Partida Rol por web

Su rostro se tuerce en una sonrisa sádica cuando Casius sugiere dejarla agonizar simplemente. Tiene los ojos llenos de lágrimas que no quiere soltar, así que los cierra un momento mientras asiente a Casius.

- Me parece genial - dice después de calmarse un poco - Ahora mismo es como una puta lagartija mutilada, que se joda.

Se acerca a Kim y siguiendo las instrucciones de Casius lo coge de un brazo e intenta moverlo sin hacerle mucho daño. Había creído que no les pasaría nada mientras estuvieran los tres juntos y ahora se daba cuenta de la realidad. Y qué jodida era.

- Llevémosle a ese árbol, donde están las mochilas... igual tenemos algo en el botiquín para ayudarle...

 Kim observa la eternidad del cielo, la herida de la pierna de dolerle tanto ha dejado de dolerle lo que significa que las cosas no van bien para él. Empieza a acordarse de sus padres y su familia. Había conseguido un buen puesto en los juegos, ¿Quinto?  Ahora sus compañeros vendrían a darle una muerte rápida y todo acabaría. Pero para su sorpresa no lo hacen.

¿Qué.. haceis? Ughh.. -gime algo de dolor cuando es arrastrado más alejado de la loca- Dejadme.. estoy acabado, los juegos ya han terminado para mí.

Observa las lágrimas en los ojos de Tess. ¿Realmente lloraba por él? Acaso de verdad se habían empezado a considerar amigos?.

No llores Tess.. no lo... -tosidos sangrientos- entiendes. Sin contar a esa mala zorra... debemos de quedar cuatro. ¿qué pasara cuando cacemos al cuarto y solo quedemos nosotros? 

Deja el espadón al que estaba aferrado dejandolo caer por el camino. Ya no podría usarle, así que saca su ligero cuchillo de combate como buenamente puede y se lo acerca al cuello.

Teneis que matarme... 

Al menos así moriria con la conciencia tranquila de no haber matado a sus compañeros de grupo traicioneramente. La idea le rondaba por la cabeza ultimamente y le avergonzaba, pero no se habia atrevido a llevarla a cabo.

O bien... puedo ser el cebo para que el cuarto venga hasta mi creyendo que soy presa fácil... 

sí.. eso sería más útil para el equipo Lee..

Sonríe debilmente y vuelve a toser.

couhghh.

Tienes que ganar por nuestro distrito.. 

Susurró cuando la peliroja estaba a su lado.

Una vez que dejamos a Kim apoyado contra un árbol abro el botiquín que llevo arrastrando estos días para darle por fin uso. Me quedo mirando el contenido, a ver que podemos usar para curarle si aún es posible. Por lo menos tenemos que intentar parar la sangría de la pierna.

Yo sé muy poco de medicina, si tú sabes algo puedes intentarlo.

Con dudas busco algo para cauterizar y cerrar vasos sanguíneos. Luego ya intentaremos desinfectar y vendar.

Torpemente, Casius logró detener la hemorragia en gran parte haciendo un torniquete y apretando la herida con una venda.

Sin variar su postura, tumbada y con la mirada perdida, había oído a los dos tributos que seguían en pie declarar que iban a dejarla ahí para que sufriese y tuviese una muerte lenta. Si hubiese tenido fuerzas y ánimos para maldecir, lo hubiese hecho. Pero luego pudo oír como arrastraban al chino lejos de ella, hablando de "ponerlo a salvo" y de "ayudarle", y oía a la chica llorar. Esto casi le provoca un doloroso ataque de risa. Tal y como había imaginado la primera vez que el oriental habló del "equipo Lee" en el hotel, antes de empezar esa locura, esos se creían que estaban en un picnic, y que eran una superpandilla de amigotes felices, y que podían ganar todos. Ahora, a la que les había pasado algo mal de verdad, su ilusión se desmoronaba. ¿Cómo podían ser tan estúpidos? De estar en la situación opuesta ella no hubiese dudado en rematar a Lenny. Porque el tributo del distrito 3 podía ser una tarado peligroso, pero lo que ella había valorado en él desde el principio era su realismo. Los dos sabían que sólo respetarían la vida del otro mientras fuesen útiles. Scoth nunca fue útil mas que para cargar una mochila, y por eso le llegó su hora. Ahí no había amistades ni compañerismos, ni lealtades. Le irritaba que esos tres hubiesen llegado tan lejos...

