Partida Rol por web

Dylan no podría culpar a su hermano por ir a ver a su novia porque él haría lo mismo. Avanzo un par de pasos con algunas palabras que nunca salieron de su boca y su mano estirada intentando fútilmente agarrar a Huw pero decidió dejarlo ir. Luego las palabras de Chris, su hermano mayor, lo sacaron de aquel trance. – Si, vamos por Daniel. – Él tenía esperanzas de volver a ver a Huw antes de… antes de lo que fuera a suceder. 

En poco tiempo llegásteis a casa de Daniel. No estaba lejos de la vuestra, y ya habíais estado antes, cuando vísteis a Morgan Clayton. Nada más llegar, oísteis varios golpes secos detrás de su casa. Tras rodearla pisando la nieve acumulada alrededor, vísteis a vuestro amigo con una hacha en la mano, desmenuzando pequeños troncos de madera (seguramente para la chimenea o hacer algún fuego de barbacoa). Allí os plantásteis, delante de él, observando cómo cargaba el brazo y cómo los maderos restallaban. Por un momento miró al frente, a vosotros, pero allí no había nadie. Luego resopló, y siguió cortando troncos, en silencio.

Huw se precipitó corriendo, y ni siquiera sus hermanos pudieron detenerle. ¡¡RHONDA!! ¿podría ver a su amada? Sus pisadas resonaban sobre la nieve del camino, y en su recorrido hacia la casa del molino no encontró a nadie ¿estaría allí? Subístes a todo trapo la cuesta del molino, y sentías cómo tu corazón latía por el esfuerzo. De un golpe abriste la puerta... OSCURIDAD ÚNICAMENTE. Allí dentro no había nadie... Tampoco en el molino que abastecía a los habitantes de Llandwydd.

Christopher siguió a Dani hasta su casa y le observó mientras partía leña. Todo estaba nevado.¿Nevado? Hace nada más un instante que había Pero eso fue hace ¿seis meses?. No, espera...¡nieve!. Hace tan solo un momento era 1 de julio. Si estuviesen en el mes julio, Llandwydd no estaría nevado. ¿Qué era esta locura? Ni siquiera alcanzaba a saber en qué día vivían. De pronto estaban en julio, de pronto habían...¿vuelto a la navidad del 1915? Intentaba dar sentido a lo que sucedía, pero no había forma. 

Se quedó contemplando a Dani. Nada, no conseguía comunicarse con él. Entró en su casa a echar un vistazo. Algo que le dijese en qué fecha estaban. Un periódico sería la pista más evidente.

La muerte era más confusa de lo pensado según Dylan. Ahora se encontraban en otra época del año, si es que seguía en 1915 porque tranquilamente podría están en cualquier año.  Observar a Daniel partiendo leña con su único brazo era algo realmente lamentable pero al menos seguía con vida a diferencia de los Evans. Los tres hermanos permanecieron por largo rato frente a Daniel y este miro en dirección a ellos pero sin ver nada. - Posiblemente exista una forma de comunicarnos con él y salir del Purgatorio. – Dylan intenta obtener alguna idea sobre aquello pero nada le llega a la mente salvo fragmentos de una tarde en la orilla del lago Gweld cuando hubo una pelea con los hermanos Lloyd. ¿Por qué aquellos recuerdos llegaban a Dylan en este momento? - ¿Chris, Daff, recuerdan aquella tarde de febrero en el lago cuando  hubo una pelea con ellos?

Respiro profundamente tratando de recuperar el aliento por el esfuerzo de la carrera. ¿RHONDA? Pregunto en voz alta mientras daba un paso dentro de la oscuridad. ¿Rhonda, donde estás?. Huw esperaba con nerviosismo la contestación de su amada, le daba igual donde estuviera o lo que hubiera pasado, ahora solo le importaba estar junto a su novia y saber que esta estaba bien.

Dafudd se encontraba también algo confuso al observar la escena con nieve. Si al principio había visto que aquella situación podría tener algunas cosas buenas, ahora se daba cuenta que no, que no parecían tener ninguna libertad de movimiento, no podrían ver más allá de lo que sus seres cercanos les permitieran por algún movito.

