Partida Rol por web

Algo curioso ocurre en el siguiente tramo del viaje, al poco de amanecer, empezáis a escuchar voces inexplicables. Mientras habláis o camináis o hacéis ruido, os parecen escuchar vocecitas a poca distancia pero cuando os calláis para escuchar mejor, las voces se van apagando poco a poco hasta desaparecer y nuevamente, al volver a hacer ruido se vuelven a escuchar.

Gordon abre la marcha con el rifle en ristre, cargado y casi apuntando. Muestra el hombre cara de pocos amigos y parece aterrado, el Doctor os dice por lo bajinis varias veces que le vigiléis, que no se fía de él y que teme que sufra una crisis a no mucho tardar.

Al poco tiempo, la visibilidad disminuye prácticamente de golpe. La jungla se inunda de una bruma de un vapor espeso y húmedo. Se levanta niebla que tiene un olor muy desagradable a podrido y húmedo... durante dos días más camináis, descansáis, coméis y dormir en medio de aquella bruma y con esas voces espantosas que harían enloquecer a cualquiera.

De repente, a primera hora del tercer día

¡LA NIEBLA SE ABRE DEJANDO UNAS EXTRAÑAS PUERTAS AL DESCUBIERTO!

La siguiente etapa del viaje comienza a despertar mi nerviosismo. A la incertidumbre sobre el comportamiento de Gordon se unen las extrañas voces que parecen provenir de todos los lados y se apagan al intentar descifrarlas. El constante murmullo produce en mí una presión mental intensa agravada por la perenne niebla que parece habitar en esta parte de la jungla.

Durante las noches trato de leer el diario del anterior expedicionario para enterarme de más detalle del recorrido y los descubrimientos que hicieron.

Por fin, cuando la niebla se despeja aparecemos frente a unas extrañas puertas como salidas de la nada.

Las sospechas ante la posibilidad de estar siendo vigiladas se dispararon en el grupo, Matt llevaba un tiempo bastante molesto con el curso que llevaba la expedición y aquello no hacía sino empeorar. Parecía empezar a estar sintiendo cierta empatía con el canalla de Gordon el cual se revolvía con evidente temor.

La aparición de la espectral niebla fue repentina, igual que la desaparición varios días después. Tras su marcha dejó a su paso una sensación de cosquilleo, molestias, algo que le hacía volverse a tocar una y otra vez los miembros comprobando que todo estuviera en su sitio. Aquella enfermiza actividad se detuvo al oír las palabras de asombro de la expedición.

Durante mucho tiempo el viejo Bucks caminaba junto al grupo como desconectado. Parecía estar rumiando algo, incluso a veces mascullaba para si mismo. Ni siquiera había arremetido contra Lockly tras la cada vez más evidente ausencia de información.

La niebla había remitido, como de súbito y Roger empezó a mascullar de nuevo. Parecía nervioso, como si intentara relacionar lo sucedido con algunos datos que flotaban en su cabeza.

Las Anotaciones del cuaderno de los expedicionarios:

"Primer día. Con Williamson y el resto dirigiéndose hacia el Este , Peter y yo no podemos hacer nada más que esperar y montar guardia en el campamento base. Este diario me ayudará a pasar el tiempo.

Segundo día. Temo que los demás no lleguen a tiempo. Desde que Petersen destruyó ese horrible grabado he..."

El resto de las anotaciones son ilegibles. Como si el que escribiera hubiera querido anotar algo con demasiada rapidez, y el resultado fuera un jeroglífico indescifrable. Escrito a pie de página se entiende "que Dios le ayude" y ya no hay escrito nada más.

Ahora que estáis más cerca, observáis que lo ve al abrirse la niebla no son sólo unas puertas macizas decoradas con extrañas formas, sino una ciudad amurallada rodeada de un foso de aguas oscuras y pestilentes, en ambas direcciones a los lados de las puertas una extraña muralla de unos dieciocho metros aprox. Detrás de las murallas podéis ver algunos edificios que sobresalen conectados entre sí por una serie de rampas de piedra.

Las puertas de la entrada están abiertas hacia dentro, como invitando al grupo a entrar. Ambas están flanqueadas por dos altos muros de una veintena de metros. La entrada a la ciudad es una rampa de aspecto grasiento, a ambos lados de la misma hay sendas estatuas que representan árboles retorcidos sobre pedestales. En toda la muralla (hasta donde alcanza la vista) se distinguen agujeros espaciados por unos 15 cm de los que cuelgan plantan flaccidas de aspecto extraño.

