Partida Rol por web

Caroline entra en el coche como una escopeta, sin mirar atrás.

Llego hasta Roy y evito que se caiga en el momento justo. Entre yo y Rivers lo mantenemos de pie y, aún sabiéndo que la herida de su pierna es cosa mía, al sentir como Scott llega y me hace a un lado para ayudarlo él salgo de nuevo corriendo pues no estamos como para perder el tiempo.

"Ruth, Ruth, Ruth"  el nombre de mi hermana resuena en mi cabeza como palpitaciones insistentes.

Antes de poder darse cuenta de qué está pasando se encuentra dentro de la furgoneta. Con los ojos muy abiertos mira a Claudia y Ruth, buscando también en el resto del vehículo cualquier otra compañía indeseada que se haya podido colar.

- ¿Estáis bien? ¿Sin heridas? - pregunta casi jadeando, por el último esfuerzo para llegar allí. Traga saliva, no sabe muy bien qué hacer salvo esperar - Tu hermana estaba justo detrás mío... tienen que llegar ya, de un momento a otro - dice a Ruth, esperando tranquilizarla.

Observa por la ventanilla, aunque sólo se ve un mar de cuerpos podridos a su alrededor. Busca con la mirada al resto del grupo, tal vez pueda "cubrirlos" como en las películas con su fusil si las cosas se ponían feas.

-¡Estamos bien! Al menos yo....- miro a ambas y consigo esbozar una sonrisa de alivio aunque en realidad al estar mezclada con mi evidente miedo y tensión termina convirtiéndose en una expresión un poco rara y forzada. Aún así es verdad que me alegro de que ellas estén bien, de que hayan llegado -Sean y Andrew....- lo dejo en el aire, es fácil apreciar que ya no se ve ni rastro de ellos por ningún lado así que sobran más palabras al respecto, simplemente no lo han conseguido a pesar de que parecían chicos bastante fuertes y decididos, al menos el pesado de los motes.

-Bien... espero que los demás tampoco tarden mucho más- asiento a lo dicho por Caroline y frunzo el ceño visiblemente, entre preocupada y nerviosa, apretando el volante entre mis manos mientras miro a menudo a través de las ventanillas abarrotadas de infectados. Al menos ahora disponemos de un rifle para despejar un poco el coche... aunque la munición no será infinita.

Niega con la cabeza al escuchar el nombre de los gemelos. Poco más hay que añadir dada la situación, y no podría poner más cara de pena y frustración que la mueca que tiene ya en la cara.

- Cogieron a Sean... y su hermano simplemente... - hace un gesto con la mano, como alejando algo.

Intenta añadir algo más, pero las palabras se le encallan. Sus ojos se van de vez en cuando a la ventanilla, controlando a la masa enfurecida y la posible aparición del resto del grupo. En otras circunstancias tal vez habría aparecido alguna lágrima en estos, pero lo único que hacen ahora es parecer un poco más vidriosos que un segundo antes.

- Dime que queda suficiente gasolina como para salir corriendo de aquí... - pregunta ausente - ¿Deberíamos tener el motor a punto?

Desde dentro ven como Scott y Rivers ayudana  Roy que por momentos parece fallarle más la pierna en la que tiene la herida. Nidia por su parte ha cogido carrerilla y pronto llegará al coche.

Un zombie se interpone en la línea de visión entre Caroline y los demás. Es el zombie de una mujer que golpea el cristal con ansias mientras coágulos de sangre caen por sus mejillas como si fueran lágrimas. Parece que de nuevo el coche comienza a ser rodeado por zombies que lucha por romper los cristales.

Claudia, Caroline y Ruth pueden sentir el latido de su corazón al ritmo de esos golpes.

Roy apretó los dientes con determinación, no quería convertirse en comida para aquellos asquerosos monstruos. Hizo un ultimo esfuerzo para llegar hasta la furgoneta. Estaba tan cerca, no podía rendirse ahora, ahora no.

La herida le dolía, el esfuerzo estaba pasando factura. Aun con todo, gracias a la ayuda de Rivers y Scott, Roy consiguió sacar fueras de flaqueza para afrontar el tramo final hasta el vehículo.

