Partida Rol por web

Los Monjes de la Nada

9 - Cuando la oscuridad acecha

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21/02/2008, 08:08
Director

Dos hombres dispuestos a afrontar su destino, sea cual sea éste. Las armas lanzaron un último destello a la luz de un nuevo relámpago, adelantándose al fulgor carmesí que sin duda mostrarían en breves instantes.

El Caballero Ayron se concentró en los golpes que castigaban la puerta del refugio. Buscaba una cadencia en ellos, una señal de cual sería el mejor momento para abrir y castigar con dureza a los asaltantes. Sin embargo no lo consiguió, pues de repente cesaron. El silencio, más allá de la lluvia y la tormenta, envolvió a los dos hombres que se miraron sorprendidos.

Por algún motivo había cesado el acoso de sus perseguidores. Tras unos instantes del exterior les llegaron nuevos sonidos, pero esta vez alejados del refugio. Gruñidos, exclamaciones de sorpresa, gritos… y el inconfundible sonido de la muerte.

Fue rápido, apenas duró unos instantes, y luego de nuevo el escandaloso silencio de la tormenta.

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21/02/2008, 09:37
Ayron Derkbal

El silencio atronador que nos rodeaba consiguió lo que no habían logrado los feroces golpes de nuestros perseguidores contra la puerta….se puede luchar contra el ruido, puedes hacer frente a tus enemigos, pero ¿cómo se lucha contra el silencio y contra el vacío?

Aún con la espalda apoyada contra la madera, seguí sosteniendo una puerta que había dejado de ser barricada, olvidada por aquellos que la habían asaltado….¿o quizá fuese una trampa?
Pero no lo creía, pues hasta el momento aquellos hombre no habían mostrado que mantuvieran la capacidad de razonar….de hecho habían atacado la cabaña por la puerta principal, en vez de dividirse para intentar acceder por la ventana….no, aquellos atípicos perseguidores habían renunciado a dos supuestas presas a las que tenían acorraladas, y eso sólo podía ser por dos motivos…..o habían encontrado una presa más fácil, o se les había reclamado en otro lugar para contener alguna amenaza.

El grupo, recordé finalmente….sin duda habían sido ellos, que o bien habían entendido el mensaje que les habían enviado o no les había dado tiempo y estuvieran en peligro…..eso fue lo que finalmente consiguió mover mis pies del lugar donde se encontraban afianzados…tenía que ayudarlos.

Quédate aquí – le indiqué al hombre, pese a saber que su ayuda podría servirme, pues se encontraba herido y posiblemente no soportaría otra herida más como la que ya portaba – y atranca la puerta cuando salga. Volveré en cuanto pueda.

Sin comprobar si mis palabras eran aceptadas o no, me giré y abrí la puerta bruscamente, preparado para enfrentarme a ellos si me estaban aguardando….si no era así, saldría del improvisado refugio a enfrentarme con las inclemencias del tiempo, guiado únicamente por el sonido precedente para intentar orientarme bajo la tormenta y así llegar hasta el lugar de donde hubiese surgido los ruidos de combate.

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22/02/2008, 11:22
Director

Dejando tras de sí sus palabras, Ayron abrió la puerta del refugio y se lanzó al exterior preparado para hacer frente a cualquier peligro. Recibió sin pestañear el azote del viento y la lluvia, sin embargo nada en su interior lo había preparado para lo que se encontró.

La sorpresa fue tal que ni tan siquiera llegó a cerrar la puerta tras de sí, la cual permaneció oscilando, dominada a su capricho por los vientos y golpeando repetidamente contra la pared. Permaneció allí en pie, observando la escena.

A poca distancia del refugio yacían los cuerpos de los que hasta hacía tan sólo unos instantes habían sido sus perseguidores. Sus cadáveres presentaban todo tipo de heridas y mutaciones. Algunos de ellos habían perdidos sus cabezas, que reposaban a varios metros de los cuerpos a los que pertenecían. Otros estaban tirados en posturas imposibles, girados sobre sí mismos y con la espalda rota más allá de toda duda. La sangre se mezclaba con el agua y la tierra, cubriéndolo todo con un manto escarlata que poco a poco se iba diluyendo y se dejaba arrastrar mansamente colina abajo.

