Partida Rol por web

Comienzas a caminar por la ciudad hasta llegar a la armería.

Esperas tener una conversación un poco más profunda con el gnomo, mas este guarda un silencio sepulcral.

Notas que la calidad de las armas dispuestas a la venta es de calidad promedio, están bien, mas podrían estar mejor, con lo que quedas ahí parado esperando a ver si te convences de comprar el hacha o no.

En cuanto el enano le dijo su nombre completo, una pequeña cuerda en su cabeza había vibrado cual Cítara. Luego de pagar su ronda de cervezas, el gnomo siguió a Galmor hasta la armería, durante largo rato su memoria intento rememorar donde había escuchado sobre aquella familia, sin embargo al darse cuenta que no había como aclararse las ideas, al final la dejo ir. –¡Vaya Galmor!, dudo mucho que encuentres algo digno de tus manos en este pueblo, el lugar es pequeño y me imagino que no tendrán nada cercano a lo que la maestría enana es capaz de crear. Dijo mientras caminaba sostenido en su bastón. Apenas ver las armas el gnomo vio que estaba en lo cierto. 

una vez que Kaylessa se alejara del extraño grupo me acerco a ella, con tono bajo pregunto -disculpadme, ¿pero sabeis donde puedo encontrar trabajo? es que ya estoy algo aburrida y la verdad necesito algo que distraiga mente y cuerpo- despues echo un vistazo al draconido- y sino es mucha indiscrecion, ¿que hace unos aventureros por aqui? la verdad me parece raro ver uno de los escamados esos en un lugar tan tranquilo.

Galmor pide al tendero que le enseñe las hachas de mano que posea y una a una las examina a fondo. Su filo, el metal, los asideros.... incluso se toma la libertad de marcar varios golpes al aire para comprobar que estén bien equilibradas.

Mientras probaba las armas el gnomo habló de nuevo

~~–¡Vaya Galmor!, dudo mucho que encuentres algo digno de tus manos en este pueblo, el lugar es pequeño y me imagino que no tendrán nada cercano a lo que la maestría enana es capaz de crear.

Vaya, pensaba que te había comido la lengua un Drow....  Finalmente y comprobando que, como decía el gnomo,  todas las armas  eran mediocres para su nivel de exigencia,decide comprar la que le parece menos mala. Al fin y al cabo es posible que la vuelva  a clavar en otro animal que tras herirlo huya. Así al menos no la echaré de menos como a la mía...

Y tras pagarla vuelve sobre sus pasos camino de la posada

Bien, ya podemos ir a la posada. A ver si  está más limpia que la taberna y tienen buena comida recién hecha.

-Lo mejor es comer al aire libre. Dice mientras camina con paso regular y ritmico, cual latido de corazon, por la calle rumbo a la posada. –Pero les acompaño, me temo que el mal que presiento no se relaciona con drows y enanos, al menos no únicamente. Lejos quedan las guerras de las profundidades, ahora vienen cosas peores ¿Cuáles? No lo sé… Sentencia al final, guardando nuevamente silencio.

Fadrique sonríe cálidamente a la mujer. Junta las manos y se inclina respetuoso.

- Siéntese con nosotros mujer cuyo nombre me cuesta pronunciar con esta gran boca mía - hace un gesto amistoso - No te preocupes por este que es compañero nuestro y cuéntanos que sucede.

Atala ve llegar al clerigo y se aparta para que este pueda sentarse. Mientras Heskan tranquiliza a la camarera, Atala saluda a Fadrique con una sonrisa.

Hola Fadrique. La comida y la bebida de aquí está deliciosa, no como en ese antro que nos ha llevado antes el enano. El cordero esta especialmente bueno y tiene uno de los mejores aguamieles que he probado nunca. Por otro lado, ¿Donde están el enano y el gnomo? La pregunta la hace en un tono más serio. Seguro que se han emborrachado los dos y están tendidos los dos en un banco inconscientes. Piensa para si misma.

Luego mira a la camarera y se une a Heskan para saber que le pasa. Si, si. A mi también me tienes intrigada.

Fadrique asiente a las palabras de sus compañeros. Sobre todo si usted busca consejo espiritual, soy su hombre. Los dioses me han hecho el honor de considerarme su instrumento, señora. En todo caso, cuenta usted con mi discreción. En el momento en el que le dejan sitio, se sienta, agradecido. ¿Cordero? Excelente. ¿Podría pedir un cordero para mi? Un cordero pequeño, se apresuró a añadir, siempre en tono discreto. El otro local quizá pueda ser criticado por su aspecto o su higiene, pero dudo que se pueda superar la calidad de su cerveza.

Tras los breves comentarios, termina: somos todo oídos, descargue su corazón. No le pesará.

Atala mira enfadada a Fadrique por sus primeras palabras.

No la engañes, Fadrique. Recrimina Atala al clerigo en tono muy serio. Seras un hombre de los dioses, pero tus consejos solo la llevaran a la cama, y a ti junto a ella. No es la primera que lo intentas, pero por favor no lo hagas delante mio y cuando esta claro que esta muchacha necesita de nuestra ayuda.

Después dirijiendose a la camarera y con un tono mucho más amable le dice. Por favor, cuentanos que problemas tienes y como podríamos ayudarte.
 

El camino a la posada es rápido y sin inconvenientes, hasta ahora, a excepción de la cerveza que se tomaron, ha sido bastante decepcionante el lugar y la calidad de sus cosas.

La posada es una estructura de tres pisos construida enteramente en piedra muy finamente labrada y que se nota es bien mantenida, con un tejado de laja del cual salen varias chimeneas. Mientras vas caminando hacia la puerta notan que en la parte posterior posee algunos edificios más pequeños, depósitos quizás y una caballeriza.

