Partida Rol por web

Los Monjes de la Nada

11 - Cuando todo tiembla

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22/09/2008, 12:32
Director
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22/09/2008, 13:13
Director

El día había amanecido fresco pero agradable, una auténtica bendición cuando uno vive en las primeras estribaciones de los Montes Perdidos. En el horizonte negras nubes de tormenta amenazaban con malograr la tarde, así pues Kody pensó que debería apresurarse a llevar a cabo las tareas más duras del día durante el hueco de la mañana, por si la lluvia luego es tan persistente poder refugiarse dentro de la cabaña al calor de la lumbre.

Dentro de pocos días debería ir a Conira, la aldea más cercana a su pacífico lugar de retiro, para reabastecerse de algunos alimentos básicos que no podía obtener por sí mismo y para reparar algunas de sus herramientas. Por un momento pensó si no sería mejor salir de ello ya durante la mañana de hoy, pero luego descartó tal pensamiento, seguramente la tormenta le pillaría en el camino de regreso.

Además, debía preparar bien esa salida puesto que los viajeros con los que se había cruzado en los últimos días no habían parado de hablar acerca de rumores sobre lo peligroso que se han vuelto los caminos por esta zona en las últimas semanas. Se habla de hombres desaparecidos y de grupos de bandidos que atacan las poblaciones cercanas. Lo cierto es que la gente anda bastante asustada últimamente. Esto a Kody no le preocupaba demasiado, sabía defenderse a sí mismo y si las cosas se ponían feas podía esconderse en los bosques con la seguridad de que ningún otro hombre sería capaz de encontrarle.

No obstante, no pudo evitar que un escalofrío recorriera su columna, subiendo a través de su espalda hasta llegar a los pelos de la nuca, cuando vio aproximarse a un hombre en la lejanía, precisamente en el mismo momento en que él había tenido aquel pensamiento. Por aquel lugar prácticamente nunca pasaba nadie, podía estar semanas sin ver a otra persona, y la mayoría eran viajeros que se habían perdido.

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22/09/2008, 15:22
Kody Blake

Mientras el hombre se acercaba a su pequeña y humilde cabaña al linde de los arboles, al borde de la colina, dejo caer al lado dela puerta el grupo de ramas y troncos pequeños que habia recolectado a primera hora de aquella mañana. Nada le gustaba menos que los forasteros insensatos. Todos venian con una historia y el estaba predestinado a parecer el tipo de hombre que quiere escucharlas.

Sintio como el aire fresco de la mañana recorria sus manos y su cara, y se aceco a una pequeña perola que colgaba del quicio de la puerta. Alli durante la madrugada la pequeña perola recogia el rocio tempranero, y con un pequeño cazo el saco un poco del transparente liquido que dentro se depositaba.

Tomo un sorbo amplio, y un poco de agua se le escurrio entre la barba mal cortada. Apunto mentalmente que tendria que afeitarse antes de ir al pueblo, era mejor no hacerles hablar de el, cosa que hacian de vez en cuando entre murmullos por el simple echo de pasar por alli.

Se volvio de nuevo hacia la colina, viendo a el hombre terminando de subir la pequeña cuesta. Habia elegido ese lugar para la choza, porque para cualquier persona que intentara llegar a su casa, le costaria, y tendria que pararse a respirar hondo un buen par de veces antes de hablar con el, tiempo que ganaba para cualquier eventualidad.

Instintivamente sintio el peso de su hacha colgada de la cintura, si bien esta era la de la leña, y estaba algo ajada, tenia el peso y proporciones adecuadas, para una necesidad en los bosques. Pero el forastero no parecia ser peligroso, pero como bien sabia el, parecer y ser son cosas muy distintas, y lo mas peligroso eran las palabras dulzonas.

Saco el hacha del pequeño talid de su cintura. Y con un habil gesto de la muñeca la clavo en un tocon de media altura cercano, donde cortaba la leña. Dio un par de pasos y se coloco en el marco de la puerta. Cogiendo del interior un trozo de una fruta que crecia no muy lejos de su casa y dandole un mordisco.

A ver que nos trae el viento hoy. Penso mientras masticaba el agrio sabor de la fruta.

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23/09/2008, 08:32
Director

Fueron varios los mordiscos que tuvo que dar Kody a la fruta antes de poder ver mejor a su visitante.

Poco a poco el desconocido fue ascendiendo la colina y la distancia que los separaba se redujo hasta que pudo distinguir los detalles de la figura del extraño caminante.

