Partida Rol por web

Esa cosa, o lo que fuere del Dr., aparecio totalmente mojado, asi que es altamente probable que existan cuevas o caminos que lleven a la profundidad de esta isla... no creo que haya venido caminando por la zona costera.

Igualmente buscar una entrada subterranea a la isla en medio de todo esta selva, es una tarea titanica... creo que lo mas sensato es regresar, como dice Charlie, a la costa, volver a recorrerla con mas tranquilidad y ver si obtenemos nuevas huellas o rastros que nos lleven aotro lugar.

Vamos, antes que el sol empiece a bajar aun mas... - Irina a dura penas logra ocultar sus rasgos de resignacion en la voz, pareceria como si despues que volvieran sus compañeros del abismo, le hubieran robado sus ultimas esperanzas al no encontrar nada de utilidad.

-¿De verdad queremos encontrarnos con más de esas cosas? ¿Qué haríamos? ¿Matarlos si es que se puede? - el tema parece ponerle bastante nervioso - Solo hay una salida: mantenernos vivos hasta que nos rescaten. No pienso darle facilidades a ninguna cosa, animal o persona que quiera jodernos. - sentencia con un humor de perros.

Dicho y hecho, recoge cosas, se las echa a la espalda y comienza a andar sin mirar atrás.

-¡Deja de ponerme piedras en el camino, malnacido barbudo! - se le oye decir mirando hacia arriba.

- Antes se negaban a volver, y ahora dan media vuelta. No llegaremos a ninguna parte si regresamos siempre al mismo sitio- Leroy esta alterándose de forma extraña- esta maldita isla nos devuelve una y otra vez a los mismos lugares, no deberíamos seguirle el juego. Busquemos o no a esos despojos semihumanos, que podrían tener un AUTÉNTICO refugio y comida de verdad escondidos tan solo para ellos, como mínimo tendríamos que continuar resgistrando la isla. No podemos quedarnos con los brazos cruzados, maldita sea ¿Cómo nos iban a encontrar si nos dan por muertos en el naufragio o ahogados en el océano? ¡Sigamos explorando, joder!

A lo largo de su pequeño discurso el arqueólogo ha pasado de estar cómodamente sentado mientras esperaba el regreso de los alpinistas a encontrarse de pie haciendo aspavientos en todas direcciones, señalando aquí y allí con furia. Algo dentro del doctor parece haberse despertado y barrer su actitud inactiva tan bruscamente como un tornado arrancaría una casa de sus cimientos.

Félix carcajeó después de ver la discusión entre Charlie y el profesor Currie. La sonrisa era desencajada, sádica incluso podía decirse.

—¿Se están viendo? Están cayendo en su trampa —dijo mientras continuaba riéndose—. Más les valdría decidir donde irnos a morir que gastar sus últimas energías discutiendo con dos imbéciles.

Todos estaban crispados y Félix no era una excepción. Por un instante el respetuoso detective había perdido los papeles. Y había algo incluso peor, había perdido las ganas de vivir, la esperanza porque alguien viniera a buscarles a esa maldita isla.

—Nadie va a venir a buscarnos. Háganse a la idea.

Se sentó en el suelo y se inclinó hacia atrás dejando descansar el peso de su cuerpo sobre sus manos ahora apoyadas en el suelo. Miraba al resto enarcando las cejas; esperando una solución, un camino a seguir.

Yo... yo espero ser rescatada, no se ustedes. Con respecto a esas "cosas" que hemos visto por la Isla... prefiero terminar de explorar lo que podamos a expensas de conocer nuestras opciones. No esperare de brazos cruzados a que me devoren... yo ire con usted a investigar lo que nos queda de terreno... quien sabe si encontramos algo de valor que podamos usar para defendernos al menos.

Y creo mas... creo que TODOS deberiamos ir. Como tristemente hemos comprobado, los que se quedan solos lo estan tambien en la muerte...

El viejo se detiene con los puños apretados. Parece que vaya a explotar pero, finalmente, su actitud se relaja y sus hombros y cabeza bajan mansos. No es la llamada de la razón, es el último comentario de la monja, que le hace temer quedarse solo por cabezonería.

-Bien. Juguemos a ser Amundsen explorando la selva. - dice refiriéndose, en realidad, al doctor Livingston - Y no se a que vienen esos comentarios sobre que nadie les va a rescatar. Yo no tengo a nadie que se preocupe por mi, pero ustedes son personas respetables, con familia y colegas de profesión que seguro que remueven cielo y tierra hasta encontrarles.

Y el que a buen árbol se arrima...