Partida Rol por web

La muerte se observa nuevamente leyendo el libro.

Y así fue como todo comenzó, mi entrada pudo ser mejor he de decir, pero...dudo que a ellos les haya sorprendido en realidad. Dice a todos los oyentes. Pero sigamos con la historia...

Fue entonces que todos los entes del mal, pecados, vicios y maldiciones aparecieron en el Paraíso de Eva, el lugar donde ganó la serpiente y ganó el mal en primer momento, lugar que en estos momentos está ausente de cualquier creador, pues este se marcho hace tiempo.

Un lugar natural que tenía todo lo que el hombre y los entes añoraban. Un lugar que algunos vicios y pecados les causaba asco  dado que deseaban corromperlo.

Básicamente en el lugar había de todo, y cada ente no había perdido su poder. Lo que deseaban lo tenían. Si imaginaban una silla, esta se presentaba ante ustedes.

Un lugar especial. Un lugar que ya conocían de antes, pues estas luchas ya se habían hecho.  

Saben que es lo que viene. Dice la Muerte. Entre ustedes esta la luz y también la oscuridad. En tiempos pasados perdieron esta lucha, y nacieron algunos dioses, Mitra, Buda, Jesús, krishnamurti y otros mensajeros. Han logrado que no lleguen más, pero hoy la batalla es especial.

Dice de manera solemne-

Esta vez viene en camino un gran Avatar, pero solo esta pelea le dará la llave para llegar al mundo. Si ganan, el mundo seguirá siendo de ustedes, si pierden perderán poder.

Mira a todos –

Pero  no morirán totalmente. Quienes partan a “La nada” podrán comunicarse con los del paraíso, si su receptor esta en ambos mundos. Algunos que se vayan pueden volver.

Los seres de luz están entre ustedes, y ahora comienza este juego.

Y dando una vuelta la muerte desaparece, dejándolos solos en este lugar.

Pereza se encontraba bailando, aunque conocía a la perfección los desvaríos de Locura, se había habituado a ellos.

La Muerte llegó y ella sí se detuvo, aunque Locura insistía en continuar. Miró a la Muerte con una sonrisa y escuchó atentamente sus palabras. Era el momento. Lo único que ella lamentaba era que perdería la paz que sentía hasta ahora. Tendría que trabajar arduamente después de tantos años cómoda.

Al ser transportados, Pereza sólo asiente y observa el lugar al que han llegado. Es un lugar hermoso pero no le trae muy buenos recuerdos. Para ella es más difícil que una persona en un ambiente de estos tome un móvil y se pierda de su familia. Suelen pasar el tiempo en familia o disfrutar de su compañía. Cosa que a la mujer le era de lo más molesto. Aunque en ocasiones, los niños le daban momentos de diversión.

Pereza mira a todos los presentes y les dice - Hermanos y hermanas, sabíamos que este día llegaría - su tono es calmo como una canción de cuna y sus palabras impecables. Su porte hacía que fuera respetada, incluso por los más hostiles - Debemos asegurarnos que este nuevo Avatar no llegue a la tierra. Además, debemos analizar los movimientos de todos y descubrir quiénes han cambiado de bando. Es indispensable lograr esto. Todos hemos hecho muy bien nuestro trabajo por años y ahora es momento que mostremos qué tan bien lo hemos hecho - camina con suavidad y elegancia entre los presentes. No le gustaban las multitudes pero sabía que era respetada, así que trata de no permanecer muy junto a todos para poder observar sus reacciones con detenimiento. Extiende su mano y aquella bebida que había dejado en el bar aparece en su mano, la termina y vuelve a desaparecer el vaso.

Culpa se tapó los ojos molesta por la cantidad de luz que había en aquel nuevo emplazamiento. No la gustaban los sitios abiertos y felices. Aunque este en especial tenía un... sí, el remordimiento y la culpa se respiraba en el aire. Aspiró hondo y se detuvo a pensar en la palabras de Muerte.

A Ira sólo le dio tiempo a volverse cuando La Muerte llegó al Bar Infierno.  Sin duda alguna de todos sus hermanos y hermanas Ira era el que más conocía a muerte. Generalmente sus juegos macabros terminaban con la presencia de aquel ser oscuro.

Su pecado surgía en las almas de los hombres como un fuego extraño. Los hacía hervir y explotar en arrebatos de súbita violencia. Unos escasos segundos de fuego abrasador que, generalmente acababa con otro ser humano herido y que, en muchas ocasiones, terminaba con La Muerte recogiendo los pedazos de almas que no sabían cómo ni porqué se encontraban con un ser oscuro susurrándole al oído que debía acompañarle....

