Partida Rol por web

Al ir a dejar la chaqueta pasó deliberadamente cerca de Fía acariciando suavemente su trasero con disimulo. Antes de pasar de largo le pellizcó suavemente una nalga.

Alex propone un tema interesante pero del que ahora mismo no me apetece ni dedicar un pensamiento: Gossip Girl y esa ilusión de omnipresencia que, cuando estás haciendo algo arriesgado, hace que mires más de una vez atrás por encima del hombro.

Lo que me parece adorable es que a estas alturas todavía piense que nos responsabilizamos tanto de la reputación de nuestros padres. Es un rasgo que entiendo ya absolutamente británico o de esos apellidos que llevan en suelo americano desde que bajaron del Mayflower o cualquier otra barquita apestosa en la que les echaran de la Patria Madre.

— Mira Alex, yo suelo decir que si lograste pillarme en una situación en la que no quiero ser vista es culpa mía, no tuya. Al menos así lo hacemos en Hollywood —y brindo por ello. Es lo justo, además de una excusa más para seguir tragando de mi combinado.

Igual que para Shirin es excusa su ron piña para agitar el calor veraniego hacia los pesados trajes de Alex y Axwell, y para ponerse detrás de mí, asumo, para que la perree a ella. ¿Quejas? Ninguna. Yo me río más que encantada, y alentada por sus ánimos muevo mis caderas algo más deprisa porque puedo.

— ¡Si vais a tiraros a la piscina avisad que saco el móvil para un Live! —señalo a los chicos, que son un rollo porque sólo estoy escuchando excusas para hacer cosas poco divertidas: ir a molestar a la DJ o rescatar una carísima chaqueta de traje de un poquito de perreo con copas. Un poco decepcionada hago un puchero y empiezo a bailar un poco más acorde al ritmo de la música con Shirin, girando la cabeza para pedirle un poco de su combinado.

Así es que veo a mis hermanos también donde se había instalado la DJ, intentando a su modo también lo de persuadirla de poner lo que ellos quieren pero a su modo. He visto esta escena tantas veces…

— ¡Eh, esperad, mirad y aprended de los expertos! —llamo la atención de Axwell porque es el que tengo más a mano para señalarles. Él los conoce además, así que no debería sorprenderle.

En esta ocasión es Vinny el que hace el papel de seductor, seguro regalándole la oreja a la DJ sobre su habilidad, su elección de temas, de beats, de transiciones y esas cosas suyas mientras deja caer algo sobre su estética para halagar su aspecto. Así es como consigue meterse en la mesa tras ella con la excusa de ver su setup. Y así acaba bailando con ella abrazándola desde atrás y guiando sutilmente su mano a la palanquita del bpm de los bajos para darle un poquito más de caña. Beto, desde abajo controlando, espera su momento de actuar.

— Si todo va bien se la va a llevar y subirá mi otro hermano a pinchar —informo mordisqueando mi cañita. — Es una jugada clásica, tiene nombre y todo, pero no me importa tanto como para acordarme.

Al fin esto se había animado un poco y no dudé en unirme con el resto hacia la pista de baile. Axwell con esos ánimos despertó el deseo de bailar y moría por unos buenos pasos a puro son latino. Ya con mi vestido bastante sexy le regalé un guiño de ojos a Alex y mientras él fue a dejar su chaqueta en el guardarropa, aproveché para tomar un trago más divertida. 

Las chicas estaban a tono, yo quería estarlo así que en la pista me puse a bailar sola. Movimiento de cadera por aquí, otro por allá, cantar si sabía la canción y le hacía caras a Axwell que también andaba por allí. Me lo estaba pasando bien así, sin demasiado que hacer, solo disfrutar, divertirme y compartir esto con personas especiales. 

Mis manos se alzaron, jugaron con el cabello y las caderas se movieron hacia un lado y otro mientras la falda del vestido reveló mis piernas, seduciendo, invitando bajo la gracia de una sutil cadencia propia de una bailarina con estilo. Muy sumergida en los compases, hipnotizada por el ritmo. 

