Partida Rol por web

Los pueblos libres de la Tierra Media

El último tramo

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13/07/2014, 10:31
Director

Pasaron los dos siguientes días en el asentamiento enano recuperándose de las heridas gracias a los cuidados de Thadin Caramarcada. El viejo enano aplicaba todos sus conocimientos de medicina en tratar de curar sus heridas y recomponer sus maltrechos cuerpos, les aplicaba sus ungüentos y les trataba con las extrañas hierbas de las que disponía. Y el resultado fue magnifico: todos lograron recuperarse. Aunque Miriamele aún notaba molestias en su brazo y Edrran en su rodilla. Sin embargo ambos podían moverse sin problemas y desenvolverse con la soltura normal. Thadin les aseguró que las molestias terminarían desapareciendo en unos días.

Durante el tiempo que pasaron allí recuperándose conocieron a un enano llamado Badín que había llegado malherido al asentamiento varias semanas atrás y que se había recuperado en la misma casa del jefe del asentamiento gracias a sus cuidados. Decía no recordar nada de lo que le había traído hasta allí ni tampoco de los últimos días. Sin embargo Thadin lo miraba con preocupación y esperaba que recuperara la memoria cuanto antes. Temía que tuviera algo importante que contarles.

Al fin llegó el día de la partida. No habían recibido noticias de los dunlendinos pero eso les preocupaba todavía más que si el caso hubiera sido el contrario. Si se suponía que les estaban buscando, ¿por qué todavía no habían ido a buscarles al asentamiento?.

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13/07/2014, 11:00
Celedhen

Celedhen fue el primero en terminar de preparar las cosas para el viaje y se acercó a los demás mientras ellos terminaban de preparar los enseres y demás aprovisionamiento para escalar el tramo de las montañas por el que los enanos iban a guiarles.

-Ha sido un placer compartir el camino con vosotros durante este breve tiempo. Sin embargo ahora debo separarme. Necesitáis a alguien que averigüe donde están los dunlendinos y les distraiga si hace falta y creo que soy la persona indicada para encargarme de ese trabajo. Mi cometido aquí era llegar hasta el asentamiento y hablar con Badin, pero mientras no recuerde nada de lo ocurrido antes de su llegada no puedo hacer nada. Así que seré más útil distrayendo a los dunlendinos y llevándolos en la dirección equivocada. 
 

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19/07/2014, 11:08
Dorndaggan II

Los dos días en los que tuvieron que esperar, Dorndaggan se los pasó arreglando lo que había roto en su herrería tras su enfado al poco de llegar al asentamiento. Además, intentó pasar el mayor tiempo posible con su familia y amigos para dejar por acabado ciertos asuntos y despedirse de ellos, ya que pasaría bastante tiempo sin volverlos a ver.

También fueron días de incertidumbre, estando alerta a que en cualquier momento los dunledinos aparecieran enfrente de sus puertas. Sin embargo, ese día nunca llegó, lo que le resultaba extraño; pero mejor para ellos, así podrían llevar acabo su plan de ir por las montañas sin en su primer tramo de viaje.

Era el día de su partida, el enano se encontraba revisando su equipaje, cuando Celedhen les notifico que no seguirían ya el mismo camino.- El placer es mío...- Todo cierto, no obstante era gracias a él que se habían encontrado todos, y además había puesto en peligro su vida para ayudar a despistar a los dunledinos; e iba hacerlo una vez más.-... Lo siento por no haberte sido de ayuda en averiguar la información que buscabas...- Se refería al hecho de que Badin, no le podía haber aclarado nada antes de su llegada al asentamiento, puesto que no lo recordaba.- Que te vaya bien todo en adelante. Espero volvernos a ver algún día.- Extendió su brazo con la palma de la mano abierta, para estrecharla con el montaraz.

Por último, acabo de revisar su equipaje. Llevaba todo: comida, cuerda, antorcha, escudo, ballesta, etc. Ya estaba listo para ponerse en camino.

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19/07/2014, 18:25
Fhengel

Que estarán haciendo los dunledinos? Porque no han mandando a nadie? Porque no nos han atacado?- todas esas preguntas y mas rondaban en la cabeza del rohirrim mientras subía a su caballo y esperaba para partir.

