Partida Rol por web

Por eso siempre he odiado ayudar, siempre pasa algo malo. Despues de meter mi maldita cuchara en una pelea que ni siquiera me importaba, en fin, espero esta vez haber aprendido la leccion.

Me siento en una banca cercana a pensar en o que acababa de pasar, sacudo el polvo de mi ropay recojo mi mochila.

Miro al cielo mientras estoy sentado en la banca y pienso Habre hecho lo correcto? Valio la pena mostrar mis poderes? Que demonios sigue despues de esto? Maldicion, una cosa mas por que preocuparme, en fin, pondre un poco mas de atencion.

Me levanto de la banca y camino hacia mi casa, en realidad nunca llego, me pierdo en algun lugar en el camino, es un buen pretexto para relajarse... ojala pudiera quitarme este dolor del estomago.

Repaso paso a paso loq ue paso en la tarde, la pelea, los sujetos que peleaban, la creatura y el sujeto que la controlaba, algo debo haber omitido, este maldito poder me confunde

Arqueo una ceja al ver como Igneel se tapa la boca. Cuando termina de hablar, con un movimiento rápido, lo agarro del cuello de la chaqueta y me lo acerco a la cara. -¿Otra vez diciendo las cosas a medias? Suéltalo todo -le digo algo mosqueado.

-¡No puedo decirte más! -dice Igneel moviendo los brazitos rápidamente entre los dos. -Ahora teneis que preocuparos en vosotros. La próxima vez que lo veáis, si no conseguis vuestros compañeros elementales puede que ya no las consigáis nunca más. Además de que si no conseguís controlar vuestros poderes puede que no lo contéis...

Me quedo unos segundos reflexionando. Bueno tiene razón, ahora lo importante es que despierten su elemento. Me giro hacia los demás y digo -Hay algunos que ya habéis despertado vuestro elemento. Tenéis que intentar controlarlo, los demás, intentar despertar el vuestro o no podremos hacerle frente a ese maldito la próxima vez que aparezca.

Se incorporó cuando la chica se quitó, sacudiendose el polvo de la ropa mientras asimilaba todo lo ocurrido, suspirando un poco al oír lo de los elementales de nuevo. Bueno, bien pensado, tras lo de la cigarra no sonaba tan descabellado que el lo fuera...Aunque todos parecían tomarselo muy naturalmente. -Vale, vamos a ver, ¿me estas diciendo que somos magos o algo asi?- Preguntó, mirando al chico de fuego que estaba advirtiendolos. -¿Eso va a volver?- Dijo, respirando profundamente para calmarse. -Bueno, esta claro que no nos creerán si lo contamos...- Reflexiono, el no se lo creería de no ver los destrozos causado en el edificio. -O sea, ¿que tenemos que conseguir nosotros tambien algo como esa pelota?- Preguntó, picando la mejilla de igneel.

Doy varios pasos atrás cuando lo que creo que es el ataque del desconocido me atraviesa el brazo derecho, pero cuando palpo no noto herida ninguna. Aunque sí duele. Esa persona se lanza al vacío de espaldas... y desaparece de nuestra vista. Por un momento me preocupo y doy un paso hacia delante, casi gritando de la sorpresa, pero me contengo. Parecía que la bestia estaba bajo su control, y esa bestia nos ha atacado... así que era un enemigo. Y, después de ver todo lo que ha sucedido aquí, no me extrañaría que hubiera salido volando y no le hubiese pasado nada. Yo lo hice, pienso.

El chico de pelo rojizo se pone a hablar con la pequeña personita flotante de cabellos de fuego... y yo estoy cada vez más confuso. Hablan de elementales, de control y de hacer frente a la persona de antes.

-Perdonad, no entiendo... ¿qué es eso de los elementales? ¿Quiénes sois? ¿Y qué es... él? - señalo con un dedo tembloroso al niño de fuego flotante. - No creo que yo pueda hacer las cosas que vosotros hacéis...

-Kirey, vamos con los demás. Hay muchas preguntas sin respuestas.

Me quedé mirando aquella nube oscura, en la que parecía vislumbrarse una figura humana. Entonces llegó aquella chica, junto a ella, una pequeña llama o algo así, no le presté demasiada atención.

