Partida Rol por web

Cuando le toco el turno de liberar a Karen, acerco sus labios al oído de su amiga mientras le abraza y por lo bajo le susurro.

Debemos huir…no importa el resto…solo importas tu, amiga, sígueme y no tengas dudas.

Blanca comenzó a liberarlos, aunque su mirada era extraña y todos podian ver la escena grotesca llena de sangre de Toño el cual estaba muerto con el rostro lleno de miedo. Sin embargo el solo tenia las llaves, nada más, ni siquiera armas. El lugar estaba  levemente iluminado, pero al llegar a las escaleras  todo se ponia un poco más oscuro

Habia mucho silencio. Las manos de todos estaban llenas de sangre, y sentian dolor, si, dado que no estaban muy cómodos y aún les dolía el golpe que los noqueo.

No habia más con ustedes, eran  los cuatro...

La mirada de la joven que nos libero era extraña y me tense bastante cuando se acerco a liberarme "gracias" susurro un poco inquieta aun  cuando yo se lo había pedido no podía evitarlo, mire mis muñecas ahora desencadenadas y me levante mirando alrededor hasta hallar alguna salida, fue así como encontramos las escaleras, me limpie las manos en la ropa, no muy segura, y por primera vez me encontré pensando en lo que nos había pasado, la primera palabra que vino a mí fue "vampiros" y la saque de mi mente enseguida, no, aun no, después lo pensaría.

Mire hacía arriba en las escaleras titubeante, y mire a mis compañeros, sin contar a las victimas que nos hacían compañía, y a Toño que también estaba muerto, solo eramos cuatro... recordé la fiesta, ¿Terminaríamos siendo como aquellos seres? ¿que pasaría con nosotros, conmigo?  Por otro lado me dolía todo, el cuerpo, el alma, el golpe que me había noqueado... y ese lugar me estaba llevando a preguntarme si no sería claustrofobica...  

-Aquí hay unas escaleras... ¿Subimos? -pregunte confusa, tratando de escuchar o notar algo más arriba, todo comenzaba a volverse tan oscuro, habría que tener cuidado, los miré y luego miré arriba, temía lo que hubiese allá, esperándonos, pero tampoco quería quedarme allí, no, no quería. 

Al verme libre de las cadenas me levante enseguida, observando por primera vez por completo a las tres mujeres que me acompañaban en aquel incomodo lugar, podía recordarlas de la fiesta, por haberlas visto en distintas situaciones y también sobre el escenario, en aquel momento en que todo se había vuelto un infierno.

-Gracias -agradecí intranquilo a la muchacha recordándolo todo... 

Si, eran las tres... recordé el nombre de dos de ellas pero no el de la muchacha que nos había liberado a los demás de las cadenas... la misma cuyos ojos parecían extraños en aquel momento... aun así aquel lugar me era incomodo, y yo mismo comenzaba a sentirme incomodo, aquel lugar era una vista molesta, sangrienta, algo que preferiría olvidar cuanto antes. 

Me acerque a la joven que nos hablaba a los demás señalando las escaleras, parecía titubeante pero una cosa era clara, no podíamos quedarnos allí para siempre, o tarde o temprano vendrían a por nosotros...

-Será lo mejor -dije y mire a las demás -Debemos tener cuidado, esto esta oscuro... escuchar bien, es posible que esos ... -me trabe, no podía llamarlos "esos seres" "vampiros" "monstruos" porque de un modo u otro, nosotros también nos habíamos convertido en lo mismo -Que los que nos hicieron esto estén allá arriba -murmure y empece a subir con cierto titubeo, pasando las manos por la pared y con los sentidos todo lo alerta que podía. 

En un principio dude de lo que estaba sucediendo, pero al final Blanca había vuelto a su ser, o eso parecía, así que asentí con la cabeza a las palabras que me había dicho. 

-Vamos- dije en voz alta, quería salir de aquí, despertar de esta pesadilla, aunque estaba segura de que no era una pesadilla, que estaba despierta, y en el fondo temía por lo que podría encontrar fuera. 

Me acerqué a las escaleras y observé la oscuridad de esta, y al escuchar las palabras de Nathan asentí con la cabeza de nuevo. 

-Es muy posible que estén aquí, pero de alguna manera tendremos que salir...