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06/08/2014, 00:53
Dwarin

El enano ansioso, visitaba más asiduamente las defensas de lo que hubiera sido prudente. Tenía ganas de marchar, de partir y de no regresar. No de ir a su misión, sino de marchar del todo y dejar el asentamiento. Poner tierra de por medio con los dunlendinos. Mucha tierra de por medio; y si tiene unas cuantas rocas mejor.

 

Taciturno, pululaba vigilante. Visitaba a su familia y pocas veces conseguía conciliar un sueño que llegase a una hora siquiera. Algunos temían que se refugiase en la cerveza ... pero no podía permitirse ese lujo. Tenía que estar presto para el combate por si se le necesitaba.

Notas de juego

Gente, ya he terminado mi condena y regreso a vuesto lado.

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06/08/2014, 08:27
Neram "El pardo"

Neram mira al cielo como hace siempre que inicia un viaje. Las nubes no presagian lluvia de momento. Suspira y mira en derredor. Por enésima vez se coloca los trastos a la espalda y se asegura que las armas están en su sitio. 

Es hora de partir.

Se acerca a Celedhen y le ofrece su mano.

- Un placer por mi parte. Que los Valar guíen tus pasos... 

 

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06/09/2014, 12:54
Director

Se despidieron de Celedhen y, tras preparar sus equipajes y aprovisionarse en buena medida de lo necesario para aquel arduo viaje que iban a comenzar, abandonaron el asentamiento de los enanos siguiendo el camino que llevaba directamente hacía las montañas. Sería un camino más exigente y dificultoso para ellos, pero también un camino que les garantizaba cierta seguridad.

Dorndaggan y Dwarin abrían la marcha y les guiaban por aquel terreno que ellos conocían mejor. Les seguían Edrran, Miriamele, Fhengel, Neram, Leowyn, Timorothy, Amy y Ben. El sendero por el que iban pronto comenzó a llenarse de rocas cada vez mayores que entorpecían su ya de por sí lento caminar. Llegados a este punto los dos enanos mantenían un ritmo mejor que el del resto de la compañía.

Frente a ellos se alzaban las imponentes Montañas Nubladas, formando prácticamente un muro frente a ellos con sus escarpadas paredes casi verticales y sus amenazantes picos montañosos. El cielo estaba despejado por Este pero las montañas hacían gala de su nombre y mostraban un cielo cubierto de nubes allá arriba en lo alto de sus picos. Sin embargo, el sol caía a plomo sobre sus espaldas y el calor era algo abrumador. 

Pronto el camino llegó a perderse entre la escasa vegetación que desafiaba a la roca y las pequeñas piedras que se agolpaban en frente a ellos. En ese punto, tan solo los ojos de los enanos eran capaces de distinguir el camino sin confusión posible, pues conocían casi de memoria aquel sendero. Empezaba así una lenta ascensión por la escarpada piedra.

Notas de juego

Tiradas de trepar.

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06/09/2014, 16:46
Dwarin

Este enano hacía días que había estado tenso, alerta por un ataque y en un permanente estado de ansiedad. Se sentía responsable algo pasase al asentamiento. Tendría que realizar ritos y firmar el libro. No podría soportar ser responsable de que les pasase algo y no haber hecho nada por evitarlo. Su misión iniciaba ahora, y estaba ansioso por terminarla.

Taciturno y silencioso, solo sus cosas realizaban ruido alguno. El otrora enano remugón, ahora silencioso avanzaba pesadamente y con desconfianza en derredor. Se fiaba plenamente de sus compañeros, pero no había pasado el peligro dunlendino..

- Tiradas (1)
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07/09/2014, 17:54
Neram "El pardo"

Poco a poco el sendero asciende entre peñas hasta convertirse en roca pura. Neram resopla en la cola del grupo mientras echa frecuentes vistazos hacia atrás. Se detiene, escupe y echa un trago de la cantimplora antes de seguir en pos del grupo y admirado por la sagaz vista de los enanos y su poderoso aguante.

 

- Tiradas (1)
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08/09/2014, 01:06
Miriamele

Taciturna, Miriamele no hacía otra cosa que otear tanto el terreno que tenían delante como a sus espaldas, en busca de cualquier cosa que pudiera resultar mínimamente sospechosa. La única razón que se le ocurría para que los dundelinos no hubieran hecho nada aparentemente era la posibilidad de que se estuvieran reagrupando para atacar con un mayor número de personas...de salvajes. 