En un arrebato de fuerza y ayudado por Scott y Rivers, Roy consigue llegar al coche y entra mientras Rivers reparte mamporrazos a los zombies del alrededor, abriendo paso hacia la puerta y Scott le ayuda a entrar.

Nidia por su parte había accedido al coche segundos antes que Roy. Sentándose en la parte de atrás respirando entrecortadamente.

-Venga chicos, salir de aquí- dice después de ayudar a Rivers a entrar-. Ha sido un placer... luego los mira uno a uno... No dejéis que me convierta en una de esas cosas, por favor-casi ruega mientras algunos de los zombies se acercan a él.

Entro en el coche casi con dolor de pulmones de tanto forzarlos apra correr, de tanta tensión. Me mantengo pegada en el sillón del coche, sin entender muy bien dónde me encuentro ni qué hago allí. De repente caigo en la cuenta y me avalanzo sobre mi hermana lo mejor que puedo desde la aprte de atrás.

Gruesas lágrimas caen desde mis ojos mientras ocmienzo a sollozar.

-Ruth... Ruth...-es lo único que consigo decir, ni siquiera escucho la súplica de Scott pues mis oídos pitan y mis ojos no dejan de delatar lo débil que soy en ese momento.

-No sé si llegaremos muy lejos pero sí, podemos largarnos de aquí...- le confirmo a Caroline mientras me mordisqueo los labios nerviosamente, mirando hacia todos lados y a ninguno a la vez, nerviosa, tensa, a la expectativa... hasta que las puertas se abren de nuevo y me giro hacia ellas conteniendo el aliento hasta que distingo la melena rojiza de mi hermana y sonrío con alivio, recibiendo su abrazo de manera afectuosa, acariciándole la espalda y el pelo mientras aguanto mis propias lágrimas para fingir que soy la fuerte, que todo está bajo control.

-Vamos a salir de esta, ya casi estamos- le esbozo una sonrisa nerviosa y después observo a Scott con tristeza pero yo no tengo la capacidad necesaria para darle lo que nos pide así que me limito a mirar a Caroline de reojo mientras yo me centro en los pedales y el volante, decidida a acelerar al máximo en cuanto el disparo me dé la señal de salida.

Por fin el resto estaban dentro del coche, pero había sido muy ilusa al pensar que todo iba a acabar con eso. Estaban rodeados pero lo peor era ver a Scott allí, de pie entre toda la marabunta. Había creído que era lo que estaba esperando, verlo derrotado ante ella, miserable. La venganza perfecta era eso, dejarlo allí, convirtiéndose en otro monstruo más. Pero ahora duda de que sea lo correcto.

Mira al resto, subiendo sin aliento a la furgoneta. ¿Le perdonarían que lo hubiera dejado abandonado después de ayudarlos? Tal vez no era el mejor motivo por el que hacerlo, la opinión de los demás. Pero hasta donde sabía no había nadie más en el mundo y tiene que quedarse a su lado, tiene que convivir con ellos. Mientras prepara el fusil va buscando la mirada del resto, su aprobación. Finalmente, sus ojos se encuentran con los de Scott, en el momento más incómodo y cruel de su vida.

- Está bien. - dice delicadamente - Está todo perdonado. - no sabe porqué lo dice, seguramente por hacérselo más fácil. Apoya delicadamente el cañón en la frente de Scott, todo se detiene alrededor a pesar del infierno desatado. Dispara.

Roy se sobresaltó al oír el disparo. Estaba demasiado ensimismado en su propio dolor, tanto de la herida, como el de la perdida de Tony, y los últimos segundos en la furgoneta le habían pasado ente sus ojos como en una niebla.

Su reacción instantánea fue mirar en dirección a Caroline, con el entrecejo fruncido. Pero no se encontraba con ánimos de nada, y no era el momento para discutir ni empezar a gritar. Todos habían perdido mucho aquella noche.

- Sácanos de aquí de una maldita vez Ruth. El rostro cansado de Roy escrutó las caras de sus compañeros. Era extraño, pero se había acostumbrado a ellos, y empezaba a echar en falta los rostros de los compañeros caídos... Habían sido tantos, y la verdad es que apenas les había dado tiempo a conocerse.

