Partida Rol por web

Finalmente, todos lográis subiros a la barca, menos Lex y Patrick que permanecían fuera, agarrados. Ayudar al profesor no fue fácil, pero se mostró muy agradecido, además de muy contento de veros a todos con vida.

Finalmente, con todo listo, empezasteis a remar para dirigiros hacia el lago, en busca de alguna salida de aquel lugar, porque tenía que haberla. ¿Y el tesoro? Bueno, eso también... si lo encontrabais.

El bote avanzaba con lentitud, pero al menos, todo estaba en calma.

-¡Anne, profezor, me alegro de que eztén bien! -exclamé, con alegría, una vez que Anne y el anciano profesor llegaron hasta nosotros.

Aunque no los había dado por muertos, imaginaba que probablemente en esos instantes aún se encontrarían en manos de aquellas criaturas aladas y que tuviéramos que ir a rescatarlos, por lo que verlos de nuevo, vivos y a salvo, era todo un alivio.

-Anne, temimoz de que ezoz bichoz feoz oz hubieran llevado a zuz nidoz... ¿Cómo lograzteiz ezcapar? -pregunté, intrigado.

Lo cierto era que las preguntas de Caleb y Lex eran precisamente las que deseaba hacer Scort. Tampoco era nada raro, pues al fin y al cabo, estaba convencido de que todos se estarían preguntando dónde les llevaron aquellos monstruos voladores y cómo escaparon de ellos. Así que simplemente esperó a que respondieran para saciar su curiosidad.

El chico siguió remando a un buen ritmo, el mismo que marcaba su compañera de remo. Tampoco importaba llegar a toda prisa. Era quizás el primer momento de tranquilidad que tenían desde que salieron de la celda y deseaba aprovecharlo al máximo. Necesitaba recuperar el aliento.

- Oye Anne... - Scott llamó la atención de la chica más guapa del mundo. - ¿Has pasado miedo? - Le preguntó y entonces añadió algo. -Que sepas que no te iba... Íbamos a dejar tirada. Os estábamos buscando... - Afirmó rotundamente.

Aunque íbamos un poco apretados en la barca y yo estaba tiritando de frío por culpa de las ropas mojadas, la alegría al ver a Anne y al profesor sanos y salvos suplía cualquier otro malestar. Incluso por unos instantes, mientras esperaba que contestaran las pregunta de Caleb, las mismas que nos hacíamos todos, fui capaz de olvidarme de los peligros que seguían agazapados esperando saltar sobre nosotros sin que nos diéramos cuenta.

—Eso, eso —exclamé emocionada y muerta de curiosidad por saber qué había sucedido— contadnos cómo habéis conseguido libraros de esos bichos voladores.

Por muy divertido que fuera caer por aquel agujero tipo túnel-tobogán caer en medio de una laguna y mojarme no me hacía demasiada gracia. Me hundí bastante y al salir solo escupía agua mientras miraba por encima de las gafas en dirección a la barca donde estaban mis amigos.

Sonreí mientras alzaba una mano para llamar la atención a la vez que el profesor les gritaba para que no se fueran sin nosotros.

-Lexx!!!- Grité nadando hacia el encuentro de mi amiga que venía en nuestro auxilio.

Al llegar ambas, ese abrazo de Lex, me sacudió el alma. Ambas nos hundimos y casi no lo cuento, pero estaba tan contenta de volverla a ver que me permití  el lujo de cerrar los ojos bajo el agua  durante lo que duraba nuestra imersión. Mi corazón latía con fuerza y notaba como entraba en calor con el contacto de Lex junto al mio, pese el frio del agua.

- Cof, cofff.- tosí al emerger, sin ver nada a través de los cristales de mis gafas. Pero mi sonrisa no disminuyó lo más mínimo.- Mala hierba nunca muere, jeje.- respondí a mi amiga.- Además, nunca se me ocurriría irme sin despedirme de ti.- Añadí mientras hacía un gesto con la cabeza para marcharnos y nadar en dirección a la barca.

