Partida Rol por web

No había conseguido acertar en el motorista, estaba demasiado nerviosa, con la boca seca y con un nudo en la garganta, con la emoción del momento me había olvidado de dejar de contener la respiración. De repente me di cuenta de lo que sucedía en lo alto del capó de Speedy, pero sobre todo me sobresaltó aquellas cadenas ancladas a su auto. No estaba dispuesta a permitir que esos salvajes sacasen de la carretera a mis compañeros, o quién sabe si algo peor. Tome aliento hasta llenar completamente mis pulmones mientras me aproximaba frenéticamente al boggie anclado.

-"Aguantad un poco más"- pensé angustiada mientras acudía a ayudar a mis compañeros.

Empezaba a sentir la fatiga en mi muñón, apuntar con la prótesis a esa velocidad requería estar en forma, yo ya estaba sudando, con el pelo y el casco encharcados de sudor, pero me esforcé un poco más, no pararía de luchar hasta desfallecer en el intento, por eso desde una distancia prudencial efectué un disparo con mi aparatosa prótesis, apuntando a las cadenas, a la altura de su anclaje en la base del boogie perseguidor.

Mientras me mantengo firme con “la bandera blanca” en las manos, veo que unos vehículos están siendo perseguidos por varios buggys de los robapieles así como algunas motos. Noto los disparos y algunas balas incluso llegan hasta donde estamos nosotros ya sin fuerza cayendo en la arena como si de un preludio de metal se tratara.

Me giro y corro hacía el autobús entrando en este mientras digo en voz alta, -creo que nos necesitan muchachos, necesitan la mano firme de dios a su lado, necesitan que los ayuden en su salvación. Comento con una firmeza en la voz producto de mi fe en dios, mientras las pequeñas puertas correderas del autobús se cierran.

-Elijah Dread ¿puedo pedirte un favor? Pregunto con mirada interrogadora fijada en su rostro, -me gustaría, que usaras si es posible el autobús como ariete empujando las motos y sobre todo a los buggys que han encadenado a tus antiguos compañeros.

Mientras el Autobús se pone en marcha otra vez, alzo la voz hacía el techo y como si de una súplica se tratara pregunto también, -¿podéis dar cobertura a los que estén más alejados para que puedan separarse de los robapieles?

Por ultimo mi mano se acerca al revolver que llevo ceñido a mi cintura y con un fuerte esfuerzo escrito en mi rostro quito la mano de él, me agarro con fuerza a uno de los asientos delanteros, pues estoy de pie.

Mis nervios no me dejan sentarme y esperar simplemente a que todo pase, así que me preparo para ayudar en lo que sea necesario mientras rezo a dios por la salvación de quienes están luchando por sus vidas, por culpa del falso profeta.

Querido diario, hoy te escribo nuevamente desde la ruta. Como de costumbre nos persiguen ya no debería sorprenderte.

Viajo esta vez con Kroon, un tipo de pocas palabras, rostro de “no me toques lo cojones”, buen piloto y dueño de una pantera.

Si si, has leído bien, dije, una, pantera.

La tengo ahora mismo a mi lado, si pudieras escuchar lo enojada que parece con sus roarh, fsss y miau – ok, la ultima onomatopeya quizás no vaya -; como decía, la pantera va a mi lado, Sombra es su nombre y el cabreo que lleva monumental, lanza zarpazos al aire, muestra los dientes filosos como dagas y lo babea todo con ira (asco – mil), yo, tengo la pistola de Kroon entre mis manos, (la que funciona a pólvora), y aunque he intentado apuntar a uno de los robapieles que ahora nos siguen, no logro que mis manos dejen de temblar.

Y me pregunto.

¿Será acaso que temo inconcientemente que el ruido ponga mas loca a la criatura a mi lado?, ¿o tal vez sea el hecho de llevar el cuerpo lleno de heridas?.

Emmm…Kroon, le digo entonces intentando hablar bajito para no alterar mas al bicho furioso a mi lado, ¿tu emm, amiga, no es de las que suelen comerse a los invitados en un arrebato de furia, verdad?.

La acción vertiginosa me deja pasmado y tardo unos momentos en actuar - ¡Ehm mi gente tenemos ganchos con cadenas en la parte trasera!- tontamente mis pensamientos se distraen hacia el camión de pasajeros y una sonrisa se pinta en mi rostro al reconocer amigos en su interior - ¡Miren el camión escolar tiene 4 de nuestra tribu!- BOOOOM la explosión del buggy me distrae y como acto reflejo me hago bola en el asiento tratando de cubrirme.

