Partida Rol por web

Los Monjes de la Nada

10 - Rostros Vacíos

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19/06/2008, 14:42
Dammeryn

El soldado esperó con paciencia en su exterior. Quizá no se notara, él hacía buenos esfuerzos para ello, sobre un caballo que sin duda era más perceptivo que el más avispado de los hombres, pero en su interior se debatía la lucha de no saber si su familia estaba allí dentro, buscando una herramienta conque defender sus vidas o bien estarían allí fuera, consumidos por esa magia que hacía vomitar fuego a la tierra, y perdidos ya para siempre, meras carcasas carcomidas y condenadas.

Todo autocontrol tenía un límite, incluso los dioses eran volubles llegado el momento, y él nunca había tenido que pelear a expensas de proteger lo que le era más querido, aparte de su propia vida. Por eso mismo, la espera de unos segundos a la respuesta de Deron se le hizo eterna como una noche de invierno.

Notas de juego

Pues no, no estoy curado. Sigo a caballo porque tengo el tobillo jodido y no puedo permitirme el lujo de andar pidiendo vendas. Así que seguimos donde estábamos, en el turno en el que te ofrezco mi ayuda. En cuanto me pongas algo, te respondo :D

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19/06/2008, 16:26
Deron Nisha

Le hubiera gustado enviarle con Nadia, pues era quien conocía la zona, pero no, en aquel estado sería más un estorbo que una ventaja; aunque necesitaba a alguien que organizara todo aquello, incluida una última línea de defensa, que ralentizara a los atacantes para que las gentes de Conira pudieran escapar, si era preciso:

-Dammeryn, necesitamos apilar cosas contra la puerta, para ayudar a los que tratan de sostenerla. Organiza a los pueblerinos y que traigan los carros, con balas de paja, con piedras... me es indiferente, pero tenemos que hacer de esa puerta un muro.- ordenó con presteza.

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20/06/2008, 16:23
Director

-¡PUM!¡PUM! - cada nueva arremetida hacía temblar la empalizada, no sólo las puertas, y estrujaba un poco más los ya compungidos corazones de Conira.

Ilianna se acercó hasta la posición que ocupaba Gura. Éste ni tan siquiera la vio llegar, concentrado por completo en la marca que sus pies creaban sobre la tierra y en recordarse a sí mismo que debía echar aire a cada poco rato y volver a tomarlo. Cuando ella le tocó tampoco pareció percatarse el muchacho, sin embargo, su piel volvió a adoptar progresivamente su color natural y su cara se descongestionó visiblemente. Gura respiró con naturalidad y de forma rítmica, como quien no estuviese realizando esfuerzo alguno. Retrocedió un paso y apoyó su espalda contra la hoja izquierda de la puerta, la cual quedó bloqueada como si tras ella hubiesen colocado una montaña.

La otra hoja sin embargo temblaba bajo el empuje al que se veía sometida. Se mantenía aún en su lugar únicamente porque Mélegat apoyaba su hombro con fuerza contra los troncos que la formaban, ya que el resto de hombres que trataban de ayudarle salían despedidos hacia atrás con cada golpe. Únicamente el minero lograba mantenerse firme en su posición.

Rápidamente aquellos que ayudaban a Gura se percataron de que el muchacho era capaz, por algún extraño motivo, de mantener inmóvil su parte de la puerta y corrieron en ayuda de Mélegat.

Atravesando el cielo por encima de la empalizada una lluvia de flechas caía sin orden ni concierto sobre la población. Aquellos que no se encontraban ocupados protegiendo los límites de la aldea corrieron a buscar refugio bajo los tejados de las casas.

Deron, Dammeryn y Ayron se afanaban en poner algo de orden a las defensas y mantenían ocupado a todo aquel que pasaba cerca de ellos.

-¡PUM! ¡PUM! – los intentos por derrumbar las defensas no cesaban y en el exterior no parecían notar la fatiga ni el cansancio que ya comenzaba a adueñarse de los hombres de Conira.

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20/06/2008, 23:11
Melegat Ansey

-¡Arrrgghhhh!, ¡más hombres aquí!, ¡hay que resistir!.

