Partida Rol por web

¡Madre!

¡Madre!

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05/04/2008, 17:08
Lubbi Kuu Takla

... me dijo que no volviera porque yo no era importante. solo mi hijo lo era ... dijo A'boro entre sollozos, los cuales cada vez eran mas intensos. Sus lagrimas se derramaban y se perdían entre la tierra que pisábamos y que formaba parte del suelo de la tienda.

Todas las dudas que me había planteado ese último día por fin tenían una respuesta, había acudido a hermano para pedirle consejo sobre A'boro, sobre que importancia debía tener sobre mi, y su respuesta había llegado, no a mi, pero se la había hecho saber a A'boro, y esta a mi. Hermano era sabio y listo, y me había extrañado que no tuviera una respuesta para mi, aunque toda duda había desaparecido.

Me quedé mirando a A'boro a los ojos, unos ojos que aún seguían llorando, unos ojos tristes, pero eran unos ojos que debían aprender a vivir de la forma en que se hacía en nuestra tribu. Ahora tenía mas claro que nunca cuales eran las preferencias que debía seguir ... aparté a A'boro con mis fuertes brazos dejándola a escasos centímetros de mi, aunque ahora no había ningún contacto entre los dos ... me la quedo mirando a los ojos, pero algo había cambiado en mi expresión, toda compasión había desaparecido, todos los sentimientos que antes me perturbaban habían huido, ya no estaban, sabía que debía hacer, o eso creía ...

-¡Mujer! dije en un tono de voz bastante grave y autoritario ... -¿Crees que voy a decirte algo diferente a lo que te ha dicho mi hermano? ... Si es así ... te equivocas. Mi hermano tiene toda la razón. El poblado requiere hombres fuertes, y nuestra criatura va a serlo, las mujeres en este poblado no sois importante, tan solo os debéis a nosotros, ¿no te había quedado claro? Lo único que te hace importante es la criatura que llevas en tu barriga, porque esta criatura será importante para el poblado, ¿lo entiendes?

Mi mirada a cada palabra que iba saliendo de mi boca se iba endureciendo, al igual que el tono usado en utilizarlas, ningún sentimiento de culpa como antes me acechaba ...

Ahora entiendo lo que me dijiste Padre ... tenías razón cuando me dijiste eso ... pensaba mirando al Cielo recordando el día en que me casé con A'boro. Padre me llamó y me llevo lejos de toda mirada, y lejos de cualquier oído. Me dijo que las mujeres eran peligrosas, que no debíamos caer en sus trampas. Eran brujas, y eran capaces de cualquier cosa para embaucarnos, lloros, palabras dulces ...

No debes caer en sus trampas Lubbi ... sino harán contigo lo que quieran ...

Unos interminables segundos habían pasado desde que le había dicho a A'boro lo que realmente pensaba, pero ella no había abierto boca, aunque seguía llorando ...

-¡Deja de llorar! le dije dándole la espalda ... -¡No debes desperdiciar fuerzas con lloros! Necesitaras todas tus fuerzas para que criatura llegue sana y salva a tu poblado ... ahora ... ¡Vamos! ¡Debemos partir! Con todo esto nos hemos retrasado ... no debemos perder mas tiempo ...

Cogí los bártulos que mujer había preparado con un poco de ropa y el trozo de tela para cubrirnos del Sol junto con la cuerda y me dirigí hacía la salida de la tienda donde cogí el arco, las flechas y la lanza que utilizaba para ir a cazar. Una vez allí me giro hacía A'boro y le digo ...

-¿A que esperas? ¡Vamos!

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07/04/2008, 08:23
Aboro kuu dabee

Mi corazón dio un vuelco al oír las palabras de mi marido. Mis lágrimas seguían cayendo.

las mujeres en este poblado no sois importante, tan solo os debéis a nosotros

Mi corazón acababa de caer hecho añicos sobre la tierra mojada con mis lágrimas, con sus últimas palabras...

Lo único que te hace importante es la criatura que llevas en tu barriga, porque esta criatura será importante para el poblado, ¿lo entiendes?

Miré mi vientre, la cabeza me latía, la respiración era entrecortada por los sollozos... entonces le volví a mirar. Pero él ya no me miraba, ni siquiera estaba cerca, estaba de espaldas, miré mis manos vacías, las que antes abrazaban a mi esposo. No tenía nada. Ni un ser al que querer, al que cuidar como Madre me enseñó. Ella siempre me decía que debía cuidar a mi Esposo pq sería el ser mas querido que podría encontrar. Pero se equivocaba. Me dijo que yo era importante pq era su hija y sería capaz de tener muchos hijos y también se equivocaba. Yo no era importante, solo mis hijos lo serían. Acabada de darme cuenta lo sola que estaba y lo poca cosa que era. Un golpe duro para mi en aquel momento. Pensé en lo que había hecho en la tribu Takla desde que llegué. Nada. Solo cuidar de Lubbi y engendrar un hijo. No había hecho nada más. Acaso sabía hacer algo más que engendrar hijos? Lubbi salía a cazar, daba su vida por mi y por el poblado. Yo solo era capaz de quedarme en casa y cocinar. Acaso eso no era capaz de hacerlo cualquiera? Yo no era importante, no sabía hacer nada. Solo llevaba un hijo en el vientre y nada más.

Sequé mis lágrimas y vi a mi marido coger las cosas para el viaje. Casi mecánicamente cogí las mias con bastante dificiltad, pues la barriga me impedía muchos movimientos. Además seguía teniendo pequeños temblores a causa del disgusto acontecido.

-¿A que esperas? ¡Vamos!

Intenté contestar pero mi voz se perdió en la garganta. Seguía con escalofríos y mi cabeza no dejaba de latir fuertemente, además el bebé no paraba de darme patadas en el costado que me dejaban un fuerte dolor.

Hasta él piensa que no soy importante!!! Me patea como lo haría Marido si no estuviera preñada. Oh! Madre! cuanto añoro tus caricias! tus abrazos diciendome que todo iba a salir bien!!! Acaso tu sabías que no soy importante y aún así me cuidabas??? Oh! Madre!! Que gran tristeza siente ahora mi corazón!! que larga es tu ausencia!!!

Salí de la tienda casi sin ser consciente de ello y caminé justo detrás de mi marido con la cabeza agachada mirando el suelo pero sin llegar a verlo y con la mirada turbada y nublada por las lágrimas contenidas. Mi enorme cuerpo se balanceaba con cada paso y se hacía casi más insoportable mi dolor. Ni siquiera el comenzar el camino de mi Ritual y volver a casa hacían que mi corazón pudiera quitarse la inmensa tristeza que lo envolvía ahora mismo.

