Puedo escucharlos volar y alejarse bajo la lluvia. Sobre mi mesita de noche una nota que una vez leída se consume en fuego me anuncia que también debo vigilar a la nueva ama. La pequeñita ya debe ser toda una mujer y ahora también tengo que servirle a ella.

"Espero que sea tan buena conmigo como lo era el amo" pienso para mis adentros mientras me ducho y preparo para recibirla. Al parecer mi libertad está aún muy lejos.

Ajusto las gafas oscuras, peino mi cabello y salgo dando cortos pasitos hacia la cocina para hacer el desayuno antes de que Yumi se me adelante, seguro mi comida será mucho más sabrosa.

No me podía creer aún que el amo hubiera muerto... Mis alitas de ángel se agitaban lentamente en un movimiento apesadumbrado. Estaba triste, y era normal. Hacía ya largos años que el amo me había adoptado y me había proporcionado un hogar en el que vivir y ahora...

Suspiré y traté de no pensar más en ello. La señorita Caroline estaba a punto de llegar, y ella sería nuestra nueva ama. Teníamos que darle la bienvenida que merecía y hacer que se sintiera como en casa a pesar de las funestas circunstancias. Así que, tras tomarme un tiempo para arreglarme y ponerme mi uniforme Maid, me dispuse para la salir. Pero, justo antes de agarrar el picaporte de mi puerta escuché un...

¡¡¡¡¿QUÉ?!!!!!!

Di un respingo que por poco clavo mi querida aureola en el techo. Provenía del cuarto de Tsuki, ¡estaba segura! Y ese berrido del averno no era un berrido normal... ¡Algo debía haberle pasado! Así que cogí mi brillantita pistola de rayos láser abrí la puerta y miré por el pasillo...

—Tsu-Tsuki, ¿estás bien? —pregunté tras llamar a la puerta.

Sin embargo, la chica no debió escuchar los golpecitos pues... tras varios segundos en silencio, y decidida a entender qué pasaba, quiso el destino que pegara mi oreja justo en el momento en el que ella abrió la puerta.

—¡AAAAAAAYYYYY!

¡PUUUUUM~~!

Al perder el punto de apoyo, mi cuerpo se echó para delante, haciéndome caer y llevándome conmigo, quizás, a mi compañera. ¡Al suelo las dos si ella no tenía buenos reflejos!

—¡OUCHH!

-El segundo maestro... muerto.

Esto no es realmente una expresión de lástima, sino una frase de constatación. Oh, desde luego, estaba agradecida por dejarme vivir en su casa y no ser detenida y destruida, pero tampoco es que hubiese mucho amor entre los dos. No puedo realmente permitirme mucho amor: un robot emocional es un robot inestable. Aunque a la otra sí que le caía bien... me pregunto cómo se tomará las noticias, ella aún no lo sabe.

Pero volvamos al tema importante: una nueva maestra significa cambio, y el cambio no es bueno. ¿Que pasaría si no satisfaciera a la nueva maestra? ¿Y si lo hago mal y tengo que buscarse un nuevo hogar? ¿Y si no le gustaban las criadas mecánicas? No, eso no podía ser, tenía una ella misma (Y esa novedad, desde luego, iba a ser interesante. No veo a menudo a otras como yo). Pero, oh dios, ¡¿Y si me culpa a mí del accidente?! ¡No puedo permitir que me consideren peligrosa!

No, esos pensamientos no ayudan a nadie. Volvamos a la seriedad. La única forma de impedir que me odie es ser lo mejor que he sido jamás. Y eso significa prepararse a todos sus deseos antes de que aparezcan. ¿Qué sería lo primero que pediría la nueva maestra? A diferencia de otras criadas, no la conozco en absoluto, al haber solo trabajado en la mansión durante aproximadamente el último año.

Miro al cielo fuera de la ventana. Bajo este tiempo miserable, estimo que lo más probable es que al llegar a la mansión quiera tomarse un baño caliente. Otras posibilidades pasan por mi procesador: comida (aunque eso es lo más obvio. Se ocuparía de eso otra persona antes de que yo pudiera apuntarme), preparar el dormitorio de la señora, arreglar las habitaciones quemadas, fregar los charcos de suelos.