El minero comenzaba a encontrarse al límite de sus capacidades físicas, el portón se había convertido en una pesada roca que debía cargar día y noche, y que ya comenzaba a hacer mella en él.

Por si aquello fuese poco, sus ojos tampoco encontraban descanso, sino que tuvieron que soportar la desagradable visión de una lluvia de flechas impactando por doquier en la tierra de Conira...y en sus gentes.

Los materiales necesarios para apuntalar las puertas no llegaban, y la espalda del hombretón sentía cada vez más un incómodo pinchazo que se le clavaba entre los músculos...y de pronto la astucia se adelantó al músculo, haciendo que Mélegat recordase que aún llevaba colgado a su espalda el viejo pico de la mina, el cual agarró sin dudarlo y fue pasando de hombre a hombre hasta ser colocado junto a la madera que estaba a punto de quebrarse, situada horizontalmente entre ambas partes del portón, con el fin de retrasar el efecto demoledor de las embestidas.

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21/06/2008, 12:25
Illianna Sondrent

Illianna se apartó de Gura, que siguió en su sitio, respirando pausadamente, como si la presión que desde atrás ejercían sobre la puerta no tuviera nada que ver con él.

Y cruzó dirigiéndose ahora hacia Melegat, que acababa de pasar su pico a unos muchachos para que lo colocaran en la balda, reforzando ésta con el hierro de la herramienta.

Le vió tan desencajado como a Gura momentos antes, suspiró, y puso sus manos en el hombro del minero, sacudiendo su cabeza.

-Déjate llevar, Melegat. Puede que no salga bien, estoy cansada... pero voy a intentarlo... vamos a intentarlo.

Y cerró los ojos, concentrándose de nuevo, imaginando de nuevo. Esta vez plasmó algo que el hombre conociera, que fuera familiar para él. Una veta, una mina. Hierro. Dureza, metal. La naturaleza hecha arma, herramienta, perdurable, inquebrantable. El sudor del hombre que no lograba doblarlo, quebrarlo. La embestida no podía con el metal. Bloque, yunque, martillo... Hierro.

Y de nuevo intentó que esa resistencia, esa dureza del metal la inundara, la llenara. Y que su contacto con el minero la hiciera una con él, y él con el hierro, ambos hierro, un bloque de hierro...

- Tiradas (1)

Tirada: 1d10
Motivo: Magia de Cuerpo (Fortaleza)
Resultado: 9

Notas de juego

Buena tirada!
;)
Melegat, vas a quedarte duuuro, duuuuuro!!

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22/06/2008, 16:58
Nhadia Demialt

El hombre del pelo platino continuaba su incesante ir y venir de órdenes... Sin que estas tuviesen mucho éxito que digamos... De entre las más increíbles destaca aquella que pretendía enviar a la muchacha acompañada por un hombre medio muerto tras las filas enemigas, con el fin de localizar a quien quiera que dirigiese aquella sanguinaria horda... ¿Y después qué?, ¿disfrutar de unos preciosos segundos de vida hasta que aquellos engendros les diesen muerte? ¡Ni hablar!.

Estaba claro que no iba a cumplir las órdenes recibidas por aquél sustituto de DeValin. Le miro durante unos instantes con cara de incredulidad, para luego volver a desaparecer entre la ajetreada gente en dirección a la empalizada.

Una vez allí se agazapó intentando no ponérselo fácil a los arqueros enemigos a la vez que agudizaba la vista en busca del objetivo primordial en estos momentos: su líder.

- Tiradas (1)

Tirada: 1d20(+4)
Motivo: Otear
Resultado: 10(+4)=14

Notas de juego

A quien intento localizar es al supuesto jefecillo del que habló Deron.

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22/06/2008, 20:47
Deron Nisha

Deron miró sin acabar de creérselo a la mujer, que podía entender por qué DeValin trataba con aquel deje de desprecio. Sin un gesto, ni un comentario más hacia ella, Se giró hacia su caballo del color de la noche y lo aferró por el bocado, mientras hacía ademán de dirigirse hacia la trasera del pueblo:

-Meliant, sustituidme al mando... alguien tiene que hacer esto o moriremos todos. Organizad una posible retirada; hay que sacar a esta gente de aquí, hacia el Cerro.- dijo ya sin saber qué más hacer para impedir la evidente caída de la puerta, tarde o temprano -Dammeryn y el caballero Derkbal os darán los consejos militares debidos, gobernador. Deseadme suerte; la necesitaremos todos.- dijo Deron tras una mirada que sería una muerte, si fuese una agresión, antes de salir del lugar.