-Recuerdoun poco aquella tarde, ¿crees que tiene algo que ver con todo esto?.

No pensaba que fuera importante, si bien fueron un poco injustos, tampoco creía que fuera algo vital como para que tuviera algo que ver con lo que sucedía ahora, aunque todo podía ser.

De todas formas, lo que más preocupaba a Dafydd era la forma que tenían de percibir el mundo ahora y cuánto duraría aquello. ¿Huw estaría con Rhonda en la misma época?

-Lo había olvidado, pero sí, lo recuerdo. No me siento orgulloso de aquello. 

-¿Qué se supone?¿Que estamos aquí para redimirnos?¿Y cómo si no podemos interactuar con nadie?

Dafydd responde con otra pregunta y Chistopher también a lo cual Dylan responde – Es extraño pero desde que llegamos a casa para navidad hasta ahora había olvidado aquella tarde pero cada vez entiendo menos esto de estar muerto y ser un fantasma que vaga por la tierra de los vivos. Ahora comprendo la pena de los muertos porque su destino es incierto y la memoria es un cristal astillado al que le faltan piezas. Nuestro destino nos ata a Daniel y aquel día tiene que ver, estoy seguro pero tampoco creo que debamos pedir perdón por una pelea de borrachos. Aquella no fue la única. – Dylan continua observando al ex soldado tullido cortando leña como si de un momento a otro alguna señal llegase a iluminarlos.

Allí no había nadie.

Abriste las ventanas, y la casa de Rhonda era un completo "cirio": las mesas y las pocas sillas estaban colocadas en su sitio, pero llenas de polvo. No había ya los bellos cuadros que tu prometida se dedicaba a fabricar, y tampoco había marcas de fuego reciente en la chimenea. En la cocina, no había muestras de que allí se cocinase, ¡se viviese!, era como si aquella casa estuviera abandonada no hacía mucho. Ni el señor Rhys ni tu querida Rhonda se encontraban allí.

Cuando alguno de vosotros habló, Daniel elevó la vista.

Era como si hubiese oído algún retazo de vuestra voz, más bien de la voz de alguien. Pero allí no había nadie. Aguantó con su única mano el hacha apoyado en el propio suelo, y oteó su alrededor. Nieve. Nieve por doquier. Claro que, cuando miró a la que había acumulada en su propio porche, junto a los troncos apilados que cortaba, vio unas huellas. Para su visión y perspectiva, tres pares de huellas habían aparecido en la fría nieve de la nada (que no había sido sino las de vuestra llegada).

Daniel se quedó estupefacto, tragó saliva, soltó el hacha, y entró en casa. Parecía extrañado.

Dylan permanece atónito por varios segundos ante la novedad. El cree en los milagros y su fe hasta ahora había permanecido en el fondo de él pero el suceso le demostró que todavía era posible salvar la situación de la eterna deriva. Al ver que Daniel entra a la casa se dirige detrás de él. - ¡Por todos los cielos! Funciona, al fin funciona. ¡Vamos! – tras aquellas palabras el joven Evans entra a la casa.

Huw grito desesperado de dolor. ¡Rhonda! ¡Rhonda! ¡Mi amor! ¿Dónde estás? El mayor de los hermanos revolcó las cosas de la casa buscado algo. ¿Pero que buscaba? En la casa no había nada todo indicaba que sus ocupantes se habían marchado hace tiempo, pero Huw busco frenéticamente apartando sillas, abriendo armarios e incluso buscado debajo de las alfombras. Buscaba algo que le indicara que había pasado con su novia o algo que le recordara a ella una baratija, un pendiente o un trozo de vestido. Quería volver a sentir a Rhonda a su lado.

-No cantemos victoria aún- dijo Dafydd con temor por lo que podía pasar ahora.

