Partida Rol por web

-Esperaba hablar contigo otra vez, Morgan. ¿Qué tal? ¿Tus vibraciones que te dicen respecto al matrimonio? Jaja. 

-Hola, Amy. También quería "verte" de nuevo. ¿Lo deseaste con intensidad? También lees el futuro...

Pasos de nuevo, sonido de tomar asiento en el suelo- Me dicen que es un paso a meditar y que antes se debe compartir tiempo y espacio. ¿Y a ti?

-Eres mi primera opción del ranking, así que si, creo que lo desee con intensidad. Además, fuiste la última persona con la que hablé. Salí de la cabina en el último turno porque me pusieron con un chico de 22 años...

Se escucharon pasos, Amy se sentó. 

-Opino lo mismo. El matrimonio es un paso importante. Sobre todo creo que tienes que estar cómodo/a con la otra persona, para poder ser tú mismo, o ya de entrada no va a funcionar...

Hubo un pequeño silencio. 

-¿De qué quieres hablar? ¿Quieres que te cuente algo en especial?

-Tu primera opción...A mí me han gustado varias chicas, me he sentido bien con ellas, por diferentes motivos, sois distintas...Sinceridad por sinceridad. 

Se quedó pensativo- Espero que tengas otras opciones. Puedo no resultar lo que piensas, o tú para mí. Por ese motivo la segunda cita -pausa.- ¿Y si ese chico no te hubiese dicho la edad? Tal vez hubieses descubierto sus 22 años por sus formas de expresarse, o puede ser uno de esos hombres más adultos para su edad. Yo, por ejemplo, no me siento maduro. Tú, en cambio, sí. Creo que tienes muy claras las cosas, en general. A pesar de la inseguridad que te produce tu físico.

Otra pausa -Algo en particular...Prefiero que me hables de ti. Lo que tú quieras. Lo que odias, lo que amas. 

-Me parece lógico, creo que las chicas son estupendas. Mis compañeras habrán dejado el pabellón bien alto. Te puse el primero porque eres de los pocos que me ha motivado a hablar más, y creo que eres una persona divertida. El tiempo no corre tan lento contigo como con los demás.

Suspiró por lo del chico joven. No quería ser la madre de nadie.

-Ehm, no... Ese chico dijo algo que no me gustó y me dio mucha pereza seguir la conversación. 

Amy se movió y se puso cómoda sobre el sofá.

-No te preocupes por mí, no me importa irme sola del programa. Es posible que nosotros pudiéramos ser buenos amigos, más que una pareja.

Habló sincera. 

-Uhm, no sé, bueno la otra vez hablamos sobre el mar, que nos gustaba a los dos. A mí me gusta meditar, descalzarme y tomar contacto con la tierra. Estoy deseando que llegue el verano para poder ir a la playa. ¿Si te casaras dejarías tu lugar de residencia? ¿Atravesarías todo un océano para estar con la otra persona?

Hubo un asentimiento en plan, hum, desde el otro lado, por lo del chico de 22 años. Morgan no añadió nada, escuchó el resto y respondió.

-A mí también me gusta caminar descalzo. En casa. En la playa…largas caminatas por la orilla. Pensado, reflexionando, o tan solo disfrutando del contacto del agua, de la arena, del cosquilleo en los pies por las olas.

Se notó que hubo una sonrisa. -Gracias por ese comentario del tiempo.

Tardó unos pocos segundos en su siguiente intervención.

-No me importaría atravesar ese océano. Ya lo hice para venir a USA. Por motivos de trabajo, es verdad. Por amor, mucho más. No descarto regresar a Europa. Amy, ¿quieres tener hijos?

-Los japos van descalzos por casa. Está bien, es un buen método para no ensuciar. Así no tienes que pasar tanto la aspiradora, jaja. - Amy rio. -Me gusta la cultura japo, es interesante.

-Lo de la playa, está chulo. También práctico a veces colocando los pies sobre las piedras. En verdad si lo piensas la tierra está llena de energía, y si necesitas cargar positivismo o descargar malrollismo puedes hacerlo a través de esta. 

Amy cambió de posición, se tumbó sobre el sofá. 

-Acabo de tumbarme. También me gusta "estirar" dentro de casa. Soy como una gata que se estira, uso los muebles para hacerlo. 

A la última pregunta respondió con bastante seguridad. 

-Si, me gustaría tener niños. Me gustaría enseñarles todo lo que sé. ¿Y tú, eres alérgico a los niños, o los adoras?

-No se mucho del mundo de los japos. No más allá de lo habitual, la verdad. -se quedó pensativo.