León se termina la copa de vino antes de plantearse seguir al resto a bailar. Obviamente, sí, le encanta bailar y de hecho se le da bastante bien: Alex no se equivocaba, es de los que les gusta reventarla, sobretodo cuando ha bebido un poco de más. De momento tan sólo ha ido entrando en situación, calentando, con el vino pero no tardará en liarse a copazos. Espera esperanzador que los hermanos de Mena consiguen hacerse con la mesa de mezclas y empiecen a pinchar algo de reggaeton del bueno, de ese en casa de León suena todos los días. Le parece mucha mejor opción sacar ese flow potente que lleva dentro a tirarse a la piscina, la verdad: ese traje que lleva no se lo merece y la verdad es que pasa de desnudarse para hacer el memo y exhibirse delante de las chicas. Vale, que el llevar el pecho al aire es un poco exhibirse, ¡pero no es para nada lo mismo! Además, los chicos con los que está parece que están fuertes y aunque él no es un tirillas, gracias a la rutina de ejercicio diario, pasa de compararse. Y sabe que internamente los tíos se comparan, y las tías les comparan. 

Total, que sigue a Alex tras su gesto y a los demás mientras comenta para Mena.

— Más les vale a tus hermanos hacerse con la música y animar esto: Harry Styles no está mal pero, por favor, ¿vamos a compararle con Rauw o Karol? ¡Nah! — ríe, aunque lo que quiere realmente es preguntarle por Clem. “No lo hagas”, se advierte mentalmente a sí mismo. Hay fiesta por delante, y ya llegará el momento de encontrarse con ella. Se siente raro, porque por una parte no quiere enfrentarla pero por otro… ¿Será eso que le gusta demasiado? No, imposible. Tiene que sacársela de la cabeza, más porque sabe que Clem difícilmente va a perdonarle lo ocurrido antes del verano. Está cabreada y es el mejor momento para alejarse. Sí, la teoría es genial, pero ya veremos si es capaz de cumplirlo — Y tú — señala a Alex — Deja de preocuparte por Gossip Girl: la tía va a sacar mierda hagas lo que hagas. Y si no haces nada, entonces se lo inventa, así que intenta disfrutar, ¿vale, princesito? — se mete con él, de coña, dándole un pequeño empujón. Luego, para fastidiarle o para anirmarle, por indeciso y porque es demasiado parado para su propio bien, le quita la chaqueta él mismo a Alex e, intencionadamente, le pega otro empujón hacia Fía para que baile con ella, viendo que la chica se ha animado. 

Una vez hecha la buena acción del día, se echa la chaqueta de Alex al hombro y se pega un baile típico de TikTok (el enganche que tiene es preocupante), antes de reír y hacer un gesto a los demás.

— Voy a dejar la chaqueta de nuestro princeso en el guardarropa y vuelvo. Ir calentando porque cuando vuelva vais a saber lo que es bailar. 

Tan pronto nos habíamos arrancado a bailar, los chicos habían encontrado la excusa perfecta para marcharse: el guardarropía. El lanzarse a la piscina al final había quedado en nada, y preferían poner a buen recaudo sus chaquetas mientras el resto seguíamos bebiendo y moviendo el cuerpo.

La música no estaba mal pero podía mejorar - creo que le falta un poco de ritmo - por el momento estaba todo muy contenido, faltaba que la gente se soltara y le diera rienda suelta a su libertad, al fin y al cabo, aquello era una fiesta no una gala protocolaria.

- A ver, dejadme probar - tomé la iniciativa y me decidí a probar lo que estaba bebiendo cada uno, si bien yo había preferido ron al principio, aún estaba a tiempo de cambiar - dulce y amargo ¿en serio os gusta así? - lo bueno del alcohol en aquellos momentos es que ayudaba a socializar y a perder el miedo al ridículo y lo hacía allí precisamente, delante de todas aquellas miradas, indiscretas unas y otras morbosas. Y no era para menos, el baile que se estaban gastando tanto Fia como Mena invitaba a ello.