Pero no, la mejor opción será preparar el baño. ¿Se ha inventado ya el calentador de agua?

Me levante y estaba muy triste por la muerte del amo, sin embargo si bien mi pago aun no habia sido completado, me sentia aliviada por saber que la nueva ama era una mujer, cada vez que tenia que acercarme al amo solo sentia temor y miedo y tal vez asi podria mejorar en mi trabajo y no ser tan patosa.

Me levante aun triste pero con ganas de conocer a la nueva ama, prepare mi cuarto y escuche el estruendo de esas dos sirvientas tan raras que se llevan como el perro y el gato, o tal vez mejor decir como si fueran un demonio y un angel, quien sabe ... pero bueno sabia que seguro que estarian discutiendo ya ha estas horas de la mañana.

sali al pasillo y alli estaban tiradas de forma oscenas como siempre acababan ... no sabia si lo hacian por meterse mano o por torpeza u odio, jijiji

Iona se acercó a la ventana. Lluvia otra vez. Estúpido planeta con su estúpida agua cayendo del cielo. ¿Qué utilidad tenía aparte de mojarlo todo? Ninguna, estaba claro. Una razón más para detestar ese estúpido planeta y sus estúpidas cosas que funcionaban mal. Como la vida de los humanos, ¡seres frágiles e inferiores! En el tiempo en el que un gathdra alcanzaba el segundo estadío de maduración, un humano ya moría viejo y decrépito, ¡todo un símbolo de la debilidad que caracterizaba a tan penosa raza!

Y el más penoso y más frágil de los terrícolas era aquel al que había estado llamando “amo” durante años. Había fallecido. Así, sin más. Un día estaba como siempre, con esa odiosa cara humana, con sus globos oculares brillantes y su boca llena de dientes romos y al día siguiente… Abrasado, calcinado por nada más ni nada menos que un accidente. ¡Y ni siquiera lo había planeado ella! Por favor, ¡Iona la Conquistadora de Planetas tenía miles de planes para librarse de aquel humano mucho mejores que un incendio birrioso! Todas las semanas siempre maquinaba uno nuevo. Claro que nunca los llevaba a cabo, pero no porque hubiera cogido cariño a ese humano, ¡por supuesto que no! Simplemente le faltaban elementos que en ese absurdo planeta no podían encontrarse. O le daba por pensar que era una pena quedarse sin el mayor rival que había tenido en la conquista de la tierra. Y ahora se había ido. De repente, sin despedirse ni decirles nada ni a ella ni al resto de criaturas de la mansión. Y eso había dejado un vacío en su kuchipuch que ella jamás admitiría. ¡Mucho menos cuando una nueva ama, larva del primer amo, iba a llegar a la mansión!

Poniéndose su uniforme y preparándose para empezar el día, Iona salió de su cuarto justo a tiempo para contemplar el fenomenal accidente que había sucedido entre Tsuki y Sophiel.

 -¿Pero qué…? ¿Qué ha pasado? ¿Tan flojas os habéis levantado hoy que no podéis ni combatir la fuerza de la gravedad? ¡Ja, criaturas humanoides inferiores! ¡Incapaces de acercarse a la grandeza de Iona!

Entonces se dio cuenta de que el discurso que estaba dando era de todo menos humano, así que rápidamente sonrió y cambió el tono de voz por uno mucho más amable.

 -Digo... Ay, ¡qué fuerte tira la gravedad esta mañana! ¿Verdad compañeras terrícolas al igual que yo? Dejad que os ayude a recuperar el equilibrio. Después de todo, tenemos que prepararnos para la llegada de la nueva ama.

Y dicho esto, Iona alargó la mano para ayudar a ambas muchachas a levantarse del suelo. Igual que una terrícola completamente normal. Una tapadera perfecta.

Apenas hacía dos días desde que ingresé en la mansión.