Con todo, Ayron apenas pasó una rápida mirada por los cuerpos de los caídos, tan sólo reservó un fino hilo de su atención y un instante para la sangre y la matanza, pues sus ojos estaban fijos en aquel ser que acababa de alzar el vuelo desde el centro del claro. Se trataba de una criatura humanoide, de piel negra coriácea, un negro profundo, azabache. Durante unos momentos que parecieron eternizarse, unos brillantes ojos amarillos se posaron en el caballero. Sobre su piel parecía llevar algún tipo de protección metálica, sujeta con cinchas de cuero. Unos pequeños cuernos blanquecinos, meras protuberancias óseas, coronaban la cabeza, surgiendo de entre el pelo negro.

Fue una visión fugaz. Se alzó sobre los abetos agitando dos enormes alas membranosas y se alejó hasta perderse entre las nubes.

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22/02/2008, 22:25
Deron Nisha

-No puedo quedarme aquí.- dice Deron, saliendo lo más apresuradamente que su herida le permite tras Ayron -La supervivencia de las gentes de Conira depende de mi aviso. Tienes que irse, y tienen que hacerl... - declara mientras sale al exterior, antes de enmudecer ante la escena -¡¡¿¿PERO QUÉ... ??!!- comienza sin poder creérselo, mirando primero al suelo y luego al cielo, para ver por un instante lo que ha congelado a Ayron en el sitio.

Durante tensos momentos sus sentidos se desplazan a los alrededores, inseguro de su entorno, mientras sofoca un mareo en la trastienda de su mente, parte por la debilidad, parte por la impresión. Cuando le parece que todo está en calma, se acerca a la carnicería rodeando a Ayron y patea uno de los restos, que rueda inerte:

-¿Qué demonios ha hecho esto?- pregunta retóricamente, casi sin creérselo -Esto es... eh... - continúa sin encontrar palabras -Debo regresar inmediatamente a Conira.-cambia de tercio a tercio, obviando las conclusiones y entrando a por su caballo.

Como mejor le es posible, trata de montar en Nocturna, apoyándose en un solo brazo, en cuanto termina de recoger su arco y apaga el fuego. Luego sale a la noche y espeta:

-Mejor harías en moverte antes de que vengan más a por nosotros. Tus compañeros habrán ido tras el resto. Seguramente no tedrán tanta suerte con los demás, así que conviene detenerles. Yo voy a salvar a cuantos pueda del pueblo.- se gira hacia otro flanco de la colina y añade -Esa senda lleva a Conira; os dejará bordear el ejército enemigo, aunque puede que sea tarde para entonces. Mi nombre es Deron. Confío en volver a verte en breve, sano y salvo.- termina, antes de hacer birar a su altiva yegua hacia el camino someramente despejado.

Notas de juego

Turno de réplica antes de salir al trote hacia Conira.

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22/02/2008, 23:00
Ayron Derkbal

Apenas escuchaba las palabras que Deron pronunciaba a mis espaldas....mi cuerpo seguía rígido y con la vista fija en el punto por donde había desaparecido volando aquella criatura del averno...aquello no podía ser otra cosa que un demonio, y si uno de esos engendros se movía libremente por aquellas tierras, toda esperanza parecía desaparecer....¿cómo luchar contra algo así? Sólo era necesario ver la muerte que había dejado a su paso en unos segundos.

Finalmente alcancé a escuchar el nombre del hombre al que le debía la vida, y lo que pretendía.
Me volví justo a tiempo para ver cómo montaba con dificultad sobre su caballo...corrí hacia él envainando la espada que portaba en mi mano izquierda, la cual quedó libre para posarse sobre las riendas que él mismo sostenía.