- Esos bichos alados...- Empecé a contar mientras subíamos a la barca y Caleb nos preguntaba. Jo, quería abrazarlos a todos! Que bueno estar juntos de nuevo. Incluso ver a Scott remar y hablarme con suavidad, me hizo sonrojar un poco.-... nos llevaron su nido.- Me quité las gafas y las guardé en el bolsillo de la chaqueta, que tenía cremallera. No las necesitaba siempre, normalmente para mirar la pizarra, aunque ya muchas veces por defecto no me las quitaba.- Había huevos de bicho!!! Me quité la chaqueta, pues estaba empapada del todo.- Pensé en hacer lo de Jurassic Park, de llevarme el huevo y eso.. pero...- Al final me quedé con la camiseta de tirantes del equipo del insti. Menos mal que debajo llevaba un top deportivo!-... la madre bicho llegó y tuvimos que descolgarnos del nido pero después...- Suspiré y mirando a Sara la cogí de las manos emocionada.- Tuvimos que saltar!

Miré al Agua para ver a Lex y Patrick nadar. Madremia, mis hormonas adolescentes estaban locas! Todos ahi mojados y tal...

- Lo siento Pat- Dije inclinándome un poco mientras le guiñaba un ojo a Lex para que pillara la broma.- no pude traerte al final ningún huevo para que te hicieras una tortilla.- Bromeé.

Cuando todos estaban a bordo, Lex y yo permanecimos en los flancos de la pequeña barca sujetos por una mano mientras con la otra braceábamos pausadamente, el agua no estaba caliente precisamente y con las ropas húmedas antes o después te que secarlas si no queríamos coger una pulmonía, pero sin intereses mechero mal íbamos a ir..

Pensando en ello estaba cuando de repente dos cuerpos más cayeron al agua estrepitosamente, era el profesor y Anne-¡EHHHH ESTÁIS VIVOS!- grité emocionado. Había sufrido por ellos y me había temido lo peor, pero al parecer se habían salvado de aquellos monstruos. Anne nadó a toda velocidad hacia Lex y se abrazaron en mitad del lago, provocando que Anne le diese un bien lingotazo al agua y luego contó la "aventura" que habían sufrido-Me alegro mucho de que no os haya pasado nada, pero sobre todo Scott- susurré acercándome a ella y guiñándole el ojo para luego sonreír divertido.

Al final entre gruñidos y esfuerzos tanto Anne como el profesor consiguieron subirse a la barca que ya de por si estaba completa con los demás dentro.

-¡Venga pongámonos en marcha que nos vamos a quedar pajarito!-dije con ánimo ya que el cuerpo comenzaba a entumecerse.

El profesor consiguió subir a la barca con esfuerzo, respirando aliviado al ver que todos estabais bien.

-Me alegra ver que estáis bien, chicos. La verdad es que nosotros hemos tenido mucha suerte. En fin, pongámonos en marcha. Estoy seguro de que encontraremos una forma de salir de aquí. Yo cogeré un remo.

El profesor cogió uno de los remos y empezó a agitarlo en el agua. Erais muchos, así que había que hacer bastante fuerza y como no quería que ni Lex ni Patrick tuvieran problemas y se quedaran atrás, intentó no aplicar demasiada.

Scott seguía remando tratando de forma bastante inútil de seguir el mismo ritmo que el profesor. Al fin y al cabo, su atención se centraba en ese momento en otra cosa. Su mirada estaba perdida en la figura esbelta y mojada de Anne. No es que Scott estuviera babeando de forma literal, pero si lo hacía en una forma figurada. No podía cerrar la boca ni retirar la mirada más que en el momento en que se cruzaba con la de Anne. En ese momento Scott trataba de disimular fijándose en otra cosa y volviendo a centrarse en el remo. Segundos después su atención volvía a centrarse de forme involuntaria en aquella chica.

- Oye Anne... - Dijo. - Te queda muy bien el mojado.

Aquello que sonó realmente raro trataba de ser un cumplido. Scott se rascó la cara tratando de disimular los colores que acababan de subirle al rostro. ¿Por qué había dicho eso? Lo cierto era que no sabía cerrar la boca y casi todo lo que pasaba por su mente era escupido sin demasiado orden ni concierto. Resopló abrumado y ahora sí, logró dejar de mirar a Anne, para pasar a mirar hacia la infinidad de la cueva.

