Partida Rol por web

Al avanzar hasta el limite del claro, percibes, con total claridad, como este parece crecer ante tu cercanía, y para cuando te quieres dar cuenta, te ves situada justo en el interior de este. Algo alarmada, vuelves tu mirada atrás, en busca de Zenram, pero tan solo ves el bosque, y no logras divisar al guerrero por ningún lado...

Intentando comprender que es lo que puede estar sucediendo, vuelves a mirar al claro, percatándote que en el centro de este hay lo que parece ser una pequeña cabaña, que, claro está, no estaba o al menos no veías, desde fuera...

Bueno parece que los deignios de Aelyn es que me dirija a la cabaña, pues vamos a ello, camino en dirección a la cabaña con paso tranquilo, asimilando todo lo sucedido anteriormente, el masivo acercamiento de Zenram y el alejamiento de Lucius, y sobretodo sus palabras, sonrío para mi misma por lo bien que de momento está saliendo todo, lo dicho cada uno tiene lo que quiere...

Mientras recorres el claro, que cada vez te parece más grande, como si estuviera creciendo continuamente a medida que avanzas hacia la cabaña tu mente se centra en Zenram y Lucius, y como la relación con ambos ha ido variando, y de repente, sientes y percibes como los árboles que delimitan el claro se estremecen, provocando que el movimiento de sus hojas pronuncien un intenso y prolongado aullido.

Ante dicha reacción, pues crees que es eso lo que ha ocurrido, una reacción a tus pensamientos, no puedes menos que estremecerte mientras tu mirada recorre los limites del claro, los cuales parecen, ahora, estar a una distancia mucho mayor que los pocos pasos que has dado. Cuando vuelves a mirar al frente, la cabaña, pequeña y de madera, está ante tí, a escasos centímetros y en ella, divisas dos puertas, negras, donde resaltan, en blanco, dos textos grabados, a cada cual más intenso.

(Puerta 1) "Salva tu vida con esta puerta y sigue los pasos de tu diosa si así lo deseas. Desecha lo que lo sientes y adéntrate en el futuro que Ella ha elegido para ti."

(Puerta 2) "Elige esta puerta si crees que tu corazón debe guiar tu futuro. Si lo haces, asume las consecuencias."

Veo las dos puertas y las observo atentamente, entonces me fijo en los textos que hay al lado de cada una de ellas, sin pensarlo me dirijo hacia la puerta 1, pero a escasos centímetros de abrirla algo me hace detenerme, el corazón se me ralentiza y la respiración se atenúa bastante, tomo asiento frente a ellas pues la cabeza comienza a darme vueltas e intento aclarar mis ideas.

Tengo la oportunidad de hacer lo que siempre he deseado, no voy a permitir que un mísero humano interfiera en mis planes, sonrío maliciosamente ante mis pensamientos, lo estás usando a la perfección, eso es lo que tu madre te enseñó, servirte de los demás para tus propios fines, así que no se a que esperas.

Intento levantarme, pero mi cuerpo se niega a obedecer, recuerda, hace poco pensabas en como disfrutarías matando a Zenram llegado el momento, asiento a mi misma y saboreo el suave aroma de su sangre al derramarse por mis manos, si, eso es, ahora ve, estás preparada.

Al fin tomo aire y me aproximo a la puerta escogida, la abro y me introduzco sin pensar en las consecuencias de mis actos por la puerta 2.

Ante el contacto de tu mano, la puerta se estremece, compartiendo contigo una extraña energía que logra erizar cada uno de tus cabellos a la vez que tu mente se embriaga de la extraña sensación, pues es más cálida y agradable de lo que podrías esperar. Instintivamente muestras una clara y honesta sonrisa, pues te sientes mejor que nunca y con un último empujón la puerta se abre, mostrándote una densa oscuridad que te atrae de forma intensa, e incapaz de oponerte, avanzas hasta adentrarte en ella.

Cuando por fin detienes tus pasos, intuyendo que estás en el centro exacto de algún lugar, percibes como la puerta se cierra y desaparece, y con ella, la oscuridad abandona el lugar, sustituida por una luz clara y cálida que ilumina la sala donde te encuentras. A tu lado, para mayor sorpresa, divisas a Zenram, erguido todo lo posible y esgrimiendo una intensa y radiante sonrisa, y en sus manos divisas el espadón que tantas otras a veces a empuñado. De este proviene el único sonido que eres capaz de escuchar, un continuo goteo, que ahora que lo ves, tiene su origen en la sangre que resbala por el filo del arma hasta caer al suelo. El guerrero desvía su mirada hacia ti, y tras reconocerte, asiente levemente antes hablar.