Pronto dejó de oír a los otros tributos, y dejó de escuchar el ruido de la motosierra, aún encendida sobre el cuerpo de Lenny. Su mano dejó de abrirse y cerrarse. La única evidencia de que seguía viva eran las tenues nubecillas de vaho que salían de su nariz y su boca. Pero para ella, lo que le indicaba que seguía viva era el dolor que la recorría de pie a cabeza.

Aparta el cuchillo del cuello de Kim con suavidad. Entiende perfectamente la situación, pero se le hace difícil aceptar la decisión de su compañero de distrito.

- Espera un poco... - dice viendo como Casius le para la hemorragia - Es verdad que quedamos pocos pero... - se gira para mirar a Amanda. Está muy malherida, pero en este juego ya se han llevado demasiadas sorpresas y no quiere que les tire un cuchillo o cualquier cosa parecida. De hecho, tal vez debería comprobar si el psicópata lleva alguna arma más útil que la aparatosa motosierra.

- Lo del cebo no me gusta, - dice mientras recupera su mochilita y coge de nuevo el hacha. No puede ayudar a Casius y han estado haciendo tanto ruido que teme que aparezca algun otro tributo - nos libraremos de quien sea, no te preocupes... - se le quedan las palabras atascadas y se arrodilla al lado de Kim. Sabe que está un poco fuera de lugar, pero le da un abrazo intentando consolarlo, no puede evitar sentirse como se siente - Lo siento...

Le susurra al oído cuando le abraza.

Ayúdame con Casius. Que sea rápido...

Termino de atar fuerte la venda y le levanto lentamente. Ya está, no puedo hacer nada más.

Al escuchar a Tess me aproximo con mucha precaución hacia Amanda, debe estar viva todavía. Miro en todas direcciones por si alguien o algo se mueve. Si la rubia sigue clavada al suelo le quitaré cualquier cosa que lleve o arma, mochila, etc. Luego me alejaré con lo de Lenny también a lugar seguro y examinaré el botín.

¿Qué hacemos con ella? ¿La matamos sin más? ¿La dejamos sufrir?

Gracias .. tio... uhg...

es mas de lo que me esperaba..

Kim sonrie debil y observa los cuidados de Casius, no es que sea el mejor médico del mundo, bueno que diablos, ni siquiera lo es, pero hace su mejor esfuerzo por detener su hemorragia. Se incorpora minimamente recibiendo el abrazo de Tess y mira al cielo maldiciendo los juegos. Desde casa y en tu televisor parecían algo irreal, un espectáculo, incluso divertidos... pero ahora se maldecía por ser tan estúpido y desgraciado.

Observó como Casius se acercaba a la rubia leñadora.

Merece sufrir pero es mejor que la remates cuanto antes... no sea que nos ocurra una desgracia a todos y al final gane esa desquiciada..

Suspiró y apretó los dientes de nuevo por el dolor ,miró a Tess ahora.

Si de verdad quieres que sobreviva y contando con lo que tenemos...vas a tener que cerrarme la herida..-trago saliva por lo que iba a decir que le hicieran- quemándola.., creo que tengo materiales ... en mi mochila.. y.. el botiquín para la otra pierna..

Cuando Casius se aleja a revisar el botín mira a Tess algo turbado y susurra.

¿Qué te ayude?

Pero.. pero.. ¡me acaba de curar la pierna! No puedo atacarle..

No, ahora ya no puedo si no lo hace él primero...

Ughhhhh jodeeeerrrr.. mi pieeerna...

Negó con la cabeza con una mueca mientras apretaba los puños por el dolor.

