Empieza el baile.
Escudo inicial 75
PM iniciales 20
Escudo actual 68
Pm actuales 23
Motivo: Escudo
Tirada: 20d6
Resultado: 75
Derek alzó la cabeza, alertado por el grito, buscando con la mirada a la enfermera.
Sor Madeleine había dejado al teniente recostado en una pared del tunel mientras bajaba nuevamente para tratar de ayudar en aquella dantesca misión.
Cuando le dijeron que debía desnudar a los soldados tuvo que hacer frente a su pudor y su repulsión... en circunstancias normales se habría negado en rotundo, pero estaba tan perdida y asustada que sin darse cuenta sus manos comenzaron a desvestir los cadáveres.
En cuanto que la enfermera dio la voz de alarma, se detuvo en seco y se aproximó con celeridad a su lado, de nuevo su inconsciente actuó sin que su cerebro diera ninguna orden, y se encontró empuñando el arma que le habían facilitado unos instantes antes.
Al mismo tiempo que la enfermera grito,Highway sintió como algo le estaba drenando su energía. Apretando los dientes y haciendo una mueca de rabia incontenida, el sargento se acercó como pudo a la enfermera y le dijo.-¡¡Dígame dónde está!! Tengo que encontrarlo antes de que acaba con mi fuerza vital- dijo muy serio, desenfundado su pistola.
- Sor Madelaine, haga el favor de vigilar el pasillo por el que entramos,no quiero que nos pillen por la retaguardia- pidió.
El monje recibió tu patada en plena cara sin inmutarse. Tu bota, que debería haberle partido el labio y roto varios dientes no llegó tan siquiera a rozarle, parecía como si un escudo hubiese desviado tu fuerte golpe evitando que el monje sufriera el menor daño.
Aparentemente sorprendido por este golpe el monje te señala con el dedo. - Sufre zorra.
Inmediatamente notas una desagradable sensación de hormigueo en tu brazo izquierdo, lo miras a tiempo para con horror ver como empieza a consumirse, a deshacerse como si en lugar de músculos, tendones y huesos estuviese formado por fina arena de la playa.
Mientras tu brazo se consume una sádica sonrisa se dibuja en la cara del monje.
Nada puedes hacer por evitar que el proceso degenerativo aumente y aumente de velocidad, solo mirar como tu brazo desaparece en apenas segundos.
Motivo: Ajar miembro
Tirada: 1d100
Dificultad: 85-
Resultado: 49 (Exito)
Motivo: Daño
Tirada: 1d8
Resultado: 4
Pierdes el brazo izquierdo, 4 puntos de vida y 3 de con.
Ya los he quitado yo de tu ficha.
El grito de socorro de la enfermera os pone a todos en alerta, y todos dejais lo que en esos momentos estabais haciendo.
El sargento desenfundó su pistola y con una mueca de dolor en su rostro se aproximó a la enfermera mientras lanzaba una serie de ordenes a la monja que fueron completamente desobedecidas. Pues esta, armada de valor y de una pistola corrió tambien a socorrerla.
Claypole y el teniente Speirs decidieron mantener la posición mientras que Samid caminaba muy despacio hacía el lugar donde se encontraba la señorita Kaplan.
Por su parte, véis como Daisy parece darle una patada a algo, para acto seguido, mirarse el brazo izquierdo.
Daisy, Madeleine y Highway se encuentran juntos.
Claypole y Speirs se han quedado en sus posiciones, si quieren acercarse tienen que decirlo y tardarán un turno completo en llegar.
Samid va más lento y tardará un turno más en llegar.
Mientras os acercáis no hay nada que os alerte de ninguna presencia hostil y aparentemente no hay nada en aquella zona, nada salvo una roca enorme que formaba parte del techo y que se desprendió junto con el resto del templo. Parte de esa roca cayó sobre el soldado que descansa en la mesa más cercana convirtiendo su cabeza en pulpa, aunque podéis ver puedes ver el tatuaje de su hombro perfectamente.
Al llegar a la altura de la enfermera lo veis. En el suelo, con todo el abdomen, la cintura y ambas piernas aplastadas bajo la enorme roca hay tumbado un hombre vestido con ropas de monje, aunque extrañamente no hay restos de sangre a su alrededor.
Ese hombre debería estar muerto, igual que el soldado que yace en la cama, pero no lo está. Apunta con su brazo derecho extendido a Daisy, mientras una sádica sonrisa se dibuja en su rostro.
Pero lo más macabro de toda la situación es que horrorizados comprobáis que el brazo izquierdo de la enfermera ha desaparecido por completo.
Has visto esas ropas antes. El monje de tu pesadilla vestía exactamente igual que el hombre que tienes a tus pies.
De repente, notas como algo te está extrayendo la energía vital y las ganas de vivir. No sabes ni quién ni como, pero la sensación de vació interior que te deja es más que evidente.
Motivo: A quien le toca?1y2 Daisy. 3,4 Clay y asi
Tirada: 1d10
Resultado: 5
Motivo: A quien le toca?1y2 Daisy. 3,4 Clay y asi
Tirada: 1d10
Dificultad: 60-
Resultado: 2 (Exito)
Motivo: Perdida Pod
Tirada: 1d6
Resultado: 2
Has perdido 2 puntos de poder. Ya te los he quitado yo de la ficha.
