Partida Rol por web

Acompañados siempre por Sor Daniele, bajasteis al cuarto de suministros del hospital donde una monja de cara agría os preguntó vuestro nombre, cuando se lo distéis entro dentro, salió al cabo de dos minutos con dos uniformes completos de vuestra talla y os indicó un cuarto donde podríais cambiaros.

Cuando lo hicisteis salisteis al patio donde uno de los policias americanos que hacían guardia os pidió el permiso de salida. Sor Daniele le entregó una documentación firmada por el doctor Sciende que el soldado revisó completamente y os dío permiso para salir.

El camino desde el hospital Val de Gracê hasta la biblioteca de la Sorbona fue un agradable paseo de menos de veinte minutos por las calles de Paris, donde disfrutasteis de una de las soleadas mañanas del verano parisino.

Por lo visto el doctor ya había hablado con su amigo, el profesro, porque en cuanto os identificasteis os llevaron a una sección de la biblioteca especializada en temas de ocultismo, civilización antiguas y diversos temas esotéricos.

Una vez dentro del edificoi Derek se sintió un poco más relajado, no era en un ciento por ciento su ambiente pero definitivamente estaba más a gusto entre libros que entre balas.

"Hay que joderse...." pensaba sacudiendo la cabeza"Parece que por aquí las que están buenas se meten a monjas... por eso va a ser la calidad de las putas que nos tocan, que la última pesaba cianto cuarenta kilos y creo que tenía tres o cuatro dientes...."

Luego se puso a revisar libros y periódicos buscando alguna cosa que hiciese referencia a tatuajes extraños, o al dibujo que tenían todos en el brazo.

Por fin se sentia a gusto, en un lugar donde podía ser útil y poder encontrar respuestas, harto de tanto enigma sin sentido y charlas militares, de las que solo su padre sería capaz de escuchar.la biblioteca era su mundo, y la de la Sorbona, al verla le arrancó una sonrisa, de oreja a oreja.

Tantos volumenes para ojear, tanta historia guardada en el interior de sus paginas, entre volumenes antiguos y algunos mas recientes, todo cultura.

No sabía por donde empezar, aunque al mirar a dereck, entendió que este no se encontraba muy a gusto entre tanta antiguedad escrita.

-Bien, estamos en el paraiso, por donde empezaremos...

Duditativo, mirando en todas direcciones.

-Empecemos por buscar alguna referencia al tatuaje, a ver si tiene algo de especial.

Empezando a ojear volumenes de civilizaciones antiguas y algo de esoterismo, dejando el ocultismo para luego, si encontraba alguna referencia.

El tatuaje no lo encontráis en ningún libro, por más que miráis y miráis hasta que en un libro de viajes encontráis uno muy parecido, en único cambio significativo que apreciáis es que en los lugares donde vuestro tatuaje tiene puntas de flecha el símbolo del libro tiene esferas completamente negras.

El libro, escrito en 1803 es de un tal Robert Leroux  trata de sus viajes por la lejana Arabia y Qatar y el texto hace referencia a puertas, ventanas, cerrojos y llaves siempre que habla del extraño símbolo, aunque leyéndolo por encima parecen más los desvaríos de un loco que otra cosa. Lo que queda confirmado cuando buscando referencias sobre el escritor encontráis que falleció años después en una institución para el cuidado de personas mentalmente inestables en París y que sus restos fueron enterrados en una fosa común al no ser reclamado su cuerpo por nadie.

Aunque vuestros descubrimientos no terminan hay. Parece que hoy es vuestro día de suerte y que lo que buscáis aparece delante de vosotros solo con desearlo. Al buscar al buscar Joy en un libro de historia francesa antigua encuentra una nueva y ligera referencia a "pasar bajo el dintel". Al leerlo más detenidamente encontráis lo que parece ser, una referencia a un templo sagrado para los druidas celtas, situado en la zona Germigny, un villorrio a escasos kilometros de Reims, donde se habla de pasar bajo en dintel para adentrarse en el templo.

Al ver que Altimore estaba viendo un templo antiguo en Reims Derek aprovechó el tiempo y procedió a investigar a ver si encontraba alguna cosa tal como descripciones, historia, situación o simplemente cómo llegar....

Revolviendo entre los polvorientos volúmenes de la biblioteca no encontraste nada solo alguna referencia casual a la iglesia católica de la villa, pero que no perecía tener mucha relación con el asunto.

Es hora de retirarnos- os dijo Sor Daniele cuando fueron las siete de la tarde, el tiempo había pasado volando para los dos dentro de aquellas paredes y tenían que volver lo antes posible al hospital si no querían causarle problemas al Teniente.

-Venga, vámonos.- dijo casi de inmediato Derek, que después su frustrada búsqueda todo lo que deseaba era salir de allí de una buena vez.

Absorto entre la lectura de muchos volumenes, apenas alcazó a escuchar a la monja, que les reclamaba para retirarse ya de la biblioteca. Alzó la mirada.

-¿Tan tarde es?, se me ha pasado el tiempo volando.