Sin embargo no esperaba a La Muerte aquel día, al menos, no tan pronto. Ira pensaba que aquello era una reunión de hermanos y hermanas para ponerse al día y, por tanto, no tenía intención de corromper a los seres humanos del local. Al menos no tan pronto...

Las palabras de La Muerte resonaron en su cabeza y cuando quiso darse cuenta estaba en el Paraíso. Un lugar prácticamente vetado para Ira, un lugar donde su pecado no era nada pues allí nunca fue... Tuvo que esperar a Caín y a Abel para poder desatar su poder sobre ellos... más Adán y Eva jamás fueron afectados por su poder...

Miró a sus hermanos y hermanas con incredulidad. ¿Un nuevo Avatar? Escuchó las palabras de Pereza y asintió.

Pereza tiene razón. Ya hemos hecho esto otra veces y redordar cual es el resultado si fallamos. Cada vez que hemos perdido se ha dado a luz a un nuevo Dios y ya sabéis todos lo que eso significa.... Esperanza para los humanos. Les hacen creer que todo es posible y les ponen en la senda de la moral y la rectitud haciendo nuestro trabajo mucho más difícil sino imposible.... ¿Cómo puedo imbuir de ira los corazones de la gente si por ejemplo Jesús les dijo a sus discípulos que pusiesen la otra mejilla?

Gula se levantó de la mesa para seguir a la muerte, no le gustaba que les dirijiese hacia una gran luz, pero tenía una tremenda curiosidad por saber que tipo de comida tenían en el paraíso.
Callado escuchó a Pereza, era cierto que tenía mucha razón, pero no iba a ser facil saber quienes de ellos se habían cambiado de bando.
-Lo que está claro es que según la muerte algunos han cambiado al lado de la luz, pero ¿cuantos?, hay que estar atentos, no podemos dejar que acaben con nosotros. Bastante me cuesta ya luchar contra la locura de lo saludable que está tan de moda, cada vez menos gente disfruta de forma auténtica con la comida. Si ahora viene a salvarles otro de sus dioses no se que coño voy a hacer.
 

Locura mira a su alrededor y escruta el horizonte. A su lado se materializan unos prismáticos que desaparecen tan rápido como habían aparecido. Agentes del bien? Debemos descubrirlos a toda costa! Farfulla mientras una lupa se materializa en sus manos. Luego una segunda, y una tercera. Locura acerca todas a las lupas a uno de sus ojos y observa a Gula, que casualmente se encontraba cerca de él  Eres tu uno de ellos? Dice mirándole a través de las lupas. Sin esperar respuesta se acerca a Impunidad y tras mirarle a través de las lupas le pregunta Eres tu uno de ellos? Entonces un bombín de época aparece sobre la cabeza de Locura que, sin esperar respuesta por parte de Impunidad, sigue pasando entre sus compañeros. Eres tu uno de ellos? Eres tu uno de ellos? Eres tu uno de ellos? Eres tu uno de ellos? Eres tu uno de ellos? Eres tu uno de ellos? Eres tu uno de ellos? Eres tu uno de ellos? Eres tu uno de ellos? Eres tu uno de ellos? Eres tu uno de ellos? Eres tu uno de ellos? Hasta que por último se para delante de Culpa y grita jubiloso ERES CULPABLE!.  Las lupas y el sombrero desaparecen mientras Locura se tira al suelo y patalea muerto de risa. Su risa histérica se silencia de golpe y desde el suelo entorna los ojos y murmura Nos observan, están aquí, entre nosotros… Locura se levanta del suelo con semblante serio y sacude levemente sus ropas que empiezan a cambiar de corte y aspecto y color constantemente.

Sigo con la mirada la performance de la muerte desde que hace su aparición en el Infierno hasta que nos deposita en este pantanal lleno de mosquitos que los humanos llaman Edén mientras nos recita versos de algún puto libro olvidado y que me importan tres pares de cojones.

- Pfffff, escoria miserable. Mierda de sitio - digo mientras invoco un butacón de cuero de rinoceronte en el que me siento y una mesa de marfil sobre la que apoyo los pies en alto.

Junto a mí aparece una chimenea y bajo el butacón y la mesa, una piel de oso polar.