Se trataba de un monje o, al menos, vestía como tal. Llevaba una túnica marrón que a simple vista parecía bastante pesada, y hasta podría decirse que incómoda, y caminaba con la capucha echada sobre la cabeza. Se apoyaba en un largo bastón de madera sin tratar, que más bien parecía una simple rama recien arrancada de cualquier árbol y que acababa en su parte superior enroscándose sobre sí mismo en una especie de espiral.

Aunque el solitario monje no había levantado en ningún momento la mirada del suelo, Kody estaba seguro de que ya tendría que haberlo visto a su vez.

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23/09/2008, 15:33
Kody Blake

¿Buenos dias, hermano forastero, que os trae a tal alejado lugar?

El tono de la pregunta era una mezcla de su habitual mal genio y interes creciente en descubrir la identidad de su temprano visitante.

Apurando la fruta, escupe la pulpa al suelo y se pasa la muñeca y el dorso de la mano por la boca y la barba. Echa una mirada al cielo. Viendo como las nubes se encuentran tranquilas, caminando lentamente en su lugar, y con un poco mas de calma vuelve a mirar a el hombre que se acerca con su peculiar baston.

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24/09/2008, 12:04
Monje

Al cabo de unos momentos el caminar del visitante le había conducido hasta la explanada que dominaba la parte frontal de la cabaña. Se detuvo a bastante distancia de Kody, sin levantar tan siquiera la cabeza.

-Buenos días tengais, amigo. Disculpad que os moleste pero mi caminar me lleva hacia más allá de donde vos vivís y agradecería mucho que me contárais algo de las tierras que voy a encontrar ante mi. Vengo de muy lejos y estoy buscando un valle. No se si lo conoceréis, le llaman el valle de Etith.

Tras dirigirse al explorador con aquellas palabras el monje permaneció quieto, en postura relajada, con los brazos agarrados bajo las amplias mangas de la pesada túnica y su mirada fija en el suelo.

Notas de juego

El nombre del valle de Etith no le dice nada a Kody, no lo conoce.

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24/09/2008, 15:28
Kody Blake

Mientras se atusa la barba con los dedos y guiña un poco los ojos, a medias entre el desconcierto por el lugar que busca el viajero y a medias por conseguir recordar un sitio con ese nombre. Finalmente hace una mueca, parecida a una sonrisa y habla con lentitud.

Duras han de ser tus sandalias, caminante, pues el valle que me mencionas, tras estas, las tierras que yo conozco no esta, o al menos no en los proximos dias. Quiza sea mas alla de donde mis oidos han puesto su atencion. Lo siento pero no puedo ayudarte a narrarte las venturas de una tierra que no me es conocida.

Da un par de pasos y coje la leña que tiene pendiente y la coloca al lado del tocon. Se vuelve otra vez mira ceñudo al extraño.

¿Seguro que no buscais otro lugar?

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25/09/2008, 13:00
Monje

Una ligera brisa balanceaba la túnica del monje, mas era lo único que se movía en aquel hombre.

-La fortuna no se ha aliado conmigo en estos aciagos días. Parece ser que tendré que continuar buscando en mi soledad, pues he de pensar que si en verdad conocierais el camino, no mentiríais a un servidor de los dioses, ¿no es así?. - hablaba con deliberada lentitud y su voz iba vestida con ropajes de amenaza que no pasaron desapercibidos a Kody.

El monje formuló su pregunta mientras continuaba con la mirada fija en el suelo.

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25/09/2008, 15:24
Kody Blake

Mentir, ni a dioses ni hombres, es una terca costumbre, y los mentirosos solo mienten por miedo... o por su propio beneficio. Y yo me dejo gobernar por ninguno de ellos.

Kody escucho las palabras, y se tomo medio segundo para responder. No le gustaban las visitas, y cuando las visistas eran asi, le gustaba menos aun.

Cogio el hacha y descargo un golpe sobre una de las maderas, rompiendola por la mitad, sin dejar un tajo limpio, sino mas bien partida a la fuerza.

Sabia que el monje no se rendiria y intentaria amendrentarlo una vez mas y su gesto estaba mas encaminado a que se diera cuenta de que no queria seguir hablando con el, que a una muestra gratuita de fuerza bruta, pero no estaba de mas.

Coloco otro madero en le lugar. Y el monje no tardaria en hablar.

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26/09/2008, 12:19
Monje

El misterioso monje permaneció unos instantes en silencio, inmóvil. Tanto se prolongó aquellal pausa que Kody comenzó a ponerse nervioso. Finalmente, tras lo que le había parecido una eternidad el monje habló.