Probé a combinar los perreos con algo muy de mi cultura - el baile del vientre, es el twerking al modo oriental, a ver si os sale - para ello no reparé en consecuencias, directamente me lancé a poner en práctica aquellos movimientos. Por si querían probar, di unas indicaciones rápidas - tenéis que mover los brazos, éstos pueden ir a un ritmo diferente del que va marcando la cadera. Importantísimo: cadera y el vientre, alternar movimientos rápidos y lentos. Ahora movimientos de pecho y hombros, y los brazos serpenteantes... así, muy bien.

Cuando ya estaba a punto de ir a hablar con la DJ para que cambiara su repertorio por algo más cañero, Mena le señala la cabina donde Vinny estaba comenzando a acaramelarse a la encargada de la música.
¡Qué cabrón! dijo entre risas, mirando al hermano de Mena, sacando a relucir su escasos repertorio de español.

La cosa parecía funcionar, y pronto la música pasó a algo más bailable.
¡¡Ffffffffffiiiiiiiiiii!! pegó un fuerte silbido usando los dedos para captar la atención de Vinny y le hizo el gesto de la V con sus dedos con ambas manos en alto.
¡Él quería unos hermanos como esos!

¡Rómpelo cabrón! seguramente no le habría oído, pero daba igual.

Ahora sí, la cosa se animaba, y unos bailoteos antes de empezar con los juegos servirían para caldear el ambiente.
Claro que no iba a bailar con la chaqueta esa tan incómoda.
Se la quitó y aunque estuvo tentado de tirarla al agua, vio una opción menos radical. Se la puso encima del hombro de un camarero que pasaba por ahí, el cual puso cara de fastidio, pero no llegó a protestar ya que Axwell le puso rápidamente un billete de 50 pavos en su bolsillo, dándole un par de palmadas en el hombro y guiñándole un ojo.
¡No era poca propina por llevarle la chaqueta al guardarropa!

Ahora sí, estaba menos rígido para poder bailar, aunque el chaleco y la corbata tampoco ayudaban mucho.
En el tiempo que hacía aquello, no obstante, vio cómo León se llevaba la chaqueta de Alex, con la genial idea de empujarlo contra Fifi.
¿Qué leches haces Chris Brown?

Tampoco era plan de liarse a empujones, ya llegaría su momento, así que su atención se volvió hacia Shirin, quien proponía un baile oriental bastante sexy.
¡Ohh, ohh! ¡Esto es sexy! dijo comenzando a imitar los movimientos de ella, aunque claro, seguramente estuviera pensado para mujeres. ¡Y qué más da!

¡¿Se hace así?! le preguntó a Shirin, mientras se arrimaba como quien no quiere la cosa.

Algo comienza a hacer Vinny, una transición gradual a un ritmo que se acomoda más a lo que nos gusta pero todavía dentro de un tema house muy güerito. Fía ya se ha puesto en ello, los chicos se quieren acobardar y Shirin se está desatando a base de robarnos tragos de lo nuestro.

— No se trata del sabor, linda —le confieso a Shirin tras su probadita de lo que queda de mi bebida. Lo que buscaba, un puntillo para pasar el auténtico mal trago que había sido ver a Aaron babear delante de Clem, ya está cumplido; sólo quería algo que me ayudara a conseguirlo deprisa.

La morenita se marca una clase de danza del vientre en lo que mis hermanos trabajan duro por hacerse con el control de la fiesta antes de que Tilly les corra a patadas de ahí y por ese instante yo me olvido un poco de bailar. Me considero una bailarina excelente, experta en muchos estilos distintos contemporáneos, pero reconozco que no sé hacer que mi vientre se mueva como el de Shirin por mucho control que tenga sobre los músculos de mi torso. Y como yo, otros se quedan también mirándola más que tratar de imitarla.