Otro paso. Otro más. Una continua tortura para mi cadera y para mi alma...

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09/04/2008, 00:35
Lubbi Kuu Takla

Mis pasos discurrían tranquilamente por el largo camino que nos esperaba bajo el Sol que nos acompañaba y que en ningún momento nos dejaba atrás. Este ya hacía rato que había salido y iluminaba nuestro camino calentando el suelo que pisábamos en destino al pueblo de A'boro. El trayecto se hizo silencioso ... ningún sonido nos acompañaba, tan solo los pesados y torpes pasos de A'boro rompían el monótono silencio que se producía a medida que iba pasando las horas.

Mi estómago aún recordaba la suculenta cena que nos había deparado mi hermano antes de partir. Amo lo había dispuesto todo ... la cena ... y una respuesta para mi, una respuesta que tanto anhelaba cuando casi sucumbí al veneno de las palabras y los gestos de A'boro, pero ahora lo tenía todo claro, nunca mas iba a caer en sus garras y artimañas.

Después de toda la mañana andando sin girar apenas la cabeza para comprobar si A'boro seguía mis pasos, me detuve finalmente en unos espesos matorrales secos que formaban una especie de línea en el desierto ...

A partir de aquí es todo desconocido ...

Ese era el punto que mas lejos había llegado salvo el día al que fui al poblado de A'boro por su petición de mano, pero eso tan solo fue un día y casi ni me acordaba del camino. Esos matorrales definían el punto mas lejano que habíamos llegado de cacería, y como hoy, no había ninguna presa disponible ya que durante todo el camino me iba fijando si algún animal despistado se nos acercaba pero no fue así, la misma suerte de los últimos meses.

A partir de aquí era todo desconocido y no sabía ningún sitio en el que poder encontrar animales, seguramente a medida que nos acercáramos al poblado de A'boro habría mas presas, ya que ellos no tenían tanta escasez, pero si no sabía los sitios donde estos se escondían era como si no hubiera.

Finalmente me giré hacía A'boro, su rostro estaba cansado, y caminaba pesadamente hasta ponerse a mi lado, aunque su mirada no busco la mía, ni yo la suya, el uno estaba al lado del otro mirando al frente, con la esperanza de que nuestras miradas encontraran el poblado tan anhelado ... pero no era así ... tan solo desierto y al final las montañas ...

Una vez nuestros ojos perdieron toda esperanza dije sin mirar a A'boro ...

-Seguiremos un trozo mas ... aún no hace mucho calor ... dije a pesar de las gotas de sudor que empapaban mi rostro y descendían hasta el trozo de tela que cubría mi torso, el cual empezaba a humedecerse ...

-¡Vamos!

Seguidamente me puse a caminar de nuevo en dirección al poblado de A'boro ... siguiendo el camino del Sol el cual ahora se nos situaba justo encima y ni tan solo nuestras sombras nos acompañaban en el camino ...

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09/04/2008, 17:24
Aboro kuu dabee

-¡Vamos!

A'boro no le escuchaba en realidad. Solo seguía moviéndose por puro instinto de supervivencia. Esta bloqueada mentalmente. Su cabeza no podía pensar, estaba lejos de allí... muy lejos... muy lejos de su cuerpo sediento y hambriento, sudoroso y lleno de una nueva vida... lejos de aquel desierto caluroso y de aquel marido frío y distante.

No. ella no estaba allí desde que salieron del poblado. Sus ojos miraban el suelo para no tropezar, sus pies se posaban sobre la caliente arena uno detrás del otro, su pecho y pulmones respiraban el irrespirable aire cargado de arena y sedimentos, su corazón latía al ritmo de sus pasos... PUM... PUM... PUM...

pero A'boro no veía el suelo, ni sentía el calor que emanaba del suelo, ni la arena que llegaba a su nariz resecándola, ni siquiera sentía que tuviera un corazón ahora mismo que pudiera estar latiendo... porque se sentía muerta en vida.

y mucho menos escuchó alguna de las pocas palabras que dijo su marido durante el trayecto. Él se paró y miró algo, ella paró y se puso a su lado. pero no miró nada. ni a él, ni el lugar, ni el horizonte... cuando su marido continuó, ella le siguió, como si un cordel fino y transparente tirara de ella detrás de su esposo.

pero A'boro no sentía a su esposo cerca, ni siquiera cuando se pararon uno junto al otro... no desde la temprana mañana que él le habló de aquella manera tan fría y dura.

Según el ritual de su tribu, A'boro debería ir entonando diversos cánticos en honor a la Madre Tierra, para bendecir su ritual, su camino y para que le brindara sus bendiciones en forma de agua y comida... pero ella no podía articular palabra, ni siquiera pensar en su hijo ahora, mucho menos recordar cánticos antaño aprendidos. Debería ir recogiendo una serie de hierbas y objetos para su ritual, pero era incapaz de buscar con la mirada o de agacharse a recoger algo del suelo...

solo caminaba y respiraba... respiraba el aire cargado de tristeza y soledad, y caminaba tras el hombre que sus padres decidieron que sería para ella la mejor opción.

ni siquiera podía pensar en su Madre o su familia... su mente estaba completamente en blanco, ida de cualquier pensamiento terrenal.

PUM PUM PUM latido y paso, latido y paso... su cuerpo comenzaba a sudar y su boca a secarse. Pronto su estómago pediría ser llenado y sus piernas descansar.

Pero ni siquiera esas necesidades vitales podrían traerla de nuevo al lugar donde su cuerpo se hallaba luchando por sobrevivir.

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09/04/2008, 23:03
Lubbi Kuu Takla

Mis pasos cada vez eran mas pesados y a mis cansadas piernas cada vez les costaba mas levantarse del firme que cada vez abrasaba mas nuestros débiles calzados. Mi estómago empezaba a rugir ya que días atrás a estas mismas horas mujer tenía preparada la comida después de haber llegado de cacería ... pero hoy era un día diferente ... no había comida ... y no había ido a cazar, pero me sentía mucho mas cansado respecto a los días en los que lo hacía, quizás era el sol, quizás era mi estado de ánimo, pero me sentía agotado y hambriento ... quizás era nuestra mente quien nos hacía estar cansados ... el hecho de no saber cuando podríamos ponernos algo en nuestra boca ni de comer ni de beber hacía que cada vez me sintiera mas desesperado.