Un viento repentino se levantó, y el corazón me latió de nuevo frenético, la capucha del tipo se retiró parcialmente y pude ver un rostro sin duda humano, pero completamente rojo. Sangre... Sentí que la chica estaba en peligro al estar cerca de aquella cosa. Me puse en pie para ir hasta ella y apartarla del campo de visión del enemigo, pero entonces un haz rojo me atravesó el hombro izquierdo deteniéndome en seco. ¿Qué ha...?

Me llevé una mano al hombro, totalmente perplejo, era como si me hubieran traspasado completamente con algo al rojo vivo. Pero sólo tenía la sudadera desgarrada, no había herida alguna. El dolor parecía remitir levemente, pero no desapareció. Miré a los demás. Parecían haber sufrido algún daño parecido. Ni rastro del desconocido.

-E-elemental de... sangre, ¿nos estaba buscando a nosotros? ¿Poderes? Yo realmente creo no tener nada especial, he estado golpeando a ese maldito monstruo con barras de metal sacadas de unos escombros... - Estaba realmente confuso. Es cierto que hace muchos años me ocurrió algo extraño e inexplicable, pero no tengo ningún tipo de fuerza sobrenatural ni nada.

-Ese tipo va a volver, ¿verdad? ¿Y qué quieres decir con buscar nuestros familiares? Esto es de locos... - Me llevé las manos a la cabeza, agotado y algo abatido. -¿Cómo se supone que voy a despertar mi supuesto elemento? -

Toda la acción pasó al final a la azotea, había mucha gente allí, me volví a mirar a la chica que había sacado del edificio y no estaba, los que la atendieron estaban a lo suyo y les pregunté por ella, nadie sabía de que les estaba hablando.

Sin que me vieran subí las escaleras rápidamente de nuevo, esta vez las interiores, observé cada piso, lo que pude ver de los pasillos, únicamente destrozos en ventanas, puertas, paredes, pero ni rastro de sangre, ningún cadáver.

Llegué arriba y vi a un grupo de gente, entre ellos compañeros  del instituto, hablaban sobre elementales, poderes y otras cosas que no entendía.

Les interrumpí -Perdonar, pero la policía va a subir, van ha hacer un montón de preguntas si nos encuentran aquí-.

Kirey, el chico tierra y yo llegamos a la azotea. Escuché a alguien preguntar quiénes éramos.

-La respuesta no es fácil -comencé a decir con aires de grandeza.- Somos seres olvidados....-suspiré.-Antes éramos venerados y respetados e incluso, temidos. Ahora no somos nada. Nadie nos reconoce, nadie nos da las gracias por salvar su mundo tropecientas veces. Nadie se acuerda de nosotros pero aquí estamos, y siempre estaremos. Pasaremos de un cuerpo a otro hasta el fin de los tiempos. -Solté mi discurso con gran vehemencia y cuando terminé, retomé el hilo de la respuesta.-Dioses -susurré con aire dramático- Eso es lo que somos, ¡Dioses!-repetí con más ímpetu.-Cada uno de nosotros manipula un elemento, y más adelante, ni siquiera hará falta que esté presente. Podremos crearlo de la nada. Yo soy un elemental de agua -pronuncié suavemente para que fueran asimilando- fuego-señalé al joven con el miniyo sobre su hombro. Y así, fui diciendo uno a uno su elemento.

Después de un corto silencio dije:

-Será mejor irnos. La prensa dirá que ha sido un atentado terrorista. Y si nos ven aquí, como dice el amigo rayo, harán preguntas.-Repetí lo mismo que Ginji- Fauna y espíritus conmigo -los señalé.- Los demás repartiros entre Rayo y fuego.- Di una palmada en el aire- ¡YA! ¡Espabilad!

Suspiró un poco. -Será lo mejor...- Al fin y al cabo, las preguntas muy incómodas de responder, aunque a él lo de dioses le sonaba bastante raro, de momento lo mejor sería seguirle la corriente...al menos hasta que se le ocurriera un plan mejor. 

Escuché a Yukari, por fin recordé su nombre, no parecía la misma, pero después de lo ocurrido aquel día parecían tener mucho sentido sus palabras.