Al subir se encuentran en un lugar extraño

 Es un cuarto rectangular tiene  unos 7 x 13 metros. Esta cerrado, no hay puertas, no hay ventanas, y el techo tambien es de ladrillo. En cierta forma se preguntan cómo Toño entró ahí, y como "ustedes" entraron ahí.

Algunos de ustedes les causa ansiedad porque tocan las paredes   miran, y no hay salida.

En el centro, hay una especie de pedestal

Las escaleras parecían interminables y por mi parte las subía con profunda desconfianza y miedo, como si esperara que en cualquier momento apareciese por ella algún ser de pesadilla... al final, sin embargo, mis sospechas resultaron infundadas, porque terminamos en una suerte de habitación cerrada.

No había puertas ni ventanas y tras el segundo paseo pasando mis manos por las paredes buscando algún cambio en la superficie me volví, apretando ansiosa mis manos, hacía el centro de la habitación, tratando de pensar, la única salida que había visto allá abajo eran las escaleras ¿acaso me había equivocado y habría otra salida allí abajo? no, no lo creía, además volver se me hacía demasiado duro para mí, el ambiente era de pesadilla, debía haber una salida por allí, aquello no era el cuento del gato negro y nosotros no podíamos estar atrapados de verdad, tenía que haber una salida, tenía que haberla, o eso me decía en medio de mi angustia mirando alrededor, hasta que vi el pedestal y me acerque a él, apoyando mis manos sobre él, un poco angustiada, buscando una salida en mi mente.

-Tiene que haber una salida -dije buscando con la mirada, estudiando todo lo que había, miré el pedestal, ¿Cómo habíamos entrado? me preguntaba una y otra vez, buscando alguna cosa que se saliera del común de aquel lugar, y en eso caía el pedestal... "tiene que haber algo" 

En silencio y tomada de la mano de su amiga, Blanca asintió hacia aquellos que hablaron dando a entender que estaba de acuerdo con lo que ellos proponían.

Subió con cuidado las escaleras, atenta al nuevo entorno e intentando asimilar todos los sucesos recientes.

El nuevo sitio al que llegaron la desconcertó en un principio disparando todas las alarmas internas de la joven pues el encierro le recordó en parte a la terrible experiencia de haber sido enterrada en aquella fosa donde todos habían estado.

No tuvo fuerzas para ingresar en la estancia y permaneciendo bajo el arco de la puerta observo a quienes tocaban las paredes y aquel pilar que destacaba tanto como un faro en medio del desierto.

Miro de soslayo a Karen levantándole las cejas y por el momento se mantuvo en un segundo plano. En su mente ya comenzaba a formular algunas posibilidades respecto a aquella “llave” que ahora veían y las formas posibles de poder valerse de esta para abrir la “puerta” que les permitiese salir de allí.

Intuía que cuando esto pasase, todo sucedería rápidamente y solo esperaba tener en aquello que anhelaba – el caos subsiguiente a que los vampiros descubrieran que habían escapado -, un resquicio a su horrible actual situación.

Una oportunidad, para largarse de allí de una condenada vez.

Te acercas al pedestal y ves algo, es más por alguna razón parece ser que solo tú al acercarte lo ves porque los demás no se han dado ni cuenta.

Dice:

Ignoblis ritae

Todos son uno,

Todos son hermano,

pongan las manos juntas,

y aparecerá la respuesta.

Darla se acerca al pedestal y lo revisa, los que no lo han hecho notan algo raro, como una leve luz el sector.  Pero nada más, ¿habra descubierto Darla algo de importancia?

Miro las palabras en el pedestal parpadeando un poco hasta que lo leo, y luego miro a los que están conmigo.

-Escuchen, aquí dice algo -dije llamando su atención y leyendo para ellos - Ignoblis ritae, todos son uno, todos son hermanos,pongan las manos juntas, y aparecerá la respuesta -termino de leer y los miro -¿Porque no lo hacemos? De todas formas estamos atrapados aquí -señale y los invite con la mirada a que se uniera a hacerlo, aunque me recordaba a ser un culto y las palabras que se habían dicho en la fiesta, si había al menos una posibilidad, yo estaba dispuesta a arriesgar... porque en verdad quería irme de allí. 

Subí aquellas escaleras, de la mano de Blanca, no estaba demasiado segura de nada, lo único que quería era salir de ese oscurro y aterrador lugar. 