Llevar la montura era arriesgado, pero si el mando estaba demasiado distante, podría no llegar a tiempo a él antes de que la puerta cayera. Además, Nocturna conocía aquellos lares como el plano de sus pezuñas. Si alguien podía pasar desapercibido, era ella; y si tenía que rodear a una batida lateral, sería su diferencia entre el éxito y la derrota.

- Tiradas (2)

Tirada: 1d20(+6)
Motivo: geografia
Resultado: 13(+6)=19

Tirada: 1d20(+12)
Motivo: estrategia
Resultado: 8(+12)=20

Notas de juego

Pues Deron se va, lo más sigilosamente posible, pero lo más rápidamente posible. Las tiradas son para intentar adivinar dónde estaría yo si estuviera dirigiendo de algún modo esta batalla, conociendo el entorno local. Supongo que es una tirada de estrategia, limitada por mi tirada de geografia. Hacia allí es a donde voy a dirigirme, en primera instancia.

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23/06/2008, 00:08
Dammeryn

- Yo me encargo de la puerta, tú del subterfugio - afirmó el soldado, y condujo el caballo sin más dilación hacia los puestos de hombres, gritando.

- ¡Traed carros! ¡Vamos, hombres de Conira! ¡Llenad carros con peso, con piedras, con vasijas, con mesas, con todo lo que pese y arrastradlos hacia la puerta! ¡No pueden pasar! ¡No deben pasar!

Recorrió a caballo las defensas y se dirigió hacia donde veía un carro.

- ¡Vamos! ¡Atad los bueyes! ¡Traed los yugos! ¡Corred!

Se acercó él mismo a un carro para que lo atasen a su caballo y tirar él mismo como ejemplo hacia la puerta.

- ¡Traed todo lo que pese hacia la puerta, vamos!

El soldado aprovechó la movilidad de su caballo para estar en todas partes y jalear los ánimos de aquellos con los que se cruzase.

- ¡Por todo aquello que amais de esta tierra, luchad! ¡Luchad, hombres y mujeres de Conira!

Se notó la voz quebrada y el corazón galopando al ritmo del caballo. Sintió esa euforia imposible que experimentan los guerreros en la batalla, esa emoción pura que arranca lágrimas y pone la piel de gallina. El miedo y la rabia concentrados en un gran grito infinito, puro como el nacer de las cosas, de las razones por las que uno deja la vida entre acero, barro y sangre. Esa noche vivirían, se juró a sí mismos. No pasarían de esa puerta...y si lo hacían, encontrarían su final por el empuje y la resolución de los hombres que protegen sus tierras y sus familias.

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30/06/2008, 22:38
Ayron Derkbal

Desde lo más alto de la muralla no pude evitar dirigir mis ojos hacia lo que ocurría en el interior....sabía que el peligro se encontraba en el exterior, pero algo me forzaba a mirar hacia allí, a aquel lugar donde un segundo antes las puertas parecían dispuestas a ceder frente a la acometida de aquella turba sin mente.

Y allí me encontré con que únicamente dos hombres parecían poder soportar la fuerza del empuje.
Uno de ellos no era otro que el pelirrojo Melegat, pero al que se encontraba a su lado no le conocía....¿cómo podían hacer tal ostentación de fuerza? ¿Era posible que sólo dos hombres pudieran contener a una multitud?

Sin embargo así era, y algo me decía que la cercanía de Illiana a ellos tenía que ver con el milagro, pero eso era algo que debía esperar, pues no sabía cuánto tiempo podrían seguir mostrando esa impresionante habilidad.

Prácticamente me había olvidado del dolor que recorría todo el lado izquierdo de mi cuerpo....mejor dicho, no lo había olvidado, sino que había asimilado que precisamente aquel dolor era la indicación inequívoca de que seguía vivo, algo que creía que no podrían sentir sus enemigos, poco más que carne con ansias de sangre, y todo por culpa de alguien que permanecía en las sombras.