Una ligera brisa de aire recorrió mi rostro en ese momento, la sentí y la disfruté como si el mejor de los manjares estuviera servido delante mio, pero pronto se esfumó, y la sensación de bienestar que me produjo también.

Tenía la boca seca, hasta que finalmente decidí pararme justo al lado de un par de árboles lo suficientemente fuertes como para poder aguantar el peso de un trozo de tela colgado. Dejé caer los bártulos en el suelo arenoso y de uno de ellos saqué la cuerda y el trozo de tela. Colgué el trozo de tela de un par de ramas consiguiendo un techo de tela y dejé caer la tela por los laterales y la parte trasera formando un pequeño refugio del intenso Sol que nos acechaba. Até con las cuerdas el trozo de tela a las ramas para que el escaso viento no echara a volar nuestra improvisada casa y finalmente dirigí mi mirada a A'boro que permanecía callada observando como preparaba el refugio, ni siquiera dejo los bártulos en el suelo, aún los sostenía encima de sus hombros ...

-Descansemos un rato mujer ... hace demasiado calor para continuar ... dije secándome el sudor de mi frente con uno de los trozos de tela que colgaban de las ramas ...

-Cuando podamos ver el Sol de nuevo sin tener que levantar la cabeza continuaremos el camino ...

Me senté en el suelo apoyando mi espalda en el tronco de uno de los árboles. A'boro me miraba con cara de tristeza, no había dicho nada en todo el camino, y no parecía que ahora fuera a hacerlo, su mirada estaba perdida, y su mente también ... parecía que estaba sumida en sus pensamientos, los cuales seguro que no eran hermosos por el rostro que ahora mismo reflejaba ...

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10/04/2008, 08:22
Aboro kuu dabee

Marido se había parado y preparaba un refugio para el fuerte Sol que nos vigilaba imponente sobre nuestras cabezas. Por un momento, despejé mi mente y miré como preparaba todo. Volví por un instante al calor y al hambre. Pero al sentir la mirada y las palabras de Marido, volví a sumirme en una tristeza infinita, un agujero del que no podía salir.

Por qué? Por qué me hablaba como si nada... porqué si no soy importante necesita hablarme? para que? qué más le da que descanse o no? Qué le importa que me quede aquí de pie cargada bajo el Sol abrasador?? Qué le importa que caiga muerta aqui mismo si su hijo se salva? Qué le importa que llegue o no a ver a mi familia de nuevo?
Entonces pensé en ella... en la criatura que llevaba dentro. Miré mi barriga y la acaricié unos minutos. Estaba muy caliente, apenas estaba tapada del sol y estaba muy sudada. Mi niña... qué dura será tu vida cuando tu padre elija todo para ti... cuando te hable como me habla a mi... que triste será tu vida cuando no sientas el amor y el cariño de un padre.........................

suspiré. Tranquila yo te daré todo el amor que mereces... el de tu padre también... y te protegeré de sus duras palabras... y de sus frías decisiones... No temas hija mía. No estarás sola. Nunca estarás sola como lo estoy yo.

Me acerqué al improvisado refugio, mirando siempre al suelo y dejé las cosas dentro de la tienda al refugio de uno de los troncos. Despues me arrodillé y con las manos desnudas comencé a cabar un agujero en la arena.

Por un momento dudé si metía la cabeza en él, pero continué con la tarea que había comenzado a pesar de lo incómoda de la postura y el cansancio acumulado.

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12/04/2008, 09:42
Lubbi Kuu Takla

Mis músculos se relajaban poco a poco mientras estaba apoyado en el tronco de uno de los árboles que hacían de improvisadas estructuras principales de la casa que había improvisado para darnos cobijo del incesante Sol que nos acechaba desde que dimos los primeros pasos en dirección el poblado de A'boro.

Mi cuerpo había dejado de sudar levemente pero aún alguna gota de sudor resbalaba por mi rostro, pero lo que mas deseaba en estos momentos que resbalara, era un trago de agua que resbalara por mi boca, pero no era así. Me sentía sediento y hambriento, con la lengua intentaba limpiar mis dientes blancos en busca de un trozo de la cena del día anterior, algo que pudiera saciar mi intensa hambre, un hambre que no sabía cuando podría apaciguar.

A'boro estaba enfrente mio y empezó a cavar costosamente en el suelo, le costaba porque con su enorme barriga le costaba moverse, pero no hice ademan de moverme y de intentar ayudarla, la sonrisa de su rostro se había apagado, igual que sus canciones que llenaban de alegría y esperanza mi corazón, estaba triste, pero no debía caer en sus tramas perversas, Padre me lo decía siempre.

Da igual si mujer ríe o llora ... me dijo en referencia a un día que le pregunté porque Madre no dejaba de llorar y no reía como días atrás ... Da igual si ríe o llora Lubbi, mientras cumpla sus obligaciones da igual si lo hace cantando o llorando, tu tienes que tener siempre un plato en la mesa cuando llegues de cazar, y cuando quieras tener un hijo ella tiene que obedecer, así es la vida Lubbi, tu también tendrás obligaciones, y esas son velar por el poblado Lubbi ... recuerda estas palabras siempre ...

Padre tenía razón, debía velar por el poblado y por mi hijo, y nada impediría que esto fuera así, ni cuatro lagrimas ni el hecho de no poder comer y beber, debía conseguir mi objetivo ...

Sin decir nada continué observando que estaba intentando hacer mujer intentando descansar un poco para dentro de unos momentos ir en busca de algo de comer o de beber ...

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12/04/2008, 10:37
Aboro kuu dabee

Le escuchaba respirar costosamente. Pero me negaba a mirarle... sentía que si lo hacía volverían las lágrimas incapaces de ser paradas... y era un derroche de agua y de fuerzas. Ahora tenía que luchar por sobrevivir al viaje y al parto. Y era demasiado para mí. para mi sola.

Aún así me negaba a creer que el hombre que me abrazó esta misma mañana, que me cuidó durante 9 meses, fuera capaz de ignorarme y que no le importara como dijo con duras palabras.

Como pude pues fue sin levantarme y moviendome torpemente, saqué uno de los utensilios que llevaba conmigo, lo usé de pala para cavar mas adentro y con mejores resultados.