Poco a poco, voy convirtiendo el entorno cercano que me rodea en algo más apropiado para mi estatus. Poco a poco, la verde hierba del jardin y sus coloridas plantas van dando paso al despacho de un auténtico tiburón empresarial sin escrúpulos y de aficiones oscuras.

Tras la alfombra, un aguila calva disecada aparece sobre la chimenea, y la cabeza de un guepardo pende sobre una pared invisible a mi lado.

- Esto empieza a estar mejor. - un monitor de registro del valor de las acciones en el mercado se materializa en una mesita auxiliar, y un gráfico de despidos de empleados aparece en la otra mitad de la pantalla. Ambas curvas crecen exponencialmente. - Mucho mejor. -

Finalmente, una botella interminable y un vaso. Un paquete de tabaco, y una bandeja-espejo con una tarjeta de oro y un gran montón de coca a un lado.

- Perfecto -

Alzo la mirada hacia el resto de pecados.

- Entonces. - Comienzo poniendo cara de desprecio ante la idea de que hay traidores entre nosotros. - ¿Quién de vosotros es el puto topo? -

Odio escucha la descripción del magno evento al que la muerte ha traído a todos y sonríe que mejor lugar y situación que la actual para generar su razón de ser, la sustancia donde recrearse.

Invoca un cómodo sofá de piel y se presta a observar a cada uno de los asistentes para ver como reaccionan ante la noticia recibida.

- Está claro que todos  tenemos un gran interés en descubrir quien de los presentes es un traidor a la causa. Sobra decir que todos tenemos grandes motivaciones para impedir la llegada de ese aguafiestas. Os propongo que deberíamos luchar contra nuestra naturaleza- Con una sonrisa de resignación- en la medida de lo posible. Para empezar amigo Soberbia, yo no buscaría a un topo, Ella ha dicho "Los seres de la luz..." se podría decir que comenzamos vendidos, pues no sabemos cuantos traidores alojamos entre nosotros.

Lujuria parpadea ante la cantidad de luz que hay de repente. Mira a su al rededor, no le gustaba nada el Paraiso, todo tan puro y poco lujurioso. Escucha atentamente a Pereza e ignora a Locura cuando este le pregunta si es culpable.

-Exacto, creo que lo primero sería saber cuantos seres de luz hay - se sienta en el reposabrazos del sofá de Odio.

La muerte no le caía excesivamente bien, trabajaba para todos los bandos, morían tanto buenos como malos y la duda no estaba tan bien cuando le asaltaba a él mismo. Y lo que dijo era peor aún.

-Así que esta vez Chisme ha acertado- en realidad estaba sorprendido pues creía que su hermano se inventaba casi todo- Creo que sí, lo mejor es decidir cuantos capullos se han pasado al bien. Y por supuesto, luego tendremos que hacer algo con ellos... nada bonito.

El mal era tan divertido que era raro que algunos se pasaran al bien, y es cierto que todos eran despreciables, pero no tanto como para traicionarse. Pero parece que se equivocaba, algunos han llegado a este punto, ahora la duda estaba en quien o quienes.

Impunidad seguía bebiendo de aquella copa que no era suya, observando a sus semejantes con indiferencia cuando llegó Muerte. Suspiró contrariado, aquello no podía significar nada bueno, aunque ellos no pudiesen morir, si que podían desaparecer. E Impunidad no estaba acostumbrado a verse afectado por los hechos, así que cuando Muerte les llevó al Paraíso, al principio, se puso de mal humor.

¿Seres de luz, eh? dijo para todos. Pues menuda tontería. ¿Porque alguno de nosotros iba a querer que llegase un nuevo Avatar a la Tierra? Eso nos anularía.

Impunidad se quedó callado y reflexionó unos momentos, Locura seguía siendo el mismo, al fin y al cabo, no paraba de hacer el chorras. Cuando se dirigió a él, Impunidad estuvo apunto de arrearle un puñetazo y de introducirle aquellas lupas hasta el cerebro, o lo que fuese que tuviese.

No obstante, siempre ha habido alguno de nosotros que no estaba muy de acuerdo con como desarrollábamos nuestra existencia, ¿no es así? dijo mirando a Culpa, que era de los que había permanecido callados.

Entonces imitó a su gran amigo Soberbia. Soberbia le caía muy bien. Había trabajado juntos en alguna ocasión, aunque él fuese incapaz de admitir que había hecho algo en compañía de nadie. Materializó ante si un gran puro y lo encendió, aspiró su magnífico humo y se paseó entre sus hermanos, llenando el ambiente de un pesado humo denso.

