Partida Rol por web

- No se perderá en tu maldita isla, monstruo. ¡No vas a quedártelo! ¡NO TE PERTENECE!

Leroy grita sus desvaríos a la criatura al tiempo que, ajeno o tal vez no al policía que, aunque maltrecho, se acerca a su posición emitiendo autoridad. Inducido quizás por sus palabras se lanza a correr hacia el exterior de la torre, donde haya luz para examinar deprisa el libro, y buscar una escapatoria de la enorme bestia.

La criatura avanza de nuevo en su cambio de dirección y voltea a la hermana flora con uno de sus tentáculos lanzandola por los aires mientras avanza inexorablemente hacía la posición de leroy que es quien sujeta el libro.

Mientras tanto charlie se planta con el pesado libro de anatomía impregnado en alcohol y lo prende en llamas con uno de sus últimos fósforos que tuvo a bien dejar a secar pacientemente.
Irina, Felix y Leroy permanecen por detrás de Charlie mientras leroy sostiene el maldito libro entre sus manos y aprovecha la improvisada luz de charlie para acercarse a ojearlo.
Lejos del grupo la hermana flora se lamenta de sus heridas mientra se pone de nuevo en pie. Aunque la herida ha sido violenta sobrevivirá, al menos de momento.

¡¡Claro, los sueños!! ¡Todo el tiempo tuve la informacion delante nuestro pero no me daba cuenta!

Agarrando a Felix por el hombro, la joven lo mira fijamente y le grita con fuerzas, tratando de convencerlo y guiar las pocas fuerzas que quedaban en el policia hacia el profesor

¡¡¡¡El libro, hay que destruir ese libro... no debe ser abierto ni leido!!!! - Irina comienza a correr en direccion hacia Leroy intentando arrebatarle el libro o al menos impedirle que lo abra.

-Usen ésto. - retrocede hasta ellos y les acerca el vademecum en llamas sin perder de vista al enorme ser que tiene delante - Y crucemos los dedos...

Leroy apenas había conseguido vislumbrar nada entre las tinieblas de oscuridad que os rodean cuando charlie consigue encender un fuego que le permite poder ver algo y justo en ese momento irina empieza a gritar locamente que hay que destruir el libro.

Leroy no se lo piensa y acerca el libro hacía las llamas pero estas no lo hacen arder ya que la chapa de metal que lo cubre impide que arda. Entre los gritos nerviosos de todos consigue abrir el libro por la mitad y acercarlo de nuevo a las llamas justo cuando esa criatura se abalanza sobre el viejo charlie pero en su impetú el tentaculo que iba directo hacía él se estrella en el suelo justo en el hueco que dejan sus piernas abiertas.

Mientras tanto el libro empieza a arder rápidamente ya que el papel viejo y reseco del interior es una buena mecha pero mientras el libro arde la criatura aulla de dolor y se descompone en un liquido acuoso y burbujeante de color verde. Sus chillidos os recuerdan a los que hacen los cerdos cuando mueren en el matadero.
Sin embargo unos instantes después la criatura desaparece y con ella los sonidos que provenían del exterior donde los devoradores os estaban rodeando y os sentís como si una música celestial os cubriera ahora que habéis eliminado el peligro que rodeaba esta isla.

- Ja.

La suficiencia en el tono de Leroy es completamente plausible. Aún sujeta entre sus manos a modo de brasero las cenizas incandescentes del papel incinerado.

Es una lástima que este manuscrito se haya perdido. Pero sigo vivo y eso no. Es en esta actitud como se acerca a la criatura, más charco que ser ya en estos momentos, mostrando su decepción.

- La ciencia ha perdido una gran oportunidad, y es posible que aún queden pruebas en estas cavernas que demuestren la existencia de estos seres del pasado. Pero a nosotros solo nos resta que llegue el rescate de una vez. Estarán preocupados por no haberme encontrado todavía.

En medio de toda esa locura que su cerebro no puede asimilar, Charlie se deja llevar por un urgente instinto de protección. Dejando a un lado todo reparo, corre hasta Flora y la estrecha entre sus brazos con paternal ternura.

-He estado en el infierno que merecía y me han dejado volver. Seguro que usted ha hablado con su jefe. - ríe con voz cansada - Ahora se pondrá bien. Nos rescatarán. Volveremos todos a nuestros quehaceres y se olvidarán del viejo y maloliente Charlie. Pero yo no la olvidaré. Dejaré de beber si es preciso para que su imagen no se vuelva borrosa.

Su voz es tranquilizadora y melancólica. Su áspera mano acaricia la mejilla de la mujer.

-Estar pendiente de otra persona y de su bienestar ha hecho que me olvide de mi mismo, de mi manía de hundirme en el fango y no ver que el culpable de mis fracasos soy yo. Charlie contra el mundo. El perro que ladra a los trenes pero no se sube a ellos. Es usted lo que necesitaba.

Con lágrimas en los ojos, alza la vista y mira a los demás. El comentario del arqueólogo le hace desear que tanta presunción esté justificada y que se esté peinando el océano entero en busca de tan ilustre persona y sus insignificantes acompañantes. No puede evitar sonreir, mostrando en todo su esplendor su estropeada dentadura.

-La isla no ha podido con nosostros. ¡No ha podido! - sus viejos ojos se iluminan bajo la luz que entra por la puerta - Había un refrán... - niega con la cabeza y chasquea la lengua - ¡Bah! No me acuerdo.

Tras desaparecer la criatura la isla palidece. En unas horas empezáis a notar como la isla se va desgastando y poco a poco se va hundiendo en el mar. Por fortuna la radio funciona perfectamente ahora y lográis enviar un SOS para que un barco os recoja.
Pasáis un día de perror intentando sobrevivir a medida que la isla se hunde y lucháis para crear una balsa y acumular toda la comida posible pero finalmente vuestro barco de rescate aparece en el horizonte cuando la isla aún no se ha hundido.

Sorprendidos por lo ocurrido los marineros daneses de un barco pesquero os recogen sin hacer muchas preguntas. Las leyendas del mar hablan por si solas mientras os refugiais en los camarotes y disfrutais de un plato caliente mientras atienden vuestras heridas.
Esta vez habéis sobrevivido al peligro pero... ¿Y la próxima vez?