Estaba haciendo un agujero bastante grande y profundo y comenzaba a faltarme sitio, pero no quiería importunar a mi marido, aún así tuve que acercarme a él para seguir cavando.

Gotas de sudor bañaban completamente mi rostro y mi cuerpo, la poca ropa que llevaba encima se me había pegado al cuerpo y estaba comenzando a cubrirse de arena y tierra. Alguna vez me pasaba la mano por la cara para quitarme el sudor de los ojos, lo que hacía que me manchara la cara con la arena tostada del desierto. No estaba precisamente hermosa, pero era una mezcla entre atractiva y sucia. Lubbi me miraba sin moverse. Pero su mirada comenzaba a pasearse por mi cuerpo sudoroso y semidesnudo.

Por fin terminé mi tarea. Ah! suspiré. Miré el agujero, después de adecentarlo para su fin. Parecía mejor de lo que había pensado.

No tenía ganas de hablar, pero no quedaba otro remedio.

Me levanté y no me molesté en quitarme la arena de encima, sería inútil. Me acerqué a Marido y le tendí la mano, sin mirarle a los ojos, mi mirada estaba fija en mi mano.

No sabía qué decirle, sabía que mi voz temblaría y que terminaría llorando de nuevo. Así que respiré profundamente y miré a mi esposo intentando infundir calidez y respeto en mi mirada.

Parecía agotado física y moralmente. Y no le culpaba, mi estómago comenzaba a impacientarse, sin embargo, no creía que hoy pudiera calmarlo. Pero necesitaba que me viera como una persona, como un ser querido... necesitaba ser querida por alguien para que mi vida no estuviera vacía y sin sentido. Y puesto que tenía que vivir en el poblado de Lubbi por el resto de mis días... no me quedaba otra opción.

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12/04/2008, 11:25
Lubbi Kuu Takla

Finalmente A'boro se detuvo cuando termino de hacer el agujero en la tierra, algo que aún no sabía porque lo estaba haciendo, que forma de derrochar energía inútilmente pensaba ...

Se acerco a mi lentamente cuando una mirada suya sobre su cuerpo me hizo dar cuenta que su cuerpo estaba casi desnudo ya que la poca ropa que llevaba encima se le pegaba al cuerpo debido al sudor que recorría su cuerpo. Sus curvas que durante estos nueves meses habían ido crecido como sucedía con Madre al estar embarazada se marcaban en su ropa y se insinuaban claramente.

Me tendió la mano y me miró a los ojos, pero no pronuncio palabra alguna, ni su habitual sonrisa se mostraba en su rostro, tan solo una mirada de respeto con la mano tendida como esperando a que la aceptara a pesar de no saber porque motivo la tendía ...

Aunque su mirada permanecía en mi mis ojos de vez en cuando se perdían recorriendo su cuerpo, cuerpo que no había dejado de ser atractivo a pesar de estar embarazada.

-¿Que quieres mujer? le dije secamente al ver su mano ofrecida ante mi ...

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12/04/2008, 13:08
Aboro kuu dabee

Déjame calmar al menos tu calor y tu cansancio. Ya que no puedo calmar tu estómago ni el mio. dije con una voz dulce que convencería a las piedras de moverse.

Lubbi tomó mi mano y se levantó. Se dejó llevar aunque estaba intranquilo y dudoso, no entendía qué pretendía hacerle a él ni hacer con ese agujero. Pero por alguna razón se dejó llevar.

Le ayudé a bajar al agujero que le llegaba por más de la cintura, aunque la que necesitaba más ayuda para bajar era yo, pero aún así me las ingenié para bajar despacio mientras él me miraba desde dentro cada vez mas contrariado.

Le indiqué cómo debía sentarse, haciéndolo yo misma. Se forma que la espalda quedaba perfectamente acomodada en la mullida y fresquita arena de un lateral.
Sus piernas eran más largas que las mías así que no pudo estirarlas por completo. En seguida fui a remediarlo, cogí el utensilio y quité la arena que sobraba de sus pies. Después, fui apartando la arena sobrante de sus brazos y cabeza, de modo que quedó semitumbado con la espalda erguida y la cabeza apoyada en una almohada blandita y fresca.

Su mirada era un poema. Pero pronto comprendió que estaba muy cómodo y que ya no tenía calor.
Cogí mi bolsa en busca de más utensilios raros que él creía que nunca había visto, ahora estaba mucho más cómoda en aquel sillón hecho a mi medida, así que trasteaba en mi bolsa con mucha soltura. Al encontrar dentro una especie de maraña de hierbajos la saqué contenta, pues era lo que iba buscando. Encima le puse una especie de barro que tenia guardado en una tela. Me acerqué a Marido y comencé a frotarle las piernas con aquello, al principio era rugoso y raspaba un poco, pero luego aliviaba las piernas pues activaba su circulación e hidrataba la piel bañada por el inteso sol y torturada por el golpe continuo de la arena que flota en el ambiente.

Además cuando comenzó a oler lo que impregnaba sus piernas, comenzó a sentirse muy bien, más tranquilo, más relajado y más .... feliz... si fuera esa la palabra que ella usara... para él... simplemente fue... que se sentía bien.

Comenzó lo que él terminó por pensar que era un ritual, pues lo hacía en orden y cuando terminó una pierna, fue a la otra y después a un brazo y luego al otro. Una vez finalizado, untó con otro mejunge la esponja improvisada y comenzó con el torso y la espalda, el cuello y la cara. Mientras sonreía de nuevo como antaño y tarareaba dulces melodías en voz muy bajita para no molestar a su esposo.

Una vez hubo terminado de untarle, Lubbi que estaba algo aturdido por los olores tan fuertes que despedían su torso y cara, además del resto de su cuerpo. La vio como iba con un cuenco a llenarlo de la arena que había sacado de aquel agujero, la examinaba primero y luego comenzó a echarla por encima de sus piernas, en poca cantidad pero lo suficiente para cubrirselas por completo.

Después, le sonrió y le miró a los ojos, dulcemente, sin temor, con amor.

Puedes cerrar los ojos y descansar. Cuando despiertes te asearé y estarás fresco como el rocío de la mañana y volvió a sonreir.

Lubbi no cerró los ojos pero apoyó la cabeza y decidió que podría descansar así y ahora. Sin embargo, la curiosidad pudo con él y continuó mirando a su esposa.