Espera - le indiqué - nosotros tambien nos dirigimos a Conira...ven con nosotros. Guíanos para esquivar a ese ejército y te ayudaremos en lo que podamos con las gentes de allí....tú sólo poco podrás hacer.

Sabía que tenía pocas probabilidades de conseguir que me escuchara, pues sabía exáctamente lo que era estar en su situación, cuando la gente que conoces se encuentra en peligro.....pero debía intentar apelar a su sentido común, pues por lo que había visto hasta ahora, ya fuese un extraño ejército formado por hombres sin raciocinio o un atroz demonio, un hombre sólo no podía enfrentarse a esos peligros.

Notas de juego

Para no alargar demasiado, tanto si Deron acepta acompañarme como si no, monto en mi caballo y me dirijo hacia el último lugar donde vislumbré al que supongo que es mi grupo.

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23/02/2008, 10:00
Deron Nisha

Deron medita las palabras del guerrero durante unos tensos segundos, hasta que por fin cede a la evidencia y contesta:

-De acuerdo, pero debemos apresurarnos; cada minuto cuenta. Y habrá que andarse con máximo cuidado; si volvemos a ser descubiertos, puede que no tengamos tanta suerte...- accede a regañadientes -En marcha.- añade, guiando a su yegua de nuevo hacia la espesura.

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24/02/2008, 13:58
Ayron Derkbal

Atras quedaron los restos de la carnicería, mas no así el recuerdo de la criatura que había conseguido vislumbrar durante unos segundos....ese recuerdo me acompañaría siempre, asaltándome en mis pesadillas, y lo que era aún peor, en la vida real, pues cuanto más avanzaba por aquellas tierras, más convencido estaba de que encontraría cosas cada vez más extrañas y terroríficas.

Pero eso ahora no importaba, necesitaba alcanzar al grupo y avisarles de lo que ocurría en los alrededores...después esperaban las gentes de Conira...ojalá no fuese demasiado tarde para ellos.

De un salto subí a la grupa de mi caballo, ayudándome con ambas manos, y giré grupas para seguir a Deron - Por cierto...mi nombre es Ayron - le indiqué respondiendo demasiado tarde a su presentación.

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25/02/2008, 09:01
Director

A pesar de que aún tan sólo era media tarde, la oscuridad típica del crepúsculo se había adueñado de la comarca. Negras nubes de tormenta ocultaban el cielo y una misteriosa sombra uniforme lo cubría todo cuanto alcanzaban a ver sus ojos.

No obstante desde la posición en la que se encontraban, en lo alto del Cerro del Águila, los dos hombres alcanzaban a ver ambos lados del valle, así como los bosques circundantes y las vecinas colinas. Echaron una rápida mirada hacia Conira y lo que allí vieron hizo que a Deron se le helara la sangre en las venas. Un amplio contingente de hombres había aparecido de entre la espesura y estaba montando un campamento en un claro que se encontraba a poca distancia del pueblo. Desde la distancia era difícil cuantificar su número, pero con toda seguridad sobrepasaba la centena. Un segundo grupo, el que les había bloqueado el camino un rato antes, rodeaba la aldea para unirse al principal. Aún desde aquí podía observarse la silueta del misterioso caballero avanzando al frente de los hombres.

Hacia el lado opuesto del valle, en la carretera que serpentea desde el sur, los dos hombres pudieron localizar al grupo de jinetes, de unos quince miembros aproximadamente, que tras recibir el aviso del cuerno de Deron, habían adoptado una formación defensiva en círculo y se hallaban a resguardo de unos árboles. Ayron pudo identificar entre ellos a Mélegat, el gigantesco minero de Cánarel, con lo que ya no le quedó duda alguna de que se trataba de sus compañeros. En la distancia, mucho más lejos pero también con el sur como origen, tres jinetes avanzaban veloces hacia el grupo.

