Partida Rol por web

Fadrique le siguió, también muy cuidadoso. Se le ocurrió algo... Espera. Voy a protegernos.

Recitó para si, de manera que la gran sala ampliaba un bisbiseo irreconocible.

El lugar parece calmo. Solo se escuchan los sollozos del viejo en el pasillo. Después es todo silencio y oscuridad.

Galmor se pega a una de las paredes y comienza a caminar, secundado por Fadrique y, suponen, que Anru también está con ustedes.

Fadrique decidió contener todavía un poco el poder de la diosa. Clavaba los ojos en la negrura, conforme avanzaba, pegado a la espalda del enano.

Sabedor que, debido a la oscuridad, el buen clérigo no será capaz de valerse por sí mismo, el gnomo avanza a la retaguardia preparado a proteger las espaldas de sus compañeros. -Vaya Fadrique, me parece poco conveniente que no decidieras traer una antorcha o por lo menos orases a tu diosa en busca de un poco de ayuda y, literalmente, ilumine tu camino.

A pesar de la escasa luz, Fadrique, al igual que Galmor, notan ciertos movimientos detrás de algunas rocas, las sombras engañan, pero pueden contar, fácilmente unos 3 o 4 individuos escondidos detrás de las mismas.

Por su entrenamiento en batalla, Galmor sabe, claramente, que están dispuestos para una emboscada y atacar apenas se acerquen a las luces encendidas. 

Cierto, cierto. Esperad un momento, no avancéis hasta que... Con una leve oración, conjuró Luz para él en la palma de la mano.

Se estaba haciendo el longuis con respecto a los emboscados. Cuando estuvo seguro de que los emboscados no podían ver su cara, hizo un gesto a sus compañeros, señalando con el movimiento de los ojos en dirección a los tales que deseaban hacerles pupa. Entonces, bendijo a sus dos compañeros con un salpicón de su agua bendita. Hizo un gesto, como para que procedieran a desalojar a esos indecentes, ya que él tenía que conservar su concentración.

La visión nocturna de Galmor le permitió ver toda la cueva y percatarse de que no había ninguna otra salida. Al mismo tiempo observó movimiento de varias criaturas que estaban esperando para emboscarles.

Consciente de la minoría numérica y de que sus otros compañeros no eran buenos guerreros empezó a recular con disimulo arrastrando al resto en su retirada.

- VOLVAMOS, ESTO ESTÁ VACIO. SERÁ MEJOR IR POR OTRO LADO. Y APAGA ESA LUZ, VAS A CONSEGUIR DESLUMBRARME!!

El enano aprovechó el momento de complicidad del sacerdote para hacer lo mismo y hacerle ver que sus palabras eran una excusa para ponerse a cubierto.

Con pasos cautelosos y miradas determinadas, Fadrique y Galmor se dan cuenta de las intenciones de los individuos detrás de las rocas. Galmor trata rápidamente de volver al inicio y trazar un plan de acción, pero las intenciones del clérigo desbarataron cualquier intento de estrategia. 

La luz generada a través de la canalización de sus plegarias dio a conocer sus ubicaciones a la perfección, y escuchan el silbido de una flecha que pasa muy fino al lado de Anru y hace un golpe seco y quebradizo contra la pared.

- SOMOS LOS PORTADORES DE LA AFLICIÓN! Y YA SE HAN METIDO DEMASIADO EN NUESTROS ASUNTOS... ESTA, SERÁ SU TUMBA- escuchan con eco en todo el lugar.

MALDITA SEA!!!!APAGA ESA LUZ ANTES DE QUE NOS ACRIBILLEN!!!! - Espetó el enano al ver como les llovía la primera flecha.

ATRÁS, RETROCEDER HASTA EL PASILLO!!!! Galmor siguió con su plan y empezó a recular hacia la puerta empejando en su avanzace a sus compañeros para que hiciesen lo mismo. Cuando su mirada se cruzó con la del sacerdote Fadrique pudo notar una punzada más dañina que la de el peor de los puñales. El gesto de Galmor era de puro enfado y alguien iba a pagarlo.... Apaga la maldita luz..... refunfuñó entre dientes al sacerdote

Fadrique apagó la luz y siguió al enano intentando no perder la concentración. Procuraba que entre él y los tipos esos siempre hubiera una piedra, un enano o un gnomo oscuro. ¿Quién les iba a curar si le herían a él?

El clérigo apenas escucha la voz enojada de Galmor da por finalizado su conjuro mientras comienza a seguir al enano hacia la puerta para entablar un plan de ataque.

Otra flecha se escucha cortar el aire, con mucho menos atino que la anterior, aunque es suficiente como para que todos se den cuenta de que hay un solo arquero, sino ya hubiesen sido acribillados.

Al llegar a la puerta se escucha nuevamente la voz y su eco:

- RÍNDANSE. LOS SUPERAMOS EN NÚMERO, Y SI LO HACEN SU MUERTE SERÁ RÁPIDA Y SIN DOLOR. 

Al llegar a la entrada Galmor se cubre con la puerta dejando el hueco necesario para poder disparar con su ballesta, la cual prepara y dispone para el ataque.

Vamos, cubriros detrás mía, voy a intentar atraerlos para que Amru pueda atraparlos con su hechizo- Susurró el enano a sus compañeros.

- RENDIROS VOSOTROS SI QUERÉIS VIVIR. NO PODRÉIS CON GALMOR MARTILLODEPLATA, POR MUCHOS QUE SEÁIS. AQUÍ OS ESPERO !!!

La voz de Galmor retumba de la misma forma que la de sus enemigos. Pero no tiene ningún tipo de respuesta. Mas, ante tanto silencio, pueden escuchar unos leves movimientos de un lado para el otro. 

Fadrique no veía nada, pero no importaba. Se mantenía tras el enano, reconfortado por su sólida presencia. Escuchaba levemente los sonidos de gente moviéndose. Él estaba centrado en mantener las bendiciones de la Diosa sobre sus camaradas, murmurando rezos en tono más quedo de lo habitual.

Caminando por las sombras, de tu mano, Diosa, no temeré a los peligros que me acechan, porque tu luz está conmigo...

Galmor alcanza a notar dos figuras, de estatura media, aunque cuesta distinguir sus rasgos para determinar si son humanos o de otra raza, su complexión es menuda y de altura promedio.

Por su parte, Anru, al estar más acostumbrado a la oscuridad, localiza a 3 sujetos y nota como un cuarto cruza fugaz y rápidamente al fondo de la habitación. Como si estuviese intentando escapar o algo similar.

Fadrique, por su parte, continua rezando a su diosa para que las bendiciones continuen de su lado.