A'boro comenzó con el mismo ritual que había hecho a su marido, comenzó a pasar la maraña de hierbas por sus delicadas y doloridas piernas, primero una, luego la otra. Curiosamente en ambas ocasiones comenzó por la pierna izquierda. Después el brazo izquierdo, el otro brazo. Y como hiciera con Marido, untó en otra esencia y siguió con su espalda... bueno... parte de su espalda... pues por mucho que lo intentaba con sus cortos bracitos no la abarcaba por completo. Cerró los ojos y entonando una dulce melodía, acarició y limpió su enorme barriga, cubriendola de un pringue pastoso y que por otra parte, olía a las mil maravillas... tan embriagador que Lubbi la miraba enbobado. A continuación, siguió con sus pechos, también enormes debido a la proximidad de dar de mamar a su primer hijo, y la cara... parecía tan feliz... disfrutando de aquel momento... que seguramente hubiera de haber disfrutado en la intimidad, pero por otra parte, se sentía más segura al lado de su marido, que aunque fuera frío y duro, la protegería con su vida de cualquier peligro que pudiera acecharles.

Mientras tarareaba y sonreía, pasaba su ungüento color verde y marrón por su dulce y pequeña carita, y cuanto más relajada se sentía más alegre sonreía...

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12/04/2008, 18:45
Lubbi Kuu Takla

Mis músculos de iban relajando a medida que mujer me iba pasando las hierbas que desprendían un aroma embriagador. Poco a poco mis ojos se fueron cerrando lentamente, mi corazón empezaba a latir mas lentamente después de observar durante unos instantes con deseo el cuerpo de A'boro ...

Después de terminar conmigo se sentó a mi lado y procedió el mismo ritual con su cuerpo, pero su enorme barriga la incomodaba, no se estaba relajando tanto como yo había hecho ...

Observé sus ojos mientras poco a poco iba recuperando la sonrisa y el rostro de alegría tan típico en ella. Finalmente mis ojos se cerraron, dejando paso a la mas absoluta oscuridad y tranquilidad. Hacía mucho tiempo que no me sentía tan relajado como hasta ahora, me sentía feliz y alegre, joven como hacía tiempo, fuerte y vigoroso de nuevo, pero algo me perturbo haciendo que mis ojos se abrieran de golpe ...

Una voz dentro de mi mente y una imagen clara de Padre me sorprendió cuando me dijo ...

Vigila con las mujeres hijo, son como brujas y te hechizaran con sus palabrerías y sus armas de mujer ...

Bruscamente me incorporé de un salto dejándola sola en el agujero mientras me la quedé mirando desde mi actual posición mas elevada, mis ojos habían cambiado por completo, no eran los ojos relajados que A'boro había podido ver cuando estábamos tumbados y ella hacía que me relajara, ahora expresaban temor ...

-¡Debemos seguir el camino mujer! dije con un tono de voz nervioso, sobresaltado, como si hubiera tenido la peor de las pesadillas.

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12/04/2008, 19:28
Aboro kuu dabee

El sobresalto de Lubbi me asustó. Me quedé mirándole con los ojos abiertos y el corazón en un puño.

-¡Debemos seguir el camino mujer! dije con un tono de voz nervioso, sobresaltado, como si hubiera tenido la peor de las pesadillas.

Los hombres eran extraños... nunca se querían dejar llevar por las sensaciones y los sentimientos, necesitaban tenerlo siempre todo bajo control. Aquello me hizo darme cuenta que desgraciadamente mi ritual nunca se llevaría a cabo y... no podría culparle, pues el no comprendería nunca su valor ni lo importante que era para mi.

Agaché la cabeza y subí costosamente del agujero. Miré fuera de la sombra que nos protegía. El sol estaba muy alto todavía, pero sabía que eso no sería una excusa ni una razón para no seguir, pues mi marido se había sentido ofendido o acosado por mis acciones y debía poner espacio por medio, a pesar de que no podría ser mucho pues debía cargar conmigo durante todo el camino.

Ah... suspiré... podía intentar convencerle pero sería ponerle más nervioso y más en mi contra. Por qué no podía relajarse y descansar hasta el anochecer??? No iba a hacerle nada malo. Qué podría hacerle yo?

Aún así me sentí mucho más fuerte tras la parte de limpieza del ritual. Intentaría continuarlo al día siguiente y sin Lubbi cerca o quizás... no. no creo que pudiera entenderlo...

Cogí mis cosas y me acerqué a mi esposo. Vamos Marido!!! después de este descanso seguro que tenemos de nuestro parte a Madre Tierra y encontramos algo de agua y comida. Sonreí de forma natural, como siempre hacía, sin forzar los labios que tenía manchados de barro. De pronto al ver a Lubbi con esa cara llena de barro y esos ojos aterrados entendí lo que había pensado de mi.

Jajajajajaja reí divertida y alegremente, mientras con un trozo de tela me acerqué a limpiar la cara de mi marido. Marido! qué habrás pensado? No soy una bruja, solo te he puesto unos ungüentos que usamos las mujeres para limpiarnos. No quería asustarte. Solo limpiar tu sudor y refrescar tu cuerpo. Están hechos a base de hojas y hierbas machadas. Tienes una cara graciosa con tanto pringue, la verdad que... no recuerdo haber visto a ningún hombre así. Al menos seguro que te sientes mucho mejor. Porque yo me siento así. Ahora tengo fuerzas para seguir caminando hasta que decidas que hemos de parar. No seré un estorbo. guardé la tela mirando la cara limpia de mi marido, y le volví a sonreír. Lamento haberte molestado. No volverá a ocurrir. dije inclinando mi cabeza en forma de reverencia. La próxima vez te preguntaré antes de hacer algo que no entiendas.

Recogió la tela que hacía de tienda y acercó las cosas de Lubbi a éste para que se las colocara en la espalda. Seguía sonriendo muy alegre. Su corazón parecía haber retomado fuerzas y vida.

Este viaje - proseguí hablando como siempre hacía cuando estaba contenta - es muy... cómo diría... inesperado. Creo que nunca hemos estado juntos y solos durante tantas horas como hoy. Me gusta estar contigo, me siento segura y protegida. Espero que... no quiso continuar... pues Lubbi no decía nada, no se movía y la miraba con cara extraña.

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13/04/2008, 21:56
Lubbi Kuu Takla

La habitual alegría de A'boro se reflejaba de nuevo en su rostro, pero por mas alegre que ella se mostraba yo me sentía cada vez mas perplejo y mas confuso, no entendía lo que estaba sucediendo, por mas que A'boro recibía un palo tras otro ella se mostraba cada vez mas feliz, y por si aún era peor ... se sentía orgullosa de compartir el camino conmigo, algo que no podía llegar a entender.