Cerrando uno de los libros, y reincorporandose, siguiendo a la monja al lado de Dereck. Deteniendose de golpe, y acercandose a la mesa, donde tras buscar un trozo de papel y un lapiz, dibujo el extraño simbolo anotando algo en los laterales de la hoja.

-Perdón, hermana, ahora si, cuando quiera podemos continuar.

Situada a escasos metros de la Plaza de la concordía, los soldados americanos acompañados por su enfermera llegaron caminando desde el hospital a la embajada americana, donde el estado mayor tenía establecida su base.

En la entrada exterior un marine les pidió su documentación, una vez identificados, consultó una lista, levantó la barrera y les  indicó el camino que debían seguir hasta la entrada. Una vez allí, otro marine les llevó hasta el almacen de suministros, donde el cabo furriel, tras consultar nuevamente sus identificaciones les entregó el material que tenían guardado para ellos.

Daisy miró con desaprobación las armas. Armas poco evolucionadas para seres poco evolucionados. Sin embargo sabía que en tiempos dificiles había que actuar con violencia, aunque esperaba que no fuesen necesarias ya que entonces que iba a hacer ella ¿esconderse detras de una piedra? De nada serviría.

—¿Todo listo o necesitan algo más por aquí?

Al oír hablar a la enfermera con los soldados, el cabo furiel mira sus notas, vuelve a mirarla y vuelve a mirar lo que tiene escrito en sus documentos.

- Perdón. ¿Es usted Daisy Kaplan?- le pregunta con aparente asombro.

Daisy le miró con expresión asustada... Cierto que había tergiversado algunas traducciones para ayudar a esos soldados pero... ¿tendría problemas por ello? La joven miró con el rabillo del ojo a los soldados pensando en decir que era otra enfermera pero finalmente respondió:

—Eh....si. ¿Ocurre algo?— la pregunta parecía sonar indiferente, como si estuviese respondiendo a la pregunta de la ubicación de una calle.

¿Me permite su pasaporte?- le contestó, una vez identificada, miro al teniente y a la enfermera un par de veces, evaluandolos, al final se decidió a hablar.

Ehhh...señor, no sé como explicar esto señor- le cuenta al teniente- Ella es una civil y una mujer, señor...Pero en mis documentos pone que le entregue este sobre con francos a usted, a menos que se presente con la Srta. Daisy Kaplan.- el cabo patecía tener ciertas dificultades para cumplir con sus ordenes, ya que no daba crédito a lo que estaba escrito- Pone que están ustedes a su cargo y que ella se hará cargo del dinero en ese caso.

El cabo volvió a leer los documentos nuevamente, pues estaba convencido de que había algo mal en ellos que invalidara las ordenes.- ¡Habrase visto! Una mujer a cargo del dinero- pero no debió encontrar nada pués al final le dió el sobre a la enfermera.

Por un momento Daisy parecía tan descolocada como el mismo cabo pero finalmente pareció sonreir con alivio. Un sobre con dinero era sin lugar a dudas muchisimo mejor que una acusación de traición...Muchisimo mejor

Pero... ¿Qué? De pronto Daisy comprendió. "Los chicos" estaban acusados de deserción....no iban a darles el dinero a ellos para que pudiesen huir. Aquello era de cajón. Aún así, aquello era asombroso, lo que no evitó que lanzase una mirada divertida al teniente mientras recogía el dinero. Seguro que aquello no le gustaba nada. ¿A cargo de ellos? Bueno...como dicen ustedes ordenes son ordenes.

El teniente estuvo a punto de echarse a reir.

-Esta bien, puede dele a ella el dinero-la mujer había demostrado seriedad pese a que no estuviese de acuerdo con ella en su proceder asi que esperaba que aquello no supusiese un problema.

El sargento Highway miró al cabo y le dijo.- Cabo, un sargento sin pistola es como una escoba sin palo. ¿Dónde ha metido mi pistola?- preguntó al cabo mirándole fíjamente con su tez fría y rígida.

Por cierto —añadió Daisy al cabo— Agradecería que nos diese dos cantimploras más. La hermana Madeleine y yo no disparamos -bueno, ella dispara oraciones- pero si necesitamos beber agua.

"Militares....." pensaba Derek tratando de no reirse "Estamos en París señores.... pensando en raciones y tonterías.... si de camino hasta aquí ya hemos pasado por tres restaurantes y no se cuántos bistrós... sin contar los baretos que hab´ra en las estaciones del tren"

El cabo se pone bastante nervioso ante las palabras de sargento y vuelve a mirar sus papeles. -Lo siento sargento, en la lista no aparece nada....Comprendo que desee otra arma, pero el Capitan Newman colgara mis pelo...,- se calla cuando mira a la enfermera- mi cabeza del mastil de la bandera. Si desea una pistola le recomiendo que rellene un formulario B-25 por triplicado y lo presente en el registro de la puerta.

Luego tras escuchar la petición de la enfermera añade- Los civiles no reciben material militar señorita, si el mando lo hubiese considerado necesario lo habría incluido en la lista. Si considera que tanta falta les hace, ¿Por qué no compran una?