Partida Rol por web

La marcha a caballo ha sido cansada, pero la excitación de la persecución os ha mantenido alerta y vivos durante el tiempo suficiente. El sencillo rastro vuelve hacia el fuerte.

Deshacéis vuestros pasos mientras veis la silueta del fuerte irse formando. Os desviáis un poco y encontráis un pequeño claro, tiene agua y está tranquilo, os bajáis de los caballos y los dejáis allí, estáis cerca del fuerte, pero en un sitio que, en apariencia, parece seguro.

Pequeños humos salen del fuerte, los malditos bandidos ni se han molestado en apagar bien el fuego que dejasteis atrás. Os resulta curioso ver como la torre noroeste parece que está totalmente calcinada, Lya sonríe ante el comentario de los demás.

El gnomo salta del caballo, durante todo el camino ha estado ordenando una mochila que le había dado Berta lleno de cosas que Myroc le había pedido. En sus manos tiene un bastón que parece bastante resistente.

Bien, ¿cómo lo haremos?

- Creo que sería bueno una visión panorámica y ver cuantos bandidos quedan... ¿Alvina?

- No sabemos si descubrieron la entrada secreta, esa sería mi primera opción, pero si la descubrieron podría ser una trampa.

Alvina asintió y se elevó en el cielo, perdiéndose de vista.

Alvina se hizo invisible. No podía disimular que tenía miedo, mucho miedo de que le pasase lo mismo que en el ataque al poblado. Pero tenía que acercarse al fuerte y observar la actividad, aunque ello supusiera arriesgar de nuevo su vida.

Todo por su amiga.

Alvina sobrevuela la fortaleza mientras se acaricia el cuerpo para calentarse un poco, hace bastante frío, y el haber perdido la conciencia antes le ha estar un poco mareada.

No parece haber nada ni nadie en el fuerte, aunque te sorprende cómo los bandidos han podido dejar a medio apagar todos los fuegos que están activos en el fuerte. Aunque lo que más te puede llamar la atención es el sepulcral silencio que guarda al fuerte.

Buscando algo o a alguien para poder avisar a los demás se acuerda de la entrada secreta, y sin dudar se acerca a los barrotes. La sala sigue vacía, a su izquierda queda la bajada a la prisión, igual que antes, Alvina se ríe, recuerda cómo volvió locos a todos aquellos bandidos cuando estaba en el fuerte. Gira su pequeña cabeza hacia la derecha, y de donde venía aquella pared que rezumaba poder, ahora puedes ver como la pared escondía un pasillo. Ese poder te sigue intimidando como la primera vez, aunque esta vez puedes notar como es más fuerte.

- Parece que no hay nadie en casa... - Alatia se concentraba mientras mantenía el enlace mental con su amiga. - Es extraño, pero incluso los fuegos están abandonados sin que nadie intente apagarlos.

Tras un breve intervalo de tiempo continuó.

- Alvina ha bajado a la zona de la pelea y a través de los barrotes ve la entrada secreta por el otro lado, tampoco parece que haya nadie por allí. La pared que antes tenía mucha magia ahora es una pared normal y hay un... ¿pasillo? no se ve bien, pero desde luego está abierto por ahí.

- Hay mucho poder mágico en esa zona, más que antes cuando estaba el muro ilusorio.

Cerró los ojos y respiró hondo.

- Alvina ya viene de vuelta, creo que es seguro usar de nuevo la entrada secreta. Para evitar sorpresas Alvina permanecerá por encima de nosotros, por si sale algún guardia al muro, pero parece que no hay nadie.

Alvina retrocede y se eleva por encima del fuerte, a una altura que pueda ver con claridad la parte superior de los muros. El frío es intenso y agradece la llegada de los primeros rayos del sol.

Lya pareció discutir con la mirada con Klex, quien acabó graznando y alzando el vuelo mientras sus plumas se teñían de negro. Él haría otra visual aérea de la zona por si a Alvina se le había pasado algo.

- Bien, entonces entremos por la entrada secreta y exploremos ese pasillo. Seguramente lo que buscamos esté al fondo de él. – le contestó mientras esperaba que Klex regresara para posarse en su hombro.

La ruda pelirroja refunfuñó desconfiada al escuchar las nuevas.