Sus llantos se transformaron en risas, y la pesadumbre que mostraba por la mañana después de hablar con hermano ahora se había transformado en el mejor de los ánimos ... quizás había entendido sus obligaciones, aunque lo dudaba completamente ...

No podía dejar de mirarla, su cambio drástico me tenía cautivado, no entendía el porque pero ahora me sentía mas tranquilo, como si me hubiera quitado un peso de encima. Me gustaba ver su sonrisa y a veces no llegaba a entender como Padre decía que era un arma para embaucarnos, para quitarnos todo lo que teníamos, hasta nuestra voluntad ... pero a mi me gustaba, mas que sus llantos.

Me gusta estar contigo, me siento segura y protegida. Espero que...

Esas últimas palabras me tenían intrigado ...

Espero que ... espero que ...

Deseaba preguntarle que era lo que esperaba, pero algo dentro de mi me decía que no debía hacérsela, seguramente esa parte era la que Padre me había inculcado durante años, demostrándomelo una y otra vez con Madre, Madre hacía todo lo que Padre le decía, sin rechistar y sin decir palabra, pero nunca había visto la sonrisa que ahora mismo tenía A'boro, salvo las veces que nos hacía jugar a Amo y a mi, pero nunca con Padre.

Empecé a ponerme nervioso, y mi pie empezó a levantar arena del suelo. Finalmente me dirigí hacía donde estaba atado el trozo de tela y la recogí junto con la cuerda haciendo de nuevo los bártulos. A'boro se había quedado pasmada ya que su respuesta había sido ignorada, aunque mi mirada había cambiado de nuevo, volvía a mostrar una mirada mas tranquila a pesar del hambre y la sed que cada vez se hacía mas intensa en nuestros cuerpos. Levanté la cabeza para mirar el Sol y este ya había bajado lo suficiente como para quedar a nuestras espaldas a la hora de volver a empezar el camino, me giré hacía A'boro y le dije con un tono de voz mas tranquilo pero con las mismas pocas palabras que anteriormente ...

-Vamos ... no podemos entretenernos ...

Nuestros pasos se reanudaron de nuevo uno detrás de otro, A'boro me seguía de nuevo, ahora nuestro ritmo era mas rápido que justo en el momento de parar, pero no tan rápido como cuando iniciamos el camino. Pero una duda aún recorría mi cabeza ...

Espero que ... espero que ...

Me preguntaba continuamente que era lo que esperaba, no tenía ni idea de a que podía referirse, pero seguro que era un truco de mujer de esos que decía mi Padre.

El solo poco a poco fue cayendo y eso se notaba en el ambiente, el cual cada vez era menos caluroso. Al comprobar como este empezaba a esconderse tras las lejanas montañas empecé a disminuir el paso buscando un sitio en el cual pudiéramos pasar la noche refugiados, un sitio donde los depredadores no pudiera encontrarnos, hasta que finalmente a la lejanía divisé un grupo de rocas el cual señalé con el dedo ...

-¡Allí!

No di mas explicaciones a pesar de que mis intenciones eran claras y evidentes, nos acercamos rápidamente hasta el lugar. Era un grupo de rocas áridas en el cual había un hueco en el interior suficiente como para que dos personas pudieran caber tumbadas, era el sitio perfecto para pasar la noche.

Deshice de nuevo los bártulos y saque el mismo trozo de tela para cubrir la parte superior de las rocas formando una especie de pequeña cueva en el interior, las rocas no eran muy altas por lo que se tenía que entrar de rodillas, lo hice y me aseguré que el trozo de ropa estuviera bien sujeto para que no volara con el viento de la noche, el cual era mas intenso que durante el día.

Salí de nuevo al exterior, A'boro se había sentado en una de las piedras que servían de improvisadas paredes, y tarareaba una canción mientras miraba su barriga y la acariciaba al ritmo de la canción, como queriendo bailar con la criatura que llevaba en el interior.

Cogí un par de matorrales los cuales servirían para hacer una especie de puerta en la cueva, los depredadores no podrían descubrirnos por la vista y el olor que desprendían les confundiría y no llegarían a olernos en el interior de las piedras. Una vez estuvo todo preparado me dirigí hacía A'boro como hacía cada día para pedirle la cena, pero hoy no había nada que llevarnos a la boca, ni tan solo una gota de agua, nada con que alimentar nuestros estómagos. Un pequeño haz de luz se mostraba en las montañas, la misma imagen de las montañas quemando que por la mañana se mostraba ahora en el lado opuesto, pero la oscuridad empezaba a dominar el cielo.

-Vayamos dentro mujer ... por hoy hemos andado suficiente ... le dije tranquilamente apartando los matorrales para que pudiera entrar en el interior ...

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14/04/2008, 08:31
Aboro kuu dabee

-Vayamos dentro mujer ... por hoy hemos andado suficiente ... le dije tranquilamente apartando los matorrales para que pudiera entrar en el interior ...

pero cuando se dio la vuelta para buscarme yo no estaba, y a simple vista no podía verme.

Estaba sumido en sus propios pensamientos y no se había dado cuenta que me había alejado sin avisar, sin hacer ni un ruido... me había desvanecido como si nunca hubiera llegado a existir...

Notas de juego

:P

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15/04/2008, 12:39
Hiena

Aboro había percivido algo que la impulsó a abandonar el lugar que se encontraba con su marido, perdida en su desesperación por encontrar algo de alimento, algo que había hecho durante cada día de su vida en la aldea. Buscar alimento para que su marido se mentubiera fuerte y de mente despierta para cazar. Cazar era lo más importante que había en el poblado, y después de dejar embarazada a una mujer claro está. La posición de un afareño subía con creces si él sabía cazar y había dejado preñada a su mujer con tan pocos días de diferencia con respecto al matrimonio, como había sucedido a Lubbi.

Lubbi era considerado un gran hombre en el poblado, no por ser el hijo de quien era, sino por sus cualidades como hombre. Sí, quizás le hacía falta un poco de sensatez, inteligencia o como quieran llamarlo, pero él sabía cazar, sabía donde encontrar animales, sabía el como, cuando y porque de todos los alrededores de la aldea, y traía comida en tiempos dificiles, y si para eso no hay que ser inteligente, que venga Alá y lo vea. Lubbi era inteligente a su manera.