Pero cuando debas hacerlo te recomiendo que sea cuando esté durmiendo... será fácil, rápido y... con suerte no se enterará de nada.. 

Cuando Casius se acercó a rematar a Amanda vio que en la lejanía se acercaba alguien. Tal vez una chica, rubia y llena de sangre. Parecía moribunda.

Hace un esfuerzo para que no se le vuelvan a soltar las lágrimas monumental.

- Lo sé... es rastrero por mi parte decirlo... pero no creo que volvamos a pasar la noche aquí...

Calla y mira al suelo, la situación le empieza a superar.

Mira la herida de Kim y hace una mueca.

- Yo... no creo que pueda ayudarte... Te traeré el botiquín, pero no tengo ni idea de utilizarlo - confiesa Tess.

Se fija entonces que Casius se ha acercado a donde están los otros dos tributos tirados en el suelo.

- Cuidado, Casius. Puede estar haciéndose la muerta, yo no me fiaría de esa... - dice mientras alcanza el resto de contenidos del botiquín a Kim - Deberías rematarla de una vez con una flecha.

Luego se acerca con cuidado a donde está Lenny, dando un rodeo para no estar al alcance de Amanda por si acaso. No quiere la motosierra para nada, pero tal vez lleve algo más útil. Está convencida de que los patrocinadores se habían portado bien con ese loco.

Rápidamente recojo el mandoble que usaba Kim y atravieso con él a la rubia dejándola empalada. Luego me dirijo agachado hacia Tess para prepararnos a recibir a la nueva visita.

Tenemos visita Tess, alguien viene hacia aquí. Será mejor que nos ocultemos.

Rápidamente recojo el mandoble que usaba Kim y atravieso con él a la rubia dejándola empalada. Luego me dirijo agachado hacia Tess para prepararnos a recibir a la nueva visita.

Cuando estaba trasteando con el botiquín que Tess le lanzó, Kim escucha las palabras de Casius y enmudece tragando saliva.

¿Visita? Mierda..

Joder... ..

Se queda pensativo unos segundos y lo que el dolor le deja , claro.

Pasadme un arma más ligera.. ughhhh.. la katana Casius, escondeos, seré el cebo..

Tampoco me queda otra.. 

Con el follón que hemos montado no me extraña...

Asiente a Casius y se aleja con él, con su hacha y su honda preparadas. Coge su espada y se la da a Kim.

- Ten, hazte el muerto pero con la la espada preparada... nosotros vigilaremos escondidos - dice mirando a Kim y a Casius alternativamente.

Cuando la sombra de Casius pasa sobre los ojos vidriosos de Amanda, éstos se abren de golpe y le miran. Los dientes se cierran en una mueca de furia, furia por ese dolor que la está atormentando, furia por no poder volver ya nunca a casa. Más movida por instinto que por pensamiento racional, la mano sana de Amanda agarra el arma que la chica guardaba en su cinto y la libera de un tirón. Es un mangual, un corto mango de madera unido a una cadena, al final de la cual hay una mortífera bola de pinchos, que aún conserva sangre reseca de los dos tributos a los que ha golpeado hasta ahora. Con desesperación pero sin mucho tino, la chica lanza un golpe hacia las piernas de Casius, mientras grita con el poco aire que llega aún a sus pulmones. Ha oído decir al tributo que alguien más se acercaba, y eso podía ser una distracción para esos dos.

 El golpe sólo alcanzó el aire, pues a la chica apenas le quedaban fuerzas para sujetar su arma. Miró a Casius, desafiante, y a la enorme espada que empuñaba. Dibujó una sonrisa sarcástica.

- ¿Así me agradeces que haya quitado de en medio a tu rival más peligroso? - dijo, refiriéndose al chino ese. Echó a toser tras decir esas palabras. Cada vez tenía menos fuerzas, y tras este estallido de adrenalina la vista se le volvía a nublar. Deseaba que todo terminase de una vez. No era ese el final que hubiese preferido, pero en la vida no todo sale cómo esperas.