-Yo creo en eso de las conexiones con el Universo, la tierra, la naturaleza. Quizá es todo un rollo, pero, si te tomas tu tiempo, puedes "sentir" esa influencia. Creo que te comenté que me cuesta relajarme...o más bien me relajo caminando, haciendo cosas, pensando. Creando. 

-¿Y vas soltando pelusilla o pelos por el piso? Jajajaja -bromeó, riéndose de su propia broma- Disculpa, es un chiste muy idiota. 

Nueva risa con los niños.

-No soy alérgico. No. ¿Adorarlos? Tampoco. Los niños traen alegría, es una forma de verlos. Hay mil problemas, por supuesto. Yo era un poco mucho trasto. Pero sí, me gustaría tenerlos, es una forma de...¿perpetuarse? Es curiosa la necesidad que tenemos no solo los humanos, sino todas las especies, de reproducirnos. Nos dominan nuestros genes. 

-¿Cómo descargas ese malrollismo o frustraciones? ¿Saltas sobre las piedras, tienes un ritual? ¿O te pones a comer helado, como se suele decir?

-No es un rollo, es algo real. La tierra está viva y tiene energía. El mar por ejemplo tiene mucha fuerza. Es bueno meterse en él y sumergirse para limpiar las cosas malas. La negatividad que portes encima. 

Amy río por el chiste. 

-Jaja, hasta el momento nadie ha tenido que pasarme uno de esos chismes que sirve para recoger la pelusa. 

Escuchó con atención la respuesta sobre los niños. 

-Bueno fíjate lo que pasa con nosotras, nos dan muñecos bebé desde peques para que juguemos con ellos y nos creamos sus mamás. Mi instinto maternal no es que esté muy desarrollado pero a veces pienso lo que te he dicho, que me gustaría volcar todo lo que sé en una personita. Tiene que ser bonito criar a otro ser humano. Con sus problemas y desafíos. Y estoy de acuerdo. Nos perpetuamos porque está en nuestro código genético. Es una forma de sobrevivir. También creo que los hijos aumentan tu capacidad de sacrificio, te fortaleces por ellos. 

Sonrió por lo del helado. 

-Jaja, helado, tarta... Me doy mis caprichos. Pero eso es algo momentáneo. Lo que va bien es el contacto con la naturaleza, el sol, dejar que la energía de la tierra penetre en ti. Prueba lo de las piedras descalzo, notarás que la energía sube para arriba. 

-Lo probaré. Me gusta hacer excursiones al campo, a la montaña. A la playa. Cuando puedo. Mis horarios de trabajo son un poco lío.

Escuchó a Amy.- ¿Adoptarías? He pensado en eso, aunque no se siquiera si estoy preparado para hijos- sonó con cierta inquietud.

Continuó atendiendo.

-Yo soy de los que van corriendo y se zambullen en el agua. ¿Y tú?  Oye, hablando de horarios, ¿cómo son los tuyos? Mi mundo es un tanto caótico, igual tengo pillado el finde, que una tarde, una noche. No hay regularidad. Una llamada y te avisan de un casting de urgencia para mañana.

-Aunque me parece muy bonito y noble el tema de la adopción, no adoptaría. Preferiría tener hijos propios. Uno estaría bien. No soy de las que piensa, quiero la parejita y esas cosas. Primero uno, y ver cómo va. No es sólo el parto, que te desgasta, es todo lo demás. 

No añadió nada a lo de que Morgan no se viera preparado para tener hijos. También era una duda que le asaltaba a ella. 

-Bueno, yo soy de las que no se asusta si el agua está mareada. No sé surfear porque me da miedo perder el equilibrio, pero con una colchoneta pillo todas las olas, jaja. Y sobre los horarios, yo trabajo de mañana, siempre. Llevo una rutina, realizar encargos de tartas de boda es algo constante. 

Pensó que más preguntar. -¿Te gusta la música? ¿Tocas algún instrumento?

Asintió con un “hum”, a lo que comentaba Amy.

-Me gusta la música, sí. Toco la guitarra, un poco, más o menos. ¿Y tú?

Tras unos segundos, dejando espacio a Amy para su respuesta, Morgan habló de nuevo.

-No eres romántica, verdad. Lo que se dice que te tira el romanticismo, ¿no? Pareces más cerebral. ¿Cómo sería para ti una cita? Y otra cosa, ¿te arrepientes de algo, algún error, cambiarías alguna cosa de tu pasado?

-¿Verano, invierno? ¿Primavera, otoño?

-¡Oh que guay! ¿Que tipo de guitarra, eléctrica, acústica? No, no toco ningún instrumento. De pequeña me entretenía más dibujando. Empecé en el mundo de la pastelería porque no quise seguir estudiando, y mi padre pensó que lo de levantarme pronto para trabajar me haría regresar a los estudios, jaja. 

