Partida Rol por web

El lugar donde obtener respuestas

Entre toses y esputos caminaba Félix arrastrándose apoyado en alguno de los que estaban siendo sus compañeros.

—En cualquier otro momento —un ataque de virulenta tos interrumpió al detective—, diría que esa torre es lo más horrible que he visto nunca pero ahora casi me atrevería a llamarlo hogar.

Como pudo dibujó una sonrisa.

—¡Vaya! Señor Currie, ¿ya se le ha pasado su ataque de valentía?

Sonrió y la carcajada le volvió a provocar un ataque de tos. Al final escupió una flema cargada de la sangre de sus entrañas. No tenía buena pinta, ni mucho menos, pero no había perdido el sentido del humor. Parecía como si Félix no fuera el antiguo Félix; como si la visita al otro barrio hubiera cambiado algo en su cabeza. Quizá fuera que veía la muerte tan cerca que ya poco le importaba la vida mundana o incluso la clase de vida que hubiera en esa isla.

—Vamos. Ayúdeme, Charlie.

El viejo vagabundo, aunque ceñudo como siempre, mira con profunda admiración a la hermana Flora y parece a punto de decirle algo. Pero calla y carraspea.

-Bienvenido otra vez al mundo de los vivos, pies planos - le guiña un ojo al casi resucitado Felix mientras le ayuda a ponerse en pie, pasando su brazo sobre sus cansados hombros.

A Leroy le recibe con frialdad, mirándole de soslayo.

-Las mujeres, los niños y los arqueólogos primero, ¿eh? - masculla con desprecio mientras asoma con cuidado al interior de la torre.

Apenas dedicando una mirada al grupo, el doctor Currie no ofrece imagen emotiva alguna, como si el hecho de encontrarlos vivos no le importara demasiado u otro asunto ocupara su atención. Ni siquiera el hecho de que no fuera el único en localizar la negra estructura que se proponía explorar.

- Necesitaremos fuego para hacer antorchas.- Expresa con voz neutra mientras estudia la cavidad que se abre más adelante. Según recordaba no existía la posibilidad de emplear linterna alguna, de modo que deberían recurrir a la madre naturaleza

¡Este lugar es increible! ¡No se ustedes pero creo que me siento mas segura dentro, que fuera con todas esas bestias ahi pululando!

Vamos, no necesitamos mucha mas luz... acostumbremos nuestros ojos a la penumbra e investiguemos este lugar.

Irina sin titubear, como hipnotizada, entra por la abertura principal del edificio... adelantandose al resto, y sin importarle mucho cualquier posible peligro que haya ahi dentro.

Cuando Irina se adelanta no puede evitar volverse instintivamente hacía atrás ya que divisa algo en el suelo no muy lejos de la entrada. Tras recuperarse del pequeño susto se adelanta hasta unos trozos de tela que algún día formaban parte de una indumentaria de ropa, posiblemente un uniforme o algo similar. Las ropas están ensagrentadas y rasgadas.

Sin embargo lo que os llama la atención a todos es un libro que esta unos metros más adelante y es que sus cubiertas metálicas no pasan desapercibidas.
A vuestro alrededor os rodea la oscuridad y la torre es más grande de lo que pensabais. No solo se eleva varios cientos de metros por encima vuestra sin que se aprecie una escalera sino que además da la sensación de que desciende hacía abajo, hasta las profundidades de la tierra.

Irina se agacha para agarrar el pedazo de tela y tras examinarlo unos instantes pone cara entre asombro y miedo, y extiende su mano esperando que algunos de sus compañeros tome el resto de la ropa ensangrentada...

En algun momento de toda esta travesia me imagine encontrar esto... pero no precisamente aqui y de forma tan repentina. - comenta la joven mientras señala con su vista el libro que se encuentra tirado a unos pocos metros de alli.

Con escaso remilgo Leroy se acerca a los restos descubiertos por Irina, y sin muchos miramientos asiente antes de asir el libro de tapas metálicas. Su brillo es atrayente, y su grosor considerable, haciendo pensar que se trata de un pesado volumen.

- ¿Será este el libro que se mencionaba en el diario de vuelo? Al parecer no acabó en el mar.

Casi por inercia lo abre, dispuesto a examinar sus páginas con toda naturalidad.

-¡Espere! - grita a Leroy demasiado tarde - Bueno, ¿qué puede pasar? Solo es un jodido libro viejo.

Charlie se queda plantado en el centro de la estancia, confundido por la extraña sensación de irrealidad que le transmiten sus dimensiones.

-Es como estar en un pozo y no saber si caes hacia arriba o hacia abajo... - musita con cierta incoherencia.

Cuando leroy se acerca hasta la posición del libro un molesto sonido que proviene del interior de la tierra os alcanza. Casi parece ser un lamento pero debido a su intensidad debéis retroceder asustados cuando de pronto cesa y escucháis el sonido de una criatura enorme que se arrastra por el suelo rápidamente. Apenas tenéis tiempo de miraros los unos a los otros cuando esa criatura aparece delante vuestra y dais gracias a que la iluminación en este lugar sea tan débil para no verla bien.

No cabe duda de que esa cosa se dirige directamente hacía vosotros y además habéis escuchado ruidos ahí fuera por lo que esas extrañas criaturas que se camuflan en la jungla también vienen a por vosotros.

Indudablemente son los restos de ropa de la piloto del avion... creo que se llamaba Ruth no?? - comenta Irina a sus compañeros, los cuales de a poco van cambiando sus facciones al apreciar como rapidamente cobra vida algo alrededor y viene en su direccion...

Irina deja caer el pedazo de tela de su mano y da unos pasos titubeantes hacia atras tratando de dimensionar el tamaño de esa cosa que se acercaba horrorosamente con clara actitud hostil.

Félix miró hacia arriba, hacia la inmensidad de la torre durante unos instantes.

Poco después sucedió todo. 

—Me parece que eso no le ha gustado —le susurró a Charlie.

Un instante después la mirada de Félix se quedó fija en la extraña criatura. Otra vez una extraña criatura se cruzaba en el camino del detective y la otra vez no había ido muy bien. Por la cabeza de Félix se recreaba cada uno de los momentos antes de su pérdida de consciencia y temía por su vida una vez más. Dio un paso atrás y hubiera dado otro de no ser por que necesitaba a Charlie para moverse con normalidad.

Un sudor frío recorrió el cuerpo de Félix. Miró a Charlie y acto seguido miró al profesor Currie que sostenía el tomo entre las manos.

—Suéltelo. Suelte el jodido libro pedazo de imbécil —gritó.

-Tanto fue el cántaro a la fuente... Ahora sí... Era mejor morir ahogado... o despeñado en esa maldita grieta... Así, no. Así, no...

Su cascada voz no para de murmurar, pero sus piernas no responden. Están clavadas al suelo, y sus ojos, en el horror reptante que ha sido vomitado por las sombras.
Sobrepasando lo realmente necesario para que Felix no se caiga, le agarra con fuerza, como un naufrago a un pedazo de madera.

¿¿Que demonios es eso?? blasfema Flora mientras trata de vislumbrar a la cosa que tienen ante ellos y la posible forma es escapar...

- Increíble... ¿De qué criatura puede tratarse?

Solo un atisbo de locura podría infundir a la voz de Leroy semejante tono de fascinación. Entre sus manos ennegrecidas por su carrera através de la jungla aún sostenía el volumen de encuadernación metálica. Guiñando los ojos intentaba discernir el contorno de aquello que surgía de las profundidades, sin plantearse nada más que averiguar si aquella cosa era real.