Veo a Genmu y Speedy hacer acciones para salvar nuestro pellejo y me uno a ellos.

Con la espada trato de golpear la cadena, solo siento como rebota mi mano del torpe golpe y se me ocurre mejor utilizarla como palanca creyendo que será más efectiva.... En eso al parecer quedan colgados los robapieles del portaequipaje

El buggy choca y empuja el vehiculo de Lupe con la intención de sacarlo de la carretera, y con un poco de suerte tal vez llegar a volcarlo, pero una sombra cruza el espacio que separaba por instantes los dos coches. Sparks con su escopeta sostenida por sus dientes llega al buggy de un salto como si fuese un gato y se aferra al baúl. Desde allí el ocupante del conductor  coge un machete y sale por el parabrisas trasero. Piensa cortarle la cabeza Sparks en cualquier momento.

Mientras tanto Genmu encuentra su caja de herramientas y con una cizalla en mano intenta cortas las cadenas que pronto llevaran los dos vehículos a la catástrofe. Si los merodeadores le alcanzan, Genmu será una presa fácil. Ellos ansían despellejarlo y usar su rostro para sus ceremonias sagradas…

Rose acelera para acercarse al automóvil de speedy pero no logra ponerse a la par ni mucho menos detrás porque los dos vehículos van demasiado rápido. Pese a todas las complicaciones Rose gira su pierna-ametralladora y agujerea la parte trasera del buggy intentando cortar las cadenas que unen ambos vehículos.  Lamentablemente los disparos no producen demasiado efecto pero al menos logra perforar el tanque de combustible. Ahora el peligro se multiplica hasta el infinito…

Los merodeadores pasan cerca de la ventana de Frank y se ríen de él. Ellos no dudarían ni un miserable segundo en poner sus garras encima para destriparlo y cocinarlo en el caldero. Frank mientras titubea mira aquel pesado y sugerente instrumento de muerte que posa en sus manos… el arma en sus manos reclama vidas para la carretera…

Bicho usando el sable asesta una finta contra las cadenas pero el arma rebota con un fuerte sonido metálico. Apenas deja una mella en las cadenas; entonces piensa que necesita golpear con más fuerza o seguir intentando. El problema consiste en los merodeadores que comienzan a trepar hasta él y Genmu. Luchar sobre el coche de Speedy podría resultar fatal si alguien cae del vehículo.  

Muy delante de la columna de vehículos se encuentra el autobús de Colt y los demás supervivientes de la tribu. Ellos esperan detener la mayor cantidad de perseguidores o al menos separarlos del grupo. Con la biblia en mano aguarda el sacerdote. Aguarda el momento ideal para actuar…

El vehículo del Guerrero de la carretera cruza por un costado del autobús y se detiene medio kilometro más adelante sobre una duna. Con algo de tiempo el Guerrero de la carretera desciende de su coche para extraer algo del baúl, el Interceptor espera con su motor ronronearte el regreso de su dueño al volante…

-Elijah Dread ¿puedo pedirte un favor? Pregunto con mirada interrogadora fijada en su rostro, -me gustaría, que usaras si es posible el autobús como ariete empujando las motos y sobre todo a los buggys que han encadenado a tus antiguos compañeros.

 Elijah comprobaba las cubiertas del autobús. Las golpeaba con un bate de beisbol para saber si tenían suficiente aire. La cantidad justa evitaría que no se pinchasen o explotaran ante el menor bache. En ese momento Colt se dirige a él, entonces el experimentado mecánico acomoda su trasero en el asiento del autobús y espera el momento para atropellar a los motociclistas

Mientras el Autobús se pone en marcha otra vez, alzo la voz hacía el techo y como si de una súplica se tratara pregunto también, -¿podéis dar cobertura a los que estén más alejados para que puedan separarse de los robapieles?