Escudo actual 68
Pm actuales 17
- ¡¡TÚ, ERES COMO EL DE MIS SUEÑOS!!- grita el sargento, mientras actúa con presteza. Su arma resuena por toda la estancia descargando tres tiros consecutivos a bocajarro sobre la cabeza del que parece ser el que les está haciendo todo eso.
Motivo: disparo
Tirada: 3d100
Dificultad: 70-
Resultado: 94, 55, 34
Exitos: 2
Motivo: daño disparo
Tirada: 2d8
Resultado: 4, 7
Motivo: Daño primer disparo
Tirada: 1d8
Resultado: 5
Lo pongo para todos pues grito y disparo... creo que lo escucha todo el mundo. Si no cambia los destinatarios, master.
Yo. Destinatarios correctos.
A bocajarro las posibilidades de acertar con un arma de fuego se doblan. El primer disparo 94, aunque por poco resulta un fallo automático tambien impacta. Tiro el daño yo.
-Teniente ¿Se siente capaz de mantener la posición?- preguntó Derek y salió sin esperar respuesta, arma en mano, a ver que era ese jaleo que se había armado con el sargento y la enfermera.
Hala, un turno para correr.
Parecía que habían hecho contacto. Y allí estaba él a punto de desmallarse y al otro lado de aquella cueva. Empezó a andar lo más rápido que pudo casi dirigiéndose al lugar por el ruido que hacían sus compañeros al gritar, espada y pistola en mano.
-No se preocupe por mi, ¡corra!
Voy pa'lla!
¡¡¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!El grito de la enfermera fue estridente,mas no fue causado por el dolor,si no por el pánico pues no había sangre alguna en la herida,no era un miembro cercenado, simplemente desaparecido.La chica semiraba horrorizada aquella ...nada... no había otras palabras para definirlo.Ni siquiera era un muñón.
¡¡Bastardo!!—Daisy retrocedió dos pasos y cayó al suelo conmocionada por lo que acababa de pasar, jadeando fuertemente y mirando con auténtico odio a aquel ser...
¡Guau! si sobrevivo llevaré una manca XD
Madeleine temblaba de pies a cabeza, hacía unos segundos el contacto con la pistola le había infundido coraje y seguridad en sí misma, pero sin saber como ni por qué sintió como si el espantoso hombre, demonio o lo que fuera que debería estar muerto a tenor de la situación en la que se encontraba... le hubiera robado parte de su alma... se puso a respirar con dificultad y sus manos, aferradas al arma comenzaron a temblar presa del más absoluto terror...
Entonces el grito de la enfermera la sacó de su ensimismamiento y sus manos reaccionaron apretando el gatillo como acto reflejo contra la cabeza de aquel espantoso demonio.
Motivo: Disparo
Tirada: 1d100
Dificultad: 20-
Resultado: 13 (Exito)
Motivo: Daño
Tirada: 1d8
Resultado: 3
¿Cómo disparo? XP
Mientras os acercáis no hay nada que os alerte de ninguna presencia hostil, aparte, claro está del ser a quien vuetros compañeros están disparando. Aparentemente no hay nada en aquella zona, nada salvo una roca enorme que formaba parte del techo y que se desprendió junto con el resto del templo. Parte de esa roca cayó sobre el soldado que descansa en la mesa más cercana convirtiendo su cabeza en pulpa, aún es posible ver el tatuaje de su hombro perfectamente.
Al llegar a la altura del sargento y la monja lo veis. En el suelo, con todo el abdomen, la cintura y ambas piernas aplastadas bajo la enorme roca hay tumbado un hombre vestido con ropas de monje, aunque extrañamente no hay restos de sangre a su alrededor.
Ese hombre debería estar muerto, igual que el soldado que yace en la cama, pero no lo está. En lugar de eso, parece estar sonriendo mientrasr realiza una pregaria silenciosa.
Las balas salieron de los cañones de vuestras pistolas. A esa distancia era practicamente imposible fallar, sin remedio, se diriguieron hacia el cuerpo del monje dispuestas a acabar con su patetica vida, mientras este no hacía el menor movimiento para tratar de evitar que cumplieran con su macabro objetivo.
Cuando estaban a escasos centimetros de su hábito el aire alrededor del mago rieló y las balas se desviaron, exactamente igual que si hubiesen rebotado contra una pared invisible.
Una sonrisa maquiavélica se dibujó en su rostro mientras no dejaba de mover sus blancos labios en una salmodia silenciosa.
De repente, notas como algo te está extrayendo la energía vital y las ganas de vivir. No sabes ni quién ni como ni desde donde, pero estas segura de que esto no lleva la impronta del monje atrapado por la roca y debe haber otra cosa ayudándolo en las cercanías. Aún así, la sensación de vació interior que te deja es más que evidente.
Motivo: A quien le toca? 1,2 Daisy 3,4 Claypole
Tirada: 1d10
Resultado: 2
Motivo: Perdida Pod
Tirada: 1d100
Resultado: 67(+85)=152
Motivo: Perdida Pod
Tirada: 1d6
Resultado: 1
Pierdes un punto de poder. Ya te lo he quitado yo.
Escudo 49
PM 18