Y cuando salió de la tienda improvisada y no ver ni rastro de su mujer se alertó, y más le alertó las pisadas que se encontraban tras los pasos que había descrito ella al desaparecer, bordeando las piedras que hacían de paredes. Lubbi se agachó y comprobó que las pisadas animales eran menos recientes que las de su mujer. Sí. Aún así, eran muy recientes, quizás de hace 20 minutos.

Las estudió y con un rápido vistazo descubrió con alarmisno que eran huellas de Hiena, y no sólo una, sino un par de ellas. Él sabía que normalmente se movían en manadas y que si había dos por aqui cerca, debía de haber más aún por los alrededores.

...

El gruñido de algo próximo a Aboro le llamo la atención, encima de un montículo de arena e iluminada por la poca luz que quedaba, se encontraba una Hiena moteada de un tamaño enorme. Desde la poca lejanía que la separaba de ella, saco los dientes y volvió a gruñir. Estaba ambrienta, al igual que el poblado, ellas no encontraban comida y ahora, había visto una suculenta cena, cena que no iva a dejar pasar.

...

El galo de la hiena y de otras dos que salen detrás del montículo llamó la atención a Lubbi.

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15/04/2008, 23:53
Lubbi Kuu Takla

Todo mi cuerpo se estremeció al comprobar las distintas pisadas que había en el firmamento. Primero me asusté por no haber visto a A'boro donde la había dejado sentada cantando una nana a la criatura que llevaba dentro, pero mas me asusté al comprobar como las huellas de A'boro seguían el mismo camino que otras mas pequeñas pero que eran fácil de reconocer ... ¡HIENAS!

Por las pisadas que pude contar debía haber al menos un grupo de tres hienas, pero sus pasos me hicieron ver algo mas debido a mi gran experiencia como cazador, estaban enfermas ya que sus pasos no eran uniformes como solían serlo en las hienas, animales listos sin duda, pero no era así, parecía como si arrastraran las piernas y seguramente todo esto era debido al hambre que debían padecer.

Seguí los pasos uno tras otro y parecía como si A'boro hubiera trazado la misma dirección que los de la hiena, parecía que buscaban lo mismo.

Un gruñido espeluznante me hizo levantar la cabeza fijando mi vista al frente justo en un montículo de arena. Allí había una Hiena la cual estaba rodeada de otras dos mas, la del montículo sin duda era el líder de la manada, como yo lo era de la mía y también solía dar el primer paso al frente al divisar una presa, una presa la cual no tenía ninguna duda de quien era y al afinar mas la vista el último resplendor del día me hizo descubrir que se trataba de A'boro, estaba paralizada y su cuerpo temblaba por completo al ver al animal que sin duda en un momento u otro la atacaría.

Estaba vencida, su enorme barriga le impedía moverse pero si no la tuviera tampoco lo hubiera hecho ya que estaba paralizada de terror al comprobar como la hiena la miraba con esa sonrisa característica suya, una sonrisa que mostraba todos sus afilados dientes, una horrible visión antes de que estos estuvieran clavados primero en una de las piernas como solían hacer y después las otras dos irían directas a la yugular, astutas y encima trabajaban en equipo, uno de los animales mas peligroso del territorio ...

La situación era crítica, era cuestión de segundos de que las bestias se lanzaran sobre A'boro, debía hacer algo pero era muy peligroso, pero entonces como había observado en sus huella me di cuenta que realmente estaban enfermas, les faltaba parte del pelaje ofreciendo aún una visión mas horrorosa si podía ser ... tan solo tenía una opción ... y no debía dudar en ejecutarla a pesar de la dificultad de la misma ya que A'boro podía salir mal parada ...

Cogí la lanza que llevaba colgada en la espalda y apunté sin dudar a la hiena que estaba encima del montículo, unos cien metros debían separarnos, debía precisar el golpe ya que si fallaba las bestias se lanzarían sobre mi sin dudarlo, y no era la primera vez que veía como estas criaturas se llevaban la vida de alguien entre sus afilados colmillos.

Mi respiración se detuvo para poder precisar mas el golpe y entonces un rápido y seco movimiento de brazo propulsó la lanza haciendo que esta siseara en el aire ....

¡ZZZZZZAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS!

El ruido de la lanza cortando el aire precedió otro espeluznante grito de dolor, la hiena había sido alcanzada de lleno y la lanza ahora estaba clavada en su cuello y luego en el suelo haciendo que la hiena quedara inmovilizada clavada en el suelo con la lanza atravesando su cuello.

Tan solo un grito y una entrecortada respiración de sufrimiento precedieron la muerte de la criatura bajo la atenta mirada de las otras dos que no sabían como reaccionar. Su líder había caído de forma estrepitosa y el miedo empezó a hacer mella en ellas, fue cuestión de segundos que arrancaran a correr cada una por un lado ya que su nexo de unión había desaparecido y ahora corrían despavoridas lanzando gritos al aire.

Todo había pasado, y por suerte nadie había resultado herido salvo la hiena que ahora yacía muerta justo en mis pies mientras recogía la lanza clavada en el suelo. La limpié en el suelo quitando todo resto de sangre y me la puse de nuevo en la espalda. A'boro aún no había reaccionado y no podía quitar los ojos de la criatura que ahora estaba muerta en el suelo.

Me quedé expectante de pie esperando una reacción por parte de A'boro, pero mi rostro a pesar de que todo había salido bien no denotaba precisamente una especial alegría sino todo lo contrario ...

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16/04/2008, 08:29
Aboro kuu dabee

Apenas podía moverme... un sonido tan horriblemente característico me había producido un escalofrío que me había dejado tan paralizada que ni siquiera mi corazón bombeaba sangre.

Miré hacia arriba pues estaba semiagachada recogiendo algo del suelo cuando todo ocurrió, sabía lo que iba a encontrar frente a mi pero aún así lo miré aterrada. Completamente pálida y paralizada.

¡HIENAS!

unas de las bestias más malas de aquel lugar y hambrientas, un peligro sin duda imposible de evitar en mi estado actual.

Quise gritar, correr, pero ninguna de las dos opciones llegó desde mi cerebro a mi cuerpo. Entonces... ¡ZAS! una lanza... un grito desgarrador... las otras hienas huyeron... pasó todo tan rápido que pensé que no había podido ni respirar desde aquello.