Impunidad empezó a recordar que aquel sitio le gustaba, al fin y al cabo, aunque no fuese uno de los Pecados Originales, aunque no fuese uno de los primeros, si que su primer gran trabajo lo había realizado en aquel lugar. Recordaba perfectamente como había sido Adán el que había cogido la manzana, como el hombre se había empeñado en aquella fruta, y como había culpado sin preocuparse ni un momento a su querida Eva.

Suspiró nostálgico mientras fumaba, recordaba aquellos primeros momentos, habían trabajado bien, les gustaba aquello que hacían, siempre habían disfrutado de hacer aquellas cosas aunque en los últimos tiempos se hubiese vuelto un poco más tedioso, como decía Gula, debido a la evolución de los humanos.

Seres inmundos... murmuró Impunidad al recordar a los humanos.

Hablad, dijo dirigiéndose a todos los Entes acabemos con esto rápido. Decid quién de vosotros os habéis dejado arrastrar a la Luz, y todo acabará rápido .

Observo entrar en "El Infierno" a la muerte ataviada de negro.  
Tan aburrida y monótona como siempre...

Nos habla de algo relacionado con la muerte de todos nosotros, el fin de lo que conocemos y no se que otras cosas, perdí el hilo de la conversación al de un rato.

No es que no me importe morir o desaparecer, pero llevamos haciendo esto toda la existencia, que necesidad hay de complicarlo así...

Nos vemos de repente en un nuevo lugar, ¿el paraíso ha dicho? puede ser, algo de Eva y la serpiente, si, debe ser el paraíso.

Bueno, por suerte he traído conmigo el taburete, a barra y mi chupito.
Me doy cuenta de que la botella no ha venido conmigo.... suspiro decepcionado.

- Habrá que encontrar a esos traidores y terminar rápido con esto, tengo cosas mejores que hacer...
Creo que lujuria tiene razón, igual deberíamos averiguar cuantos...

Digo con todo cansado mientras me acerco el chupito vacío al ojo, intentando sacar más con la mirada.

Avaricia sonrió a Soberbia, siempre le había gustado su estilo. Aunque ella no tenía nada en contra de las tierras hermosas. La tierra, fertil, exuberante, había sido el principio. La primera forma de posesión. Hasta las ratas creían poseer la tierra.

Sin embargo el paraiso le recordaba a su infancia (si es que alguna vez tuvo de eso). Avaricia se perdió en los recuerdos. Aquel fue un gran triunfo, ellos aún eran débiles, pero la astucia venció. La astucia volvería a vencer, del mismo modo en que aquella vez. El deseo de poseer, de saber siempre había sido muy fuerte.

Materializó una ventana soleada en medio de aquel despacho, y bajo él un sillón con una mantita. Nunca había tenido edad para estar trotando de aquí para allá.

Estudió a sus compañeros, algunos de ellos siempre habían tenido menos claras sus tendencias, a veces recibían ofertas que les hacían creer que serían más fuertes, que conseguirían más poder. Ellos no eran altruitas.

Descartó  a todos los grandes por el momento. Y se centró en los más jóvenes Duda, Locura, Obsesión, Culpa, Indiferencia, Desesperanza, Vanidad, Burla o Ruina.

-¿Qué creiais que ibais a conseguir cambiando de bando? ¿Que os iban a dar algo a cambio?- Rió. Lo triste es que aún no fueran conscientes de como funcionaba el universo. Aunque no sabía por qué se extrañaba, aquello era una guerra perpetua. Como si las cosas cambiaran de algún modo en la tierra. Eran más de lo mismo.

Eso sí, a ella nadie le secaba del juego.

Egoismo comenzó a afirmar con la cabeza una vez se encontró en el Paraíso. No era su lugar ideal, quizás demasiado sol, pero si es cierto que era bastante... bueno. Podía tener todo lo que quería y además estaba el asunto de Eva. Primera en demostrar su propio egoismo, con la manzanita y eso. Sonrió.

El nombramiento de un nuevo dios, mesías, llámalo X le daría bastante igual de no ser porque su poder se iría al garete. Aquello no le gustaba nada, aunque sabía que el egoismo como tal nunca desaparecería. Hasta los niños, que eran las criaturitas más inocentes, mostraban ese lado cuando querían hacerse a toda costa con un juguete, aunque fuese de otro niño, qué decir si era de su propiedad, que entonces no había quien se lo quitase de las manos.