La puerta de ingreso es de madera labrada y una vez dentro ven que una mujer está parada frente a sus compañeros de viaje. Se nota claramente que la misma está bastante incómoda aunque no logran saber porque. 

En uno de sus viajes a la cocina Kaylessa se detiene a escuchar lo que le preguntas o tienes para decir, sin mucho problema te dice:

- Son viajeros que han venido escoltando la caravana que llegó hace unas horas... y en cuanto a trabajo... he escuchado que Harburk, el esposo de Jalessa, la carnicera, está buscando voluntarios para ir a buscar unos bandidos que han estado merodeando por la zona, tal vez tengas suerte allí.

Así mismo en un momento, mientras sigues estudiando a los recién llegados, y la vuelta de Kaylessa a la mesa, notas que la rubia se pone bastante nerviosa cuando un sacerdote hace aparición y se sienta al lado de la guerrera. Por su forma de moverse, estas segura de que la dueña de la posada algo estaba por hablar y de repente guardó sus palabras y se generó un silencio algo incómodo en esa zona.

Momentos más tarde aparecen un enano y un gnomo que se acercan también a esa mesa.

Claramente se notó un silencio incómodo por parte de su anfitriona, no por las palabras del clérigo, sino más bien por la repentina aparición de este. Aquí es donde uno comprende la frase "Dos son compañía, tres son multitud".

Y no solo eso, sino que a los pocos momentos se abre la puerta nuevamente y aparecen el enano y el gnomo también, si tres eran multitud, ¿se imaginan con cinco individuos?

- Sabrán disculparme, ahora le traigo su comida señor. - le dice al sacerdote - En otro momento podremos conversar mejor. 

Galmor entra en la posada y tras ver a sus compañeros de trabajo se dirige con paso firme hacia ellos. No dice nada, tan solo se acerca y busca un lugar donde sentarse mientras se fija en la señora que, visiblemente incómoda,  está frente a ellos. 

Se habrá asustado al ver al dragonborn....? Impone un poco, pero no es para tanto. En una posada deberían estar acostumbrados a ver todo tipo de razas....

El gnomo sigue a Galmor con algo menos de humor, el viento, la tierra, los árboles y animales le trasmiten cierta aura de peligro que no alcanza a comprender. Sin preocuparse de los formalismos hace lo que su compañero y toma asiento al lado de la mujer y el descendiente de dragones.

Gracias por la aclaracion le preguntare  a esas personas si ya hablaron con Harburk, referente a  ese trabajo.- despues de eso me giro y me dirijo a la mesa donde esta el draconido y demas compañeros. Y al llegar miro a los distintos seres que hay ahi.-Buenas, me he enterado que venian de escota en los carruajes de hace poco. Permitidme que me presente mi nombre es julianna, y me gustaria saber si van a ayudar a Harburk con un problema que tiene con bandido, lo digo porque a me gustaria ayudar, pero creo que ustedes tendran mas experiencia con ello, y claro se habran informado de ello si es vuestro trabajo, claro esta.

¿Harburk? ¿ Quién es Harburk? Preguntó el enano con cierta suspicacia a la voluptuosa joven que acababa de acercarse.

-Vaya mujer, tiene aspecto de estar mal alimentada, tan flaca que se encuentra. ¿Quizá sea familiar de Fadrique? Aunque Fadrique no tiene cuernos, por lo menos físicos. Enseguida espera a que sus compañeros sigan la charla, quizá Atala y Heskan estuvieran negociando con ella.

Fadrique mira algo amoscado a Atala. ¿Será que... ? No. No puede estar marcando su territorio, como si estuviera celosa, pasa por su cabeza como un relámpago.

Créeme si te digo que se marcar claramente la diferencia entre consejo espiritual y goce físico Dundragon. Tú verás si tu propia conciencia es la que te hace saltar, por estar sucia, y si necesitas ponerte a bien con los Poderes, pero a mi no me metas.

¡Ja! Mira, la has asustado, a la pobre.

Espero que se de prisa con mi cordero. Tengo hambre. ¿No ponen aperitivos aquí?

¿Harbruck? Ahora está mirando fijamente a Julianna, con renovado interés.

Cuando el educado humano habló Galmor frunció el ceño. No entendía absolutamente nada de lo que decía. Estaba utilizando unas palabras demasiado enrevesadas y que apenas había escuchado antes. Pero de todas las que dijo hubo una  que le llamó poderosamente la atención...

Cordero.... Después de tantos días comiendo en la caravana necesitaba tomar algo recién hecho y sentado tranquilamente. Sin estar pendiente de cualquier ruido cercano ni de las posiciones de vigilancia de cada uno. Y ese nombre le sonaba a un pequeño animal doméstico típico de las granjas humanas, de carne sabrosa y tierna... Se le hacía la boca agua sólo de pensarlo.

¿ Cordero... ? murmulló entre dientes...  -Yo también quiero cordero. Pronunció el enano  alto y claro dirigiendo la voz hacia la barra.

Tras eso quedó unos segundos pensativo intentando averiguar qué era lo que estaba pasando con la mujer. Harburk, ayuda, bandidos, trabajo, consejo, goce, poderes, asustado... Aquí pasa algo. Alguien tiene problemas con algún bandido....

Pero Galmor cayó. Estaba claro que se había perdido parte de la conversación y él no era de entrometerse. Se limitó a esperar a que alguien respondiera a la esbelta Tiefling mientras la miraba de arriba a abajo, intentando recordar si esa era la primera vez o no que veía a alguien de esa raza...