- ¿Por qué no te callas, Scott? - Pensó el chico. - ¡No haces más que cagarla! - Se maldijo a sí mismo por ser tan bocazas. Así era como llamaban los goonies originales a su padre. ¿Lo habría heredado?

El bote se movía a buen ritmo, y el sonido de los remos rebotaba en las paredes, creando un atmósfera misteriosa y también, fascinante. Aquel lugar estaba, debían recordar, dentro de un cuadro. Aquella cueva, los rápidos, el lago... todo existía solo en una especie de sueño y no sabían cómo de real era en verdad.

Pero pronto tendrían otra prueba de aquello volvía a poner su resistencia en juego. Una extraña sombra apareció bajo el agua; indefinida, oscura, enorme... Pasó por la lado del bote como si estuviese examinándolo, justo por debajo de los pies de Lex y Patrick, creando una pequeña ola, y dejando a todos con más preguntas qué respuestas.

Emiko estaba dentro del bote, pegada a Sarah para intentar no congelarse. A su espalda, Scott y el profesor remaban con buen ritmo, y la verdad, ya tenía ganas de llegar afuera.

Pero entonces, vio una sombra debajo del agua que parecía acercarse hacia ellos, aunque en el último momento, los esquivó, pasando por debajo de Patrick y de Lex, que estaban en el agua.

-Oh, oh -exclamó Emiko, mientras seguía aquella sombra con la cabeza.

Finalmente, Emiko se dio la vuelta, miró hacia atrás... y segundos más tarde, vio confirmadas sus sospechas.

-más vale que sea así – respondió sonriente tras la afirmación de su amiga, mientras se mantenía a flote con la fuerza de sus piernas apartando el agua de su cara – ahora sube, esa barca necesita a una líder – le dio otro abrazo, esta vez sin hacer que se hundiera, regalándole un beso en la mejilla.

Patrick y ella ayudaron al profesor a Anne a subir al bordo. Tan pronto como se pusieron en marcha ella y Patrick se agarraron a la parte de atrás de la barca, evitando que pudieran golpearlo con los remos, ahorrando así gran parte de la energía que habrían gastado siguiéndolos a nado. Escucharon el relato de Anne sobre el nido y como habían terminado ahí, finalizando con una carcajada ante la confidencia dedicada a Patrick.

-me encantaría ver la cara del tio Brand si aparecer con un huevo de esos bichos para tenerlo de mascota – estallo en carcajadas.

Sus cuerpos se fueron acostumbrando a la fría temperatura del agua, aunque sus labios comenzaban a ponerse lentamente azules todavía se hacía llevadero. Pero claro la calma no podía durar mucho y tras varios minutos recorriendo la cueva, algo paso rozando las piernas de ambos primos para horror de Lex, que inmediatamente se agarro a la barca en un amago de subirse a ella quedando a medio camino.

-¿¡que ha sido eso!?...¡dios Willy no puedes darnos un puto descanso! - bramó a la nada - ¡¡¡juro que como demos con tu puto tesoro lo lanzo al mar!!! - maldijo viendo como aquella criatura emergía del mar provocando una gran ola

Nos movíamos despacio pues el bote estaba a rebosar y si llegase a oscilar demasiado podría volcar y caer todos al agua así que utilizaba el apoyo mínimo sobre él.

Pasaron unos breves minutos cuando algo raro noté en el agua, una especie de desplazamiento a mí alrededor, fruncí el ceño y a la vez miré a Emiko.

-¿Qué pasa, has visto algo?- pregunté preocupado, seguí con la vista la misma dirección que ella y me quedé helado y no era por el agua.

-Mierdaaa, será mejor que apretéis el ritmo ¡Ya! Lex ten cuidado!-el monstruo era feo de narices y tenía una cantidad de dientes desmesurada. Si aquel monstruo nos daba un mordisco nos podíamos dar por muertos.