Si lo intento es porque Axwell, en su espíritu aventurero y desvergonzado, se divierte intentándolo además de pegarse a mi pareja de baile para ello. Así es como hacemos un pequeño sándwich respetuoso de princesa con dos idiotas que intentan sincronizarse con la experta. Para vernos desde fuera.

— Así es como se hace hambre, ¿sabéis? —bromeo con ellos con una gran sonrisa divertida. Y me lo veo venir: como después de hacer abdominales como loca voy a necesitar llevarme pronto algo a la boca.

La música da un cambio brusco en medio de todo esto, aunque a algunos que ya van algo más tocados ni les afecta. Otros se giran a mirar en busca del motivo. Beto ya ha tomado el lugar de la DJ y mi otro hermano, los dos desaparecidos a primera vista. Él ha enchufado un pendrive en el portátil de la chica y se está colocando sus cascos con toda la naturalidad del mundo. Sin decir nada, como si fuera todo parte de lo planeado, sonríe a su público y sube el volumen de su primer mix abriéndose dramáticamente la camisa para quitársela, luciendo cuerpo. Puto engreído.

Una sugerente mirada le dediqué a Ax, de alguna manera no podía pasar por alto lo que había sucedido entre nosotros y buscaba su cercanía. Con un simple gesto le di a entender que podíamos escaparnos de allí unos minutos, era un lugar grande, lleno de gente. 

Necesitaba un respiro ya. La entrada había sido en apariencia tranquila para cualquiera que la hubiera observado desde fuera, pero para él ya habían sucedido multitud de pequeñas cosas que necesitaba evaluar y decidir si próxima acción: paseíto para dejar la chaqueta era el plan perfecto para ello.

Todo iba en marcha hasta que sintió una como una fuerza lo apartaba de su destino y lo empujaba de nuevo hacia el matadero. Apenas tuvo un momento para reaccionar, solo pudo girar de sopetón su cabeza y mirar como León ejecutaba su traición a lo Scar y Mufasa. ¡Me las pagaras!, pensó sin tiempo a penas para pensar en su venganza.

Tenía justo delante a la despampanante Fía que parecía estar disfrutando del baile. Tampoco se le pasó por alto las miraditas, las cuales siguió hasta ver que el objetivo era de nuevo Axwell. ¿Qué tendría ese tipo para atraer tantas miradas? Bueno si, era fácil.. era un maldito Vikingo modernizado, salido de los mejores Reels virales de musculitos. Por un momento no pudo hacer mas que pensar en sus antepasados por allá los años 700 cuando veían aquellos tipos llegar con sus barcos y arrasar todo lo que se les ponía por delante.

¡Céntrate Alexander Westwood!

— Parece que el destino nos ha vuelto a juntar en una pista de baile. ¿Me concedes el próximo baile? — se pasó una mano por detrás de su espalda y alargó la otra con una ligera -casi imperceptible- reverencia, ofreciéndole la mano a Fía para que bailase con él. Si, ya tenían la broma fácil con el con lo de Sir, y a él no le importaba seguirla.

En esos momentos la música justo cambiaba, así que empezó a sentir los nuevos beats y empezó a relajar su rígida compostura para mezclarse en el baile como el resto.

Muy perdida en mi propia danza me encontré y cuando el registro fue cambiado, desvíe la mirada hacia Ax que intentaba arrimarse a Shirin, sorprendida al verlo bailar de esa manera, no me di cuenta de que tenía allí delante de mi a Alex. 

—¡Hey! ¿Sigues modo Señor o serás el chico que conocí?—pregunté divertida—. Te lo concedo, claro con la única condición de que seas tú mismo.  

Y ya dispuesta a dejarme llevar por la música, arrimé mi cuerpo al suyo. Dejándome guiar por el ritmo, el calor y el movimiento de nuestros cuerpos. Me costaba unir al Alex que estaba pendiente de todo con el chico que disfrutó junto a mi el otro día. Era confuso, no lo reconocía y yo solía ser muy espontánea, lo cual era como ir descubriendo en él aspectos de su personalidad junto a sus protocolos y etiqueta. 