Apenas ayer mismo fue cuando el mayordomo me instruyó sobre las distintas dependencias de la mansión, y el qué se espera de una sirvienta.

Y apenas hacía una noche desde que... desde que pasó el incendio y... el Amo trágica y misteriosamente falleció.

Llevaba observando la lluvia caer sobre el cristal desde entonces. Ni siquiera me di cuenta de que había amanecido hasta que sonó la alarma del reloj de cuco que hacía de despertador. Y aún así tardé en 'despertarme'. Veréis, yo... no sé desde cuando, pero tengo episodios de amnesia. Apenas podía recordar el día de ayer. En mi mente todo el rato sonaba y resonaba, no el sonido de la alarma de cuco, sino... una pregunta. Una terrible, y terrorífica pregunta. -¿Y si... fui yo?- ¿Y si fui yo el que causó el incendio?

Me desnudé, quitándome el uniforme de sirvienta de ayer, y también el relleno de los pechos falsos, mojé una toalla con agua y empecé a secar y lavar el sudor y las lágrimas. Veréis, me llamo Ade Shide y yo... en realidad soy un chico. El Amo... era el único que sabía de esto. Y ahora... tras su muerte... mi secreto también estaba a salvo. Todavía me preguntaba, ¿y si fui yo? 

¿Qué pasaría si les dijera a todos lo que sospechaba? Y-y que además, en realidad soy un chico. Si yo ya pensaba que era sospechoso porque nada más que dos días después de llegar yo el Amo la había palmado... ¿Qué pensarían cuando supieran que él era el único que sabía mi secreto? ¡El más sospechoso de los sospechosos, en eso me convertiría yo! Me interrogarían... ¡y-y-y yo no sabía nada! ¡P-p-porque no podía recordarlo! ¡Creerían que yo era la asesina confesa!

Me enfundé el nuevo traje de sirvienta, y la diadema que había personalizado yo misma con un brochecito de calavera florida. Me puse las medias, un poco de maquillaje, un pintalabios discreto, el relleno de los pechos... ¡Sí! ¡Soy un chico que se disfraza de mujer! ¡Y nadie puede saberlo! Sumida en mis pensamientos, fui a abrir la puerta y a salir a trabajar. ¡Que hoy venía la nueva Ama! Total, que si les revelaba la verdad, yo, caería sin remedio a los infiernos! ¡Como me estaba cayendo ahora-...

"¿Eh? ¡IAAAAAH!"

Tan de verdad sumida en mis pensamientos que estuve que no vi al abrir la puerta, girar la esquina y cruzar que había dos personas en el suelo, una intentando levantarlas y yo acababa de tropezar con las piernas de las dos caídas, cayéndome a su vez de cabeza contra el suelo de madera. 

_{"Ay.... au auauau..."}

Yumi se levanto con tranquilidad, se aseo y se vistió, había oído los rumores sobre la nueva ama y tenía claro lo que tenía que hacer, sin embargo, un sonido bastante estridente le sorprendió e hizo que saliera corriendo, al ver a tantas personas en el suelo tiradas se queda mirándolas desde arriba unos momentos:

¿Pero que estáis haciendo?...

Frunce el ceño y se ajusta las gafas, aunque era ciega podía “verlas”, suspira y dice:

La próxima vez haced esas cosas en mi… digo una habitación… ¿vale?

Las mira unos segundos y se agacha mientras dice:

Venga que os ayudo a levantaros

Ofreciendo su mano mientras queda inclinada esperando poder ayudar

- Sophiel!!!

No hubo caso me fue imposible hacerme á un lado cuando el cuerpo de mi angelical compañera cayó sobre mi. Sus alas y sus pechos me imposibilitaban escapar.