-Tus palabras son sinceras Kody, en verdad no conoces tal lugar - algo en la forma de realizar aquella afirmación provocó un escalofrío en el explorador. El hombre hablaba con la certeza del que sabe más allá de toda duda - He de seguir mi caminar, pues veo que de tí no he de obtener nada de provecho para mi búsqueda. Curiosos son los caprichos del destino que empujan a un hombre a alejarse de la sociedad, repudiando todo contacto con sus semejantes. Volveremos a vernos Kody, quizás antes de lo que imaginas.

Las últimas palabras del monje fueron pronunciadas de forma enigmática mientras comienzaba a alejarse en la dirección contraria a la que había llegado. Sin embargo, en un instante en el que había movido ligeramente la cabeza Kody pudo percibir, no sin cierto asombro, que sus ojos eran completamente blancos, sin pupulas ni iris. Además, la piel que le rodeaba estaba ennegrecida, como si hubiese sido quemada. Casi con toda seguridad, debía ser ciego.

Una sensación de inquietud quedó flotando en el aire y el explorador tardó unos instantes en descubrir qué era: No le había dicho su nombre y sin embargo aquel monje le había llamado Kody en varias ocasiones.

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26/09/2008, 16:10
Kody Blake

Kody se revolvio, no sabia que le hacia enfurecer mas, si el echo de que su misterioso visitante lo conociera, para lo cual, tal vez ubiera alguna explicacion, sino para que ese monje artero se atreviera a juzgarle.

Golpeo con tal fuerza que la vieja hacha de la leña se quedo clavada en el tocon, desperdigando al viento las astillas y maderas que acababan de ser bruscamente cortadas.

Estaba furioso. No solo lo habian perturbado, como hacia ya mucho tiempo que nadie conseguia, sino que las palabras del monje no hacian otra cosa que reavivar una ansiedad que latia en lo profundo de su corazon.

La casa le quemaba, se le hacia pequeña. No era el tamaño fisico, sino el espiritual el que se le hacia incomodo.
Casi sin darse cuenta, Kody cogio sus cosas: el arco y el karkaj, el hacha de batalla, su manta y el macuto grande.
Entre farfullos y ademanes rapidos y rabiosos, se pertrecho para el vieje. Una vez preparado, con una cuerda, ato un grupo de taburetes y sillas de madera, asi como algunos marcos y figuras, a un atillo. Se coloco la capa y se coloco las cosas a la espalda.

Al salir afuera volvio a ver las nubes que deconaban una lluvia no muy lejana, y se refugio en la idea de que quizas el mal tiempo le borrara el mal sabor de boca que ahora mismo llevaba.

Un paso despues del siguiente y comenzo su camino hacia el pueblo. Necesitaba un hacha para la leña nueva. Y el camino y la soledad de la madre naturaleza quiza calmarian sus dudas y males.

Hoy amenazaba con ser un mal dia, y el seria tan malo como el dia para sobrevivir.

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29/09/2008, 18:48
Director

Aquel extraño monje y sus oscuras intenciones habían logrado turbar a Kody, le había puesto furioso. No era algo que le sucediera con facilidad y no le gustaba.

El nerviosismo le llevó a tomar una decisión, adelantó su viaje a Conira. Así pues preparó todo lo necesario para el mismo y se puso en marcha. El camino no entrañaba ningún misterio para él, quizás para otro menos conocedor del entorno supondría todo un reto, pero en su caso, cada árbol, cada piedra y cada recodo del camino eran una parte de sus recuerdos, de su mente y de su vida. Podría recorrerlo con los ojos cerrados.

No logró apartar el inquietante recuerdo del monje mientras caminaba por el difuso sendero. Descendía de la montaña de forma ligera pero constante. En breve llegaría hasta el aserradero de los Mizen, una pequeña familia, gente trabajadora a la que tenía en buena estima y que gustaba de cuando en cuando de visitar. Se ganaban la vida talando árboles y trasportando la madera hasta las poblaciones circundantes. La mayor parte del año, excepto en la época más fría, cuando las nevadas hacían imposible circular con carros, vivían en el propio aserradero. Tras el siguiente recodo del camino Kody vería ya el tejado de la casa y el cobertizo de los Mizen, pero algo le hizo detenerse. Algo activó las alertas e hizo que se le disparasen los sentidos.

Algo estaba fuera de lugar.

Prestó atención a su alrededor. Nada. No se escuchaba nada, ni el canto de los pájaros, ni el caminar de los animales... ni el quejido del bosque.

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29/09/2008, 20:09
Kody Blake

Rapidamente oteo a su alredor, fuera lo que fuera que estubiera pasando era eminentemente malo.
Dejo el petate al lado de un arbol y lo tapo con un poco de ojarasca. Queria quitarse peso que le resultara incomodo si tubiera que pelear, ya vendria a por las piezas despues.