Entonces Marido me miró... no sé qué fue más aterrador, si la mirada de la hiena o la que Lubbi me estaba echando en aquel instante. Mi sangre se heló por completo. Si en algún momento del viaje había conseguido endulzar su mirada o su comportamiento, acababa de echarlo todo por tierra y con razón.

Las lágrimas comenzaban a amontonarse en mis ojos, pero esta vez no podían salir, era el momento de ser fuerte y aceptar el castigo que mi marido me impusiera por tal torpeza, que de estar sola habría significado mi muerte y la de mi hija no nata.

Avergonzada y atemorizada como nunca, agaché la cabeza en señal de reverencia y me arrodillé como hacen las mujeres de la tribu cuando esperan que su marido actúe asumiendo su culpa y su castigo.

No hizo falta decir nada, no había nada que decir. Fui una inconsciente, no estuve alerta, puse en peligro mi vida y la de mi hija, y en consecuencia también la de Marido. Ahora le debía mi vida, y eso lo arrastraría para siempre, siempre me lo recordaría. Si una vez pude pensar que era libre, ahora casada y debiéndole mi vida, jamás volvería a ser la misma niña rusieña y feliz que fui una vez.

Maldije mi mala suerte y mi mal hacer, pero ya no tenía sentido derramar lágrimas ni lamentarse. El mal estaba hecho y si bien esta vez podría librarme de un buen azote por mi estado, puede que la próxima vez no fuera tan afortunada.

Ni siquiera caí en que ahora tendríamos comida para varios días, mi estómago había enmudecido con el susto y solo mi corazón latía con fuerza y rapidez para recordarme que aún... y gracias a mi marido... seguí viva.

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16/04/2008, 15:43
Lubbi Kuu Takla

A'boro estaba arrodillada en el suelo dándose cuenta de que había cometido un grave error y ahora estaba completamente avergonzada por haberlo hecho, su rostro así lo expresaba y sus lagrimas a punto de derramarse también.

Pero su reacción no sirvió para aliviar el enfado que sentía por el hecho de haber puesto en peligro la vida de mi hijo, del primogénito de la tribu, el hombre que estaba destinado a ser el líder del poblado, y A'boro lo había arriesgado todo sin pensar en todas las consecuencias que eso contraía.

Capté su mirada que ahora miraba con deseo la carne muerta que estaba entre nosotros dos, la carne de la hiena que yacía muerta a nuestros pies pero en un rápido gesto le aclare que esa carne no era comestible. Esa hiena estaba enferma, y su carne no servía para comer a no ser que quisiéramos contraer su misma enfermedad. Pegué una patada a la hiena arrojándola a escasos centímetros de A'boro quedando esta justo enfrente de la criatura que había estado a punto de quitarle la vida por su insensatez.

Hundió la mirada en los ojos de la hiena observando sus afilados colmillos que ahora se veían perfectamente al tener esta la boca abierta, como si se estuviera aún riendo de A'boro.

-¡ERES UNA INSENSATA! grité haciendo que mi voz retumbara por todo el desierto, un grito que asustaría al mas valeroso de los hombres ya que mis ojos parecían a punto de explotar.

-¡¿SABES LO QUE HAS ESTADO A PUNTO DE HACER MUJER?!

A'boro no se atrevía a levantar la mirada para no mirar mis ojos furiosos, una furia que ella aún no había visto en mi, ni tan solo esa misma mañana ...

-¡MI HIJO! ¡HAS ESTADO A PUNTO DE MATAR A MI HIJO! ¡INSENSATA! ¿TE CREES QUE HEMOS VENIDO DE PASEO?

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16/04/2008, 16:31
Aboro kuu dabee

Los gritos de Lubbi sonaban en el desierto y retumbaban en mi cabeza. Insensata! Insensata! Hasta Padre me habría reñido, esta vez había puesto en peligro 3 vidas. Lo merecía.

Escuchando sus gritos y mirando fijamente los colmillos de la hiena, una sensación de temor y de tristeza recorrieron mi pequeño cuerpo. Y por un momento en mi cabeza se volvió todo negro y silencioso.

A'boro se desplomó hacía un lado inconsciente. El susto y el peligro que había corrido hacía mella en su cansado cuerpo, además el sentimiento de culpabilidad y los gritos de Lubbi no hicieron sino empeorar la situación. Todo un dia de viaje sin apenas descanso, sin agua y sin comer hicieron que su cuerpo no pudiera aguantar más y se desmayara.

Al caer su cuerpo al suelo, de la mano se desprenden jugosas raíces que A'boro había recogido para poder darle a su marido una cena lo más apetecible y consistente posible. Ya que desde lejos divisó la planta que tan bien conoce y alegre por su hallazgo bajó la guardia y se alejó sin avisar a su Marido, lo que desencadenó lo anteriormente descrito.

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16/04/2008, 22:25
Lubbi Kuu Takla

La noche cayó sobre nuestras cabezas que estaban cubiertas por el trozo de tela y rodeados por un grupo de piedras, mientras que la puerta presidía un grupo de matorrales que desprendían un olor suficiente como para que los animales no olieran ni vieran nuestra presencia.

A'boro aún seguía inconsciente sobre la arena pero con un trozo de ropa doblada que le hacía como cojín. Llevaba un buen rato en ese estado, en parte tenía suerte porque al estar así no sentía el hambre y la sed que estaba sintiendo en esos momentos. No nos habíamos podido llevar nada a la boca desde el día que partimos y mi estómago ya había dejado de rugir, ya se había acostumbrado a la falta de alimento. Mis labios empezaban a agrietarse al no poder haber sido mojados por nada líquido y apenas me quedaba saliva como para poder enjuagarlos.

Me sentía cansado y agotado, el intenso calor del día y el esfuerzo de caminar todo el día entero me empezaba a pasar factura. Atrás había quedado el masaje que me había proporcionado A'boro y que había conseguido relajarme al menos por un momento.

Mi vista de vez en cuando se me nublaba y me obligaba a apoyar las rodillas y los brazos en el suelo, mis fuerzas estaban al límite y por primera vez en todo el viaje empezaba a dudar que lograríamos nuestro objetivo.

Pero A'boro seguía dormida plácidamente, con su respiración pausada y acompasada, pero no había hecho un solo movimiento desde que se había desmayado justo enfrente de la hiena que estuvo a punto de arrebatarle la vida. A pesar de no realizar ningún movimiento la criatura que llevaba en el interior si que los hacía por ella, notaba como se movía en el interior de la barriga de A'boro, se acercaba el momento de dar a luz y la criatura se estaba impacientando.