- aaaaaa por eso odio a los angeles... me ahogo

Alguien más se tropezó con nosotras, pero no podía verla. Para colmo el ama de llaves que aún no entendía que no eramos humanas nos reprendió y ya la guinda del pastel fue Yumi.
- No hacemos nada raro lo juro- dije ahogada entre los pechos de mi compañera- Esto seguro es un plan tuyo Yumi para dejarme mal ante la nueva ama

Y suerte tenía Tsuki de que mis pechitos no es que fueran lo que se puede decir muy grandes. Si en vez de mis pechitos, la carita de Tsuki estuviera enterrada entre los de Iona, hubiera muerto asfixiada en menos de lo que canta un gallo. ¡Gracias debería dar! La pobre Ade no había tenido tanta suerte, ella se había estampado de cara al suelo, jiji...

—Ay, ay, ay, ¡perdona! —dije atropelladamente, mientras me intentaba levantar del suelo con la ayuda de mis compañeras—. Jeje, sí, la gravedad... ¡hay que andarse con cuidado! Igual deberíamos pedirle a la nueva ama que instale unas barras laterales en la mansión e incorporar en nuestros vestidos algún sistema de arneses, ¿verdad...? Como los astronautas cuando van por el espacio...

Estaba súper ruborizada. Aún sentía la carita de Tsuki entre mis pechitos, y su cuerpo tan pegadito al mío... ¡Ay! ¡Qué vergüenza! >///< Y las palabras pervertidas de Yumi pues tampoco es que ayudaran mucho... Además, no sabía como explicar lo que había pasado... ¡no quería pecar de cotilla! Pero es que... juraría que Tsuki había gritado y yo había ido con mi buena intención de ayudarle. Sin embargo, se le veía como nunca (a excepción de casi morir asfixiada por mi culpa, claro).

—¿Ade? ¿Estás bien? —pregunté luego, acercándome a mi compañera e inclinando un poquito mi torso, si la chica miraba para atrás vería mi carita ruborizada aún y quizás la silueta de mis senos y mi cuerpo que, al estar inclinada, daban como resultado una visión bastante sexy. Pero claro, era una chica como yo, ni siquiera imaginé que eso podía ser pervertido a los ojos de un chico, pero porque ella no era chico, ni mucho menos. Era una chica tan guapa y femenina como lo éramos las demás.

¿Alguna vez os ha pasado que algo en particular os guste muuuucho mucho pero que al mismo tiempo os genere mariposas en el estómago y os de como muuuuucho miedo? No sé... ¡como cuando es tu cumpleaños y no sabes qué va a pasar! ¡O o... cuando te mueres de ganas de acariciar a un toro! ¡No, espera, ya sé! ¡Las ferias! ¿Alguna vez habéis visto un tobogán gigante de agua? De esos que tienes que subir una gran escalera para luego tirarte y dar vueltas y vueltas, mientras la adrenalina recorre todo tu cuerpo y tienes miedo de morir pero al mismo tiempo no te arrepientes de dónde estás porque te encanta de verdad y todo eso... ¡Pues eso me pasaba a mi! ¿Con los toboganes de agua? ¡Nah! Bueno, sí, un poco... ¡Pero el caso es que me pasaba especialmente con las mujeres!

"A-ah..." cuando me di la vuelta, aún en el suelo, sentí un millón de mariposas en el estómago. ¡Estaba rodeado de hermosas chicas doncella! ¡¡QUÉ MIEDO!! ¡¡PERO QUÉ GUAY!! Con cuerpo tembloroso intenté ponerme en pie, pero entonces una de ellas se acercó y se inclinó y me tendió sus pech... ¡di-di-digo, una mano! Y-y me dio un vuelco al corazón cuando... cuando pronunció mi nombre al preguntarme si estaba bien... ¡Me pareció... un verdadero ángel! No, espera, si sí que era un ángel de verdad, con sus alitas y aureolita...

Me puse rojo como un tomate, y me empecé a acalorar también por... eh...

"¡KYAAAAH! ¡L-L-LO SIENTO LO SIENTO LO SIENTO! ¡NO ESTABA PENSANDO NADA RARO LO JURO!" exclamé mientras todavía desde el suelo a toda prisa usando los brazos rápidamente intentaba huir de las chicas arrastrándome por el suelo hacia atrás. Mis manos se resbalaban por el suelo recién fregado y las distancias que recorría parecían seguir siendo minúsculas aún pese a que moviera los brazos lo más rápido posible. ¡MUJERES SENSUALES POR TODAS PARTES! ¡SOCORRO!