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25/02/2008, 13:35
Ayron Derkbal

Habían ido descendiendo desde lo alto de la colina con celeridad, aunque sin perder una calma necesaria si no querían verse inmersos en más problemas, manteniéndose protegidos por la espesura mientras se acercaban al grupo que creía que serían mis compañeros, pero que aún no tenía certeza de ello.

Lo que nuestros ojos vieron en el descenso no hizo sino cortarnos la respiración, pues aquello que se mostraba ante nosotros no hacía sino convencernos de que la empresa era prácticamente imposible…sin embargo no podíamos dejar a su suerte a las gentes de Conira….pero lo primero era lo primero, por lo que seguimos avanzando hacia aquellos jinetes que parecían haber tomado posiciones defensivas….quizá el aviso de la flecha ardiendo y el sonido del cuerno habían servido para algo después de todo.

La distancia entre nosotros decrecía rápidamente, y finalmente pude ver un destello rojo entre la espesura….sin duda aquel gigante pelirrojo no podía ser otro que Melegant….eran ellos, y así se lo hice saber a Deron – Ese es el grupo del que me separé para comprobar el terreno….debemos hacer que se aparten del camino cuanto antes para poder rodear el ejército.

Y volviéndome hacia delante, irrumpí en el camino, delante de mi herido compañero – ¡Soy Ayron! – proclamé justo antes de aparecer….lo que menos me convendría era una confusión en ese momento….o alguien nervioso con más prisas por disparar alguna flecha que por fijar el objetivo.

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26/02/2008, 00:11
Deron Nisha

Sujetando su magullado costado lo mejor que podía, Deron freno su paso a una distancia prudencial, mientras las negras nubes del fatalismo llovían sobre su ánimo. Lo que menos necesitaba ahora era que un grupo de desconocidos lo tomara por una amenaza y le hiciera otra cicatriz a juego. Estaba herido, más de un centenar de enajenados iba a pasar a las gentes de Conira a cuchillo y lo único con lo que podía contar era con quince jinetes a quienes tendría que suplicar ayuda en cuanto conocieran las circunstancias. Decididamente este no era un día propicio para levantarse...

Tal vez, aquel extraño en el bosque... Pero no; no podía ser. Las maldiciones eran cuentos para asustar a los infantes. Entonces ¿por qué? Solo esperaba que aquellos hombres tuvieran un corazón cálido que les impulsara a tratar de ayudar a hacer salir a las gentes del pueblo aledaño de sus hogares hacia algún refugio propicio. Si la empalizada aguantaba lo suficiente, quén sabe... tal vez lo lograrían.

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26/02/2008, 18:33
Director

Cuando salieron al camino principal y se dirigieron hacia el grupo de jinetes que aún guardaban extricta formación, les pareció interpretar que entre ellos se estaba llevando a cabo algún tipo de acalorada discusión.

Finalmente éstos les vieron y pusieron en movimiento a sus monturas hasta reunirse con los dos hombres.

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26/02/2008, 18:35
Director

El jinete que acompaña a Sir Derkbald es una figura grande y atlética, de pecho ancho y aspecto curtido y saludable. Su cabello porta el color ceniza claro de los primeros colonos olvidados de los Montes Perdidos, y sus ojos rezuman miel oscura, que brilla con su propio fuego. Una cicatriz lineal perfila su mandíbula en donde el lado izquerido de su yelmo debió de abrir la carne al caer de un caballo en batalla. Cicatrices más preocupantes pueblan sus brazos y su torso, donde las mordeduras del acero han dejado su marca.

Sus rasgos no carecen de una belleza, que no hace sino acentuar su clara estampa de autoridad, de corte marcadamente militar. Su gesto es hosco y afectado, como si la carga que muestran sus movimientos no hubiese sido exclusivamente física.

El desconocido presenta una herida de muy feo aspecto. Algún tipo de arma punzante le atravesó el costado, provocando una incisión ascendente que acabó saliendo por su espalda a la altura del hombro. Se le puede ver un improvisado vendaje que no logra contener por completo la pérdida de sangre. El hombre muestra ya evidencias de la fatiga provocada por la herida y se balancea sobre su montura.