Apenas prestaba atención a lo que pisaban sus pies, pero al fin y al cabo llevaba años viajando, y creía poseer la suficiente destreza como para poder rectificar a tiempo si tropezaba o se caía al suelo. Claro que también se consideraba una luchadora bien entrenada, y los últimos acontecimientos le habían hecho aprender a golpes (nunca mejor dicho), que hasta una elfa bien entrenada como ella podía resultar inútil cuando más necesario era luchar.

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

si hace falta que tire para ver si veo algo dísmelo ¿eh? xD

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08/09/2014, 22:53
Dorndaggan II

Los enanos conocían el camino y por ello guiaban al grupo. Además aguantaban mejor el cansancio por estar más acostumbrados a ese terreno, pero sobre todo por su aguante innato. Sin embargo el trecho que tenían ahora delante sería para ellos más dificultoso, por su escasa habilidad para "trepar" las grandes rocas que se aparecerían durante su ascenso.

Aun así, al menos aquel terreno haría que sus supuestos perseguidores, los dunledinos, lo tuvieran más difícil para avistarlos. Dorndaggan ya había comenzado a pensar que era extraño que estos no hubieran dado señales de vida.

- Tiradas (2)
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14/09/2014, 19:26
Director

La escarpada pendiente estaba poniendo a prueba incluso la legendaria resistencia de los enanos. Las Montañas Nubladas no eran un rival que tomar a la ligera y por ello la ascensión fue lenta y al grupo le costó mucho continuar por aquel camino de piedras y una pendiente tal que les obligaba a utilizar las manos para seguir avanzando en muchas ocasiones. Continuaron el empinado sendero durante todo el día, siempre ascendiendo, y se tomaron pequeños descansos para recobrar el aliento y comer un poco hasta que finalmente la noche les alcanzó, y con ella una fresca brisa que les obligó a ponerse encima otra capa de ropa.

La noche que les esperaba era muy oscura y cerrada, la luna quedaba tapada por las montañas y su luz apenas llegaba hasta ellos, por lo que decidieron que la mejor opción era detenerse y pasar la noche allí. Lo hicieron en el mismo camino, pues según sabían apenas era transitado y rara vez alguien lo cruzaba a lo largo del año. De todos modos, algunos de los miembros del grupo estaban preocupados de que los dunlendinos estuvieran cerca y tenían esa incertidumbre rondando sus cabezas, por lo que estuvieron de acuerdo en turnarse para hacer guardias durante la noche.

La tranquilidad fue absoluta, aunque pocos pudieron dormir bien debido a la cantidad de piedras y rocas que tenía el suelo. La nueva mañana que tenían por delante les aguardaba con más sendero rocoso y con un cielo encapotado que se ennegrecía por momentos.

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14/09/2014, 20:06
Dorndaggan II

Quizás fuera por el  “temor” de que los dunledinos los sorprendieran allí, o quizás por la mala costumbre que había cogido a dormir en un buen lecho, pero el caso era que había dormido mal. Se había despertado en varios momentos de la noche, y no sentía haber descansado lo necesario.

Aquello le hizo no mantener conversación alguna con sus compañeros de viaje, salvo las gracias que dio a Amy por servirle y acercarle el desayuno. Las siguientes tampoco fueron para empezar una conversación transcendental, sino más bien banales.- Es muy probable que nos llueva durante la jornada. Será mejor que aceleremos el paso para avanzar lo máximo antes de que nos alcance la tormenta.- Era algo que quizás muchos ya habían notado, y estarían de acuerdo. Así que el enano, como guía del grupo, aumento su ritmo de marcha a pesar del cansancio sin esperar comentario alguno.

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15/09/2014, 08:47
Neram "El pardo"

Neram, a pesar de su entrenamiento, agradece por fin el respiro de la noche y descansar los doloridos músculos. La verdad, después de ascender esas rocas, empieza a dudar que lo dunledinos les sigan por esos senderos de cabras. Tras una noche de pesadilla entre rocas y viento, llega el alba que amenaza lluvia. Nerma mira el cielo encapotado y maldice por lo bajo. Dorndaggan parece haberle leído el pensamiento y Neram asiente.

- Así es... muy pronto se abrirán las compuertas del cielo... 

Prepara la lona embreada sobre su mochila para extenderla en cuanto empiece a llover.

