Partida Rol por web

Las Cruces es un pequeño pueblo del sur de Estados Unidos, antiguamente perteneció a los mexicanos pero cambió de manos después de la guerra. En sí, no supone un enclave estratégico de ningún tipo, sin embargo algo debieron de ver para construir un penal aquí, a escasas 4 millas del pueblo.

Tiene lo justo en cuanto a edificaciones, un saloon en unas condiciones un tanto abandonadas, o esa es la sensación que produce desde fuera. Varios edificios entre los que identificáis tiendas de suministros, un hostal, la oficina del sheriff (cerrada), viviendas y una cantina. También hay otros locales, pero su aspecto es bastante cochambroso, y el viento arrastrando arena hace el resto. Por si ésto fuera poco, podéis ver como hay un cementerio cerca de la iglesia, que por cierto es bastante grande.

La sensación generalizada es que Las Cruces debió tener vida en una época anterior a la guerra, pero ahora parece que aquel brillo se fue para no volver, hoy tan sólo es un lugar de paso, así como el pueblo más cercano a la cárcel.

No parece haber mucho movimiento en la calle, sin embargo se oye ruido de gente hablando en el interior de la cantina, y también se mueven las cortinas de una ventana del piso de arriba del Saloon.

Ellen y yo hemos llegado al pueblo de las cruces por el rumor sobre la salida de la cárcel de la banda del escocés y como siempre llevo dos billeteras una mas oculta que otra con dos dólares para emergencias siempre.

Pensaba que encontraría algo interesante por aquí, este pueblo está peor de lo que imaginamos. Lo primero que debemos hacer es conseguir una habitación aunque algo me dice que aquí ha de sobra, ¿prefieres una doble o dos individuales?.

No tengo problema en cualquiera de las dos opciones, pero no se si ella tiene planes individuales o no.

Este pueblo está más muerto de lo que me imaginaba Rory - me fijo en que no hay nadie fuera de los edificios y tampoco he visto movimiento de cortinas, hasta la oficina del sheriff está cerrada o abandonada, quién sabe - Parece que hay gente en la cantina.

Uhmm, ¿una doble? -si el sitio tuviera más movimiento igual hubiera sido una buena idea aparentar que no nos conocemos, pero tal y como hemos entrado, bah - lo que prefieras.

Bajo del caballo y ato las riendas a un poste.

Bajando del caballo y atándolo también al poste sonrío, siempre prefiero doble aunque aveces no convenga. Caminando hacía el hostal continuo hablando, igual el la cantina sacamos algunos pavos e información, en la habitación te comentaré un par de ideas que estamos en mitad de la calle.

Ofreciendo mi brazo a Ellen para lo tome, ¿lista señora de Jones?. Pregunto entrando con ella del brazo al hostal.

El polvo acumulado en en los hombros y el sombrero ya se nota bastante, Ringo necesita agua y pastura fresca ya que en la última acampada se tuvo que conformar con algunos cactus y yerba casi seca. -Si hay voces en la cantina hay juego y ando corto de fondos...- El sonido de las espuelas de Mcklein al desmontar apenas y se escuchan ante el barullo que se escucha desde dentro del saloon. -Tranquilo amigo... en un momento te envío a un mozo para que te atienda.- el tahúr le da una palmada cariñosa en una de las mejillas del equino y sujeta las riendas al poste de soporte para monturas, luego de asegurar al caballo se dirige a las alforjas y saca un pequeño morral donde guarda el poco dinero que le queda. -15 doláres...- se rasca la cabeza decepcionado y se ajusta el sombrero, saca su revólver y revisa el tambor contenedor. -Completo...- asegura el arma y le da un giro con el dedo para enfundarlo en un sólo movimiento. -Espero tener suerte hoy...-

Las puertas dobles crujen exhibiendo la madera vieja y las bisagras con oxido a punto de reventar. Sin mirar a nadie con paso firme Mcklein se dirige directo a la barra saca un par de dólares y los deja sobre la tabla apoyando los codos en la barra.