Como si el caos no fuera suficiente. Atraida por el jolglorio P-231 apareció en ese momento cruzando la esquina con una gran escoba en sus manos dispuesta a barrer "la suciedad" que habia en el suelo, todos esos cuerpos de carne que estaban llevandose la capa de cera que acababa de poner! pero que les pasaba?! asi que ni corta ni perezosa, se acerco a las chicas que aun estaban intentando levantarse y sin preguntar, ni sentirse (por que los robots no sienten como van a sentir? son robots)culpable por ello. Comenzó a barrer a las jovenes arrastrandolas hacia la alfombra,concretamente debajo, pues la suciedad era demasiado para guardarlo en su caja de capacidad de suciedad, y no podia permitirse que nadie lo viera. La alfombra era buen lugar

La bañera ya se estaba llenando de agua calentita. Fantástico. En unos 20 minutos el agua estaría lista. Tan solo tendría que volver luego para asegurarme de que no se desborda. Ahora a ocuparse de todo lo demás.

Ah, más abajo se oían voces. Serán las otras. Bien, necesitaría ayuda para preparar el resto de la casa. Solo un par de vueltas y... Ahí están. Montadas la una sobre la otra bajo la alfombra una vez más. Ahora hasta la nueva se había apuntado. Los orgánicos es que son unos sobones, la verdad. No es que esto debiera sorprenderme, en realidad. Accidentes que llevan a situaciones sugestivas es prácticamente algo diario en esta casa. También estaba ahí la otra robot limpiadora. ¡Ser una máquina aguafiestas inexpresiva es MI trabajo, perdone usted!

Pero hay que preocuparse del futuro. Lancé una mirada de juicio a la montaña que se encontraba bajo la alfombra y continué con mi objetivo: -Lady Iona, Ama de Llaves Suprema de la Tierra...- ¿Qué puedo decir? Así es como quiere que la llame. -...he identificado una serie de asuntos de los que preocuparse.

1.- Comida. Dependiendo de la hora del día en la que llegue la nueva ama, habrá que hacer desayuno, almuerzo, comida, té o cena. Recomiendo que se ocupe alguien que sepa las preferencias alimenticias de la señora.

2.- Suelos. La nueva señora podría llegar antes de que P-231 termine, así que tal vez sería mejor ayudarla.

3.- Dormitorio. Hay que prepararlo.

4.- Despacho. Hay que comenzar a limpiar el despacho del antiguo señor, que empieza a dejar hollín por el pasillo. Puede que eso no lo terminemos hoy. Hay muchas cosas que limpiar allí.

5.- Baño caliente. Me he tomado la libertad de comenzar esa tarea yo misma.

6.- Otros. A otra persona se le pueden ocurrir otras ideas.

Lady Iona, Ama de Llaves Suprema de la Tierra, sugiero que delegue tareas.

Eficiencia.

Recapitulemos, ¿qué diantres acababa de pasar? Sophiel y Tsuki se habían caído al suelo, ella les había ofrecido la mano para ayudarlas a combatir la fuerza gravitacional, Ade apareció como salida de la nada y se unió al maremágnum de muslos y brazos que había en el suelo. Con semejante jaleo las otras maids empezaron a aparecer, observando la situación y dudando de si acercarse a aquella montaña de carne.

Y por supuesto, antes de que pudieran levantarse y recolocar sus órganos internos, apareció la unidad robótica P-231, la cual las barrió bajo la alfombra como si fueran desperdicios. Desperdicios humanos, ¡tenía gracia! Tanta, que Iona empezó a reírse a carcajada limpia mientras contemplaba a las pobres víctimas de la máquina limpiadora siendo llevadas bajo la alfombra. Risa que se le cortó en cuanto ella se vio arrastrada también. Y es que aún no se había soltado de la mano de Sophiel, por lo que el ama de llaves terminó bajo la alfombra al igual que el resto de doncellas.