Si todo seguía como hasta ahora, es muy posible que al entrar en la casa dieran un "salto" a un tiempo en el futuro y entonces ¿Daniel recordaría esto?. Por otra parte podían entrar y tal vez comunicarse con él y sabre algo más de por qué ocurre todo esto.

Realmente si todo esto era el purgatorio o la vida después de la muerte, cada vez le resultaba más desalentador a Dafydd

Nada había allí. Ni rastro de Rhonda, ni de su padre. Se habían marchado. Pero parecía que no estaban allí no porque no viérais a ningún vecino de Llandwydd desde el fogonazo de vuestra casa, sino porque la casa del molino parecía abandonada, como ausente, como si ya no contuviera habitantes. Tras buscar hasta debajo de las piedras, concluíste que tu prometida no estaba allí. ¿Pero, dónde, si no?

Entrásteis en casa, pisando la nieve del porche de la casa de Daniel y con cuidado de no tropezar con los maderos que cayeron. Su estructura, como ya sabíais, era similar a la de vuestra casa, solo que era simétrica. Daniel estaba punzando con un hierro candente algunos maderos que había hechado (no sin un poco de dificultad con su única mano) al fuego que logró encender. Había quedado abierta la puerta y justo se levantó para cerrarla cuando entrásteis vosotros e instintivamente la cerrásteis tras de sí.

A los ojos de Daniel... la puerta se había cerrado sola. Vuestro amigo se quedó mirando la susodicha extrañado, ahora con cierto recelo. El más joven de los Evans, Dafydd empujó con el codo sin querer un pequeño jarrón que había nada más entrar en el recibidor, sobre un mueble de madera antiguo. El jarrón cayó al suelo y se estalló en mil pedazos... Os dísteis un pequeño susto, pero Daniel... Daniel, que estaba mirando hacia allá por lo de la puerta, observó cómo aquel jarrón se había precipitado al suelo... ÉL SOLO.

¡¡Joder!! -murmuró mientras caía hacia atrás del susto-. Cayó en el sillón mecedora que había junto al fuego. ¿Qu...qué pa... pasa? -estaba algo asustado-. Se llevaba su única mano a la frente, rascándose también el cuello del nerviosismo.

Christopher observó sus pisadas con un viso de esperanza. Si podían interactuar con su entorno, podía comunicarse. Entró en la casa y vió disgustado como el jarrón se rompía. Tampoco era cuestión de arruinarle la casa a Dani. Se acercó a una de las ventanas, esperando que el vapor condensado en la ventana le permitiese dejar un mensaje a su viejo amigo. 

Con un dedo, rozó la superficie de la ventana, sin saber si realmente, iba a conseguir su objetivo. Siguiendo con su dedo la superficie intentó escribir.

"Somos los Evans. No tengas miedo. Ayúdanos".

Dylan de a poco comprende, como si de un reloj de arena se tratase, con cada grano de arena caído los recuerdos sobre aquella tarde junto al lago llegan. – ¿Por todos los cielos Chris, que hicimos aquella tarde? ¿Daffyd, que hice? ¿Qué hice? Por dios. – él recuerda la borrachera y al hermano de Daniel con aquella escopeta hasta el momento de ser arrojado por la ladera cuesta abajo. Dylan temía haber cometido el peor de los pecados. En su pesar se dejo caer contra la mesa de la sala.

Christopher intenta hacer memoria. Sus recuerdos son disfusos e incompletos. Poco a poco va juntando las piezas y el cuadro que resulta no le gusta nada. 

-No...no sé. No lo sé Dafydd, no sé qué está pasando ni qué es verdad y qué mentira. Quizá todo esto no sea más que una horrible pesadilla....quizá. Pero...Dany estaba en nuestro entierro y parecía triste ¿Cómo podía ser después de aquello?

Una lágrima se deslizó por la mejilla de Christopher hasta llegar a su camisa, donde dejó una mancha oscura.

Acabó de escribir su mensaje y se quedó mirando a Dani. Lo llamó mientras con el dedo índice de su mando derecha golpeteaba el cristal indicando lo que acababa de escribir.

-Dany, por favor, mira aquí.