Van Zan responde desde el techo del autobús – Aquí dios, los tengo a tiro. Dime cuando y en medio segundo visitaran el Valhalla. – El tirador se había acostado boca abajo en el techo y había preparado su rifle de francotirador. Aquella hermosura podía atravesar un vehículo blindado de lado a lado…

¿Pero que?... - pregunta desconcertado Lupe al ver que sale por la ventana Sparks - ¡Pinche loco!- alcanza a decir antes de ser alcanzado por el buggy, por poco sale del camino trazado por los carros que llevan la delantera pero logra mantener el control, inmediatamente después pisa a fondo para tratar de derribar la moto que iba delante de el. 

Delante puede ver a medias el camión escolar y como el auto de Speed esta enganchado a un buggy, pero no puede dejar a Sparks atrás. 

-Mierda... Este auto se me va de las manos... - bufo con cierta aire de enojo. Las cosas se me estaban complicando demasiado, mis compañeros intentaban cortar esas cadenas pero cada vez se hacía más difícil y yo no podía dejar de mirar por el espejo retrovisor como intentaban meterse en nuestro auto. 

Por suerte la lámpara de "Una brillante idea" se enciende en mi mente al recordar que Njöror venía con nosotros, mi preciosa águila podía al menos molestarlos un buen rato o impedirles que nos ataque los robapieles. Sin pensarlo demasiado y manteniendo la mirada en la carretera hago un pequeño movimiento con mi brazo llamando a mi ave. - Njöror, ataca. Son tu comida. - afirmo con cierta severidad, él respondería ante mis órdenes automáticamente. 

Ya con la esperanza de que el águila haga de las suyas mientras que Genmu intenta romper esas cadenas, le sugiero a bicho que ayude a Njöror. - Por favor, se nos están metiendo en el auto. Sácalos o moriremos todos. - una vez que todos nos organicemos y yo pueda mantener el auto equilibrado con el otro nadie saldría perjudicado. -Vamos Speedy, un poco más...-  era un aliciente para mi misma, lo necesitaba y mucho.

Acertar a la cadena anclada me resultaba muy difícil, llena de frustración comprendí de que se trataba de un objetivo demasiado ambicioso a aquella distancia –"Mierda, las cosas se han complicado mucho, le he dado al depósito de combustible, soy estúpida"- pensé mientras clavaba las uñas con fuerza en el manillar de mi motocicleta. Estaba temerosa de que el buggie saltara por los aires en cualquier momento, arrastrando a mis amigos hacia el desastre.-"No puedo permitir que mueran por mi culpa, no sería capaz de vivir con ese remordimiento, aguanten un poco más"-Pensé mientras tragaba saliva, reprimiendo mis inoportunas ganas de llorar bajo mis gafas protectoras.

De repente, a lo lejos, divisé lo que parecía un autobús que probablemente se interponía en nuestro camino, aquello aumentó en mí la angustia, no sabía acertar si se trataban de enemigos o aliados y me preocupaba que el auto de Speedy no pudiese sortear aquel obstáculo en el camino si efectivamente se trataban de enemigos.

Estaba desconcertada, demasiado nerviosa para pensar en cómo hacer lo correcto y superada por las circunstancias. Por un momento me sentí fuera de mi cuerpo, lejos del razonamiento y con la mirada perdida. –"¿Va..Vamos a morir?"- Pensé a la vez que recordaba fragmentos de lo vivido y el camino recorrido con muchos compañeros de la tribu.-"No, no puedo permitirlo"- pensé con lágrimas en los ojos.

Empecé a sentirme como una autómata sin sentido de la autoconservación. Convencida de que tenía que ayudar costara lo que costara a mis compañeros. Mi penosa expresión facial se tornó en un rostro impávido carente de emociones, para después despegar la rueda delantera de mi motocicleta del terreno, aumentando mi velocidad y sin ningún tipo de miedo hasta hacer un caballito que me acercó un poco más al auto de Speedy. -"Vale más actuar exponiéndose a arrepentirse de ello, que arrepentirse de no haber hecho nada. Confia en ti"- pensé recordando las palabras de mi difunto padre. Sin previo aviso disparé a un merodeador por la espalda, intentado que con ello se desprendiese del coche de Jessica.

– Aquí dios, los tengo a tiro. Dime cuando y en medio segundo visitaran el Valhalla.

Sonrío ante la frase de Van Zan en respuesta a mi plegaria, dios está con nosotros, los sé. Pienso tras observar cómo está la situación, nuestro señor no nos puede fallar en estos momentos pues sus ovejas están siendo hostigadas por las huestes de la oscuridad hecha carne, digo casi en un susurro mientras guardo la biblia en una pequeña bolsa de cuero negro donde la llevo cuando no la tengo en las manos y cierro la cremallera de esta.