Tu elección no ha sido la adecuada, por ello, vas a tener una última oportunidad de redimirte, una última ocasión de demostrar que me eres digna y fiel, que darás tu vida por mi y nadie más. Hazlo y perdonaré tu último acto, te liberaré de tu peor pesadilla y te convertiré en la más poderosa de las Sacerdotisas... No lo hagas, y recibirás el castigo que ello conlleva, el sufrimiento eterno. - en apenas un segundo, y antes de que puedas si quiera entender el por que la voz que escuchas tiene algo que te extraña, el humano alza su espada, y con su gesto, ves, horrorizada, como una decena, o quizás más, de enormes ratas se aparecen a tu alrededor, a cual más grande y fea y todas ellas mostrando sus afilados y mortales dientes.

Tu rostro apenas puede contener el pánico que te invade, y la cálida sensación que has sentido hasta el momento, desaparece de un solo golpe, sustituida por el terror y el pánico por aquello a lo que más has temido jamás, las ratas y los recuerdos, el dolor de vivido y sufrido y el temible pavor a volverlo a vivir. Asustada no puedes evitar que tus dientes se aprieten, conteniendo el grito que debería acompañar a las lágrimas que se derraman por tus ojos, y en un último esfuerzo, vuelves a mirar a aquel por el que has empezado a cambiar, el humano que te ha desviado del camino por el que vivías, y el cual vuelve hablar. - Mátame, demuéstrame que no escuchas a tu corazón, y ellas desaparecerán.

Con esas últimas palabras, Zenram deja caer su espada, y en un un último gesto, asiente con la cabeza antes de abrir las ropas que cubren su pecho, dejando al descubierto su carne, y en especial el lugar donde, sin duda, late su corazón. Sus movimientos parecen forzados, como si una fuerza lo obligasen a hacer lo que hace, pero apenas puedes pensar más en ello, ya que las ratas, esperando ese momento, se lanzan sobre tí....

Veo al orgulloso guerrero salir a mi encuentro y una extraña sensación de ternura me invade, a punto estoy de lanzarme a sus brazos, cuando la voz de Zenram se pronuncia, mi Diosa me otorga una segunda oportunidad, al escuchar su voz, caigo de rodillas en señal de sumisión, alzo la vista hacia la cara de mi amado, y escucho sus palabras, al gesto del guerrero la sala se inunda de las malditas alimañas, y un pavor irracional se apodera de mi, aspiro fuertemente y me sobrepongo al miedo atroz que me provocan esos engrendros, desenvaino mi espada y me dirijo hacia Zenram decidida a acabar con mi sufrimiento de una vez por todas, al llegar a su altura, le miro fijamente a los ojos, mi mente recuerda como una vez en pensamientos atravesaba su impuro corazón con mi arma y me bañaba en su sangre, sonrío.

Bueno querido, parece ser que al fin se cumple, pero primero déjame explicarte el porque de todo, apunto el filo de mi arma al corazón de Zenram y el sentir el tacto de la espada en su piel me provoca un placer inmenso.

Se que puedes escucharme así que atiende, empecé dándote lo que querías, yo, si querido te utilicé, necesitaba protección y además de Lucius quien mejor que tu, y para ello, hice lo que hice, zangoloteo la cabeza y vuelvo a mirarle aunque esta vez mis ojos están cargados de ternura, el problema es que no sabía que esto iba a acabar así, si, te amo, no se como lo has echo pero te amo, jamás había sentido esa sensación, pero mi Diosa exige tu muerte, me debo a ella, beso suavemente sus labios una última vez y lentamente comienzo a presionar mi espada hacia el interior del cuerpo de Zenram.

Cuando la espada penetra en su interior y mana la primera sangre, mis lágrimas surgen a borbotones de mis ojos, mi pulso tiembla e incapaz de seguir adelante, retiro la espada y vuelvo a besar al guerrero, te dije que moriría, y pronto, así que, prefiero aguantar mil veces los tormentos que me reserve Madre, que el matarte con mis manos, tan solo te pido una cosa Zenram, no me olvides.

Acaricio suavemente su mejilla mientras pronuncio las palabras de un hechizo, toco al guerrero para infundirle mi poder, es lo único que puedo hacer por ti mi vida, eso, y caer a tus pies intentando defenderte, doy la espalda al guerrero y embrazo mi escudo, y me quedo a la espera de la acometida de las ratas, sabedora que es mi última batalla, aunque feliz ante mi elección.