Saco una flecha del karkaj y empezo a caminar por los arboles, dio un pequeño rodeo, queria acercarse por el sitio mas incomodo. Aunque tubiera hacer un pequeño rodeo.

Con rapidez y sigilo bordeo la zona hasta una zona elevada para ver que estaba ocurriendo.

Mientras fue olfateando el aire, intentando descubrir olores que no fueran los normales en el lugar.
El arco seguia en su espalda. Pero podia sacarlo en un abrir y cerrar de ojos.

Desde una pequeña cornisa se puso tras una roca y vigilo el entorno, no sabia que buscaba, pero se temia lo peor.

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27/10/2008, 13:25
Director

Le llevó unos instantes percatarse del motivo de su intranquilidad, pero al final lo descubrió: faltaban los sonidos habituales del aserradero. No se escuchaba la maza golpeando las picas; no llegaba hasta él el ruido de la sierra, manejada por los dos hijos mayores, mordiendo la madera y reduciéndola a secciones manejables para los carros; no se escuchaba a los niños jugar ni a los animales trabajando.

Silencio.

Y tampoco percibía los olores de la familia, el humo de las cocinas, el penetrante hedor del aserradero. Nada.

Aquello no cuadraba, en la época del año en la que se encontraban no era habitual que la familia Mizen hubiese abandonado su hogar.

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27/10/2008, 15:13
Kody Blake

Ahora que sabia lo que le faltaba al aserradero tenia que buscar lo que tubiera de nuevo.
Observo con atencion. Buscando indicios de peleas, carros cargados que ubieran salido rapidamente. Indicios de que ubiera mas gente alli oculta.

Se movio desde la atalaya donde se econtraba. Concentrado en cada sonido, cada olor, y cada color en el ambiente que le rodeaba.
Si no encontraba nada desde alli, bajaria. Pero esperar unos minutos no le hacia ningun mal.

Mientras capitulaba sintio como el estaba inquieto en la espalda. No le gustaba pensar que a la buena familia de los Mizen les pudiera haber ocurrido algo malo. Pero la precaucion podia evitar que le pasara algo malo a el tambien.

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31/10/2008, 11:23
Director

Algo captó su atención allí abajo. Se desplazó para obtener una mejor línea de visión.

¿Aquello era...? Había un carro volcado en mitad del llano, uno de esos recios carromatos alargados sobre los que los Mizen transportaban la madera. De por sí, el hecho de que se encontrase del revés ya no presagiaba nada bueno, pero no era eso lo que le puso los pelos de punta. Afinó la vista cuanto pudo y le quedó poca incertidumbre sobre lo que sobresalía debajo de aquel amasijo de ruedas y madera: eran dos piernas, pequeñas, infantiles... y sin ropa.

Aquello despertó en él una marea de sentimientos y no sin esfuerzo logró reprimir unas arcadas. Se obligó no obstante a mantener al cabeza fría y continuar con su escrutinio. Éste fue fructífero, ya que logró divisar en la distancia, aquí y allí, huellas y diversas pruebas de un enfrentamiento.

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31/10/2008, 11:50
Kody Blake

Con la flecha aun en la mano. Se descolgo como solo lo haria un ser de los bosques por entre las rocas. Y se acerco hasta el carromato. Tenia la certeza de que el niño estaria muerto. Pero tenia que comprobarlo de todos modos.

Dejando la flecha en el suelo, primero miro por este para intentar identificar las pisadas a su alrededor.

Luego con fuerza y destreza levanto el carromato, y tiro del cuerpo.
Toco con sus dedos buscando pulso.

Y mientras lo hacia, olia para notar sangre en la zona, y levanto la miradad para no ser sorprendido.
Su cuerpo estaba en tension. Y por una fraccion de segundo, tuvo la sensacion de que se encontraba de nuevo en la guerra.
Estaba convencido de que ya tenia todo aquello superado, pero parecia que una vez mas, la muerte se apoderaba de lo que tenia a su alrededor.

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03/11/2008, 09:43
Director

Sintió el frío. Por primera vez en mucho tiempo volvió a sentir aquel helar paralizante que provoca la muerte.

Tras apartar el carromato Kody observó horrorizado que las piernas pertenecían a Lynei, la hija pequeña de los Mizen. Tan sólo tenía ocho años y ya jamás llegaría a cumplir los nueve. Su cuerpo había sido golpeado hasta la muerte, la habían apaleado. Aún así, Kody reconoció su hermoso rostro y aquellas dos coletas que siempre bailaban alrededor de su cabeza cuando la pequeña corría a su encuentro al verlo llegar. Lynei sentía predilección por el explorador, su rostro se iluminaba cada vez que Kody les hacía una visita. A menudo la pequeña se pasaba todo el rato agarrada a sus rodillas e incluso en más de una ocasión se le encaramaba a la espalda pidiéndole de forma insistente que le contara una más de sus aventuras.