Van, ¿ves al que lleva un cuchillo y va por el que ha saltado al buggy? Le digo mientras dejo unos segundos para que lo localice. ¿Serías tan amable de darle un billete exprés al Valhalla? Con esta acción pretendo que quien ha saltado sorprendentemente sobre el buggy, con la escopeta agarrada con los dientes, pueda apoyar a los demás haciéndose con el pequeño coche.

Sin esperar a que este conteste, me acerco la puerta del autobús y la abro para que cuando estemos cerca de los robapieles, poder ayudar a quien sea a entrar en el autobús, o evitar que alguno de los robapieles entre en este santuario con ruedas y lo mancille con su presencia.

DIOS ESTÁ CON NOSOTROS, digo en voz alta mientras el autobús como si fuera una gran bala de color oxido y disparada de un rifle imaginario recorre la distancia para impactar contra uno de los buggys, usando la gran cruz negra de hierro de su capó cual arma redentora.

Mientras los segundos van corriendo miro otra vez mi arma ceñida a mi cintura y tras una plegaria, oh señor dios del universo perdóname por romper mi promesa pues te la hice de corazón, susurro mientras dos pequeñas lagrimas recorren mis mejillas, cojo esta por la empuñadura y apunto con ella a uno de los intrusos que están montándose en el coche que conduce según creo distinguir la joven de pelo castaño (jessica).

Cojo la p90 de speedy cuando escucho las palabras mágicas, "caja de herramientas" -o joder... !SOY RETRASADO!- digo mientras me abalanzo sobre mi propia caja de herramientas, intentando buscar unas cizallas o algo con lo deshacerme de las dichosas cadenas sin hacer de nuevo el ridículo...

Ahora sí, lo consigo, pero queda otra. Veo que bicho está con ella, pero tiene la misma suerte que he tenido yo en el 1er intento... nada vamos. Así que le paso la p90  -Toma mata, mutila, quema... !destrózalos! yo me encargo de la maldita cadena.- Digo mientras le enseño mis poderosas cizallas.

Después de disparar cierro los ojos, pues entre las lagrimas, el polvo y la distancia no he conseguido alcanzar a uno de los robapieles que se encuentran encaramado al coche que conduce la joven castaña, ¿dios porque me castigas? me interrogo mientras mis palabras pesan como piedras atadas a mi alma, ¿es porque te prometí no volver a empuñar este objeto de destrucción nunca más? recrimino mentalmente.

Veo como un fino hilo de humo blanco sale del cañón y bajo un poco la pistola, ya que solo la volveré a usar en caso de defensa y si mi alma me lo permite.

Sr. Dread creo que será tu pericia conduciendo la heroína de esta historia, digo moviendo mi cabeza y llevando la mirada a su rostro, pues el señor no está dispuesto a dejarme romper mi promesa de no exterminar un alma si no es en defensa propia.

Por último espero a ver si el sr. Zan consigue lo que yo no he podido.

Pude sentir el viento del páramo escupiendo arena y polvo contra mi rostro, es como el aliento de satanás justo antes de besar mi frente antes de ir a dormir. Podría decir que vi toda mi vida pasar frente a mis ojos, pero en realidad lo único que vi fue un mosco que casi se mete en mi oído. En este momento me siento como el maldito insecto, solo que mi rostro se estrellará contra la carrocería del buggy.

Por alguna razón el Dios de La Carretera quiso que lograra aferrarme al buggy, aún así no me ha dejado las cosas fáciles ya que alguien amenaza con darme una buena rasurada. Parece que alguien no me quiere sobre su vehículo. -Pues hoy no será el día amigo, me agrada tener una cabeza sobre mis hombros!- 

Tal vez realmente esté en lo cierto, esta debe ser mi misión en este mundo sin esperanzas. Mis pies intentan no resbalar mientras busco el equilibrio perfecto para apoyar la punta de mi escopeta en la sien del bastardo. -Espero que tengas a quien rezarle... ¿no? Da igual, de todos modos no tengo tiempo para eso-

-BANG!-

Es una pena, me agrada demasiado este buggy, realmente no quería estropearlo con los sesos de este animal. En fin, en cuanto me deshaga del estorbo intentaré tomar el volante.