El profesor levanta una mano para que sus hombres se detengan y se acerca a las dos puertas abiertas hasta casi pegar la nariz con los símbolos de las puertas, examinándolos muy de cerca.

Por primera vez en mucho tiempo, su mente estaba inquieta,nervioso  por lo que se abre ante la niebla que ha sido la compañera de viaje. Comprueba sus armas, mientras observa como se alza una enorme muralla.Su caminar es lento, incluso parece que le cuesta respirar, llevandose la mano a su mochila buscando el inhalador, deteniendose a descansar.

Morgan es el primero en adelantarse a ojear la muralla, observandolo en la distancia, quiere recuperar el aliento antes de poner un paso en el interior de esas murallas.

Roger se adelanta con Morgan y se acercó sin temor a los símbolos. Con cierta prisa buscó una hoja de papel en su mochila y comenzó a dibujar los símbolos a la vez que los palpaba con los dedos.

—Muchacho —dijo refiriéndose al fotógrafo.

Chasqueó los dedos y señalo los símbolos pidiendo unas fotos al muchacho.

<CLICK><CLICK><CLICK>

El sonido de la cámara sonó casi como respuesta, el fotógrafo ya había empezado a tomar fotos del lugar tras volver a la realidad tras la neblina...

-¿Decías... No te escuchaba?- Había oído las palabras del anciano pero no era el chico de nadie, estaban todos ahí haciendo sus pesquisas y no le gustaron sus modos.

Me quedo boca abierto al apreciar la dimensión del descubrimiento que tenemos enfrente. Las puertas decoradas, el foso, el tamaño de la muralla, todo eso sin haber entrado a la ciudad constituyen un descubrimiento fabuloso, un hito en la arqueología.

El desgaste del viaje y la desazón de las raras imágenes desaparecen al instante abrumadas por fabulosos espectáculo de una ciudad traída desde otro tiempo y siento un mareo producido por la lucha entre la pequeñez que siento ante tan ingente obra y el orgullo de ser uno de los pocos mortales en presenciar este espectáculo en al menos cientos de años.

Avanzo confundido entre las preguntas que desbordan mi cerebro y las ganas de adentrarme más en la ciudad y me acerco a las puertas intentando evaluar su edad, simbología y composición.

Observas los símbolos con detenimiento colocándote muy cerca de dónde está el profesor Morgan, tras un intenso examen el cual repites varias veces llegas a una conclusión que no puedes creer: LA CIUDAD NO ES MAYA. Los símbolos son desconocidos, las formas y jeroglíficos no están claros, parece que pertenecen a una sociedad pre-colombina hasta ahora desconocida. En un momento dado, Morgan te mire y sonríe. Apuestas a que ha llegado a la misma conclusión que tú.

El examen minucioso me deja aún más estupefacto. Tras comprobar varias veces que mis ojos no me engañan, acabo por convencerme de lo que mi cerebro grita, pero mi corazón se niega a creer.

Esto no es maya. Esto no se parece a nada que los arqueólogos e investigadores hayan podido estudiar en la historia de la ciencia moderna.

Trato de disimular sin mucho éxito la congoja que me produce el descubrimiento para no delatar mi ignorancia sobre lo que tenemos en frente y me recompongo de mala manera para entrar en la ciudad lo antes posible queriendo no parecer ansioso.

- Ejem, esto... cuando quieran.

Tras examinar las puertas dice

- Caballeros, esto no es Maya. No tengo ni la menor idea qué civilización pudo haber construido esta ciudad, pero lo que es seguro es que es una civilización que acabamos de descubrir- señala más allá de las puertas -entremos... con cuidado- hace una señal a Gordon para que vaya en cabeza.

Al atravesar las puertas os topáis con el primer dilema:

De frente hay una zona abierta enlosada que abarca varios cientos de metros, a vuestra derecha hay una rampa que conduce a un edificio amplio y a vuestra izquierda hay otra rampa que conduce a varios edificios pequeños. Más allá de los edificios de ambas direcciones, se ven rampas inclinadas que se ve que conducen a otros edificios. Efectivamente, la ciudad está interconectada a través de rampas de piedra.