—Esto no me gusta nada. Huele a trampa a leguas.¿Realmente pensáis que esos esclavistas han dejado el fuerte y por tanto el posible dominio de ésta zona tras la derrota que acaban de sufrir? —preguntó mientras se acordaba de lo que había recogido anteriormente.

Hrönn rebuscó entre sus pertenencias y desplegó algunos pergaminos*.

—Esto lo encontramos en aquella parte del bosque donde también nos hicimos con... esas pociones —dijo mirando las posesiones del clérigo—. Teniendo en cuenta los que visteis durante vuestro paseo por el fuerte y los que aparecieron para asaltar Garedoth, ¿Podríais estimar un número de los que podrían haber quedado para proteger el fuerte? —preguntó esto último a la hechicera y el elfo.

—Además, si hay dos en vez de un portal**, y ese cobarde de Pharan puede comunicarse... mentalmente con el tal Kilbo, es probable que ya estén preparándose para enviar nuevas tropas aquí, ¿no?

—Gnomo —lo llamó con un bufido—, si hay dos portales. ¿Cuál es el que se encuentra en el ala este del castillo?

El silencio se sigue imponiendo sobre vosotros mientras esperáis información de vuestros aliados alados. El frío del rocío de la mañana os intentaba calar tímidamente, pero con las primeras noticias vuestras dudas y volvían a surgir.

Hrönn desenrolló uno de los mapas, estaba muy desgastado, se fijó en que el mapa era esquemático y de fácil lectura, parecía mostrar los pueblos y lugares de interés cercanos al fuerte, algunos tenían equis marcadas encima del mismo.

El gnomo mira a Hrönn extrañado

¿En el ala este? Yo no hice ahí nada...

Se pone la mano en la barbilla, rascándosela

El portal estaba en la torre. Aunque el otro podría estar en la zona este, es posible.

Klex sobrevolaba el fuerte, buscando el resquicio de algo o de alguien. Dio varias pasadas en círculo, a lo lejos se podía ver que de vez en cuando en su negro pelaje había pequeños destellos de blanco, un poco de rebeldía que no parecía poneros en peligro. Despúes de varias pasadas comprobó que no había nada ni nadie en el fuerte. Había algunos sitios con tímidas llamas aún activas, pero no parecía haber nadie en el fuerte.

Al igual que Alvina, investigó aquellas cosas que le resultaron interesantes, como que en la segunda planta del edificio principal* había unas llamas de iluminación, pero Klex pese a pasar cerca de la ventana, no conseguía vislumbrar ninguna sombra proyectada por la iluminación

- Hay mucha magia en el pasillo que ha visto Alvina, pero no he visto a nadie. Aunque pudiera ser una trampa, habrá que arriesgarse si queremos entrar.

Klex regresó junto a Lya volviendo a tomar su color blanco incluso antes de posarse en su hombro y soltarle un graznido enfado en plena oreja.

- Ts, Klex. Ya sé que estás enfadado, pero vas a hacer que nos descubran. – le regañó. El cuervo se limitó a mirar en la dirección contraria.

- En la segunda planta del edificio principal hay llamas de iluminación, pero no se ven sombras. Quizás esté ahí el portal o los aposentos de Pharan. – les comunicó.

Se volvió a Hrönn para contestar a su pregunta.

- Entre estos y aquellos… creo que vi en el fuerte a unos 14… que son más o menos los mismos que vinieron al pueblo… - viéndolo en retrospectiva podrían haber acabado con ellos allí mismo antes de regresar al pueblo y no los habrían puesto en peligro ni se habrían incendiado los campos.

- Puede que sea una trampa, pero cuanto más tiempo estemos aquí fuera paradas, más tiempo tendrá Pharan para huir o para regresar con más refuerzos de Amphil o de ese otro lugar…

El portal estaba en la torre. Aunque el otro podría estar en la zona este, es posible.

—Pensaba que tú habías creado los dos... portales. ¿Qué portal dices que abriste en la torre? ¿El que lleva a Amphail? —preguntó al gnomo con cierto recelo.

Hrönn envolvió de nuevo los mapas y los amarró a las alforjas del caballo mientras procesaba la información recabada por sus compañeras y comenzaba una ronda de preguntas. Como siempre, y aunque fuera una hosca bárbara del norte, le gustaba poder entender todo lo que ocurría, y no tenía miedo en parecer estúpida o ignorante.