 -¡Estúpido montón de chatarra! ¿Cómo se te ocurre hacerle esto a Iona, la más grande entre las grandes? ¡Tienes suerte de que no tenga a mano un mazo!

No fue hasta que la otra unidad robótica de la casa se acercó a llamarla que el ama de llaves dejó de quejarse. Tareas, ¿para qué tener tanta prisa si el anterior amo había muer...? ¡La nueva ama! ¡Que llegaba en nada! ¡Y ellas con un montón de doncellas bajo la albombra! Que sí, que habría amos a los que eso les resultara interesante, pero Iona no pensaba arriesgarse.

Se arrastró para salir de debajo de la alfombra, levantándola después para dejar espacio a las chicas y que se levantaran también.

 -¡Muy bien, en marcha! Tenemos mucho que hacer y poco tiempo, por lo que necesitamos una estrategia para abordar las tareas pendientes que ADA nos ha transmitido. En primer lugar está el asunto de la comida. Teniendo en cuenta la hora que es, seguramente la nueva ama llegue para ingurgitar el almuerzo y no el desayuno, así que tenemos tiempo antes de que sea una tarea urgente.

Señaló el suelo por el que se habían estado revolcando minutos antes.

 -El suelo es más imperativo. Y preparar el despacho y el dormitorio, porque si es una terrícola digna, querrá que haya orden y disciplina en toda la casa, incluyendo las habitaciones. Así que pregunto, ¿voluntarias para estas tareas en las que nos jugamos nuestro prestigio como doncellas terrestres perfectamente normales y profesionales?

¡AAAA...AAAAA... ACHÚÚÚÚÚÚÚÚÚS!

Todo pasó tan rápido... Estaba mirando a Ade y preguntándome por qué la chica había reaccionado de esa forma tan rara cuando noté que algo me daba un empujón en todo el pompis haciéndome caer otra vez, llevándome esta vez a Iona conmigo, y acabando dentro de una alfombra llena de pelos de animal, ácaros, algún que otro tornillo suelto (seguro que de ADA) y pelosas...

¡AAAAACHÚÚÚÚÚUS!

Ay, y eso que yo al polvo le tengo un poquitín de alergia... menos mal que tenía un pañuelo cerca con el que sonarme mis moquillos angelicales. Ay, que gustito... y qué suerte haber traído clinex conmigo. Ehm, espera, ¿había cogido clinex antes de salir de la habitación? Uy, si es el traje maid de alguna de mis compis... jiji :D . Menos mal que debajo de la alfombra nadie se dará cuenta de mi delito. Pero... ¡era hora de salir!

—¡Yepa~! —di un salto en cuanto Iona levantó la alfombra, luego me coloqué en posición militar de saludo—. Yo me puedo encargar del despacho si es menester. Aunque podríamos hacer grupos para hacer mejor el trabajo, ¿no? ¿Alguien quiere ayudarme a dejarlo todo como los chorros del oro~?

Mire como eran empijadas bajo la alfombra, y no sabia si desaparecer o tal vez meterme con ellas, parecia divertido, pero comenzaron a salir llena de pelos, despeinadas y demas ... 

—¡Yepa~! —di un salto en cuanto Iona levantó la alfombra, luego me coloqué en posición militar de saludo—. Yo me puedo encargar del almuerzo si es menester. Aunque podríamos hacer grupos para hacer mejor el trabajo, ¿no? ¿Alguien quiere ayudarme a preparar un buen almuerzo~?

- Yo te acompaño, - dije de forma muy educada y sonriendo a Sophie , sabia que mi habilidad para hacer cualqueir cosa era nula, pero intentariamos pasar desapercibido en lo posible  

Casi pude sentir como mi látigo de amor se materializaba en mi mano. Cuando fuimos arrastradas bajo la alfombra. Me removí de un lado a otro agarrandome de cuanto podía, ¿Qué es eso suavecito? Pensé apretando despacio hasta que descubrí que era el trasero de alguien. Ya no aguanté más y rodé fuera de ese diminuto espacio.

