Partida Rol por web

Observo a todas las presentes una s una en silencio notando lo variopinto de su aspecto. Si le gustaba o no, no lo dejó entrever. Sin embargo cuando los entrantes llegaron no dudo en tomar uno y degustarlo. (cocinera 1d6 de favor) Tras asentir con aprobación volvió a miraros

-bien, ¿quienes sois y cuál es vuestra función aquí? ¿Hay algo que deba saber de la casa? 

 -Por supuesto, procederé a explicárselo de inmediato. Bien, ejem...

Carraspeó antes de adoptar una pose que gritaba "epicidad".

 -¡Yo soy La Suprema Ama de Llaves de la casa, Iona la Grande! ¡Llevo esta casa y a sus eficientes y perfectas doncellas a la más absoluta y perfecta, eh, ¡perfección!! Aparte de mí también se encuentra el mayordomo Adrien y la maquinaria autónoma de limpieza regular, P-231. En cuanto a las doncellas, aquí las tiene, Ren, Ade y Sophiel. Son auténticas profesionales entrenadas para llevar una mansión de estas características y, según el anterior amo, eran ¡va-va-booom!

Significara lo que significase eso, aunque Iona tenía la sensación de que se refería a su potencial como artilleras. Y tres artilleras siempre venían bien. Tras decir todo aquello, Iona dio un par de palmadas y miró a las otras doncellas.

 -Muy bien chicas, presentaos a la nueva ama. Que vea vuestra refinada educación y vuestro impecable entrenamiento.

Cuando la ama de llaves dio la orden, yo alcé mi brazo e hice el saludo militar con toda la energía que me era posible. Después de todo, para mí Iona era como una sargento. ¡Más maja ella!

—¡Haiii! —grité—. ¡Yo soy Sophiel! ¡Lista para servirle, ama! Pídame lo que quiera, y yo se lo daré.

¡Ja! Estaba claro, quizás no muy refinada... pero impecable había sido mi presentación. Tan impecable que no rompí mi saludo en ningún momento. Mi mirada estaba clavada al frente, sin pestañear y mi aureola brillaba de vez en cuando dándome un aire marcial más que bonico y precioso. ¡Idílico! ¡Ésa era la palabra!

Di unos pasitos hacia un lado para salir de mi improvisado escondite detrás de Sophiel y procedí a obedecer las instrucciones de la Ama Caroline y la Suprema Ama de Llaves Iona de presentarme, aunque tenía mucha vergüenza. Por eso, con expresión nerviosa y algo sonrojado, hice una reverencia levantando ambos lados del vestido al tiempo que me inclinaba ligeramente.

"Y-yo soy Ade Shide, encantad-... ¡encantada!"

Observe como las demas se presentaban y cuando llego mi momento, con una gracia entrenada durante mucho tiempo, me adelante y con una reverencia me presente a la nueva ama.

- Mi señora yo soy Ren, estoy a su completa disposición tanto para el cuidado de la casa como la defensa de sus habitantes ..., es un placer conocerla, mi señora -

-Bien..... 

La mirada de vuestra maestro posa brevemente de una a otra en un tenso silencio, como si decidiera si esta conforme o no con vosotras, tras un momento coge un bocado del plato y se lo lleva a los labios

Chicas tiradme todas astucia, que esto no me deja añadir notas xD) 

Estáis viendo como vuestra ama va a llevarse el bocado a la boca cuando caéis algo en la cuenta, si el asesino quiere matar a la ama podría haber adulterado una comida que en realidad lleva un buen rato sin vigilancia y por lo que sabéis... Se mueve muy deprisa... 

Iona contempló henchida de orgullo cómo la larva del amo se disponía a ingurgitar el delicioso conjunto de nutrientes preparado por ella y que estaba totalmente delicioso. Y que se había quedado solo, sin vigilancia en la cocina. En una mansión donde circulaba una especie de asesino ninja sigiloso y rápido como un pedo venenoso. ¡Rayos y retruécanos!

Rápidamente el ama de llaves se abalanzó sobre la comida del ama, quitándole el tenedor de la mano antes de que se comiera el bocado y cayendo al suelo por el impulso que había tomado. Mecachis, ¿cómo no lo había pensado antes? ¡Había estado a punto de dejar que el ama se envenenara! Uy, cómo la estaba mirando, ¡rápido, una excusa!

 -Eeeeh... ¡Se me había olvidado sazonarlo! Está soso y desagradable, ¡además de recalentado!

Iona se levantó y realizó una pequeña reverencia, disculpandose delante del ama.

 -Lo siento. He intentado servirle una comida indigna haciéndola pasar por un plato de alta cocina. ¡Me dispondré a arreglar este estropicio de inmediato!

Cuando veo lo que ha pasado y que Iona no ha sido capaz de hacer lo necesario apra evitar que se coma eso, no veo otra posibilidad.