Pero no intenté quedarme allí, quería divertirme y con él sabía que iba a suceder, solo que era momento de soltarse. Así que fui girando sobre él, moviendo las caderas, pequeños roces y miradas, buscando en el Británico algo más que medidos pasos, haciendo que la letra, la música en si, lo conduzca por el hipnótico camino de mis caderas, los compases.

Sin duda el baile del vientre atrajo todo tipo de miradas, también imitadores pero todo es efímero y duró lo que tardó Fía en desmelenarse. Curioso porque creí que sería Mena el foco de atención y por el momento la chica de pelo castaño era quien le había robado el protagonismo, al menos en esa zona; más allá parecía ser Clem quien llevaba la voz cantante.

Tampoco era una competición, así que, seguí bailando mezclando ritmos modernos y tradicionales de Oriente. De vez en cuando me acercaba a una de las tarimas donde habíamos colocado nuestras bebidas para refrescarme. Sin duda la mezcolanza de probar las bebidas de los demás me había dado el empuje que necesitaba para romper el hielo. Lejos de parar, con tanto movimiento, el cuerpo me pedía más.

Seguía bailando aún cuando ningún chico tenía interés manifiesto, ni en aprender a bailar, ni en mí pero eso lejos de agobiarme, me daba más libertad. Miento, estaba Axwell, ponía de su parte tratando de imitarme, aunque ya vi que era más por diversión que por ganas de aprender - vas a tener que practicar más, no es tanto el cuerpo como el vientre - le coloqué la palma de la mano sobre el suyo - demasiado tableta, no estés rígido, suéltate. Mira - le agarré una mano y la coloqué sobre mi vientre para que percibiera las ondulaciones de mi baile sobre el vientre.

Aún así, procuré no aislarme con mis bailes exóticos - ¿Y qué tal os ha ido durante el verano? ¿Habéis coincidido? 

La música fue variando en estilos y ritmos mientras yo trataba de asimilarme a ella, a la vez que trataba de recopilar información, no sólo a la escucha de lo que hablaban, también iba fijándome de la gente que teníamos a nuestro alrededor. 

- 

Nada mal, nada… No sólo somos nosotros: en general el ambiente comienza a expandirse en forma de calor principalmente alrededor de la barra. Un tanto pretencioso imaginar que hemos sido nosotros, porque podría ser el simple correr natural del alcohol, la música y esas cosas que he visto en bandejitas de diseño entre las copas que van paseando por el patio. Hablando de eso…

No, es muy temprano. A lo mejor más tarde.

El baile de Shirin no tarda en cansarme, no por falta de forma sino porque mi instinto acaba descendiendo mi movimiento ondeante a mis caderas y necesito estar concentrada si quiero mantenerlo en mi vientre. Tampoco es que lo ceñido de mi vestido me lo facilite. Saco el móvil a pasear un par de veces, una mientras estamos intentando que Axwell se doble un poco más y otra cuando me cambio en la tarima por Shirin para una imagen mejor de la cantidad de gente que empieza a haber bailando y saltando a voluntad de mi hermano mayor. Pese a haber todavía mucho sol las luces dispuestas parecen querer dar un aire más discotequero al reflejarse en los lienzos blancos de nuestras prendas. Es una buena imagen para Instagram.

Hecho esto puedo dejarme llevar del todo por el ron, el ritmo y el movimiento que reclama mi sangre latina, con toda la fuerza puesta en mis piernas para que mi cadera se mueva con total libertad, que su contoneo suba por mi columna hasta el pecho y me haga levantar las manos. Mejor, muchísimo mejor. Una pena lo de mi compañero de baile…

— Inténtalo pero te va a costar; ¡le conocí en Hawaii y no hubo alcohol suficiente para desencajar esos huesos! —señalo a Ax un instante como respuesta a la conversa de Shirin, con una carcajada a medio salir mientras me sujeto el bajo del vestido por detrás. No que me importe lo que se me vea desde abajo, que quien mire habrá visto cientos de braguitas blancas iguales. — Era una boda medio latina, ¡imagina!

