Partida Rol por web

Sin saber a penas nada sobre los bandidos Galmor no estaba muy seguro de como actuar. Heskan podía tener razón en que fueran orcos o goblinoides de tamaño humano, pero entonces ¿Para qué las antorchas? Seguía pensando en que la mejor opción era esperarlos allí, pero claro, llevaban tanto tiempo sin aparecer que quizás hubieran cambiado de zona de actuación al ver que de aquí ya nada podía sacar... Se le ocurrieron algunas preguntas más cuyas respuestas podrían ser importantes, a sí que el enano habló con Fadrique, que parecía haber congeniado bien con estas gentes para que intentara saber algo más como si tenían alguna otra construcción, si los bandidos habían entrado dentro alguna vez, si actuaban siempre sobre la misma hora de la noche, si entre las cuevas y este lugar había algún lugar donde ocultarse.... y cosas así.

Después se juntó con todos y les dijo

- Bien... esto es lo que yo haría. Esperaría aquí hasta el anochecer y ayudaría a esta gente a arreglar todos los daños posibles. Cuando anochezca me escondería en algún lugar cerrado como el granero, una cuadra... escondidos dentro tras la puerta o en los alrededores, atrayéndolos con luz desde dentro para que se acerquen. Cuando entren los dejamos dentro para que ninguno escape y empieza la fiesta por las buenas o por las malas. Como vienen con luz los veremos desde lejos, con lo que podemos hacer guardias y así ir descansando por si aparecieran muy tarde. En caso de que no llegaran, partiría al alba hacia las cuevas. ´Como son nocturnos a esa hora deberían estar durmiendo y podríamos buscarlos hasta dar con su escondrijo. Aunque no creo que sea fácil. Toda cueva de bandidos que se precie debe tener su entrada bien oculta para que nadie la encuentre... Quizás tengamos que pasar la noche allí también para verlos con las antorchas y saber de dónde salen... ¿ Alguien tiene raciones para compartir o hay que volver al pueblo a por más?

El enano esperó de brazos cruzados a que el resto opinara también sobre el modo de dar con los bandidos y atraparlos.

Las antorchas podrían servir para intimidar o para despistar, amigo Heskan, aparte de que prender fuego a las cosas siempre resulta agradable a estas gentes. Esos cuatro tipos con antorchas podrían no ser los únicos, y tener a otros en la retaguardia por si se presentan problemas.

Mmmmh. Fadrique pensó en ese plan que había propuesto el enano con detenimiento. No me convence, o no del todo. Corremos el riesgo de que no entren, de que desconfíen, y de que se limiten a impedirnos salir y a prender fuego a la casa. Habría que estar muy seguro para encerrarnos en una ratonera. Si que lo haría si nos aseguráramos de que hay una salida oculta. Quizá se pudieran dejar algunas tablas sueltas. Si. Si nos aseguramos una puerta trasera, puede que valga la pena probar, amigo Galmor.

Caso de salir bien, deberíamos asegurarnos de que atrapamos a todos, para que no vayan a dar la alarma a su guarida. Decidamos: ¿habrá una retaguardia preparada para intervenir, sin antorchas, o estoy sobreestimando su astucia? Aarón, mi querido amigo, danos cuantos datos creas, o mejor, danos cada pequeño dato que poseas, aunque no pienses que sea importante.

Por otro lado, Fadrique indicó que tenía dos raciones de viaje. Aunque tengo habilidades para encontrar comida en tierras salvajes. Hasta ahora no me ha ido mal así.

Decía todo esto mientras miraba pensativo las frutitas que había encontrado. Tras acabar, se comió una, para ver qué tal estaba.

Atala dio un par de vueltas al granero y se fijo en algunas huellas que encontró. La mayoría parecían de un tamaño medio, pero hubo unas que le llamaron la atención porque sobresalían del resto.

Para empezar, yo tengo unas 10 raciones, por lo que si esta misión no dura demasiado, no debemos preocuparnos por eso. Por otro lado, yo creo que los bandidos son humanos en general y deben de tener algún semiorco o algo así entre ellos. Esté probablemente sea el líder de la banda y seguramente que sea él quién lleve un hacha o algo de ese tipo. Con respecto a lo que deberíamos hacer, yo creo que lo mejor que montemos alguna trampa en la casa y nosotros acampemos fuera y les ataquemos cuando caigan en la trampa. Julianna, ¿dispones de alguna trampa o algo por el estilo?

Atala se lo pensó mejor y al final le vino una idea que podría funcionar.