Observé cómo Dammeryn impartía órdenes entre los suyos, los cuales seguían mejor a una voz conocida y que seguro defenderían las puertas con la fiereza de un ejercito bien entrenado....la defensa de tus seres queridos y de todo aquello por lo que has luchado toda tu vida, te da la fuerza suficiente como para enfrentar casi a cualquier enemigo.

Viendo que poco podía hacer allí, bajé lo más rápido posible los escalones que me llevarían a nivel del suelo, dirigiendome directamente hacia la sorprendente joven que había conocido poco tiempo atras.

Sé de lo que eres capaz - le dije - pese a que mi propia mente se rebele contra esa certeza....sin embargo ahora necesito de tu ayuda.

Dejé que transcurrieran unos segundos antes de realizar la petición - Illianna, ¿puedes curar mis heridas? Deron seguramente necesite ayuda en su búsqueda de aquel que tiene sometidas las mentes de nuestros enemigos, y quizá allá donde esté sea más útil que aquí.

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01/07/2008, 16:53
Director

-¡PUM! ¡PUM! – el maldito ritmo de golpeo contra la empalizada continuaba incansable, mas ahora tan sólo una de las hojas, tras la que se apilaban junto al minero más de diez hombres, amenazaba con desprenderse de sus herrajes. La otra parecía estar anclada a la espalda de un joven muchacho de gesto sonriente, poco más que un adolescente y con la mente de un niño que estaría toda su vida en edad aún de jugar. Gura se mantenía apoyado contra la puerta, ejerciendo todo su peso sobre ella y haciéndola combarse incluso hacia el exterior.

-¡PUM!¡PUM! – uno de los troncos de la puerta se quebró y las astillas saltaron en todas direcciones, clavándose inmisericordes en los brazos y el pecho de quienes se encontraban tras ellas. El muslo derecho de Mélegat recibió varios impactos y comenzó a sangrar, aunque se trataba de heridas muy superficiales, más escandalosas que serias.

-¡PUM!¡PUM! – la lluvia arreció con mayor fuerza aún. El suelo bajo sus pies se había convertido en una resbaladiza mezcla de barro, agua, sudor y sangre. El minero comenzaba a perder la esperanza, aquella puerta no aguantaría mucho tiempo más la presión a la que se veía sometida desde el exterior. Entonces, sintió un contacto sobre su hombro, ligero pero firme. Escuchó las palabras de Illianna y notó como la energía fluía desde la joven hacia su cuerpo. Comenzó a sentirse pesado, lento pero inamovible. Al igual que el muchacho, apoyó su espalda contra la puerta y ésta dejó de temblar al momento. Más aún, sabía que si así lo quisiera en aquellos momentos podría tumbarla hacia fuera y por un momento se sintió tentado de hacerlo, cobrar con sangre la sangre, con dolor el dolor. Sin embargo eran demasiados enemigos los que aguardaban al otro lado y no arriesgaba sólo su vida.

Los golpes continuaron, mas de momento las puertas resistían como la roca del interior de la montaña.

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01/07/2008, 17:09
Director

El soldado Dammery y el Magistrado Meliant se esforzaban por alentar a los aldeanos para que lucharan por sus vidas de cualquier forma posible. La actividad en la calle principal de Conira era caótica y frenética.

-¡PUM!¡PUM! – como telón de fondo los gritos desde el exterior y los golpes contra la madera. Con cada uno de ellos el corazón de los habitantes del pueblo daba un brinco.

-¡PUM!... – y de repente se hizo el silencio, a excepción de la lluvia y los truenos.

Los gritos cesaron en el llano.
La siguiente y lamentablemente ya esperada embestida contra la empalizada no se produjo.

Deron se detuvo tan sólo a unos cuerpos de distancia de la salida posterior de la aldea. El silencio le había alertado, algo ocurría.

Ayron e Illianna se miraron preocupados, antes incluso de que la muchacha pudiera responderle.

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01/07/2008, 17:18
Director

Nhadia desde su posición elevada sobre la empalizada pudo observar lo que ocurría más allá de los límites del pueblo. La turba enfurecida que se agolpaba contra las puertas bajó los brazos de forma repentina y tras unos instantes de duda se giró, como si de un único hombre se tratase, en dirección al bosque, alejándose de la aldea.