 

 

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15/09/2014, 14:43
Amy Tuk

La hobbit miraba preocupada hacía el ennegrecido cielo que tenían sobre ellos y acariciaba a su pequeña mascota para tranquilizarla al mismo tiempo que le daba de comer un trozo de pan duro que guardaba en la mochila. Amy se había encargado de preparar el desayuno aquella mañana y lo sirvió para todos conforme se iban despertando. Después la hobbit escuchó las palabras de Dorndaggan que avisaba sobre la tormenta.

-¿Cuántas millas más nos quedan por estos caminos de cabras?. -Le preguntó, los hobbits no estaba acostumbrados a caminar por esos parajes, aunque la mediana se apañaba bastante bien.

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19/09/2014, 13:58
Dwarin

LLover, noche, frio, cansacio ... por lo menos aquí los dunlendinos no nos darán la lata.

Era el único pensamiento que recorría su mente, pero su alma seguía alerta. Igual no había conseguido superar el estres de su acción y aún temía alguna sorpresa... aunque su origen fuera diferente.

La voz de la hobbit era tranquilizadora hasta cierto punto ... pero su pregunta no era adecuada. Muchas sería su respuesta, pero no podía ser dada de esa manera. No podía ser él quien diera las malas noticias y la montaña no era un rival a tomar a la ligera. Había que tomarse tu tiempo y las velocidades entre estas piedras tenía que ser comedida y adecuada. Ni mucho ni poco. Lo que las montañas nos permitan ... que no es poco.

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23/09/2014, 16:31
Fhengel

El rohirrim avanzaba taciturno y en silencio, no solo porque en su mente estaba la sombra de los dunledinos, sino porque estaba acostumbrado a montar y esta marcha a pie por la montaña no se le hacía mucha gracias ni a su humor, ni a sus musculos -aunque es el mejor camino para nosotros- pensaba mientras miraba el cieño -lo que nos faltaba...-

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28/09/2014, 17:14
Director

Tal como se temían, a mitad de tarde el cielo empezó a descargar el agua que había estado condensando y conteniendo durante todo el día. Primero empezaron a caer finas gotas de agua que salpicaban en sus rostros y les hacían dirigir sus vistas hacía el oscuro cielo taciturno con preocupación y obligaban a sus piernas a apurar el paso todo lo que podían. Pero instantes después la intensidad de la lluvia empezó a aumentar hasta caer con regularidad y calar sus ropas. Pese a todo, el agua no les impedía seguir avanzando por el momento aunque los rayos que surcaban el cielo y los truenos que retumbaban en la cima de las montañas les hacían presagiar que pronto podría caer una gran tormenta sobre ellos.

Se protegieron con lo que tenían, algunos con mantas y otros con lonas embreadas, y continuaron mientras los charcos se formaban sobre el suelo que pisaban. El camino ascendía durante muchos tramos y descendía en algunos más cortos, pocas eran las veces que podían andar sobre un terreno llano que no presentara una inclinación en uno u otro sentido. Aún así, no fue hasta la noche cuando la lluvia se hizo más intensa y el agua comenzó a caer con verdadera fuerza dificultando aún más el trayecto. Para entonces habían logrado avanzar un buen cacho y, aunque no estaban donde les hubiera gustado llegar, habían avanzado suficiente. No encontraron refugio en el que cubrirse y se encontraban calados y hartos de la lluvia cuando la noche les alcanzó definitiviamente.

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04/10/2014, 09:55
Dorndaggan II

El camino ya era lo suficientemente duro como para que ahora tuvieran que andar bajo una intensa lluvia. La manta con la que se había cubierto había hecho su papel, pero ya sin poder una gota más que absorber había comenzado a dejar pasar el agua casi como si no hubiera nada entre la lluvia y él. Aun así la siguió manteniendo sobre su cabeza.

Ya habían andado durante un par de horas sin haber encontrado una guarida, y veía como los ánimos de sus compañeros comenzaban a descender ante la idea de vivir una noche pasada por agua.- Animo, compañeros... Hay que proseguid, quizás más adelante encontremos un refugio.-

Por el momento, el enano no podía hacer más que decir aquellas palabras; pues que recordase en aquel tramo no había ninguna cueva que les pudiera servir de refugio. No obstante, en adelante iría fijándose más en la morfología de la montaña con la esperanza de descubrir con la vista una zona que creyera que pudiera albergar alguna.

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04/10/2014, 22:16
Fhengel

El rohirrim avanzaba estoico al lado de su compañera, atendiendo todo el tiempo sus necesidades y nada mas le importaba. Sabía que estaba en deuda con mucha gente asi que el no sería dunledino llorón.