- Ts, Klex. Ya sé que estás enfadado, pero vas a hacer que nos descubran.

—¿Qué le pasa al cuervo? —comentó a la hechicera.

- Hay mucha magia en el pasillo que ha visto Alvina, pero no he visto a nadie. Aunque pudiera ser una trampa, habrá que arriesgarse si queremos entrar

—¿A qué pasillo te refieres, Alatia? ¿Al de la entrada secreta?

- Puede que sea una trampa, pero cuanto más tiempo estemos aquí fuera paradas, más tiempo tendrá Pharan para huir o para regresar con más refuerzos de Amphil o de ese otro lugar…

—Preferiría probar por el portón principal, aunque tal vez hayan bajado el rastrillo, o escalar uno de los muros —dijo mientras palpaba la firme cuerda enrollada alrededor de su torso—. Pero tenéis razón. Cuanto antes lleguemos a ellos, mejor. Eso sí, vayamos con cuidado. Si se percataron del lugar por donde entramos, probablemente hayan dejado alguna trampa para bloquear un nuevo asalto.

La dasharii se aseguró de que los caballos estaban bien atados, y esperó a que los demás estuvieran listos para iniciar la aproximación al fuerte.

—¿Qué le pasa al cuervo? —comentó a la hechicera.

- Que le gusta vestir de blanco y no le gusta que le pida que sea un poco más discreto cuando va en misión de espionaje - le guiñó un ojo a Hrönn - Es un espíritu con mucho caracter jajaja - Klex lo confirmó con otro graznido, aunque seguía mirando en todas direcciones salvo a Lya.

Estoy de acuerdo con Hrönn en esto, tomar la misma ruta que la primera vez es invitar al desastre, lo correcto sería tomar una ruta alterna, aunque esta sea la puerta principal.

Nuestro último combate ha causado bastantes bajas entre sus filas, por lo que un combate directo ya no es opción para ellos, por lo que van a preferir el sigilo y el subterfugio, con lo cual, los túneles resultan el escenario ideal para ellos. - digo pensativo mientras espero que mis compañeros tomen una decisión.

Sí, el de Amphail es totalmente mío, ambos lugares. Y el segundo también lo construí yo... Bueno, más bien reconstruí el que tenían, restableciendo la conexión; aunque fue una obra casi desde cero por lo que podemos considerar que es construcción mía.

Mientras os movéis avanzando hacia el fuerte Myroc os susurra acerca de cómo destruir los portales.

El primero (aquel que lleva a Amphail) tiene ciertas runas, las importantes son aquellas que están decoradas con pan de oro... Parecen oro, pero no lo son. Debemos borrarlas o destruirlas el suelo, da igual, la cosa es que desaparezcan, entonces el portal dejará de ser funcional.

Cuidado con usar las palabras abrete en común, élfico o gnómico. La sola mención hará que el portal se active

Respecto al segundo (destino desconocido) no tiene runas, rezuma magia propia, esa magia proviene de una vara, es algo así como "su llave". La cuestión es sencilla, destruir o alejar la vara... Y esperar a que su magia se desvanezca rápidamente. No puedo destruirlo si tiene magia.

Pero hay que tener cuidado con él... La pérdida de sangre sobre el propio portal, y que el desgraciado ese conjure las palabras puede hacer que sea activado, con vosotros dentro

Alatia matizó a Hrönn.

- Cuando entramos la otra vez por el acceso secreto, había un muro ilusorio cargado de magia. Pues ese muro ya no está y hay un pasadizo ahí mismo, ahí es donde te digo que Alvina siente mucha magia.

Una vez había aclarado las cosas a su compañera, continuó.

- Las cuentas parece que salen, es posible que ya no haya bandidos en el fuerte o sean muy pocos, lo que no quita que por un portal lleguen inmediatamente muchos refuerzos.

- Hay que destruir los portales, el de Amphail ya sabemos cómo hacerlo y no parece difícil, solo hay que llegar hasta él. La cuestión es si lo atravesaremos o no.

- Por otra parte, si vamos por uno es posible que nos embosquen por el otro. Además, el otro me preocupa porque no sabemos dónde va.