Partida Rol por web

Salgo al encuentro de la mujer, intentando dilucidar el por qué tiene esa cara, y dónde a dejado a Brush.

Leroy se te acerca rápidamente con gesto serio y preocupado.

Cuando te acercas a ella observas como apenas ha conservado unos trozos de bambú en su poder, ha debido perder unos cuantos más por el camino. Esta claro que ha venido corriendo o más bien huyendo de algo o alguien. Al aproximarte tú ella disminuye el paso hasta casi pararse mientras recupera el aliento.

Flora llega corriendo y casi se echa en los brazos del hombre, dejando caer cerca los utensilios de bambu que ha salvado.

Llora mientras le susurra Es... es el doctor Brush... quiso quedarse en la jungla... habia algo alli... cree que es su mujer... pero tenia miedo, le pedi que me acompañara pero no quiso... estoy aterrada..

Claro, ha hecho lo más inteligente que podía hacer. Quedarse en una jungla el solo. Ains... -supiro al oir las palabras de Flora.

Está bien, tranquilizate. ¿Por qué vienes corriendo?. Hubiese lo que hubiese, le cogería a él, no a tí. Supongo que si no regresa, tendremos que ir en su busca. Esperemos un tiempo, a que los demás vuelvan, y, después, veremos que podemos hacer. Ir a buscarle nosotros solo es una locura.

Yo yo yo... tenia miedo... mucho miedo... escuchamos sonidos extraños y el quiso avanzar... ¡¡no!! ¡no volvere alli!

Tra...traigo estos utiles de bambu... esperemos que él vuelva... si si... sera lo mejor... tengo miedo... mucho miedo...

¿¿Donde esta mi Dios??

De repente un ruido procedente de la zona por donde vino la hermana flora hace que volváis vuestra atención hacía allí. Observáis como una bandada de gaviotas salen volando hacía el cielo provocando mucho ruido.
Tras el susto inicial que os ha provocado el sonido respiráis más tranquilos pero entonces escucháis otros ruidos diferentes que no podéis distinguir y al cabo de unos instantes solo silencio. La misma quietud de ayer y de todo el día, como si no hubiera nada vivo en la isla excepto vosotros dos.

Flora se agazapa en el suelo cuando escucha los horribles ruidos tapandose los oidos con las manos.

La mueca de terror que cubre su rostro es realmente inquietante.

Haz que pare... haz que pare... susurra mientras se balancea hacia delante y atras varias veces... hasta que cesa el ruido.

La monja se levanta despacio, asegurandose de la seguridad momentanea de su posicion mientras comprueba que los utiles de bambu han merecido la pena.

¿Donde estaran los demas?

Los ruidos terminan como llegaron y de pronto el silencio es lo único que os rodea. Os miráis los unos a los otros sin saber que decir o hacer. ¿Que habrá pasado?

Extrañado, me levanto y me sacudo la arena. Hecho esto, pregunto a Flora- ¿Estás bien?.

Veamos, esto indica una cosa buena y una mala. La buena, es que, sea lo que sea, ahí hay algo. Y si hay algo, significa que ese algo, al menos, tendrá que beber agua, por tanto, debe de haber alguna fuente de agua potable por algún sito. Aparte, claro está, de que podemos cazarlo para alimentarnos.

Lo malo -digo haciendo una pequeña pausa- Es que eso que hemos odio tenga hambre y quiera alimentarse de nosotros. Debemos de tener cuidado, y esperar que los demás estén bien.

El sol sigue alzándose en el horizonte marcando ya el punto medio del día. Vuestros estómagos rugen discretamente por la falta de alimento y bebida.

Maldición... Tenemos que comer algo. Dime Flora, ¿te da igual, en esta situación desesperada, comer lo que sea?. Ya tendremos tiempo después de buscar a los demás...

En otra ocasión, seguro que la huibiese contestado con algo bastante gracioso y de mal gusto, pero creo que no hay tiempo ahora para bromas...

Flora mira con una sonrisa picara al hombre, coloreandose sus mejillas mientras le susurra.
Mientras sea comestible...

El silencio y la quietud que impera a vuestro alrededor se rompe con unos pasos cercanos que provienen de la jungla. Algo parece dirigirse directamente hacía vosotros y no se esta molestando en ocultarse o pasar desapercibido.

Con miedo en el cuerpo reculáis hacía el refugio donde unos pocos leños aun arden a buen recaudo alejados del viento. Entre la madera que aún no ha ardido hay algún trozo que podéis usar para defenderos y entre el bambú que trajo la hermana flora hay un trozo que tiene algo de filo debido al corte.
Estáis preparando vuestras defensas cuando finalmente esa cosa llega hasta vosotros y podéis respirar tranquilos cuando os percatáis de que se trata de Felix Stroede. Pero lo que más alegría os provoca no es verlo sino lo que trae con él pues veis un cubo y parece que dentro de él hay más cosas.

Mientras te acercas a la playa observas como la hermana flora y leroy currie están muy cerca el uno del otro, como si estuvieran hablando en voz baja. Sin embargo cuando te oyen retroceden hasta el campamento en una actitud asustadiza, solo cuando te ven aparecer se tranquilizan y observas como se alegran mucho al verte.

Te encuentras en la zona final de la playa en el limite donde empieza la jungla. El campamento donde dormisteis ayer esta intacto e incluso el fuego de ayer noche sigue activo aunque parece estar en las últimas.

Flora mira con una gran sonrisa a Stroede y suspira cuando ve su cubo.

¡Que bien verte! Estaba asustada... ¿que llevas ahi? dice alegre al ver que a los demas no le ha ido tan mal.

Sonrío falsamente al ver a la hermana y hecho una mirada alrededor para focalizar la situación.

- Hola hermana - digo sin prestar atención a mi interlocutora - ¿qué eran esos gritos?

Ya en la cercanía la hermana puede observar que dentro del cubo que traigo en las manos hay una cantimplora. Colgando del cinturón también se puede ver un revolver.

Perfecto, uno menos al que hay que ir a buscar. Espero que los demás sean iguales, y vuelvan con objetos y ellos solitos. -Comento ante la llegada de Felix.

Y bien... ¿Qué hay ahí, comida?. Sino creo que vamos a tener que retomar la conversación que tenía con la hermana...

Continúo contemplando el lugar, buscando alguien más, el foco de ese ruido que había oído.

- Hemos encontrado agua, Leroy. Encontré este cubo y esta cantimplora y me dirigía a llevárselo a Charlie para almacenar el agua. Pero, unos gritos me alertaron. Venían de aquí, estoy seguro, ¿qué ha pasado?