Partida Rol por web

Scott vio enseguida que algo iba mal. Habiéndose percatado nada más llegar de que en las paredes había unos orificios muy sospechosos, su mirada de clavó enseguida en éstas y en efecto unos dardos salieron de las cavidades de la pared directas hacia ellos. La había cagado y bien, pero tenía la oportunidad de esquivarlos y de proteger a Anne de aquel peligro.

- ¡Cuidado! - Exclamó tratando de proteger a Anne a la vez que se agachaba para que ninguno de aquellos proyectiles hiciera blanco.

Anne fue la loca de la vida que sin apenas consultar se lanzó a la primera baldosa descubriendo la palabra clave para poder librarnos de ese primer acertijo-¡Cuidado que haces Anne!-exclamé pero ya era demasiado tarde, aunque por suerte había acertado a la primera y no se precipitó a un vacío plagado de estacas.

Se había envalentonado con el primer éxito y Scott la siguió aprovechando la coyuntura para cogerla de la cintura. Puse los ojos en blanco y solté un bufido-Lex, ten mucho cuidado-advertí por aquel salto que había pegado-Ja ja, ¡muy graciosa!-dije frunciendo el ceño y preparándome para el primer salto.

El profesor Armitage vio como el joven ese, Patrick, saltaba para intentar llegar hasta la "S", con tal mala suerte que tropezó no supo ver con qué exactamente, cayendo al suelo y desencadenando una especie de "juego de fichas de dominó", empujando a Caleb y a Sarah, que a su vez cayeron encima de Lex, Anne y Scott.

A pesar de intentar agarrarlo a tiempo para impedir que cayese, no lo consiguió, así que los ojos de todos se giraron con horror los unos hacia los otros.

-¡Noooooo! -gritó, horrorizado.

¿Qué cojones? Sentí un empujón por parte de alguno de los chicos. Se podía decir cualquier cosa de los nuevos goonies, pero desde luego la más cierta de todas es que eran una panda de patosos con Patrick a la cabeza. Y entonces tratando de esquivar uno de aquellos dardos, Scott recibió un impacto en el culo.

- ¡Me, voy a morir! - Gritó.

Emiko estaba con la boca abierta. Todos los demás habían aceptado aquello como si de un juego se tratara y ella, en cambio, no dejaba de pensar que de juego, nada. ¡Era una maldita trampa mortal!

Cuando la caída de Patrick desembocó en aquella debacle, Emike se llevó las manos a la cara para no mirar lo que seguramente iba a ocurrir. Montones de dardos volaron desde una pared a otra y por lo que pudo ver, al menos Scott se llevó uno de ellos.

Rápidamente, los ojos del chico se elevaron... y éste cayó encima de Lex como si fuese un fardo.

-¡Le han dado a Scott! ¡Le han dado a Scott!

-¡Profezooooooor! -exclamé, mientras tanto Sarah como yo caíamos hacia delante, sobre Lex, Anne y Scott-. ¡No vuelva a zaltar así...!

En ese momento, escucho la voz de Emiko, afirmando que le han dado a Scott. En un primer momento pienso que son los piratas, que se han decidido a seguirnos por la cueva y nos están atacando con algún arma arrojadiza, como cuchillos, pero entonces veo que se trata de una de las trampas. Scott había sido alcanzado por un dardo.

-¡Zcott! ¡Zcott! ¿Eztáz bien? -le pregunté al chico, preocupado al ver que había caído como si se tratase de un muñeco de trapo encima de Lex.

No habían pasado ni un segundo desde que Caleb había abierto la boca cuando otro de los dardos impactó contra uno de sus brazos. Como si de un mosquito se tratara, la mano de Caleb se fue directa hacia el punto en el que se había clavado, retirándolo con rapidez, aunque demasiado tarde como para evitar que lo que quiera que tuviese, hubiera llegado al torrente sanguíneo del muchacho.