- ¿Y cómo pensáis descubrir a los chaqueteros? -Pensó que le apetecía una manzana, y esta apareció para él en su mano. Sabía que era tan solo una metáfora, pero le gustaba.- Ya sabéis que a mi que el mundo se vaya a la mierda me importa tres pimientos, pero aquí estamos hablando de perder poderes -de perder MI poder, más concretamente.- y eso no se puede permitir, así que aquí estoy dispuesto a patear culos. -Le dio un mordisco a la manzana.

La Muerte no le permite saborear el momento de haber lanzado aquella bomaba entre los suyos. Su entrada arruina el momento. No ha tenido tiempo de ver cómo se lo toman sus camaradas y por ende, no ha llegado a ninguna conclusión valedera, que pueda darle una pista sobre la máscara que llevan los traidores.

Sí, sus propios compadres los están traicionando. Nuevamente, la palabra ironía, en letras grandes y brillantes se prenden en la cabeza de Chisme, que al estar dentro de aquello llamado Paraíso, terminan flotando altas en el cielo, visibles para todos los presentes.

-Ya ven, aquí estamos, con "traidores" dentro de nuestro propio bando. No es que seamos amigos o tal, pero todos estos años hemos trabajado para hacer del mundo un lugar peor y ahora, cuando las papas queman y la amenaza de un nuevo pacificador asoma en el horizonte, hay ratas que, prestas, abandonan el barco...- da una última calada al cigarrillo que tiene en la mano, ya que el paso al más allá lo ha consumido casi en su totalidad, y arroja la colilla sin contemplaciones contra unas flores silvestres, para luego clavar el taco de su bota. Aquel lugar apesta. No hay humanos a los que susurrarle al oído, no hay talk-shows ni noticieros sensacionalistas. Sólo un grupo de Vicios sin nadie a quien viciar, la amenaza de la inminente salvación de la humanidad y... traidores. -Puta ironía.

-Esos putos traidores deben morir. - dijo Intolerancia tras escuchar las palabras de la muerte y, posteriormente, las de sus "compañeros". No tenía mucho aprecio a ninguno de los allí presentes, pero los traidores eran una de las -muchas- cosas que odiaba a muerte. - Y algunos de vosotros también deberíais palmarla, pero eso podemos dejarlo para luego. - ¿Por qué tenía que colaborar con aquella gentuza?

Cuando Muerte entro en el infierno una sombra de incertidumbre cruzo el perfecto rostro de vanidad, no le gustaba ese ente, habitual mensajero de grandes cambios cuando ella estaba tan bien. Y además representaba su fin, pues toda vanidad acaba en la proximidad de la muerte.

No tardo el ente en demostrar lo acertado de su inquietud al transportarles al paraiso para un nuevo enfrentamiento entre el bien y el mal. El paraiso no era lugar adecuado para Vanidad, la luz natural no le sentaba nada bien, allí su perfección parecía algo artificial y fuera de lugar

-pero esta lucha no es opcional por supuesto- murmura con fastidio mientras se muevo languidamente entre los otros, que empiezan, por supuesto a hacer preguntas tontas y acusaciones sin sentido. Como avaricia que se dedica a acusar a los que parecen mas jovenes que ella

-querida por favor, deberías hacer equipo con Locura, los dos lo hacéis muy bien-

Finalmente se siento en el brazo del sillón de cocodrilo de Soberbia, un lugar mucho mas adecuado para ella que materializar su propio mobiliario. El de mujer trofeo es un papel que tampoco le va muy mal, y Soberbia es de la clase de hombres que disfruta de un detalle así

-cuantos son, y quienes son. No es algo que vayamos a descubrir con facilidad, ni a la primera. Los seres de luz se han mostrado muy astutos y combativos en otras ocasiones. En los últimos enfrentamientos perdieron y el mundo llego a ser el pozo corrupto que tanto amamos, pero no debemos confiar en una victoria fácil. De momento mejor estemos atentos, puede que ahora mismo estén intentando pasar desapercibidos entre nosotros-

Desde mi posición elevada miro a mi alrededor, buscando a los pecados que se mantienen mas apartados en un momento como este

Aparecí entre las sombras, como disfrutaba hacerlo y ver como los corazones de los demás se estremecían día sí y día también pues el miedo era algo eterno y hasta cuando los mortales y los inmortales decían haberlo superado siempre seguía ahí, en un eterno letargo pero que no duerme para siempre.

- Debemos cazar a los traidores, pues ellos son los que de verdad deben saber lo que es el miedo.