-Un vaso de whisky...- Se relame los labios tratando de apaciguar un poco la sed luego agrega mientras espera el servicio del cantinero. -Mi caballo necesita agua y pastura, ¿Hay algún mozo por aquí?.

Entráis y el contraste de luz y ambiental es total, de la claridad pasáis a un local en el que apenas hay luz y donde las lámparas de petróleo están colocadas en zonas para no cubrir las mesas y la barra en la oscuridad. Lo que más resalta es el mostrador, en el que se encuentra un hombre de cabellos pelirrojos que os mira fijamente. Seguramente esperabais alguien más del sur, su apariencia contrasta con la mayoría de los vaqueros con la que os habéis topado.

En el local, hay 6 personas más (7 contando con el barman), diseminados de la siguiente forma: en una mesa hay 2 vaqueros, en otra 3, y en una 1 militar.

El barman, en cuanto traspasáis las puertas, os invita a que os acerquéis - Adelante, adelante forasteros, siempre estamos contentos de la llegada al pueblo de gente nueva, ¿qué queréis tomar? Hay vino de Veracruz, whisky de Kentucky, y cerveza de Texas - Se queda mirando a la mujer, que te acompaña, aunque a ti tampoco te pierde de vista.

Traspasas la puerta y te encuentras con una cantina que supone un auténtico contraste con el exterior, así pasas de la claridad de la calle, en la que el brillo del sol ilumina todo el pueblo, así como sus esquinas, a un interior donde el sol no aparece por ningún lado; tampoco es oscuridad, pero sí que te das cuenta que las ventanas tienen contraventanas y éstas están cerradas o semi-cerradas con el efecto de impedir que tanto el sol como el calor accedan al interior, y la luz que hay dentro de la cantina proviene de las diversas lámparas de petróleo que hay diseminadas por todo el local, aún así, también hay espacios donde se permite a la luz natural entrar.

Según entras, en un lateral se sitúa toda una barra extendida, poblada por 2 vaqueros que se encuentran al fondo hablando y que no les parece importar tu presencia, así como también tienes al barman que sí que te mira - Adelante, forastero.

En lo que es el loca, aparte de la barra, también hay una serie de 10 mesas que se extienden por el centro y el otro extremo del mostrador. Si bien, la afluencia no es grande, hay repartidos 8 personas y 2 son mujeres.

Según entráis, el rum-rúm de las conversaciones hace alusión a cuestiones de si por culpa del tiempo habrá una malo cosecha, así como problemas con los indios más al norte, esas tienen su importancia, pero llega a tus oídos una que guarda relación con el motivo de vuestro viaje:

- "No me hace ninguna gracia llevar a ese tipo hasta Santa Rosa - Ni que fueras sólo, Sam, te acompañan 4 hombres bien armados y encima vas en un transporte blindado. Yo no me preocuparía - Pero ese tipo tenía una banda y si... - es más probable que os ataquen los indios jjajaja"

El militar que se encuentra en una mesa sólo, no habla pero sí que desde que has entrado no te ha quitado el ojo de encima.

Mientras Mcklein espera su bebida observa con el rabillo del ojo si hay alguna mesa con jugadores de póker para poder integrarse y tratar de obtener mas dinero.

Arthur se ajusta el sombrero discretamente y revisa uno de sus bolsillos para sentir el mazo de cartas amañadas para en la primera oportunidad poner en práctica sus habilidades com tahúr.