Una parte del corazón de Kody se fracturó.

Miró a su alrededor. Allí se había producido un enfrentamiento, las señales estaban por todas partes. Un breve rodeo le permitió encontrar también los cuerpos de Mhilas, la madre, y de Anhare, la hija mayor, igualmente muertas. Sin embargo no halló ni rastro del padre y de los dos hijos varones.

En el aserradero no quedaba nada de valor. Se lo habían llevado todo, comida, herramientas, animales... absolutamente todo.

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03/11/2008, 16:10
Kody Blake

El loco, el ermitaño. Muchas cosas volvian a su mente agitada mientras miraba al cielo.

Las nubes ivan ganando terreno ese dia de manera inexorable. Entre las ramas y las hojas de los arboles cercanos se filtraba una luz estrellada que se dibujaba en la cara del hombre, mientras tomaba un respiro.

Despues de un rato y con unas gotas de sudor en la frente. Volvio a calzarse la mochila y los enseres que llebaba, y tomo rumbo al pueblo. Tras de si dejaba tres pequeños monticulos de piedra. Debajo de cada uno de ellos yacia un cuerpo. La muerte siempre tocaba. Nadie estaba mas alla de eso. Y segun su propia consciencia y su vida, preferia que fuera asi. Pero a veces resultaba muy incomoda. Y ese dia tenia un sabor amargo.

Mientras sus pasos se encaminaban ruta abajo. Fue dejando el aserradero y la vida que habia habitado alli, el seria como otras tantas veces el recuerdo de las cosas que pasaron y que ya nadie mas veria. Una carga excesiva para una sola persona.

En la casa de los Mizen habia grabada a cuchillo una extraña marca. La marca de los malditos, era un simbolo de mal fario. Y la gente no gustaba de quedarse en sitios con esa marca. Al menos asi, se aseguraria de que ningun truhan se adueñase de esas tierras sin que el pudiera poner orden en lo sucedido.

En su mente se dibujaron a lo largo de las siguientes horas un millar de ideas, de pensamientos, de posibles respuestas a lo que habia sucedido. Pero era incapaz de entender como pudo pasar, y sobre todo donde estaban los cuerpos de los hombres de esa familia. Y no pensaba dejar de indagar. Pero tambien tenia que preocuparse de algunos negocios primero.
El pueblo era una buena fuente de informacion. Truecaria sus bienes, y intententaria averiguar lo que puediera. De camino a la vuelta quizas encontrase algo mas.

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07/11/2008, 09:11
Director

No tardó mucho en llegar y su furia superó la peor de las predicciones de Kody. La tormenta se abatió sobre la montaña con la ira de un amante despechado. El cielo rugió la rabia contenida durante toda una estación en la forma de truenos ensordecedores que hacían temblar la propia tierra. El cielo se oscureció y, a pesar de ser aún media tarde, daba ya la sensación de haber anochecido por completo.

Kody avanzaba por un camino que, por fortuna, conocía a la perfección. Sabía que no tenía que temer por extraviarse, su sentido de la orientación nunca le había fallado, no obstante sí que existía un peligro real de resbalar y despeñarse por alguno de los desfiladeros que bordeaban la senda.

El agua comenzó a caer con fuerza, cada vez más, embarrando el terreno y empapando al hombre. Lo que podría haber sido un paseo relajante y agradable se había tornado en tan sólo un par de horas en una horrible pesadilla, tras tener que enterrar los cuerpos de los niños Mizen y ahora avanzar bajo la tormenta.

Mantenía casi toda su atención en el camino, en lo que tenía por delante. Sin embargo su instinto de explorador guardaba una pequeña porción de sus sentidos prestos para detectar cualquier indicio de problemas. Y eso fue lo que ocurrió.

Inicialmente tan sólo fue el crujir de una rama, pero que pudo escuchar por encima del sonido de la lluvia y del viento. A continuación un leve movimiento por el rabillo del ojo. Comenzaba a tener la certeza de que no caminaba sólo, pero… ¿Quién podría permanecer por el bosque con este tiempo?

Notas de juego

He borrado el último párrafo de tu mensaje anterior porque, a pesar de cuanto pueda desearlo, aún te queda muuuuuuuuuucho para llegar hasta Conira.

:-D

Jejejejeje... malvado que es uno.