Cuando al fin le das la espalda al guerrero, afianzado con fuerza el escudo en uno de tus brazos, y la espada fuertemente sujeta en tu otra mano, desvias tu mirada a la criaturas que se ciernen sobre ti, dandote cuenta, para tu sorpresa, que estas están detenidas, observándote fijamente, al parecer atentas a al decisión que acabas de tomar. Aún con los ojos anegados en lágrimas, suspiras, quizás aliviada, quizás preparandote para tu final, pues el estridente grito que emiten las ratas, acompañado de la visión de sus dientes, afilados, son una clara muestra de que aquella que las gobierna y maneja a su voluntad, a decidido que no eres digna, que debes morir. Hambrientas, las criaturas retoman la carga, ahora si definitiva.

En ese instante, y cuando te preparas para enfrentarte a tu peor pesadilla con el poco valor que te queda, la voz de Zenram resuena a tu espalda, apenas un murmullo, pero lo suficientemente alto como para que escuchas sus palabras.

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA, matame amor mio, cumple tu destino y yo cumpliré el mio, tu diosa me promete gloria y poder sin alcanzar a comprender que todo lo que deseo esta frente a mi, me amenaza con un cruel y eterno futuro sin comprender que no hay destino por cruel que sea que pueda robarme lo que tu me has regalado, ya no importa lo que haya pasado o lo que pase después, todo se resume a lo que pase contigo y a la pequeña brecha de luz y esperanza que pude ver a través de tus enamorados ojos, hoy moriré en tus manos si tal es mi marca, sin embargo ella ya ha perdido, JAJAJAJAJAJAJAJAJA, me elegiste, JAJAJAJAJAJA, allí esta tu infinito poder Aelyn, allí esta el destino de tu reinado, ahora no tengo duda que terminaremos triunfando, ahora no tengo duda de que si tu castigo es hacerme sufrir hasta el final de los tiempos te encontraras con que ese final esta mas cerca de lo que quisieras, te encontraras con que en el ultimo momento seré liberado de mi cárcel y tu ocuparas mi lugar, te darás cuneta que fue este momento en que se urdió tu caída, te darás cuenta que mi risa no fue sino la profecia de mi postrera victoria, JAJAJAJAJAJAJ, MATAME AMOR MIO!!!, que mi sangre represente tu victoria, que mi savia vital alimente tu poder!!!

Con las palabras de aquel a quien amas pronunciándose a tu espalda, hinchas tu pecho, orgullosa y satisfecha de lo que oyes, aliviada de saber que tu amor es correspondido, y esas palabras, esos sentimientos, que preferien morir antes que verte sufrir, logran que tu miedo se enconja, superado por esa otra sensación mucho más cálida, mucho más importante. Te insunflan una valentia apenas conocida, una fuerza que nace en el deseo de volver a verle, pues él, Zenram, a desaparecido de la sala, dejando tras de si, como único recuerdo, unas poderosas palabras. Y no quieres, no deseas que aquello acabe así....

Escucho la voz de mi amado instándome a matarle, pero no cejo en mi empeño, aguanto firme frente a él para defenderle a costa de mi vida, ensancho mi sonrisa al ver que también me es fiel y que no tiro mi vida por la borda para nada, Madre te equivocas, alzo la mirada al pronunciar mi pensamiento, y al segundo desaparece Zenram.

Mas alegre al ver que no está conmigo y que no corre peligro, me preparo para abordar lo que me espera, sin pensarlo salmodio unas palabras y un haz de luz me inunda, mientras me pongo en pose defensiva para aguantar la acometida de las ratas y observo bien la habitación en la que me encuentro.

Una vez la luz te envuelve, te sientes mucho más segura, y aunque el terror a las criaturas es enorme, parece que en el interior de tu santuario decrece, al menos lo justo como para que divises y analices tu situación de forma mucho más clara.

La sala, compuesta por cuatro paredes, no parece tener salida alguna y ahora, para tu desesperación, te das cuenta de que el numero de ratas es mucho mayor al que creías, por lo que algo abrumada, desvías tu atención a las más cercanas, las cuales se lanzan sobre ti sin poder alcanzarte, excepto una...

La alimaña, con una fuerza de voluntad impropia, atraviesa la luz que te rodea, y, con un ágil salto, logra alcanzar tu brazo derecho, pero al parece calcula mal la distancia, y lo único que consigue es rebotar en él sin lograr que sus dientes desgarren tu carne..