- Por cierto Ruth, gracias por no largarte...

Mis ojos se han abierto como platos al ver como Caroline sin pestañear a apretado el gatillo de su arma. Aún puedo recordar lo que le pasó a Roy cuando yo lo hice con la mía. La sangre salpìca parte de la tapicería del coche.

-Ella nunca se marcharía sin mí-tiene Roy como respuesta por la absurda frase que dice, ¿acaso pensaba que mi ehrmana nos iba a abandonar?.

Mis ojos se pierden en la lejanía como esperando que lo de Es y Sean sea sólo una absurda pesadilla, que en cualquier momento podré verlos levantarse y gritarnos que nos esperemos que están bien, aunque en lo más profundo sé que eso no ocurririrá.

Caroline apreta el gatillo casi sin pensarlo después de posar el cañon de la escopeta en su sién. Casi no se escuchar el "Gracias" que susurra Scott mirándo a los ojos a Caroline. Luego cierra los ojos y se escucha el disparo. Pronto la sangre mancha la cara de todos y trozos de masa encefálica salen despédidos sobre los rostros de los viajantes del coche.

Rivers cierra la puerta ansiosamente.

El silencios inunda el coche mientras miles de esas criaturas sodean el coche balanceándolo de un lado a otro y golpeando los cristales.

Los ojos pasan de ellos a cruzarse entre vosotros. ¿Cuál era el siguiente paso?

El disparo me sobresalta, supongo que como a todos, pero notar la sangre y los restos de Scott en mi propia cara me asquea de verdad aunque por suerte consigo contener la arcada y girarme hacia delante con los ojos abiertos de par en par, como si eso no acabara de suceder.

-He estado a punto de largarme, creéme. Parecía que estuvierais tomando el puñetero té en vez de huir de una masa de zombies hambrientos- respondo de manera burlona a Roy para después guiñarle un ojo cómplicemente a Nidia y finalmente concentrarme en la conducción que sin duda alguna va a ser algo complicada.

-Agarraos donde podáis- aviso antes de pisar el acelerador mientras me muerdo el labio y frunzo el ceño, decidida y concentrada en pasar por encima de lo que haga falta para salir del "atolladero". Al menos ahora sé que no tendré que volver a frenar y cuando nos hayamos alejado debería resultar algo más fácil... en teoría.

- Tomando el té... Claro... puedes ir con Tony y los dos hermanos, y llevarles pastas... Seguro que se mueren de la risa... Roy estaba asqueado, intentando quitarse los restos de Scott de encima. No tenía el sentido del humor muy desarrollado, y las facciones serias de su rostro indicaban que no le había hecho ninguna gracia el comentario de Ruth.

Aun tenían que salir de aquel lugar, aun estaban rodeador por aquellos seres, y sobretodo, aun no estaban a salvo. No, Roy no podía pensar en que hacer después, solo podía desear que la furgoneta fuera lo bastante resistente como para sacarlos de allí.

Cierra los ojos al recibir la ducha de sesos y no consigue abrirlos en un buen rato. A su alrededor la gente habla, nota el movimiento del coche, pero no consigue concebir todo eso como algo real. ¿Realmente acababa de disparar al hombre que había hecho de su vida una pesadilla? ¿Realmente le había dolido hacerlo? Le había ayudado a escapar, y en cierta manera aquello lo redimía. Tampoco es que hubiera podido perdonarlo antes, ni que al hacerlo ahora pudieran seguir con sus vidas como si nada. Le habían mordido, maldita sea. Lo cual le recordaba...

- ¿Estáis todos bien? - pregunta todavía con los ojos cerrados, intentando que no caigan las lágrimas que tiene acumuladas. Cuando por fin los abre parpadea muy rápido para eliminarlas del todo. Luego mira al resto, que tienen una pinta tan penosa como la debe tener ella - ¿Os han mordido? - toda precaución era poca, si uno de ellos se convertía en aquel lugar estarían todos perdidos. Ve la cara que tiene Roy y se arrepiente, tal vez la pregunta fuera demasiado fría - Siento lo de tu amigo...