Partida Rol por web

Impaciente, mirando a la puerta ahora tapada con un armario, me dirijo a los demás. En mi voz se notan los nervios pues me tiembla bastante más de lo habitual.

- Chicos, creo que es el momento de salir echando leches de aquí ¡antes de que den por imposible entrar por esta puerta y busquen la de atrás! - ¿buscar? ¿pensar? ¿Acaso piensan estos..... padres fiesteros?

Según digo esto, me da por pensar. ¿Cómo vamos a huir?. La moto y el coche creo que están aparcados delante de la casa, y rodeados de un ambiente nada acogedor. Me asomo a la ventana y me fijo en la moto candada a una farola - como si ese candado fuese útil hoy por hoy...

- ¿Qué hacemos?.... quizás podamos atraerles a la parte trasera de algún modo para tener libre la entrada y salir pitando hacia el Mall... -mientras divago y hablo en alto, me acerco hasta la cocina de nuevo - ¿Habrá carne en la nevera? ¿Creéis que podremos atraerles con eso?

La puerta os avisa, con un crujido bastante serio, de que no podrá entretener a vuestra insistente visita por mucho más tiempo. Los platos del aparador que Gabriel y Bobbin han colocado se tambalean, y un par de ellos caen, rompiéndose estrepitosamente.

Al escuchar las palabras de Tom, Samanta mueve un poco la cabeza en forma de negativa, en ese moment Tom se da cuenta que ya ella carga un bolso relativamente grande en su espalda.

Ya cada nuevo sonido estruendoso que viene del piso de abajo, produce un sobresalto en Samy, y hace que aprete mas su brazo contra Tom.

bien,entonces vamonos-digo dandome la vuelta-¡hey chicos!¿que tal por abajo?-grito y bajo las escaleras sin soltar la mano de samanta

Chachi Tom -digo algo calmado- si olvidamos el hecho de que unos zombies están  punto de entrar por la puerta... jijijiji.

Un momento -digo semireflexionando- mierda... ¡Están a punto de entrar, vamos a morir! Salgamos cagando leches de aquí, ¡nos van a sorber los sesos!

En la nevera no hay más que frascos de Actimel, Biofrutas, agua de sabores y leche de soja. - ¿cómo alimentan a esta niña? - Asombrado me quedo al encontrar detrás de dos lechugas un paquete de carne picada - ¿servirá? - Aprovechando que está envuelta en una aséptica bandeja blanca, la meto en mi bandolera con la intención de que me pueda servir para entretener a esas.... bestias por unos segundos si es necesario. Oigo a Tom.

- Tom, ¡bajad echando leches!, los bichos están a punto de entrar. ¡Tenemos que salir de aquí! ¡Bobbin! No nos da tiempo a despistarles para que dejen libre la entrada, tenemos que salir por detrás, ¡venga!.

Me empieza a inquietar de más el estar esperando dentro de esta casa cuando esos bichos están tras el armario, no puedo dejar de mirar como algunos platos ya caen por el movimiento de la vajilla - Joder, no era tan divertido como pensaba verlos romperseee eh eh..... ¿eso es una mano? - Y agarro fuertemente el cuchillo.

El aparador cae estrepitosamente, y tras él podéis ver un grupo bastante poco amigable. La puerta está hecha astillas, y el primero de vuestros incómodos visitantes cae sobre el aparador, gimiendo, presa de un hambre voraz que sólo vosotros podéis saciar...

En otro contexto, sería muy sugerente. En este, estáis a punto de cagaros vivos.

Tom y Samantha continúan en el piso de arriba. Es probable que la niña haya elegido este inoportuno instante para preguntar cómo nacen los niños, y que Tom haya sido tan imprudente como para acceder a explicárselo. No obstante, y como las cosas tienden a empeorar, un grupito de amables boy scouts se dirige hacia vosotros para echaros una mano en este apuro.

Parecen recién salidos de un accidente de tráfico mortal. Su cojera los ralentiza, pero su apetito y la incapacidad de sentir dolor los hace imparables. En dos minutos los tendréis en la puerta de atrás, mientras la puerta delantera deja pasar, uno tras otro, a más de vuestros colegas tambaleantes.