Al salir y ponerme de pie me di cuenta que con todo el alboroto había empezado a sudar y mi frente empezaba a parecer una cascada. Inflé mis mofletes avergonzada, estupido cuerpo mortal dije para mis adentros.

- Yo prepararé el dormitorio, no tardaré nada lo juro

Hice un chasquido con mis dedos para desaparecer antes de que vieran lo mojada que estaba, por el sudor no por nada raro, malpensados. ¿Que por qué no había usado antes mi poder de transportación? Pues porque se me olvidó... que esperaban un Ángel me estaba poniendo el pecho en la cara.

Luego de ducharme y cambiarme otra vez en menos de 10 minutos como las reglas demoniacas de Maids espias indicaban me dirigí a preparar el dormitorio de la ama. Lo llenaría de flores y cosas de color rosa, les aseguro que así luce el infierno, también hay unicornios.

No creo que sea apropiado que esteis montando semejante alboroto en el rellano..y menos que esteis jugando con las alfombras de importacion libanesa del antiguo maestro-dijo de pronto una voz detras de Iona y podeis ver como de las sombras aparece un hombre algo de pelo blanco y uniforme claro oscuro con una voz amable pero un poco sibilante, arrastrando ligeramente las palabras. El mayordomo, Adrien, siempre parecia encontrar la manera de aparecer donde quisiera cuando quisiera sin hacer el menor ruido, y siempre os daba un buen susto; es como si oliera los problemas. Os sonrió de forma amable, pero notais en sus ojos como os analiza una a una buscando cual esta dando problemas para "correcionarla" hay algo extraño en su forma de ser, una parte da miedo, pero al mismo tiempo es el caballero ideal y elegante por el que cualquier mujer suspiraria. El parecia fingir que no se daba cuenta o si lo hacia parecia divertirle fingir que no era consciente de este hecho.
Iona....deberias poner un poco de orden entre tus chicas....la ama llegara de un momento a otro, y dudo que le guste semejante alboroto, ademas tendremos que estar todos en la entrada para recibirla...yo me daria prisa...

En el tiempo de unos segundos acabé barrido bajo la alfombra y aplastado por un montón de cuerpos de chicas maids. Algunos, como yo, pensarían que eso es una especie de mini-paraíso, pero se olvidarían de que debajo de la alfombra estaba todo lleno de polvo. Entre estornudos fuimos saliendo, y yo aproveché para escaquearme de vuelta a mi habitación, a cambiarme rápidamente. Alguien había estornudado encima de mi uniforme... "¿Por qué me pasa esto a míiiii?" lloriqueé en mi habitación. ¡Pero solo unos segundos! ¡Debía ponerme manos a la obra! Rápidamente me cambié a un uniforme limpio (suerte que todas las criadas teníamos muchos conjuntos todos exactamente iguales, ¡ese es nuestro secreto para estar siempre limpias!).

Al salir vi que el mayordomo Adrien andaba regañándonos. Me empecé a mover sigilosamente pero sus ojos se posaron sobre mí, dándome un escalofrio de culpabilidad. ¡Pero no pretendía huir del trabajo! S-s-sólo de la regañina. Al final tuve que aguantarla como las demás, pero Adrien tenía toda la razón del mundo, y fue muy educado con nuestra regañina. ¡Todo un ejemplo a seguir! ¡Algún día yo dejaría de tener que llevar un traje de sirvienta y podría vestir un traje de hombre elegante! Bueno, si es que conseguía superar mi miedo a las chicas...

"¡Voy de inmediato a limpiar el despacho!" exclamé poniéndome firme y salí corriendo hacia allí. ¡Algo muy importante, tenía que asegurarme de que no hubiera pruebas incriminatorias de mi identidad real allí! Oh, y limpiar, claro. Limpiar era importante. ¡Había que causar buena impresión a la nueva Ama!