- Lo siento mi ama , no le he saludodado como es debido ... -

En ese momento me abalanzo contra ella y le como la boca sin reparo, tiendo mi lengua dentro de su boca para sacarle y tragarmela yo si fuera necesario, aunque posiblemente la escupiría, por la posibilidad de que pudiera estar envenenada. Me esfuerzo con esmero de sacar toda la comida de su boca y meterla en la mia de forma senxual y pervertida ...

Cuando vi que Ren se lanzaba sobre la ama como una pervertida en celo, me tiré yo contra ella tratando de evitar el morreo indigno y pervertido que estaba a punto de suceder. ¡Ni hablar! ¡No en mi presencia! La pureza y virginidad de la ama debía ser conservada. Claro que... ni idea tenía yo de que la comida podía estar envenenada.

—¡Para, Ren! —decía, mientras daba manotazos en toda la cara a la ama en mi intento de salvarla del morreo.

Una de dos, o moría envenenada o nos la cargábamos nosotras...

Entre la confusión las frentes de Sophiel y Ren se golpean dolorosamente y con sonoridad, mientras esto ocurre en el tropiezo, Iona ha agarrado la falda de ren y con un rasgar caracteristico esta ha caido hasta los tobillos dejando a la vista la ropa interior de la maid(si es que lleva claro) frente a todos. Pasa todo tan deprisa que no estais seguras de si la ama se ha comido o no ese bocado, lo que es seguro es que le habeis tirado lo que queda del plato por encima poniendola perdida de comida....

Menudo desastre. ¡Era el mayor caos que Iona había visto en su existencia! Y hablábamos de una alienígena perteneciente a una raza conquistadora de planetas. ¡Había que hacer algo pero ya! Empezando por salvar a la larva del viejo amo, que si se les moría les caería una reprimenda y una bajada de sueldo. ¡Dinero que ella necesitaba para seguir comprando materiales para la conquista! Dita sea...

 -¡A ver, a ver, calma! ¡Chicas, demostrad que somos dignas doncellas terrícolas más que capaces de hacer frente a cualquier evento que amenace nuestra integridad!

Iona respiró hondo, que después de decir aquello se había quedado sin aire en los pulmones.

 -¡Así que pongámonos en orden! ¡Ren, Ade, traed el botiquín de primeros auxilios! ¡El bueno, el que está en el baño del antiguo amo! ¡Sohipel, aplica tus conocimientos sanitarios básicos para posibles envenenamientos! Yo iré a por ipecacuana que tengo en la cocina, ¡eso hará que la nueva ama eche el alimento posiblemente envenenado que no sabemos si lo está pero por si acaso!

Otra pausa para coger aire y el ama de llaves marchó hacia la cocina a todo correr. ¿Que por qué guardaba un vomitivo como el jarabe de ipecacuana en la cocina? Bueno, el café de la mañana estaba de cine con una buena cucharada de ese jarabe. Y las tostadas. Y los huevos revueltos. ¡Era de lo mejor para aderezar la comida que había en la Tierra! Le recordaba tanto al guiso de bnorgler que preparaba su padre, ay... ¡No! ¡Nostalgias ahora no, ya habría tiempo para eso! Lo primero era lo primero. Y era coger ese jarabe y la cuchara.

¡Ay, Santo Cielo! ¡Qué nos habíamos cargado al ama! ¡Estaba toda estresada pensando que íbamos a tener que buscar una nueva amita a la que cuidar que casi ni presté atención a ninguna otra cosa! ¡Y eso que en la frente comenzaba a salirme todo un señor chichón del golpetazo con Ren!

—¡Ay! ¡Ama! ¡Lo siento!

Los ojitos se me pusieron todos llorosos, haciendo unos pucheros que ni los de mi abuela... ¡qué sí! ¡qué soy un ángel! pero como los pucheros de las abuelas ninguno... Peeero, en fin... dejémonos de pucheros: tenía que guardar la compostura y tratar de salvar la situación. Así que, tras pensar en un nanosegundo, fui a meterle los dedos en la garganta.

¡Porque seamos científicos!: meter los dedos en la garganta a alguien para hacerle vomitar lo que hubiera comido envenenado antes de que las toxinas se liberaran en su estómago era lo mejor que se podía hacer en estos casos. Luego se le daría el medicamento por si las moscas.

—¡Tranquila, ama! —dije, antes de proceder a mi intervención médica—. ¡Yo le salvaré!

O la salvaba, o la mataba del todo. Pero ahí estaba yo, toda heróica haciéndolo como dios manda. ¡Amén!

Ren ya no sabia que hacer, tras comerle la boca a la Ama, no sabia si podia liarla aun mas, pero cuando vio que Sophie estaba intentando estrangular a la ama desde dentro sabia que ella era la asesina, asi que intento apartarla de la ama para defenderla.

- NOOOO no le hagas daño a la Ama, ella es buena y debemos protegerla ... -

La ama tose y trata de apartarse de vosotras buscando protegerse, sin dejad de toser violentamente hasta tener arcadas, sus ojos están algo desorbitados, sin entender que es lo que estaba pasando