Partida Rol por web

Dwarin asintio ante la sugerencia de Thadin, y se despidio de el, esperando a que Dorn le acompañase antes de abandonar la presencia del anciano.

Una vez fuera, Dwarin miro a su compañero.

Voy a pasar por casa, para cambiarme de ropa, y luego me acercare a ver a Daniros. ¿Nos vemos alli?

De no ser porque el olor a humanidad superaba lo saludable tras tanta caminata, Dwarin hubiese ido directamente a ver a la humana, pero por una vez el sentido comun se impuso a su naturaleza impulsiva.

-Claro.- Se levantó al igual que el resto de presentes. Y después se despidió de Thadin.

Ya fuera, respondió a su compañero.- Bien, aunque igual tardo un poco, antes de ir me gustaría asearme un poco.- Además, su madre quizás le robaría algo de su tiempo para preguntarle que tal le había ido la visita a la ciudad de los dunledinos.

Dorndaggan entró a su casa diciendo en voz alta.- Madre. Ya he vuelto.- Su madre no tardo mucho en aparecer, seguramente ya sabría que había llegado al asentamiento, por el alboroto que se había montado con la humana y el elfo.

Le contó todo lo que había sucedido durante su último viaje, aunque no creyó conveniente contarle los planes de Thadin de volver a emigrar, sin que este le hubiera dado su consentimiento.

- ¿Podrías prepararme agua caliente?, creo que debería darme un baño ya.- Se olió las axilas, y el hedor que le vino confirmaban su idea. Subió la mirada, y al ver la cara de su madre, esbozó una sonrisa.

Mientras su madre preparaba el baño, el enano dejo sus pertenencias en su habitación, y comprobó que el tesoro de su familia estuviera donde lo había dejado. Sin quitarse los calzones, salió de la habitación con ropa limpia dispuesto a bañarse.

Tras el baño, y ordenar sus pertenencias de viaje en la habitación, con especial cuidado de los planos, el enano salió de su casa dispuesto a reunirse con su compañero como habían acordado. Aunque antes si que se pasó un momento para ver que había sido de su pequeño puesto de herrería, y dejar allí una herramienta.

Dwarin llego a casa donde su madre le esperaba, feliz de verla tras tantos dias ausente.

Tras intercambiar saludos y abrazos,el enano se cambio de ropas, tirando las viejas al monton de la ropa sucia, y refrescandose con algo de agua y jabon en el proceso.

Su madre trato de convencerlo para que comiese algo, la pobre mujer poco mas podia hacer que cuidar a su retoño, pero el enano tenia otras preocupaciones en la cabeza, y se excuso con palabras amables pero firmes. Beso a su madre en la frente y salio de nuevo en busca de Dorn para ir a a comprobar el estado de la mujer.

Cerca de la pequeña herrería de Dorndaggan, los dos enanos se reencontraron cuando iban camino de la casa de Thadin Caramarcada para ir a ver a Daniros tal y como tenían pensado hacer. Entonces prosiguieron el camino juntos desde aquel punto. Los dos enanos se habían bañado para quitarse la suciedad acumulada del camino y el agua del baño también les había servido para relajar los músculos tras la caminata tan larga.

Una vez llegaron a casa de Thadin y le explicaron el motivo de su visita, este accedió a dejarles pasar pero les pidió que hablaran con Daniros en el salón común, para que así no lo hiciesen en la habitación donde la rohir descansaba de sus heridas y de ese modo no perturbaran su descanso.

Dwarin, obediente, siguio las instrucciones y se acerco al elfo. Le lanzo una sencilla pregunta, pero la mas importante de todas.

¿Como se encuentra?

Deseaba entrar a ver a la muchacha con sus propios ojos, pero temia molestarla, y prefirio esperar a que el elfo aliviase su preocupacion.

Dorndaggan comprendió bien los motivos que tenía el jefe Thadin para las instrucciones que les dio para conversar con Daniros.

No hacía mucho que se acababan de ver, así que sólo una pregunta era realmente la que valía formular, y realmente se quería conocer su respuesta, cómo estaba la rohir, por lo que fue a realizarla cuando su compañero se le adelantó.

El enano permaneció atento a las palabras del elfo, tampoco es que hubiera pasado mucho tiempo como para que se hubiera notado una mejoría en la humana, que es lo que esperaba, pero al menos sabrían si estaba fuera de peligro.

Daniros se mostraba menos preocupado que la última vez que lo habían visto, seguramente la intervención de Thadin Caramarcada le había hecho albergar algo de esperanza en la recuperación de su amiga.

-Está descansando. Todavía es pronto para asegurar nada, pero creo que se recuperará. Vuestro jefe tiene unas manos hábiles sanando. - El elfo se atrevió a mostrar un pequeño esbozo de sonrisa al mencionar la habilidad sanadora de Thadin.

Dwarin asintio ante las palabras del elfo, era cierto que Thardin tenia unas habiliades remarcables a la hora de tratar enfermos y heridas, asi como para otros menesteres.

Deberias comer algo. Dijo dandose cuenta de que a diferencia de ellos, el elfo no se habria movido del lugar. Quiza descansar un rato. Yo puedo velarla mientras tanto, y te avisare si despierta.