-Yo... hace tiempo viví en un monasterio budista, en la montaña, no está lejos de aquí, después de hoy, creo que los años que estuve con los monjes, posiblemente intentaran prepararme para esto en el pasado, pero tengo muy pocos recuerdos- dije a todos -no se si tendrán respuestas pero debo ir, no se me ocurre un lugar mejor para mi, para eso que decís de controlar los elementos, es un lugar apartado, con mucho espacio, el que quiera venir conmigo será bienvenido, os aseguro que os tratarán como a su familia, pero no esperéis comodidades- terminé riendo un poco.

-Saldré después de comer y recoger algunas cosas de mi piso, tendremos que cruzar el parque natural a pié, no importa si preferís otro sitio para esto, entenderé que no queráis venir a un lugar tan apartado-.

-¡Pelota! ¿A quién estás llamando pelota? -dice Igneel algo enfadado. -Porque no nos está permitido hacer daño a... 

Yue, con una mano, lo coge tapándole la boca para que no siguiera hablando. Igneel lo mira de reojo y parece que se calma.

-Me parece perfecto... Esto... ¿Cómo te llamas? -le digo a la chica de agua. -Yo me llamo Yue y tengo un piso no muy lejos del centro. Los que queráis venir seguirme, hay un par de camas extra y un sofá. -añado, con una sonrisa en los labios, mientras empiezo a bajar las escaleras aún con Igneel en la mano.

Tras la derrota de la bestia, un haz rojo atraviesa mi estómago, como si me hubiesen clavado un cuchillo, pero solo mi camiseta presenta daños de algún tipo. "¿Qué ha sido eso?". Sigo el rastro de sangre que me ha sido extraída hasta el elemental de sangre y gruño de rabia, justo cuando avanzo, él desaparece.

Las explicaciones se suceden muy rápido, y yo encima estoy distraído, así que solo me quedo con que cada uno de los presentes es un dios capaz de manejar un elemento -Interesante...- susurro tratando de buscar rápidamente todas las formas de sacarle el máximo provecho.

-Yo voy con el rubio- digo refiriéndome a Ginji y dirigiéndome acto seguido hacia las escaleras para bajar-Nos vemos allí, yo también tengo que prepararme, además, tengo que llevar a Orochi y siempre cuesta prepararla para viajar, aunque sea en moto- enciendo un cigarro y me marcho.

Seguia dando vueltas sin llegar a ningun lugar, de hecho no habia salido del campus, intentaba pensar en lo que sucedia, pero no llegaba a ninguna conclusion.

Trataba de saber bien de donde carajos habia salido este... ¿poder? ¿maldicion? no tengo ni idea de que es, solo se que lo tengo y no se ni como lo obtuve, solo me viene a la mente esa pesadilla, tal vez esa sea la respuesta.

Corro hacia el unico lugar con zonas naturales que hay en la ciudad, tal vez ahi este ese sitio, busco aquella cueva de mi sueño.

Mientras voy en camino pienso en algun otro indicio pero nada llega a mi mente, nisiquiera se el alcance de mi poder ni si solo aplica a la tierra, hago pruebas en el camino, levanto rocas, trato de mover cosas con mi mente, cosas que veo en el camino, aunque ninguna funciona, esto empieza a encajar.

Escuchaba el "discurso" que dió la chica del pelo azul arqueando una ceja. ¿No es esta la misma chica que se fué de clase llorando? Menudo cambio. Me señaló con el dedo, y se refirió a mi como el dios de los espíritus, ¿tenía yo tal poder?

Recordé la imagen de aquel tipo hace tres años, cubierto de sangre, muerto, con una negra niebla espesa que lo rodeaba... ¿Qué me diferenciaba del desconocido de antes...? Estaba absorto en mis pensamientos e inquieto, y no presté mucha atención a cómo nos trataba la chica, dando órdenes. Me molestaba bastante, pero tenía mejores cosas en que pensar, y tampoco había tiempo para quejas, lo primero era encontrar el supuesto poder.

-En fin, vamos. - Dije poniéndome en pie, mientras seguía al profesor y la chica, algo desanimado. Me paré un segundo y volví la vista atrás para mirar a la chica del pelo doble color. Espero que la traten bien. Sacudí la cabeza levemente y me marché.