Mirar, podríamos esperar dentro Galmor, Heskan, Anrü y yo para que ataquen y Julianna esperar fuera con Fadrique para que cuando ellos entren Julianna los pille por sorpresa y Fadrique se pueda dedicar a curar al que haya recibido alguna herida. Dentro, Galmor y yo procuraríamos mantener a raya a los bandidos mientras Heskan y Anrü los atacan desde una distancia con sus respectivos talentos o en el caso de Anrü si prefiere escabullirse por detrás de ellos adelante. De esta forma los acorralaríamos y si tienen refuerzos Julianna y Fadrique podrían avisarnos para que no nos pillen por sorpresa. ¿Qué os parece?

Atala puso toda la convicción en esas palabras. La verdad es que era el mejor plan que se le había ocurrido, pero los bandidos eran tan impredecibles para ella que podría haberse saltado cualquier detalle fatal y eso los llevara a la ruina. O puede que se le hubiese escapado algún dato. O puede que ni siquiera atacarán durante la noche, lo cuál les daría la oportunidad de buscar su refugio a la mañana siguiente más descansados.

venga mujer tampoco estamos tan lejos del pueblo, para que no puedas dar unas cuantas provisiones. Yo por desgracia no puedo dar ya que no tengo, pero si puedo dar esto- saco dos monedas de oro y me acerco al muchacho- la verdad es que puedo darte mucho mas, toma cogelas, no muerdo, de verdad.

- Yo podría quedarme fuera escondido acechando y el resto escondido - propone Heskan - Si algo sale mal estoy fuera para echar una mano ante las eventualidades que puedan surgir.

Mh. Si nos separamos, creo que nos debilitamos. Yo no puedo curar a los que están dentro, y ellos no pueden protegernos. Preferiría estar dentro (haciendo una salida trasera) o fuera, pero formando un frente unido.

Tras pensar un momento más, Fadrique siguió: se me ocurre que en esto podrían ayudar Aáron, si se atreve. Ellos hacen de cebo, se quedan en la casa, en el granero... donde hagamos la trampa. Les tiran cosas desde ahí, como si esta vez estuvieran dispuestos a resistir. Cuando los bandidos carguen, hacen como que cierran la puerta, y escapan por el otro lado, por donde las tablas sueltas, y al escapar las obstuyen. Cuando los bandidos consigan abrir las puertas, nosotros les acorralamos y les encerramos. Así tenemos posibilidad de que los bandidos queden encerrados, y no tenemos que segar sus vidas.

Galmor niega con la cabeza en cuanto escucha lo que dice el sacerdote - Yo no metería en esto al campesino. Ya han sufrido bastante a esos bandidos. Además tiene 3 hijos y si algo saliera mal. Esto lo tenemos que solucionar nosotros que para eso nos han enviado aquí. Si nos avisan cuando se estén acercando  ya será suficiente ayuda.

estoy con el enano, mejor dejarlo afuera de esto, aunque si podriamos hacerlo alguno de nosotros desde dentro. Para luego salir como has dicho luego por detras. -me quedo un par de segundo pensando- con uno o dos seriamos suficiente. Digo, yo, si os parece bien.

-Como te podrás imaginar amigo Galmor, yo puedo ver en la oscuridad perfectamente. Comenta el gnomo al tiempo que parpadea un par de veces y enarca sus cejas, al tiempo que agrega.

-Tu plan me parece perfecto, por las raciones no te ocupes, de eso me encargo yo si es necesario bien puedo proveer de alimentos suficientes para nosotros si llega a ser necesario, aunque me gustaría tener el poder de la naturaleza algo más dispuesto a otros fines. Se encoge de hombros y agrega.

–Fines hostiles, si saben a lo que me refiero. –Dice señalando los destrozados restos de los zapallos.

El grupo continua debatiendo sobre el mejor plan de acción, y si bien, Verlor, al igual que cualquier gnomo de las profundidades, no era ningún desentendido en el combate y sus tácticas, prefiere dejar que sus compañeros solucionen el tema. –Bueno, que si Fadrique consigue su propia comida sería mejor, viendo como come, necesitaría preparar todos mis ruegos a la madre naturaleza solo en la alimentación. Murmura en voz alta, pero para sí mismo, el meditabundo gnomo.

Un instante después sus pensamientos se ven interrumpidos por las sugerencias de ataque de Fadrique, sin embargo el resto le ponen rápido en su lugar y Verlor se carcajea ante la buena química del grupo. –Al menos no nos mataran por despistados y sosos.  

Atala escucha pacientemente las propuestas de sus compañeros.

La muchacha todavía no entendía porque sus amigos querían involucrar más a esa pobre gente que tanto había sufrido. Ella prefería que se mantuvieran alejados en el pueblo durante la noche y ya volverían por la mañana. Si hiciese ella estaba dispuesta a costear la noche en la posada del granjero y su familia.