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26/02/2008, 20:36
Melegat Ansey

-¡Ooghhh!

Es lo único que puede balbucear Mélegat ante la visión de la horrible herida que se divisa en el costado del acompañante de Derkbal. Ya no hay miedo en su interior, el temor hacia la criatura alada fue sustituido por el temor al capitán DeValin tras su última arenga.

Ahora más bien se muestra nervioso ante la llegada de un herido por el que nada puede hacer, es demasiado torpe y sus manos son tan gruesas que terminaría por empeorar el asunto...eso en el hipotético caso de que ese jinete fuese lo suficientemente idiota como para dejar que Mélegat le echase un vistazo a su herida.

Pero no pasaba lo mismo con Illianna, ella entendía de estos asuntos, se había pasado media vida curando animalillos en el rancho de los Sondrent...y por lo que había podido observar últimamente...también era capaz de obrar curaciones que rozaban el milagro.

Fue por ello que la primera reacción de Mélegat consistió en buscar con la mirada a su amiga y facilitarle una via de salida del centro de la formación en caso de que necesitase acceder al hombre dañado. Eso sí, no desfiguró en exceso la formación con el fin de no llevarse ninguna reprimenda por parte del Capitán.

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26/02/2008, 23:00
Deron Nisha

Con cimbreante inestabilidad, el hombre controla a su briosa yegua, cuyo pelaje jaspea la luna de plata cosida en azabache. Alzando una mano debilitada por la terrible punzada, el jinete se dirige al amigo que acaba de regresar con los suyos y recuerda en un hilo de voz:

-Ayron... te... tenemos que regresar. Conira, caera... sin nuestra ayuda.- dice con cierta desesperanza en el tono.

El hombre parece desvanecerse por un instante, despertando antes de que su cuerpo resvale de la silla. La inteligente montura parece compensar su ladeo con un leve paso lateral, que es lo que lo vuelve en sí:

-Acabarán con ellos como maices en siega. Tenemos que sacarlos de allí; no pueden aguantar. Si accedemos por la senda de la colina, llegaremos desde el otro lado y podremos sacar a algunos... tal vez a la mayoría.- afirma el guerrero montado, con los ojos somnolientos.

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26/02/2008, 23:28
Illianna Sondrent

DeValin manda a dos de los soldados a explorar el trecho de camino que aún les queda por delante hasta Conira, cuando sus palabras son interrumpidas por la llegada de dos jinetes que aparecen de entre la espesura.

Uno de ellos es Sir Derkbald, que agita los brazos al aire y grita su nombre mientras avanza hacia allí al galope.

Junto a él un hombre desconocido, de porte altivo, y cuyo aspecto contiene el atractivo algo salvaje de los antiguos habitantes de los Perdidos, cabalga con esfuerzo. Se mantiene valeroso y erguido a a pesar de ser evidente una fea herida en su costado, vendada precariamente. No aguantará mucho más en su montura.

-¡Ooghhh!

Illianna cruza una rápida mirada con Melegat, que ha gritado y se ha girado a mirarla en cuanto les ha visto. Y antes de que éste pronuncie una palabra más sus pensamientos se han encontrado, y entendido. El gigante pelirrojo se hace a un lado, y ella, que mantenía su sitio en el centro del círculo compacto de jinetes, espolea a Áraen y se acerca al soldado pasando junto a Brúnil y a DeValin como una exhalación.

En ese momento el guerrero balbucea a Derkbal frases que ella no llega a escuchar, y se decanta peligrosamente sobre su silla, cayendo casi si no llega a ser por un movimiento de su yegua.

-¡Cuidado! Desmonta, y déjame ver esa herida...

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27/02/2008, 00:49
Deron Nisha

-No, no hay tiempo...- dice el tozudo jinete mientras su montura cabecea ante sus inestables órdenes -Hay que ir... hay que avisar a Conira... Ellos... me necesitan. Debo...- comienza a explicar. antes de resbalar irremisiblemente de su yegua.

