Partida Rol por web

- Porque estaba bien jodido. El rostro serio de Roy pareció no inmutarse ante la macabra escena, pero sus tripas se removieron protestando en su interior. Volvía a experimentar los cosquilleos previos a los de un gran partido, que le evocaban nostalgicamente  a su época de profesional.

- Supongo que no pudo soportar la presión, o vete tu a saber... Roy descendió algunos escalones más, observando, con precaución, cada rincón de aquel sótano cubierto de sangre. - ¿Sabes? El tipo tiene un arma, tal vez nos sea útil... Seguro que más que a él ahora mismo ¿No crees? Y dicho esto, Roy descendió otro poco más, con la intención de coger el arma de aquel cuerpo reventado.

Cuando el ex-jugador estuvo cerca del cuerpo, se detuvo unos instantes. Tuvo que respirar unos momentos, pues aunque no solía alterarse por nada, no estaba demasiado acostumbrado a ver un cadáver con los sesos adornando las paredes a modo de gotelé. Con cuidado, se agachó junto al hombre, e intentó quitar la pistola de la boca de este. Una vez consiguió la pistola, Roy, intentando no bajar la guardia, registro los bolsillos del hombre, buscando algo de munición para el arma.

Desde la puerta, en la penumbra, intenta distinguir las figuras de Ruth y Nidia, sin mucho éxito. El silencio le pone nerviosa y cambia de postura cada dos por tres. Mira hacia fuera, a la gente que les espera, pero entre la poca luz y que no quiere verlo a él, vuelve la vista pronto hacia el interior de la casa. Se acerca un poco hacia la puerta del sótano, ni que sea para estar un poco más cerca de las hermanas y no sentirse tan sola.

- ¿Véis algo? - pregunta a los de abajo, sin levantar demasiado la voz por lo que pudiera pasar - ¿Necesitáis ayuda?

Me muevo un poco inquieta junto a la puerta del sótano y cuando los chicos consiguen encender al luz miro de vez en cuando escaleras abajo. Parece que el sitio está despejado, podría decirse que más de lo que debería, así que me siento aliviada y a la vez desconfiada. Es muy extraño, es como si necesitara que pasara algo raro para tener la certeza de haberlo superado.

-Me parece que no hay mucho que ver ahí abajo- digo a Caroline cuando se acerca sin poder contenerse. Al parecer es bastante más nerviosa de lo que aparenta...

-Nos tocará comprobar el piso de arriba, ¿no?- ya que mi compañera ha decidido dejar su puesto opto por relevarla, acercándome hasta el porche delantero y aprovechando para echar una ojeada al resto. Probablemente aún estén más histéricos al no saber qué demonios pasa aquí dentro.

 Roy registra el cuerpo  y le quita la pistola de las manos. Aun esta caliente. Es un revolver delñ calibre 32, con cinco balas en el tambor. Al cojer la pistola Roy se fija en la otra mano del hombre que guarda un pequeño papel.  Con cuidado separa los dedos y saca el papel. En él, entre borrones se lee:

"Lo siento, no he podido salvarlas ni antes ni ahora- una mancha oscurece las siguientes palabras hasta casi el final-Os quiero. Danny."

Roy subió las escaleras hasta la planta principal con aire sombrío. Aun tenía en la mano la nota que había rescatado del cuerpo. Con aire abatido dejó que el resto de compañeros echaran un ojo al papel.

- Tenía un arma... Si alguien sabe utilizarla, es toda suya... Y con gesto abatido, dejo la pistola sobre un mueble de la habitación.

- Creo que es hora de registrar el resto de la casa, como a dicho Ruth. Con un leve gesto señaló a la mayor de las hermanas. - Y si no encontramos nada, sacar el cadáver y enterrarlo... Sería lo correcto, al fin y al cabo, estamos en su hogar, creo que se lo merece. La mirada de Roy fue pasando de uno en uno entre sus compañeros.

-Nidia comentó que se le daba bien- miro a mi hermana y dejo que tome la iniciativa de coger la pistola. Sé perfectamente que me cubrirá las espaldas y yo no tengo ni idea de esas cosas así que me sentiré bastante aliviada si la lleva ella.