Cuando llegamos a la sala donde encontramos el pedestal, observe la oscura sala con cautela, no había puerta, ni había nada, solo aquello que estaba investigando Darla. Al momento escuché como leía en voz alta lo que ponía y arquee una ceja poco convencida. 

-¿Y si es otra trampa?- pregunté, la verdad es que ahora mismo es lo único que hay, y no nos queda otra que intentarlo -a pesar de que pueda ser una trampa, es la única salida que se ve, debemos intentarlo, si no, nos quedaremos aquí dentro, encerrados o enterrados- me acerqué a Darla, estirando también de la mano de Blanca -supongo que tendremos que poner las manos aquí- puse la mano encima del pedestal mirando a mi alrededor a ver si pasaba algo. 

Blanca se dejo llevar de la mano por Karen sin oponer ninguna resistencia. Confiaba ciegamente en su amiga y aunque no estaba muy segura de ingresar en aquella nueva sala, nada iba a lograr permaneciendo parada sin hacer nada.

Escucho con atención las palabras de Karen y antes que eso las que dijo la otra chica presente.

Qué raro se había vuelto todo de pronto, que increíble, y sin embargo ellos estaban allí, moviéndose y hablando, manipulando cosas y sin embargo, sus corazones no latían.

Estaban vivos, contra todo pronóstico.

Apoyo también su mano sobre la lisa superficie del pilar mientras tensaba su cuerpo lista para reaccionar ante lo que fuera a pasar a continuación.

Cuándo subimos nos encontramos en aquella habitación y al ver que no había puertas ni ventanas, me lleve una mano a la cabeza en reflejo, sorprendido de no encontrar los principios de una jaqueca allí arriba, aun así no tuve mucho tiempo para deleitarme en la situación y su extrañeza, puesto que Darla parecía haber hallado una solución.

Karen expreso sus dudas y las entendí por completo, porque yo tenía las mismas, ya habíamos soportado antes las mentes perversas de aquellos seres, aun así y en silencio, me acerque a hacer lo propio al ver que mis compañeras de infortunio estaban dispuestas... 

-Bien -murmure colocando las manos sobre el pedestal al igual que las otras y esperando a ver que pasaba. 

Cuando hacen eso,  sienten un leve temblor en el pedestal. Del centro, se abre un  orificio circular, y del mismo sube una copa.

Dentro de la copa hay sangre, lo saben por su nariz, ese olor de ahora en adelante nunca les será difícil de percibir. La sangre que hay dentro de la copa  es de un olor fuerte, especial.

 Dentro de la copa, como si fuera una cucharra, hay un cuquillo pequeño en forma de T.

Y todos ven este mensaje:

Si desean salir,  Grupo deberéis ser,

Lazos fundir y alianzas crear.

La copa no se moverá hasta que todos coloquen

De su fluido vital dentro,

Y la salida solo se mostrará cuando todos

Habéis bebido de la copa

Lo que ocurrió en aquel momento, cuando todos pusimos nuestras manos sobre el pedestal, me asusto un poco y sorprendió un tanto más, la copa apareciendo me hizo pensar en los trucos de un mago, algo que me llevaba a ciertos sucesos de mi infancia cuando habían traído uno a mi fiesta de cumpleaños, claro que el truco había sido… más sencillo.

La presencia del cuchillo ¿ceremonial? Parecía uno, me recordó a algunas culturas aztecas sobre las cuales había leído antes, pero también impuso en mis ojos cierta precaución…

Leí y releí el mensaje tras verlo, completamente absorta, comencé a maldecir por dentro, en primer lugar la idea de cortarme no me gustaba nada, en lo absoluto… me causaba molestia, angustia, frustración, era como ser una muñeca dispuesta al capricho de la voluntad de unos titiriteros realmente perversos… y realmente ninguno de los insultos que conocía estaban a la altura de la situación, pero claro ¿Quién iba a decir que necesitaría insultos para definir a otros?

Suspire y miré a los otros, por mi parte el cortarme estaba casi fuera de discusión, los cortes nunca habían estado entre mis cosas favoritas, esas heridas duelen y yo había pasado suficiente dolor por una noche, pero aquellas líneas “si quieren salir” me hacían dudar, no me quería quedar allí, pero esas heridas demoraban una vida en sanar, “pero quiero salir, me volveré loca si sigo aquí” pero la idea de cortarme era horrible, me daba miedo... y asco “pero quiero salir de aquí y comparado a todo lo pasado es un precio más bien bajo” Pero cortarme…

Me dieron ganas de llorar de nuevo, y sacudí la cabeza… tras unos minutos de silencio hable, sintiéndome mal. 