Por otro lado, también, quedaba por  decidir el plan de la trampa y como iban a pasar la noche.

Yo también creo que es mejor dejar a Aáron y su familia en esto. Creo que deberíamos mandarlos al pueblo a que pasen la noche, en casa de un familiar o amigo que tengan allí. Lo mejor será que no se vean involucrados en esto. Atala toma un respiro antes de continuar para que el resto tenga un poco de tiempo para pensar en ello. Lo que yo quería decir es que atrajéramos a los bandidos a la casa con un poco de luz, algo de humo y una sombra en una de las ventanas. El que ha hecho de sombra que los este esperando al otro de la entrada principal para que se centren en él y los otros tres, que estarían escondidos en los laterales, los acorralarían por los lados. Por último los dos de fuera les cerrarían el paso por detrás a los bandidos y de paso podrían ver si viniesen refuerzos. Una vez rodeados, al verse sin salida alguna y en inferioridad numérica, los bandidos se rendirían sin luchar.

Entre charlas y planificaciones, comienzan a armar de a poco su plan de contingencia por si llegasen a venir a atacar la granja esa misma noche.

Aáron y sus pequeñas se resguardan entre los trigales... como siempre suelen hacer y tratan de no ser ningún obstáculo para aquellos que, claramente, están tratando de ayudarle. 

Llegada la noche, encienden un fuego lo suficientemente grande como para que se vea a varios kilómetros a la distancia. La noche estaba totalmente diáfana, se podían ver claramente las estrellas y la luna estaba por la mitad. Lo que permitía una visión algo acotada, pero suficiente como para que Atala y Fadrique pudiesen ver un poco más de lo que usualmente hacen durante las noches.

El resto de los compañeros no tienen problemas con la oscuridad y se disponen en las cercanías del granero para poder atacar a cualquiera que viniese.

Fadrique se encogió de hombros. De acuerdo. Terminad de detallar el plan, amigos. Yo haré lo que me toque. Mientras lo hacéis, voy a atender mis devociones.  Fadrique veía el resplandor de la luna, a punto de asomar tras las lomas cercanas, y era el momento de atender sus tareas religiosas. Se retiró unos pocos metros y comenzó a murmurar a la luna palabras inaudibles.

Con los ojos mucho más descansados mientras oscurecía, el gnomo dejo que el resto dispusiera el plan, mientras se aseguraba que no les tomasen por sorpresa, o por lo menos eso intentaba. Lo cierto es que su atención no era la habitual, el encontrarse en aquella granja arruinada, distraía su mente hacia el sufrimiento de la hambrienta familia. –Y pese a todo los críos tienen el valor antes que nada, el mundo no les ha enseñado aún que muchas veces es mejor esconderse que enfrentar la muerte, o algo peor…

Galmor, valiéndose de sus herramientas, dedicó la tarde a soltar varios tablones de la parte trasera del granero, frente a la puerta, de manera que quedaran en su sitio, pero se pudieran retirar con rapidez y facilidad bien para  entrar desde fuera o salir desde dentro. También dispuso varios bultos hechos con paja, brozas, sacos.... en círculo y cubiertos con mantas telas o los propios petates, como si fueran personas durmiendo.

Yo me quedaré en la puerta del granero para atraerlos. Si me siguen el resto entráis por la puerta y la taponáis para que no puedan salir. Yo taponaré la salida trasera. Supongo que al verse rodeados y sin salida no tendrán más remedio que rendirse.

Verlo , ven conmigo, pero siempre detrás de mi y al menor problema sales por los tablones.  

nose, el plan puede ser que se huelan una trampa al ver un enano fornido  y bien armado hacer de cebo, ¿no creeis?- mientra espero la respuesta de los demas me dedico a a observar el ambiente en general de los demas compañeros.

Lo siento, pero los enanos somos así. Si alguien cree que lo puede hacer mejor que lo diga

Contesta Galmor a Julianna

Pasan varias horas de la noche y la cosa se va poniendo demasiado tranquila. Las disposiciones de los tablones, el armado del fuego, el ponerse en posición de ataque, el resguardo del granjero y sus hijos parecen ser movimientos inútiles y esfuerzos desperdiciados.

Ya está entrada la noche y comienzan a darse por vencidos, pero en un acto reflejo Julianna y Galmor detectan un movimiento poco frecuente.

Gracias a sus visiones nocturnas, pueden notar unos leves movimientos en las hojas de una de las plantaciones. Es un movimiento muy leve y casi imperceptible, mas el detalle que delata esto es que el movimiento es hacia el este cuando en realidad hay una leve brisa que va al oeste.

Agudizando la visual ven que son cuatro las líneas de movimiento, separadas en no más de cinco metros uno de otro.