-¿Ente... rrarlo?- aunque la propuesta tiene cierto sentido me coge por sorpresa -En todo caso lo haríamos mañana, cuando amanezca, ahora no es el momento de andar cavando fosas en la oscuridad- razono intentando mantener la coherencia antes de mirar nuevamente las escaleras y asentir.

-Pues vamos ya, el resto deben estar cagándose en nosotros por ser tan lentos- sonrío ligeramente pero después tengo que inspirar hondamente para aventurarme a subir los peldaños hasta el pasillo superior, en el que intento encontrar el interruptor lo más pronto posible.

Roy, tras escuchar a Ruth, dio sin pensarlo dos veces el revolver a Nidia. - Ten cuidado de no volarnos la cabeza con eso... Ya tenemos suficientes problemas... Dicho esto, Roy siguió a Ruth hasta las escaleras de la segunda planta. Pues tenía razón Ruth, antes de preocuparse por enterrar el hombre fallecido en el sótano, tenían que asegurarse que la casa estaba limpia.

Con precaución, pero decidido, subió hasta el segundo piso. No habían escuchado nada extraño desde que entraron en la casa, nada salvo el disparo, que por otra parte, ya habían conseguido resolver el desagradable misterio. Así que seguramente, no habría nada en el piso superior. Aun con todo, Roy no bajó la guardia.

Me encojo de hombros mientras me reclino un poco sobre el asiento, tratando de apoyar poco peso en el pie que tengo herido.

-Psss... ya, la verdad es que razón no te falta -comento medio riéndome por algo que ni me hace gracia ni me da ganas de reír. 

Me giro hacia mi hermano, que supongo que ya debe estar al volante de la furgoneta, y le sonrío con tristeza.

La nota le hace recorrer un escalofrío por el espinazo, apenas puede acabar de leerla aunque en parte se obliga a hacerlo. Sonríe a Nidia cuando ésta coge la pistola, le alegra que de repente haya tres personas armadas allí porque no se fía de si misma. Sin embargo cuando ve que el resto tienen prisa por subir se le congela la sonrisa.

- Esperad... Y si... - vacila antes de continuar - Y si esa gente que menciona en la nota... son enfermos. Si les ha pasado algo aquí, tal vez no sea un sitio seguro para estar... - la voz le tiembla, no sabe si por el miedo a la infección o porque la situación le empieza a superar.

Se adelanta hasta ponerse a la altura de Roy, con el fusil preparado.

- Al menos... mejor que no vayas el primero solo con el bate... - dice con un poco más de seguridad.

Empieza a subir las escaleras con inseguridad, siguiendo el ritmo de su compañero.

 Esta bien, yo subiré primero, con Roy. Que nadie dispare-dice mirando seriamente a Nidia- si no es necesario. No se si habrá mas gente enferma cerca pero no me gustaría que supiesen que estamos aquí. Tampoco podemos ayudarles.

Empezarón a subir los escalones despacio. El policia apuntaba con la pistola y la linterna a todos los rincones. Tres puertas en el pasillo y una al fondo. Las dos de la izquierda estaban cerrada, la de la derecha no lo estaba del todo y la del fondo estaba abierta de par en par. Era el baño. Poco a poco avanzais, pisando despacio y conteniendo la respiracion cuando unos golpes os sorprenden. Detras de una de las puertas cerradas se escuchan unos golpes como si alguien estuviese llamando a la puerta para que lo abrais.

Cede el puesto de avanzada al policía y se coloca detrás de los dos hombres. Asiente ante la orden de no disparar, tampoco cree que sea capaz de hacerlo llegado el momento. El piso de arriba le inquieta y está a punto de pegar un pequeño salto al oír los golpes en la puerta. Se acerca más a Roy, buscando protección.

- Es... ¿es uno de los enfermos? - pregunta con voz tan baja que casi no se la oye - Tal vez deberíamos irnos de aquí...

Se queda mirando fijamente a Rivers, esperando que alguien que se supone que es la autoridad tome la decisión de qué hacer.