-No, no os preocupéis por mí.- Respondió el elfo. -Debo estar con ella.

En sus palabras se adivinaba un cierto dolor, como si aquello fuera una penitencia que el elfo debía pasar. Como si le debiera algo a la rohir, o como si se culpara de lo que le había ocurrido y tuviera que remendarlo.

Dorndaggan asintió como comprensión de lo que debería de sentir el elfo.- Bien, entonces, aunque sea, te traeremos algo para que comas...- Dudo durante unos segundos si decir lo siguiente, pero al final se decidió.- ...Estas muy escuálido, incluso para un elfo.- Se le esbozó una sonrisa como si intentará decirle a Daniros que se trataba de una pequeña broma. Intentaba también de esa manera que el elfo sonriera, y que al menos, por unos instantes, dejará los remordimientos que le rondaban por la cabeza a un lado.

Dwarin asintio a las palabras de Dorn.

Si, te traeremos algo de carne. Dijo sonriente.

Daniros mostró una sonrisa al menos por unos instantes. -Sí gracias, supongo que tenéis razón. Debería comer un poco y descansar, ha sido un viaje muy agotador con todo lo que ha ocurrido. Primero lo que le ocurrió a Linsul y después enterarme de lo que pasó con Leowyn...

-El resto de sus compañeros de viaje todavía están en peligro, eso tampoco puedo quitármelo de la cabeza. Pero ella... supongo que siento debilidad por ella después de lo que ocurrió... -El elfo empezó a contarles y desahogarse con ellos. -Cuándo ella era una niña jugaba con Linsul, y yo, como protector de la elfa, siempre estaba con ella y por tanto con la rohir. La vi crecer, desde que era una niña hasta que se convirtió en mujer. Luego ella... Bueno, se enamoró de mí, pero yo no podía corresponderla. Después de eso se enfadó y no volvió a hablarme, me sentí culpable, pero no dudé en prestarle ayuda cuando nos la pidió a Linsul y a mí en Bree, ni tampoco ahora después de lo que esos salvajes le hicieron. De buena gana quemaría toda esa ciudad.

Has hablado de mas gente en peligro, ¿quienes? pregunto el enano que no se habia movido un apice mientras escuchaba la historia que el elfo les acababa de contar.

El enano solo pudo que asentir, pues sinceramente aunque creía que lo comprendía lo que sentía el elfo, jamás había sentido algo que se pareciera a un afecto considerable hacia alguien del sexo opuesto de su raza, excepto por su madre, pero claro esta de una forma diferente a la que parecía percibir Dorndaggan.

La muerte de su abuelo, y la aun reciente muerte de su padre, aunque para un edain no pudiera ser así, junto con la dura vida de jamás estar instalado en un mismo asentamiento durante mucho tiempo había echó que jamás se hubiera planteado nunca el formar una familia, e incluso ya se había cerrado a aquella posibilidad. Sólo la idea de que la línea familiar de sus ancestros acabará con él, y por lo tanto también, que tampoco quedará sucesor digno para empuñar a Kârak-Azhar, con lo que sólo su familia sabía lo que significaba aquello, hacía que aun no hubiera tomado una decisión definitiva al respecto.

Pensaba en todo aquello, por primera vez de forma seria, entre el silencio de la sala, cuando la pregunta de su compañero lo saco de sus reflexiones internas, para centrarse ahora en escuchar la respuesta del elfo.

-Los acompañantes de Leowyn en todo este camino. Tanto los elfos con los que viajábamos a los puertos grises y que se unieron a nuestro camino para ayudarla a regresar al sur, como los hombres que también se unieron en Bree. -Respondio Daniros. -El grupo se disolvió tras el ataque, o eso creo, pero seguro que fueron a la ciudad a buscar a la mujer.

- Mal asunto.- Pensó el enano a la vez que agachaba la cabeza. Igual en esos instantes, aquel grupo del que hablaba el elfo, aun estaría buscando, perdiendo el tiempo, la forma de liberar a la rohir sin armar revuelo si los hermanos Dunlen no habían dado a conocer que se había escapado de la celda.

O quizás, ellos habrían sido unos de los que pasaran a engrosar la lista de "ocupantes" de las celdas. Eso sí, esta vez, siendo que se encontraba en el asentamiento, y por lo tanto el jefe Thadin se encontraba cerca, no tenía pensado volver a la ciudad a inmiscuirse a no ser que este diera la orden pertinente.

Al enano le parecía mal mentir, pues nada sabía de la suerte corrida por aquel grupo, pero aquella vez, pensó que era mejor no poner más preocupaciones en la cabeza de Daniros en aquel momento, por lo que dijo.- Seguro que estan todos bien, y tras enterarse de la liberación de Leowyn se han marchado de la ciudad sin tener problemas.-

Tras oir la explicacion del elfo, Dwarin se volvio hacia Dorn mientras este aseguraba que todos estarian bien, y se limito a encojerse de hombros. En realidad no tenia forma de saberlo, pero si Dorn preferia tratar de tranquilizar al elfo no seria el quien ol impidiese.

-Sí, seguro que están bien. - Asintió a Dorndaggan. -Al menos eso espero, son un grupo valiente y fuerte. Aunque cuando Leowyn se mejore iré a buscarles, seguramente querrán saber que ella está aquí.