De la que entras al saloon y te diriges a la barra para pedir algo escuchas que en una mesa están hablando de la cosecha sobre la posibilidad de tener pérdidas por la falta de lluvia; en otra mesa están jugando a las cartas y las conversaciones son sobre el juego; en una mesa en la que hay dos vaqueros escuchas lo siguiente - No me hace ninguna gracia llevar a ese tipo hasta Santa Rosa - Ni que fueras sólo, Sam, te acompañan 4 hombres bien armados y encima vas en un transporte blindado. Yo no me preocuparía - Pero ese tipo tenía una banda y si... - es más probable que os ataquen los indios jjajaja

Dos cervezas, respondo al barman con una sonrisa, sentándome junto a Ellen, mirando con curiosidad todo el pintoresco lugar esperando que nos sirvan la bebida. Analizo mas detalladamente a los presentes en el lugar y sobre todos a los que necesitan gente para el trabajo que he venido hacer.

Cita:

Trato de localizar y evaluar especialmente de forma discreta a estos, haciendo que Ellen también se fije.

-Interesante... lo dejaré para después, en este momento necesito dinero rápido...- Arthur bebe de un sólo trago el whisky y se dirige a la mesa de juego, en cuanto terminan una mano y comienzan a revolver las cartas, busca un asiento vacío y se abre paso entre los perdedores que hayan salido de la partida (si hubiere, sí no, sigue esperando hasta que se abra un hueco.)

-Muy bien amigos... ¿De cuanto es la apuesta?.- Mcklein saca su baraja y la coloca a un costado del pequeño bolso con los últimos billetes que le quedan esperando poder tener una buena mano.

Te fijas y lo que ves es a dos hombres que están tratando el tema del transporte de presos, uno de ellos (el que parece nervioso) no lleva ningún tipo de arma al cinto, mientras que el otro lleva un revolver . Por las ropas, dirías que su interlocutor parece un ganadero por la ropa reforzada que utiliza.

El hombre que ha estado hablando tiene una edad de unos 50 años, si bien te fijas que sus manos son nervudas, así que, probablemente con independencia del factor edad se trata de alguien que aún conserva la suficiente fuerza, probable que sea el conductor de la diligencia o de carros. Mientras que el otro, si bien tiene una edad pareja, es alguien mucho más delgado y enjuto. 

Cuando notan que están siendo observados cambian de conversación y comienzan a hablar de las chicas de Santa Fe.

Hay hueco, se han marchado 2 jugadores de una mesa, aunque uno de ellos tan sólo para ir a la barra y traer una botella de whisky, aunque al final decide no volver a la mesa. Así que, sí, hay hueco.

- (hombre sin sombrero) - Adelante, caballero, siéntese. Estamos encantados que la partida tenga nuevos rostros. 

- (Señorita) - ¿De dónde es?

- (hombre sin sombrero) - Jugamos al póker, sin amigos y sin parejas, 5 somos y las cartas mandan, ¿baraja?

- (militar) - Con 2 monedas abrimos partida.

Puedes observar como el hombre con corbata parece ser el afortunado de la mesa, es quien más monedas tiene en su lado, mientras que el militar parece que no le está yendo muy bien. Los otros dos jugadores están más a o menos con la misma cantidad de dinero que tienes tú.

Con la cerveza en mano tras pagar las dos me levanto para sentarme en la mesa de esos hombres. Muy buenas caballeros, me pareció escuchar que tenían problemas de inseguridad... con quien debemos hablar para encontrar trabajo en ese transporte?, susurro para que ellos y Ellen puedan escucharme.

Cof, cof, cof - el más joven (el vaquero, no el conductor del transporte) se lleva las manos a la boca y empieza a toser, parece forzada, se levanta y se marcha.

¿Cómo ha dicho? - el otro, se te queda mirando, también le ha puesto una mirada de esas sorpresivas al otro con el que estaba sentado, cuando te has dirigido a ellos, así como cuando se ha ido el otro - ¿nos ha estado espiando desde la barra? - el tono no es precisamente muy amigable, vamos que no le ha sentado nada bien tu pregunta.

Luego se lo piensa mejor y rectifica el tono - Si quiere apuntarse al traslado, tendrá que hablar con el sargento Abrahms, es quien lo está organizando. Vaya a la prisión y pregunte por él, no creo que ponga reparo alguno.