-suena como los ritos antiguos –murmuré –claro que los ritos que recuerdo hablaban de bodas –murmure y los miré con cierta turbación en la mirada, como si no supiera muy bien que hacer… ¿Qué hacíamos? ¿Buscar otra salida?

Al revisar las paredes habían notado que no había ningún pasadizo secreto… pero quizás, mire alrededor buscando una solución y luego volví  a verlos con la decisión tomada, no sabía si ellos la habían tomado ya... pero...

–Sé que parece una locura, pero creo que no tenemos opción –murmuré viéndolos, a mí la idea no me agradaba nada, por un lado, suspire y tome el cuchillo –no pido que lo hagan ustedes, pero… realmente quiero salir y no creo que hallemos otra salida –dije antes de hundir la superficie afilada en mi, hasta hace poco, piel de porcelana y dejar caer parte de mi sangre allí dentro, antes de sacar la mano y dejarla a un lado viendo con cierta tristeza la herida antes de verlos a los demás ¿Qué decisión tomarían?  

Mis ojos se posaron sobre las palabras y luego sobre los objetos que habían aparecido en escena pensando que había que reconocer que sabían dejar instrucciones... Mas obvio no podía ser, observe a las tres jovenes allí mientras una de ellas, Darla, hablaba señalando algo y con sorpresa vi que se cortaba... Estuve a punto de apartarme, era cierto que parte del anhelo de sangre se había aplacado pero seguía allí. Como un recordatorio de lo perdido, de lo ganado. De lo que era y de lo que ahora anhelaba y anhelaríamos el resto de nuestras existencias.

Sangre

Aun así, logre oir lo que decia ella y asentí. Tenía razón... No teníamos opción... A menos que decidiesemos darnoa de cabezazos contra las paredes o utilizar los cuerpos de abajo para golpear paredes. Ninguna de las opciones me atraía.

-sea- dije sin demasiadas dilaciones colocando la palma abierta sobre la copa y cortando su superficie con la afilada hoja de aquel cuchillo.

La sangre cayo en el interior de la copa uniéndose a la sangre que allí había. Contuve una mueca de asco y esperé a las dos que faltaban... Resignado y al mismo tiempo ofendido en un par de principios internos... Sabía que fuesen quienes fuesen los autores de aquello. Los odiaría siempre.

Había aceptado que luego de lo que había pasado y lo que YO misma había hecho a continuación de esto, pocas cosas en esta nueva vida iban a sorprenderme.

Si recientemente le había masticado la puta cara a un hombre para alimentarme de su carne y sangre, ¿Cuánto asco podía darme ahora cortarme un poquito para verter algo de esa sangre, robada, en aquella copa?.

Nada.

Menos que una mierda de nada.

Les mire a todos, en silencio, analítica, les mire mientras intentaba percibir que sentían o pensaban en aquellos momentos.

Y cuando el muchacho termino de “hacer su parte”, tome de sus propias manos la pequeña hoja afilada y sin muchos miramientos me corte la palma de mi propia mano. Mi sangre comenzó a verterse entonces dentro de aquella copa, en ese ritual diabólico, ya poco iba a sorprenderme.

Así lo creí entonces.

Observé  en un principio anonadada como mis compañeros iban cortándose uno a uno, y vertiendo su sangre en esa copa extraña que había surgido del pedestal, no me hacía ninguna gracia este juego, pero si era la única opción para salir de aquí ¿que podía hacer yo?, esperé a mi turno, viendo como Blanca sin ningún miramiento se cortaba y vertía la sangre, como si fuera lo mas natural del mundo, y como si estuviera acostumbrada a ello, cosa que me extrañó bastante. 

Cogí el cuchillo cuando ella acabo, y con ciertos temblores me corté yo también en la palma de la mano, dejando que un pequeño hilo de sangre brotara hasta caer dentro de la copa. 

-Vale, ya está, ¿se supone que tenemos que beber todos de esto ahora?- pregunté poco segura de lo que estaba pasando, esté ritual era digno de un libro satánico mínimo.

Todos los comienzos son importantes,

pero algunos siempre marcan,

algunos por su infuencia mágica siempre estaran presentes.

Aunque trates de huir de ellos.