Dentro del santuario afianzo mi seguridad, dedico un pequeño instante en rememorar la noche pasada con Zenram y lo feliz y orgullosa que me siento del guerrero, tras ello, me centro en lo que me rodea, las ratas inundan la sala, parece que Madre se ha tomado en serio el acabar conmigo, y me ataca con lo que mas temo, lo que ella no sabe es que mi temor se ha apaciguado bastante, pues hay otras sensaciones mas fuertes inundando mi cuerpo, me escuchas?, seguro que si, tu estás en todas partes, y seguro que tienes puesto un ojo en mi, regodeándote ante mi sufrimiento, pero no te daré el placer, moriré, si, de eso no me cabe duda, pero intentaré ponértelo lo mas difícil posible, y Grom si está a tu lado viendo lo ocurrido, seguro que disfruta con ello, pensaba que sentiría el haberte defraudado, pero no, todo lo contrario, lo único que siento es sentirme defraudada por ti, he echo todo lo posible por ti, por tus creencias, me he dedicado por completo a ti, y ni tan siquiera quieres que conozca al amor, si a ti Haylin te lo negó, no es mi culpa, pero recuerda que una vez sentiste algo por alguien, y no por ello dejas de faltar a tus obligaciones, pero en fin...

Nuevamente imbuyo mi cuerpo con el poder otorgado, las ratas no existen en estos instantes, pues tal es mi concentración, mi salmodia se eleva por toda la sala y mi voz resuena ampliada, pues tal es la fuerza del conjuro...

Ante la fuerza de tu salmodia, el miedo abandona tu ser completamente, siendo sustituido por la decisión de tus pensamientos y por la fuerza que estos te otorgan. Mientras, las ratas parecen haberse duplicado, y todas, corren y brincan hacia ti, mostrándote los dientes con los que desean, por encima de todo, saborear tu sangre, tu carne...

Tres de ellas, al parecer las mas osadas, logran atravesar tu santuario, tu luz protectora, y sedientas, se abalanzan sobre tus muslos, logrando que sus afilado dientes penetren en tu carne, hiriéndola y acuhillándola con saña...

Al sentir el dolor, mascullas una queja entre dientes, pero te niegas a gritar, y en ese instante, mientras te concentras en contenerte, te das cuenta de que las ratas aparecen todas por el mismo sitio, en un punto exacto de la pared de enfrente...

Resisto la embestida de la mayoría de las ratas aunque algunas de ellas logran atravesar mi santuario dañándome seriamente, concentro mi mente en Zenram para no dar el placer a Madre de escuchar mis gritos, tan sólo pensar en él es suficiente para aguantar estoica el dolor que me producen sus dientes al clavarse en mis carnes, una vez superado el terrible trauma y ver de donde proceden las ratas, me dirijo lo mas rápido que puedo en esa dirección buscando una salida, si entran se puede salir, eso está claro, mientras salmodio un nuevo hechizo.

Cambiando de estrategia ante el ingente numero de roedores, avanzas entre estos dispuesta a alcanzar el lugar donde aparecen las ratas mientras salmodias un numero conjuro, este destinado directamente a evitar que las ratas logren alcanzar tu carne, y para cuando terminas, un invisible escudo de energía rodea tu cuerpo, repeliendo a casi todas las alimañas que logran superar tu santuario. Pero una de ellas, más envalentonada que ninguna, y con el sabor de tu sangre ya catado, consigue volver a hincar sus dientes en tu pierna, sonsacándote un leve alarido de dolor que se pierde entre el griterío de tus adversarias...

Cuando apenas te separan unos pocos pasos del lugar que intentas alcanzar, divisas que en esta es visible un agujero por el que las ratas salen de forma continua y veloz, y ahora, cubren casi toda la superficie de la sala...

Observo el agujero por el que salen las ratas e intento introducirme por el rápidamente, mientras pronuncio un nuevo hechizo para intentar sanar mis heridas

Cuando consigues acercarte otro tano al agujero, quizás con la idea de que pudieras adentrate por él, tu razón sale al encuentro de tu desesperación, y de forma eficaz, la hace deshechar la idea, pues sin duda ese agujero debe desembocar en la madriguera de aquellas criaturas, y el simple hecho de adentrarse en él sería una sentencia segura....

Enrrabietada, pues no devisas nninguna otra cosa que pueda ser una salida, vuelves a centrate en las ratas, las cuales siguen acosándote sin descanso, anque sin éxitos, pues tu santuario, unido al escudo de fe, parecen repelerlas con éxito...

Al llegar al pequeño retículo por el que salen las ratas muevo la cabeza desesperada, al ver que por ahí no tengo posibilidad alguna de escapar con bien, así que alzo la mirada y vuelvo hacia el centro de la sala, pero examinando con mas atención el resto, si hay una de entrada, tiene que haber una de salida, eso está claro.