En pocas palabras: o salís echando hostias o vais a estar rodeados. Qué emocionante, ¿no?

agarrate samanta,vamos a tener que salir corriendo-digo al llegar abajo,miro a los otros y,tras ver el panorama,les digo-venga,vamonos-digo y me dirijo a la puerta de atras corriendo sin soltar a la niña

Al escuchar tanto ruidos, Samanta cierra los ojos para no asustarse mas aun y se abraza furtemente de Tom. Y pobremente tartamudea.

Va... Va... Vamos.

No esta en mi naturaleza el quedarme en la casa para morir por otro, asi que cuando cedio la barricada, me dirigí rápidamente hacia el patio.
-Clack- cargo mi escopeta y abro la puerta trasera. Miro atentamente, no vaya a ser cosa de que atrapen descuidado.
-Vamos, que esto se esta poniendo muy feo, yo de aca les cubro.- grito desde el pórtico, como para cubrir mi cobardía.
"no pienso morir por ellos, pero si puedo ayudarles."

Vámonos cagando leches... -no he terminado de decir esto, cuando ya he llegado a la puerta de atrás- Vamos, esos zombies seguro que nos joden a base de bien.

Mientras los demás llegan corriendo, saco un papelillo, mi bolsita de plastico con la hierba, y un trocito de cartón, y empiezo a trabajar. Puedo ir liando corriendo a la vez...

Junto a la puerta trasera, sujetando el cuchillo de una manera bastante poco amenazadora, observo como mis compañeros van acercándose, bastánte más rápido que esos....bichos. ¡Moveos moveos moveos!

Cuando Bobbin, Tom, Mike y Samantha están junto a la puerta se me ocurre probar con la carne para distraerles. Es ridículo - pienso - pero más lo es el cargar con este kilo de ternera por la ciudad...

Abro el paquete y lo lanzo al salón contra los zombies esperando que les entretenga al menos unos segundos y salgo corriendo hacia el patio trasero.

La ternera está fría y no suelta ningún juguillo. Además, tiene un serio problema de inercia, y parece que lo que llama la atención a vuestros visitantes es percibir la vidilla. ¿Quizá los mueve la envidia a los vivos?

Cuando salís a la calle, los boy scouts avanzan con los brazos extendidos hacia vosotros. Del salón os llegan lo que los malos escritores de terror denominan "los obscenos sonidos de los no-muertos". Un fallo, un tropezón o un segundo de demora en dar la vuelta a la casa, subir al vehículo y salir echando leches, y los tendréis encima. Ahora o nunca.

Gaby se siente ridículo al ver como esos bichos pasan de la carne picada - Con un poco de huevo quizás.... - piensa.

Está muy asustado, nunca había visto un ser así, pensaba que reaccionaría mejor. Balbucéa: están tan cerca...... tan feos, tan..... ¿hambrientos?, aaaaaaaay!

Cuando todos sus compañeros han pasado, sale de la cocina el último, cerrando la puerta tras de sí. Respira y nota como la sangre le abandona la cara, se queda blanco como la leche. Respira con dificultad. Ha conseguido salir, cerrar la puerta de golpe pero, quién sabe por qué, se queda apoyando la espalda contra la puerta. Inmóvil, sólo balbucea - noquieromorir noquieromorir noquieromorir....

Rápidamente, salgo del pórtico, con mi escopeta puntando hacia adelante. Apoyo mi cuerpo contra la pared y me asomo para determinar si el camino hacia la camioneta esta libre de zombies.
"No estan cerca de ella."
-Vamos, vamos.- grito y salgo corriendo por la parte lateral de la casa.
Subo a mi transporte, pero fui tan veloz que todavía no veo salir a nadie del lugar. Parece que los no-vivos no se han percatado de que estoy allí."Al menor indicio de que vienen por mi, me voy." pienso mientras coloco las lleves en el encendido, pero no enciendo el motor, para no llamar la atención, apenas si bajo un poco el vidrio y asomo mi arma, para poder disparar en caso de que fuese necesario.

Jijijijiji -es lo único que digo tras encermer el petardo que me acabo de liar- Joder, estos zombies están cada vez más cerca. Mira, a ese se le ha caido una mano. Jijijijiji

Evidentemente, se me ha olvidado totalmente que son ZOMBIES ASESINOS y que VAN A MATARME. Ahora mismo, lo único que me importa es mi petilla, y las risas que me voy a echar...