Axwell se encontró con la sugerente mirada de Fifi.
Era inolvidable lo que habían pasado juntos, pero el miedo a encapricharse demasiado de ella y sus obligaciones con el equipo (sobretodo después de saltarse algunos entrenamientos) habían hecho que su contacto fuera escaso en los últimos días.
Pero, ¡qué demonios! ¡Claro que quería estar con ella! Y verla ahí en esa fiesta con ese vestido… ¡ay qué idiota había sido!
Claro que había un inglés de por medio con el que ahora ella estaba bailando. No sabía qué pensar, pero el caso es que le devolvió un guiño de ojos a Fifi… todo llegaría.

El baile Oriental desde luego no era lo suyo. Él era de venirse arriba, saltar, menear un poco las caderas y arrimarse cuando la cosa se animaba.
Pero ese baile parecía requerir de unos movimientos fluidos, elásticos y a mover su vientre de que pareciera sexy.

Shirin intentó corregirle, aprovechando para ¿meterle mano? Casi le entra la risa, no había pensado que fuera a soltarse así la persiana. Porque alguien de Persia es una persiana, ¿verdad? ¿Persa?… ¡qué más da!
¡Vale, valeeee! intentó doblarse como lo hacía ella, pero no se le daba tan bien. ¿A ver?… le devolvió el toque en el vientre, sin darle mayor importancia eh que fofa tú tampoco estás eh! la acusó, porque lo que se palpaba ahí no era de alguien con alergia al gimnasio.

¿Y en qué momento viene el arrumaco? bromeó ¿O no hay de eso? le preguntó a su “profesora”.

Por el rabillo del ojo iba observando cómo Fifi bailaba o algo así con Alex, pero decidió no mirar mucho, a lo cual ayudó la siguiente intervención de Mena, recordando la boda en Hawaii. No la suya, claro.

¡Bufffff! ¡Nunca vayas a una boda latina Shirin! ¡Intentarán matarte a base de tequila y no sé qué otras bebidas! bromeó, devolviéndole la broma a Mena entre risas.

Pues sí, ahí estuvimos en verano, en Hawaii. Y tú qué, ¿fuiste de viaje a…Irán? preguntó, algo temeroso de equivocarse de país ¡¡Aaaahhh!! Es verdad, ¿ya han ardido esas velas? preguntó con una sonrisa oh, no me digas que terminaron en la basura… dijo de repente con una cara exageradamente triste, haciendo ver que lloraba.

Volvió a mirar fugazmente hacia Fifi, pero pronto su mirada se vería atraída por el show de Mena. Ahora que estaba sobrio, se fijaba que sabía moverse la mami.

¡Oyeee! ¡No recordaba yo ese meneo! ¿Mena venía de meneo? ¡Tendré de aprovechar antes de que me emborraches vilmente! y lanzó una nueva fugaz mirada a la ballerina… ¡ah, al carajo! No había empezado él.

Subió a la tarima e hizo como los cosacos, se terminó la copa y la tiró por ahí… ¡oops! Luego se desharía de su corbata, haciéndola girar antes de arrojarla abajo… mucho mejor.
¡¡Wooooooooo!! gritó mirando a Beto DJ.

¡Cambio de profesora! dijo mientras se arrimaba a Mena. ¡¿Qué?! ¿No quieres bailar conmigo sobrio? bromeó, aunque sobrio tampoco estaba, porque ya iban como tres copas.

Alex no decía nada, era como estar bailando sola y su atención estaba dividida. No pude mantenerme en un foco, esto me llevó a separarme con dulzura del Británico mientras le dije un "lo siento" tras observar el despliegue de Mena con Axwell. 

Ya caminando con esa sex appeal innato, me acerqué a ellos y con una mirada divertida, le hablé al rubio. 

—Tenemos que hablar en cuanto termines la canción, no seré tan... Mala de desaprovechar el instante de atención que le das a Mena. 