Tanto para Scott como para él, todo empezó a girar y a girar. De repente, nada parecía tener sentido. Las piernas flaqueaban, los brazos parecían de plomo y el estómago les daba vueltas.

Scott trató de enfocar su mirada, pero aquel simple gesto se había convertido en algo casi imposible para él en ese preciso instante. Algo malo, algo realmente malo le estaba sucediendo.

- ¡Me muero, joder! - Se lamentó casi entrando en pánico. - ¡Anne! ¿Dónde estás? - Preguntó con la voz rota y casi a punto de empezar a llorar. - ¿Me has dejado solo? - Y finalmente se derrumbó tratando de no acabar desparramado y activando una nueva trampa.

En esos momentos caóticos, el profesor decidió que solo él podía salvar a aquellos chicos, así que apartó a Emiko con cuidado, ayudó a Patrick a ponerse en pie fuera de la baldosa, y fue saltando de baldosa en baldosa, ayudando a todos.

Caleb estaba casi inconsciente, pero logró evitar que cayera y con ayuda de Sarah, lo puso en pie.

-Aguántalo un momento -le pidió. 

Después pasó a la A, junto a Lex, y junto a ésta, levantaron a Scott. 

-Ahora tú. Aguántalo mientras yo salto.

Anne había llegado ya a la G, así que tenía la N libre. No era nada fácil llegar hasta ella, pero el profesor dio otro salto y lo consiguió. Después, se giró hacia Lex.

-Lo que vamos a hacer es una cadena. Lex, empuja a Scott hacia mí y yo lo cogeré. Después haremos lo mismo con Caleb. Anne, después te lo pasaré a ti e iremos avanzando, ¿de acuerdo?

Me desplomo en el suelo, tendido sobre la baldosa mientras todo comienza a dar vueltas a mi alrededor. Podía escuchar los lamentos de Scott y las palabras del profesor, aunque apenas podía llegar a prestarles atención, percibiendo mis sentidos cada vez más aletargados.

-Me muero, me eztoy muriendo, ezoz dardoz... -comienzo a decir, casi delirando-.Lez... Lez... Zi me muero... Zi me muero...

Antes de que pueda terminar de decir lo que pretendía decir, cierro los ojos, sintiéndome cada vez más debilitado.

Aquello estaba resultando un desastre que podría llevarnos a terminar muy mal, por no decir muertos ya que pensar en esa opción era lo último que quería hacer. Cuando Patrick cayó fue como si el caos se desatara sobre nosotros, consiguiendo que cayéramos todos en cadena. Pero lo peor no fue eso, lo peor de todo era que algún pie, alguna mano había tocado en la baldosa que no debía y una lluvia de dardos salió disparada de las paredes directa hacia nosotros.

—¡Cuidado! —una advertencia que llegaba tarde ya que esa palabra había tardado más que los dardos en llegar.

Con una agilidad que no sabía que tenía, esquivé los proyectiles, respirando aliviada cuando vi que ninguno me había dado. Sin embargo no todos habían tenido la misma suerte que yo porque tanto Scott, que se encontraba lejos de mí, como Caleba a mi lado, habían sido alcanzados por alguno de aquellos dardos.

Entre que conseguí reaccionar y me pude levantar pude comprobar que el profesor había llegado a mi lado y sujetaba a Caleb para que no cayera. Lo ayudé y, mientras Armitage seguía adelante, yo cogí con fuerza al más joven del grupo intentando hablarle para que no se durmiera. Siempre había oído que en circunstancias así lo último que alguien podía hacer era dormirse.

—Vamos Caleb, claro que no te vas a morir. Venga, quédate con nosotros... ¿Quién nos va a suministrar regaliz y caramelos? —hablaba de seguido, sin pensar en lo que estaba diiciendo, pero en esos momentos estaba muy preocupada por el joven que tenía al lado—. Ya verás como salimos de aquí y nos reiremos de lo que ha pasado.