Consciente de su pérdida de equilibrio, se aferra al mango de su silla claramente militar, controlando su descenso. Cuando la mujer se acerca, el nublado guerrero lleva un instante su mano al pomo de su espada, pero entonces parece darse cuenta de su estupidez y mira a la mujer con los ojos inyectados en sangre por el esfuerzo:

-Ayúdame... Leiry.- dijo el hombre con la mirada borrosa, antes de apoyarse contra el lomo de suu montura, sin aliento.

Si se había hecho ese bendaje improvisado él solo y con un brazo, desde luego el trabajo era impecable: una gasa limpia y humedecida en algo con fuerte olor a orujo, la herida bastante limpia y una sujeción decente. El método tenía el sabor militar de los apósitos rápidos y funcionales, pero estaba claro que era más apto para seguir al quite unos preciosos minutos más que para vivir sin secuelas. Sin ayuda pronto moriría.

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27/02/2008, 01:16
Illianna Sondrent

La joven desmontó y asió las riendas que sostenía a penas el herido. En el corto lapso transcurrido, su hermano, Brúnil, había llegado hasta ellos, desmontado también, y recogido como pudo al desmayado guerrero, deslizándolo al suelo con la ayuda de la inteligente yegua, que se arrodilló sin recibir orden alguna.

-Ayúdame... Leiry.

La debilidad lo consumía. Deliraba. Quién sabe qué recuerdos acudían a su mente febril...

Entonces Illianna se sentó junto a él, y con delicadeza extrema apartó el vendaje de su cuerpo. La sangre lo empapaba, y a pesar de que parecía haber estado elaborado por alguien con experiencia, era evidente que no era suficiente, y que la vida del hombre estaba en peligro.

Debía actuar con rapidez, probablemente si se demoraba la sangre perdida haría que la fuerza se escapara definitivamente de su cansado corazón, hasta que se detuviera.

No tengo tiempo de hacerle una nueva cura, debo buscar otra manera. Más rápida. Inmediata.

Miró a su alrededor, a quienes les rodeaban. Lo que iba a hacer... no sería comprendido. Pero no vaciló. Después de todo, estaban todos juntos en esto. Debía confiar en ellos.

Cerró los ojos y suavemente palpó la herida, su trayecto...

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27/02/2008, 01:39
Illianna Sondrent
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Tirada: 1d10
Motivo: Curación
Resultado: 8

Notas de juego

Realizo tirada de curación. Según me digas, rolearé luego.
:)

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27/02/2008, 11:03
Ayron Derkbal

El momento de peligro había pasado y los integrantes del grupo me habían reconocido, lo cual permitía centrarse en aclarar la situación cuanto antes, pues era necesario actuar con celeridad, tanto por su propia seguridad como por la de las gentes que habitaban cerca de allí…..más cuando iba a comenzar a hablar, Deron cobró protagonismo….aquel hombre que había luchado junto a mi, hombro con hombro, se encontraba a punto de desfallecer, pero aún así su preocupación no era para sí mismo, sino que anteponía el bienestar de su pueblo…..era encomiable.

Illianna se acercó con celeridad, dispuesta a ayudar a aquel hombre que prácticamente había perdido todas sus fuerzas….no tardando perdería el conocimiento, aunque si lo que me habían contado sobre ella era cierto….sin duda las cosas cambiarían enseguida.
Por un lado estaba deseoso de ver lo que ocurría, pues podía ser una experiencia única…sin embargo había otras cosas que urgían más y que era necesario comunicar con premura.

Mis ojos se apartaron por fin en busca de la figura del capitán, pero no me apartaría a un lado para comunicarle los datos que tenía…..todos se encontraban en peligro y por lo tanto tenían el derecho a conocer la situación de forma exacta…y Deron debía escuchar que mantenía mi palabra, ya que quizá eso le diera fuerzas.
Caminé unos pasos, hasta alcanzar la posición de Melegát, y enfrenté a DeValin….con tono apresurado, pero con firmeza, comencé a informar de lo sucedido.