Se quedó un rato pensativa. Lo del romanticismo era un poco raro en ella, porque si que le gustaba en las películas pero en su vida cotidiana pocas cosas así había vivido. 

-Uhm. Si me gusta, me gusta ver pelis románticas, leer libros, pero pienso que eso forma todo parte de la ficción, de algo bonito que yo no he vivido. Quizás por eso doy la impresión de ser poco romántica. 

Morgan estaba haciendo mogollón de preguntas. Amy tuvo que estirarse para coger la taza de agua y beber. 

-Una cita con velas y cena romántica me parece súper cursi, jaja. Pero igual luego me gustaba por la persona. No lo sé. Estando con la persona que te despierte mariposas cualquier cita supongo que sería buena. Y respecto a lo de arrepentirme, más que eso, le diría a mí yo del pasado que vale más de lo que cree. Primavera, ni frío ni calor. Ahora te toca a ti, mismas preguntas. 

-Acústica. Pero me falta mucho para que se me de bien de verdad. Y eso de tu padre, es común pensar así por parte de los progenitores. No le veo resultado...El mundo ganó una gran pastelera, ¿no? Me gustaría ver alguna de tus obras.

Escucha las respuestas, Amy las devuelve con un revés.

-Primavera también. Otoño. Bueno, el verano es una época fantástica si vas a la playa, montaña, lago...vacaciones. Arrepentirme...No, lo hecho, hecho está, ¿no? No lo voy a poder cambiar. Si eso aprender de errores, de no repetir lo mismo, o hacerlo de manera distinta. Se me daba bien la química y física...¿Y si me hubiese dedicado a esa ciencia? Estuve tentado. 

¿Nostalgia en la voz?

-Estoy contento. Me siento feliz dedicándome a lo que de verdad me gusta. A veces gano bastante dinero, en otras, hay sequía. Pero estoy bien conmigo mismo y con los demás. Y, sobre la cita...depende. Una cena puede estar bien, preparada por mí mismo. O tomar una copa y conversar frente al mar. En un mirador, admirando las estrellas. Como tú dices, puede valer cualquier sitio con la persona adecuada. ¿Tú has sentido mariposas alguna vez? Yo no...pero no se si eso es una leyenda urbana, jajaja. 

Después de una pausa, Morgan se muestra curioso una vez más.

-¿Cambiarías algo de tu forma de ser? ¿Qué ocultas en tu corazón, secretos inconfesables? ¿Eres de noche o de día?

-Todo es práctica con la música, comida, cualquier destreza. También con los pasteles. Una receta nunca sale igual dos veces, ni aunque pongas los mismos ingredientes. ¿Cómo te imaginas que sería tu pastel de bodas? ¿Que te gustaría que llevase? 

-Si, lo hecho hecho está, pero puedes arrepentirte y pedir perdón, claro. En realidad es nuestro inconsciente quien toma nuestras decisiones. Nuestras neuronas van diez segundos por delante de nosotros, jaja. Está bien aprender para mejorar. Ser inteligente emocionalmente te ayuda a ti y a las otras personas con las que te relacionas a ser más felices.

Se sorprendió por lo de la física y química. 

-¿En serio? ¿Que era lo que más te gustaba, la formulación? Tomaste tu camino abrazando las artes escénicas, y pareces estar contento, lo hecho hecho está, aunque siempre puedes aprender en la universidad a distancia.

Escuchó las respuestas de Morgan y río por la última pregunta. 

-Hace mucho tiempo que no siento esas mariposas, desde el cole y el instituto. De pequeña estaba enamorada de un niño ideal, parecía el típico dibujo de anime, jaja. Era invisible para él. No cambiaría nada en mi forma de ser porque soy como soy, es como si fuera a operarme la nariz, me vería muy rara, dejaría de ser "yo". Pero sí que hay una cosa que me molesta de los años que padecía bullying. Mi inseguridad. A veces me saboteo por ese tema. 

Hubo un silencio reflexivo por parte de Amy. 

-Soy diurna, me levanto pronto para trabajar. Y un secreto inconfesable, la verdad es que no tengo. Soy una tía muy sana y normal. Se nos acaba el tiempo. ¿Algo más que quieras decirme? 

-Nunca, la verdad, he pensado en mi pastel de bodas. Déjame pensar...-unos momento de reflexión- Quizá coronado por una carta, el as...no, el dos de corazones. Un libro. Y lo que ella quisiera. Todo de chocolate. No se.

Se escuchó el sonido de ponerse de pie y pasear. 

-Los experimentos. Es lo que más me gustaba. Supongo que lo de ponerme a estudiar formulación y teoría, se me hacía demasiado tedioso.