Al escuchar los golpes tras la puerta, Roy se quedó quieto unos instantes. Estaba intentando discernir si podía reportar peligro. Ya había comprobado con anterioridad lo violentos que eran las personas infectados, y sabía que si había alguien así en la planta, tendrían poco tiempo de reacción.

Roy volvió a sentir el cuerpo de Caroline, y aunque un escalofrío le recorrió de arriba a bajo, tenía la cabeza demasiado ocupada por la tensión del momento.

- ¿Abrimos la puerta? Y si intenta atacarnos, le atizamos. ¿Que os parece? Miró a sus compañeros mientras se acercaba precavidamente hacia la puerta cerrada. - Aunque pude que no sea nada... Pero su rostro serio dejaba ver claramente que ni él mismo pensaba lo que acababa de decir.

-No podemos irnos, ¿a dónde? En medio de la noche y sin gasolina cualquier sitio es peligroso...- respondo a lo dicho por Caroline a pesar de que yo también observo la puerta aterrada, aferrándome al mango del cuchillo con tanta fuerza que noto como se me agarrotan los dedos.

-Roy tiene razón- acabo por afirmar tras varios segundos de duda. La idea no es que me entusiasme precisamente -Tenemos que asegurarnos de que podemos descansar en esta casa y sólo lo conseguiremos viendo lo que hay en esa habitación. Si abre la puerta quedándose tras ella y vosotros disparáis debería ser... fácil- no estoy muy convencida ya que sólo es la teoría y lo que he visto en pelis pero eso mejor no decirlo.

- Entonces, ¿todos de acuerdo? Roy miró severamente a sus compañeros, escrutando sus rostros, para descubrir, como en el suyo propio las dudas y temores.

Se colocó junto a la puerta, respiró profundamente, y se preparó para abrirla con la mayor rapidez posible. Esperó a que los demás estuvieran en posición, listos para cualquier cosa que encontraran dentro, o saltara despavorida.

Cuando todos estuvieron dispuestos, y en buena posición, Roy contó hasta tres con un susurro. - Un, dos, y... Los músculos del hombre se tensaron mientras agarraba el pomo de la puerta y lo hacía girar. - ... Tres!!!

Abrió la puerta, apartándose hacia un lateral. Si la cosa pintaba muy mal, intentaría volver a cerrarla con todas sus fuerzas.

 La puerta se abrió de golpe. Todos aguantaron la respiracion. Alguien cayó al suelo delante de ellos. Alguien pequeño. Un niño de pelo castaño rizado. Detras, en la habitacion, habia otra niña. Debía tener unos 8 años. Rubia, pelo largo, con un pijama de ovejas. Parecía completamente normal salvo por la sangre en la boca y los ojos vacios,ciegos. Otra de ellos, una niña enferma de tan solo 8 años. Antes de poder hacer nada se quedaron mirandolos, con los ojos abiertos sin saber que hacer.

Un grito salió de la garganta de River. El niño le había agarrado una pierna y le mordia la bota. El policía agitó la pierna y de una patada aparto al pequeño. Ahora podían ver al niño, completamente normal, con un pequeño hilo de sangre que le salia del labio debido al golpe del policia.

-Joder!-exclamo mientras los pauntaba sin atreverse a disparar.

Los ocho estabais tratando de quitaros el frio o descansar mientras el resto estaba en la casa. Parecía que tardaban demasiado en salir. ¿Que estarían haciendo? El viento corria gelido las horas antes del amanecer y el viento agitaba los campos helados haciendo un sonido inquietante. La oscuridad tapaba todo el campo, se podian ver algunas luces dentro de la casa pero por lo demas el resto era oscuridad.

Me quedo alucinando cuando los pequeños empiezan a ser visibles y por si su aspecto no fuera suficiente encima resulta que hay tres.
-¡Son críos!- no puedo evitar exclamar lo que veo mientras retrocedo un par de pasos horrorizada ya que por mucho que sean niños... sus bocas llenas de sangre y la actitud violenta del niño dejan claro que deben estar infectados con esa extraña enfermedad.

-Tenéis que disparar....- añado a sabiendas de que debe de ser difícil decidirse a apretar el gatillo pero, ¿qué otra cosa podemos hacer?, ¿dejarles sin sentido?