Partida Rol por web

Interesante, muy interesante, así que un anillo?,

Observo con atención a ambos mientras discuten por él, acto seguido saco de mi mochila, el objeto que me ha llevado a la habitación y se lo cedo a Zenram.

Ten querido, te dejaste esto en los pasadizos, te fuiste con demasiada prisa, parece que Drizzt, se recupera favorablemente, me alegro, no merecía lo que le pasó, pero que se le va a hacer, cosas que pasan, no Avam?, por cierto dale esto, si quieres claro, sino tu sabrás que hacer.

Le tiendo a Zenram el cinturón de dagas de Drizzt, y sus dagas.

Quizás las necesite, mmmm, ganas mas sin armadura, que con ella, bien, voy a desayunar, hasta pronto.

Giro en dirección a la escalera.

Deje de percibir su presencia cuando tu te fuiste de la cueva, Zenram, así que por eso he pensado que lo llevabas tu, espero que no sea así. Termino de decirle al guerrero.

En cuanto a ti, Daenerys, cuando me vas a devolver el resto de mis pertenencias? creo que sin mi no hubierais dormido esta noche aquí, así que si no es demasiada molestia... me gustaría recuperar todas mis posesiones. Digo en un tono tranquilo mirandola fijamente. Estoy seguro que es lo que nuestra diosa quiere en estos momentos.

Pero... no dijise que dejé de detectar la presencia del anillo cuando Zenram se fue?

La noto ahora?

Luego de dar un rápido vistazo a lo que hay en la toalla me giro a donde esta Avam y comento..

Tomad esto es lo que queréis cierto?

Entrego lo que me acaba de dar la drow al drow y enseguida agrego.

Ahora dejadme vestir, enseguida estaré con ustedes...

Pummm, cierro la puerta de un portazo...

Extiendo la mano ante el comentario de Zenram, y una vez deposita este la toalla en mi mano, miro el interior para ver que contiene.

En seguida el guerrero toma el agua y la palangana y comienza a asearse mientras hace señales a Dritzz para que se levante al tiempo que lanza sus dagas y sus cosas.

Tened, levantaos rápido que hay demasiadas cosas por hacer el día de hoy, si bien habéis salvado la vida por el momento me temo que una enorme espada de Damocles pende sobre nosotros, mas si actuamos rápido las cosas pueden tornarse favorables... Susurra cerca de Dritzz para que solo el le escuche.

En seguida el guerrero se coloca toda su armadura asegurándose de tener todo en su lugar al tiempo que revisa su saquillo por los preciados objetos que obtuviera la noche anterior y saca los tres anillos.

Si el los portaba era por algo, daño no me harán...

El guerrero se coloca uno a uno los anillos, primero colocándoselos y sintiendo si sufría algún cambio...

yo, no tengo nada tuyo mago, te equivocas de persona, e imagino que si Aelyn quisiese que tuvieses tus cosas, las tendrías, y no te las hubieras dejado esparcidas por doquier.

comienzo a descender las escaleras.

No tardes querido.

Cuando coges la manta que te tiende Zenrma, y la desenvuelves un pelo, tu rostro muestra una mueca de asco, pues el contenido es, ni más ni menos, que la cabeza de Hodrum, la cual a sido despojada de su cuerpo por el filo de un arma...

Daenerys, cerca de ti, te muestra una leve sonrisa, pues ella misma a cargado con dicho trofeo, antes de dirigirte sus ultimas palabras y descender al piso de abajo...

TRas la breve charla con Daenerys y Avam, y el intercambio de los restos de Hodrum, cierras la puerta y te viste con rapidez, asegurando que todo esté en su sitio. Tras ello, e interesado ante lo dicho por el mago acerca de su anillo, extraes los tres aros conseguidos y te los pruebas, en busca de cualquier sensación que puedan otorgarte alguna pista...

Y esta aparece, ya que cuando te enfundas el anillo de oro, sientes como un leve cosquilleo recorre tu dedo durante unos instantes, lo cual te da que pensar...

Tras recibir el cinturón de daguero, observas como el guerrero se enfunda una coraza, guardando su gran armadura completa. A continuación, lo observas sacar tres pequeños anillos (2 de plata y uno de oro), los cuales introduce en sus dedos con calma, al parecer interesado en lo que pueda ocurrir con ellos...

Tras la breve charla con Zeram, y tras dirigir unas escuetas palabras a Avam, desciendes las escaleras y atraviesas las puertas que dan al gran comedor de la posada.

Sonriente, detectas el agradable y sabroso olor de comida recien hecha, así como el sonido de un buen numero de voces, y algo sorprendida te das cuenta de que el comedor esta imbuido por un ambiente extraño y tenso... como si hubiese ocurrido algo importante...

Alerta, avanzas hasta una mesa vacía, donde tomas asiento mientras observas a la gente que almuerza a tu alrededor, todos ellos enfrascados en conversaciones que por el tono de voz y el rostro que muestra parecen... ¿preocupantes?. Sin saberlo muy bien, y mientras piensas en ello, una de las camareras alcanza tu mesa, dispuesta a atenderte....

Buenos días. - te saluda, con el rostro levemente inclinado hacia abajo, y con tono respetuoso. - ¿Puedo preguntar que es lo que va a tomar? - agrega, guardando silencio a la espera de una respuesta, justo en el instante en que tu mirada divisa a un orco, a varias mesas de la tuya, que reconoces como aquel que habló con Rasguz.

Toc, toc, toc, suenan mis nudillos ligeramente contra la puerta de la habitación.

Zenram, soy Avam, podrías abrirme un momento por favor?

Demonios mago, ya he dicho que en cuanto me vista bajare con ustedes!!!! Grito furioso ante la nueva impertinencia del mago.

Este imbécil no entiende palabras...

Hago señas a Dritzz para que se de prisa en prepararse mientras al mismo tiempo me asomo por la ventana de mi habitación, calculando la altura, viendo a donde da y si hay mucha gente cerca, así como si podría salir por allí.

Te acercas a la venta que hay en la habitación y la abres. La luz entra con fuerza, iluminando la sala.

Al otro lado de la ventana puedes ver un pequeño pueblo, de casas sencillas y calles anchas. Por tu vision desde lo alto, confirmas que estas en una segunda planta (calculas que hay unos 4 metros de altura), y tu edificio, como bien sabes, da a una plaza de no muy grandes dimensiones. En ella ya no están los tenderetes que la poblaban el día anterior y que conformaban el mercado, y tan solo ves a algún esporádico transeúnte.

Tras un rápido vistazo, te das cuenta que la pared del edificio tiene bastantes salientes, por lo que podrías intentar descender por ella, y ante la poca gente de la plaza, incluso quizás sería posible hacerlo sin ser visto...