Morgan dudó acerca de la última pregunta de Amy, por su "tono" - Lo dices como si nos estuviésemos examinando. -hubo una ligera risa- No estás sintiendo mariposas ahora, ¿verdad? Podríamos salir de aquí para una cita, pero este un programa para casarse. Para encontrar ese chispazo que nos tire de espaldas. 

Dio una vuelta por el reducido espacio, se oía el mullido ruido de los pies sobre el suelo. -No vas a pedirme que me case contigo, no lo creo, jajaja. -el tono era risueño-. No hay esa chispa. No veo que esté naciendo en ti, o te lo guardas muy bien. Parecemos los amigos que mencionabas antes, ¿era una indirecta? Es agradable charlar contigo, eres inteligente.

Se detuvo. Dio la impresión de que iba a decir algo más, pero no lo hizo.

-Eso es muy bonito y romántico. Dos corazones, el del novio y el de la novia. - Amy rio. -¿Un libro? ¿Qué clase de libro, alguno en especial que te guste?

Amy se incorporó para ponerse de pie también, se acababa el tiempo de charla y los dos seguían allí, lo cual quería decir que ninguno habia formalizado un compromiso de casarse con otra persona.

-Puedo imaginarme a un jovencito en la clase de laboratorio en el instituto, pero no puedo ponerle cara, aunque no sé porque te imagino con el pelo rizado, y alborotado, como un cientifico, jaja.

La siguiente pregunta de su compañero de cabina la dejó en silencio evaluando que responder. Se lo tomó con calma.

-Uhm, yo diría que a lo mejor viéndonos sentíriamos algo más, pero tampoco es seguro. Si me preguntas por las mariposas... no, no he sentido ese chispazo que hace que te vuelvas loco por alguien, pero seré sincera contigo, he disfrutado de conversar estas dos veces. Creo que podriamos ser amigos, eso seguro. ¿Algo más? la verdad es que no lo sé, y no quisiera que ninguno de los dos nos lleváramos un disgusto con esto.

Se acercó hacia la pared que separaba sus cabinas, buscando una cercanía final antes de marcharse.

-Fuera en la calle seria diferente, pero aquí nos piden que elijamos a alguien para considerar casarnos con esa persona. Es un paso importante y mínimo tendriamos que sentir esa fuerza de arriesgarnos. ¿Tu la sientes? No sé, yo tampoco he notado que te haya gustado en exceso, o quizás no me he dado cuenta.

-Un libro en blanco donde escribir nuestra historia. -una corta risa- Alborotado, a veces, rizado, no.

Las respuestas de Amy contenían sensatez y dulzura.

-En eso confío, en que no haya disgustos ni malos rollos. Estos eventos tienden a herir corazones. Pero cuando no surge esa conexión, pienso que no hay que forzarla. Como has dicho, el programa va de casarse. Un truco de difícil ejecución.

Meditó la siguiente intervención, junto a la mampara.- La franqueza ha perfilado nuestras citas. Pensé que sentí esa fuerza con otra chica, sin embargo en la segunda cita descubrí que solo fue un espejismo. Ella ha aceptado ya una propuesta. Bueno, total, las citas son para esto, conocernos.

Hubo una corta pausa.

-Me gustas. Pero no noto esa fuerza, chispa o mariposas. Tal vez fuera de aquí…No puedo lanzarme a pedirte matrimonio, seguramente no aceptarías. Me da que nos vamos sin anillo, jajaja.

Después, añadió algo más.

-¿Algún otro chico? Yo, con otra de tus compañeras, parece que nace "algo", aunque es un poco como contigo. Soy un juglar que divierte pero no enamora. -añadió, con una sonrisa, sin pesadumbre en el tono.

-Lo siento. Es un programa complicado. Al no vernos creo que hay una parte de la conexión que se queda colgada. No puedes mirar a la otra persona, sonreírle, ni darle tu mano. Son detalles que unen. ¿No dicen que una imagen vale más que mil palabras? Espero que estés bien, Morgan. Si esa chica con la que notaste esa fuerza especial no ha aceptado, bueno, supongo que no era tu destino. 

Amy habló con delicadeza y empatía. 

-Has sido mi única cita. Hubo otro chico que me regaló los oídos, sospecho que lo ha hecho con más chicas, pero no le puse en el ranking por eso, le puse porque me cayó simpático. Supongo que esperaba que le diera alguna señal más al salir de la cabina en la primera ronda, pero no lo hice porque soy una mujer independiente, jaja. 

La cita llegaba a su fin, se iban sin anillos. 

-Ha sido un placer conocerte, eso sí, me has hecho más agradable esta experiencia. Así que gracias, espero que algún día tu tarta de bodas se haga realidad, jeje.