Dirigió su mirada hacia la profunda oscuridad de la espesura, observando como los atacantes desaparecían uno tras otro en el interior del bosque. De pronto, una criatura alada, de piel más negra que el cielo, se elevó de entre los árboles y voló hacia las nubes, para perderse entre ellas.

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01/07/2008, 19:33
Melegat Ansey

Las embestidas, apenas unos molestos empujoncitos en la espalda del pesado minero gracias al milagroso don de la menor de los Sondrent, dejaron de producirse derrepente, al igual que los terroríficos gritos que llegaban del exterior, todo se calmó al instante, excepto el enfado de los cielos, que continuaban escupiendo lluvia y relámpagos.

En el interior casi todos habían dejado de hacer lo que estaban haciendo, excepto Mélegat y Gura, cuyo cometido no era otro que permanecer apoyado contra los portones de la aldea.

Miradas de desconcierto, confusión general, y quizá un mayor temor por no saber dónde estaba ahora el enemigo...

El enorme hombretón pelirrojo, calado hasta los huesos y semi enterrado en el barrizal de la entrada, sintió tentaciones de abandonar su puesto y encaramarse a la atalaya para saciar su intriga, pero algo en su interior le decía que no era sensato desproteger aquella puerta, por lo que tuvo que conformarse con preguntar a quienes se hayaban en posiciones más elevadas.

-¡¿Qué ha pasado?!,¡¿Véis algo?!.

Su voz se asemejaba más al rugido del oso que a la voz de un humano...y a decir verdad, su apariencia era muy similar a la del animal, allí, apoyado contra la puerta y empapado, con el rojizo pelo cubriéndole buena parte del rostro.

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01/07/2008, 19:52
Deron Nisha

Notas de juego

Mientras tanto en la salida trasera del pueblo...

Y yo, master?

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03/07/2008, 08:51
Director

Notas de juego

Para Deron lo único que escribí fue que notó aquel silencio repentino y eso le hizo detenerse. Desde su posición no puede observar a qué se debe el mismo y por qué han dejado de golpear la empalizada. Los rostros aquellos más cercanos a él tampoco le ofrecen mayor información, están tan confusos como el soldado.

A mi forma de verlo tienes 2 opciones. Regresar a la entrada principal del pueblo para enterarte de qué ha ocurrido o seguir el plan original y volver a subir al Cerro del Águila, pero esta segunda opción te llevará un buen trecho de camino hasta que puedas observar el pueblo y el motivo de tal silencio.

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03/07/2008, 09:17
Deron Nisha

Notas de juego

El Cerro del Águila es la opción adecuada. Para descubrir el silencio desde el pueblo están los demás. Yo podría encontrar información vital desde otra perspectiva. Al cerro.

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05/07/2008, 21:17
Illianna Sondrent

Silencio. Como si algo hubiera borrado todo cuanto se encontraba al otro lado de la empalizada, súbitamente, sólo lo que había en el interior de ella llegaba a la mente de Illianna. Los ojos clavados en las pupilas del Caballero Ayron, ambos se hablaron sin decir palabra.

Silencio.

Gemidos y ódenes, gritos apenas iniciados, todo se quedó en suspenso, en respuesta a ese silencio del exterior. Todos cuantos se encontraban en Conira callaron, se detuvieron, se detuvo el tiempo, por un instante todos dejaron a medias sus respiraciones, sus voces, sus movimientos. Sólo la lluvia, el rugido del agua vertida con rabia por los cielos, atravesado por la atronadora voz de los relámpagos, sólo eso se escuchó...

Y al segundo, al segundo inmediatamente después, todos se volvieron, se miraron unos a otros, preguntándose, los ojos desorbitados, esperando sin querer permitírselo que eso que parecía fuera cierto, que todo hubiera cesado, que se hubiera acabado...

Ella siguió mirándole, preguntándole con la mirada ansiosa, ávida, ¿estás sintiendo lo mismo que yo...? ¿estás creyendo lo mismo que yo...? Palabras que no se atrevió a pronunciar, preguntas que sólo podían ser respondidas de un modo.