Capitán – mientras hablaba no podía evitar que mi mirada se perdiera, en algunos momentos, en dirección al lugar donde se encontraba Conira y el comité de recepción – hay que abandonar el camino inmediatamente, pues un poco más adelante espera un ejército de más de cien hombres, que al parecer se están preparando para el asedio de Conira.

Aquella había sido la parte sencilla, pero lo que venía a continuación era totalmente diferente….incluso él hubiese dudado de sus propias palabras si no fuera porque lo había presenciado.

Ese ejército no es común – continué – aunque lo parece, pues no dejan de ser hombres, pero parecen estar dominados por alguna dolencia que les ha anulado la capacidad de pensar, simplemente se han convertido en bestias que atacan sin verse frenados por heridas que acabarían con la resistencia de cualquier otro. – señalé a Deron, que en esos momentos se encontraba atendido por Illianna – Fueron ellos los que causaron las heridas de Deron, pues me habían emboscado y él vino en mi ayuda, arriesgando su vida por salvar la mía. Después nos vimos obligados a huir, y nos encontramos con otro grupo, pero este era diferente…..pues además de más hombres que parecían haber perdido el raciocinio, se encontraba un caballero de oscura armadura, el cual parecía liderarlos.

Sabía que estaba hablando demasiado rápido, pero eran demasiadas cosas que contar, cada vez más extrañas, y poco tiempo para hacerlo – Finalmente conseguimos llegar a una cabaña en lo alto de la colina, donde Deron procedió a tratar su herida como pudo, mientras yo intentaba mantener fuera a los perseguidores….es cuando os vimos e intentamos avisaros para que no siguierais avanzando, pues el ejército está un poco más adelante – el siguiente episodio a relatar me hizo volver momentáneamente al punto en que había visto a la criatura – El caso es que de repente aquellos que nos acosaban parecieron retroceder, y aprovechamos para salir……lo que vimos en ese instante es difícil de relatar, pues algo había acabado con la vida de aquellos hombres….los había desmembrado ferozmente…una extraña criatura alada que se alejó volando y que apenas conseguí vislumbrar…..no sé lo que era, pero si los demonios existen, él era uno de ellos.

Ya había relatado todo lo acontecido excepto la bajada desde la colina. Ahora tan solo quedaba una cosa – Debemos intentar rodear ese extraño ejército para buscar la forma de ayudar a las gentes de Conira…..o estarán perdidos. He vivido las guerras desde hace mucho tiempo…..y tengo la seguridad de que ese ejército no va a hacer prisioneros.

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27/02/2008, 14:16
Melegat Ansey

El ceño de Mélegat se va frunciendo a medida que escucha la intrigante historia que Derkbal relata con sorprendente velocidad.

Por lo que contaba, debían estar muy cerca del ejército que aguardaba en el camino, tan cerca que de haber continuado unos metros más, quizá ahora las únicas palabras que escucharían serían las pronunciadas por el acero.

Cuando Sir Ayron llegó a la parte en que hablaba de una criatura alada, el minero no pudo evitar gritar entusiasmado, tanto por la forma en que el caballero narraba los hechos como por los mismos.

-¡Si, el demonio alado de negra piel!, ¡Nosotros lo vimos ascender de aquella cabaña en la colina, después de que una flecha de fuego cruzase el cielo!.

Parecía como si estuviese viviendo la historia en persona, encajando todos los datos que el hombre contaba, y dándoles sentido a medida que recordaba lo acaecido hacía apenas unos minutos.

-¡Pero entonces, por lo que dices, ese ejército está casi aquí mismo!, ¡os estaban atacando en la colina y eso está ahí al lado!.

Illianna se apresuraba a tratar la herida del jinete que vino con Derkbal, mientras Mélegat buscaba en el Capitán una decisión favorable a la que el caballero había propuesto: dar un rodeo con el fin de evitar toparse con la muerte.