Se dió la vuelta, y salió corriendo hacia las escaleras que la llevaron a la cornisa que había ocupado cuando se enfrentó inútilmente al Monje, la cornisa desde la que el ente oscuro la había herido introduciéndose en su mente, en su espíritu, en su memoria, y la había inundado de tal modo de negrura que había caído al vacío...

...no quería subir, pero lo hizo. La respuesta bien lo valía...

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06/07/2008, 23:39
Ayron Derkbal

¿Qué ocurría? El imprevisible silencio, que se había hecho dueño de aquel lugar, atronaba mis oídos hasta casi producirme dolor....un vacío que amenazaba con engullir todo mi ser sin respetar siquiera mi alma, la cual ya se encontraba bastante atormentada tras todo lo que la había tocado vivir durante los últimos días.

Lejana quedaba ya aquella hoguera fronteriza donde había compartido con Ónemar los últimos momentos tranquilos. Ahora se daba cuenta y la echaba de menos de una forma que jamás hubiese creído posible, pues había ocurrido antes de que mi mundo se hubiese decidido a mostrar su lado más oscuro, llevándome a recorrer unos caminos cuyo destino no era otro que las sombras, una negrura horrenda y completamente perniciosa.

Sin embargo, existía una luz que apartaba aquella oscuridad. Un faro que impediría que el frágil barco de mi cordura se estrellara contra las rocas de la desesperación, guiándome hacia un puerto seguro.
Y entonces lo supe, daría mi vida por intentar que aquel lucero continuara brillando con intensidad, sin importar que tuviera que ofrecerme en sacrificio para conseguirlo.....aquella esperanza se encontraba en los ojos que tenía en ese momento frente a mí....Illianna era aquel faro que iluminaría la senda hasta encontrar el profundo mal que asolaba aquellas tierras.

Cuando la joven se giró y corrió hacia la parte más elevada de la muralla, no pude hacer otra cosa que seguirla, aunque mi velocidad dejaba mucho que desear en esos momentos.
Tenía que ver con mis propios ojos lo que ocurría, y protegerla si estaba en mi mano.

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08/07/2008, 19:32
Nhadia Demialt

Había agotado las dos botellas incendiarias que tenía entre las manos, arrojándolas a la enajenada masa que ahora se retorcía y gritaba envuelta en llamas.

Se agachó para cojer la última botella que restaba en el cesto de paja, volvió a reaparecer sobre la empalizada, intentando encender aquella última carga de fuego... pero algo inesperado sucedió... algo que jamás se les hubiera pasado por la cabeza a ninguno de los condenados a defender aquél terruño con uñas y dientes si acaso tenían algún aprecio a la vida...

La turba de hombres salvajes había dejado de rugir, de atacar y de empotrarse contra las puertas, habían bajado los brazos y ahora daban media vuelta, como si de un único ser se tratase, corriendo hacia la espesura del bosque y desapareciendo entre la oscuridad.

Incomprensible, inexplicable, pero real... un respiro en un mar de muerte... a pesar de que lo que aconteció después llenase de terror los corazones de quienes pudieron verlo gracias a su posición elevada en la empalizada y la atalaya. Una criatura alada y negra como la noche emprendió el vuelo desde el interior del bosque, elevándose en el aire hasta perderse entre las nubes.

Cuando pudo recobrar la palabra, gritó sin dejar de observar al conjunto de bosque y nubes:

-¡¡¡Se marchan!!!...¡¡¡Retroceden al bosque del que fueron escupidos!!!

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13/07/2008, 14:07
Melegat Ansey

Quería comprobarlo con sus propios ojos, no comprendía cómo aquél ejército de descontrolados hombres podía haber cesado en su empeño de pasar a cuchillo a todo Conira, así por las buenas, de un momento a otro y sin previo aviso.

Se apartó con cierta desconfianza de la puerta, temiendo que en cualquier momento ésta volviese a recibir una embestida y fuese derribada. Agarró su martillo de guerra que continuaba apoyado junto a la pared y siguió a Ayron e Illianna para alcanzar la empalizada y confirmar las palabras de la muchacha encapuchada.

Sus pesadas zancadas levantaban trozos de barro y agua en su trayectoria, ya que a pesar de que los ataques enemigos parecían haber cesado de momento, el cielo continuaba su acoso incesante.