No dije más, solo esperé y saldría con él para tener una conversación que nos debemos. Al fin de cuentas todo escaló, había dudas, también cual era la situación, a qué se estaba jugando. Ambos. 

Se juntó a bailar con Fía pero era todo completamente diferente a la otra noche, aquí notaba la presión del resto juzgando o ¿quizá era su paranoia? Era su primera fiesta y no sabía hasta donde podía llegar, así que simplemente estuvo bailando sin demasiado desmadre. A ella también la notaba distraída, sus ojos de le iban a Axwell todo el rato.

Cuando se despidió de él, se quedó confundido un momento y alzó ambos hombros mientras hacia gesto con los brazos, queriendo decir ¿Qué te pasa?

— Al final lo que decía Gossip Girl no iba tan desencaminado.. — murmuró en voz baja casi para sí, cuando se dio media vuelta. Sin duda sentía que había recibido un golpe en el costado que no esperaba.

Se paseó un momento por la zona de baile hasta que, siguiendo la mirada de Mena, se fijó en como algunas personas del servicio se paseaban con ciertas sustancias. Luego, pensó.

Volvió junto a León quien en el fondo era quien había iniciado todo. Se acercó a la barra y pidió su segunda copa mientras no perdía la mirada a Fía y a Axwell, sus ojos lanzaban rayos en todas direcciones.

— Al final, supongo que es complicado llegar nuevo y entrar en el grupo fácilmente. Pero de todo se aprende colega. ¿Esto es siempre así? —  comentó con él sin apartar la mirada. Se estaba poniendo negro con el tema, pues no estaba acostumbrado a perder tan fácil en su tierra.

Los bailes latinos acabaron imponiéndose, aún así disfruté de mi momento de gloria mostrando cómo era un baile oriental. Pero aunque insistí y hasta bromeé con Axwell y Mena, finalmente éstos volvieron a los ritmos habituales y además acompañados por la música dejaron atrás cualquier atisbo de mis danzas ventrales.

No sólo eso, también me fijé en las miradas de unas y otros. Cierto que Mena había decidido tomar el control de la situación con unos movimientos lascivos, pero Ax no se quedó atrás y se aupó a una tarima a darlo todo. Tanto él como ella se acercaron, mientras Fía no le quitaba ojo al rubio. Ya me había apercibido antes, cuando bailaba con él que Fía estaba ahí.

- ¿Vosotros estáis saliendo? - Tanto Mena como Axwell habían coincidido en una boda durante el verano y podría pensarse que hubieran tenido tiempo para intimar más. Aunque Mena parecía más interesada en Aarón. Aún así me pareció oportuno salir de dudas y preguntárselo a Fía - tú y Axwell ¿No? - podría tratar de engañarme pero le había cazado varias miradas hacia el chico y sin ser Gossip Girl, ahí había tema - Mírame a los ojos y dime que no.

Aproveché la ocasión para pedir otra copa,yendo hasta la barra donde se encontraba León - otra, otra pero esta vez más rebajada de alcohol. No me eches tanto que voy a acabar haciendo una locura - Me conocía y no quería perder el control.

Volvió sir Alex de la guardarropia y se acercó adonde estábamos León y yo - ¿vosotros, qué bebéis? - había pedido un ron con piña pero por probar algo distinto, pedí lo mismo que le estaban sirviendo a un desconocido a mi derecha - Ponme de éso también - resultó al final ser una botella de Whisky, que no era precisamente de mis bebidas favoritas - Uh, qué fuerte sabe.

- Cualquiera que nos vea, va a creer que me estáis haciendo una proposición indecente ¿sí? Soy toda oídos - igual tenían que gritar un poco por culpa de la música. Después del segundo trago, como que el whisky se me hizo más fácil de beber - tiene un saborcillo un poco desagradable al principio ¿ésto de dónde procede?

— Mezcal, güerito; se llama mezcal —río a carcajadas con el recuerdo de la boda, los ríos de tequila y mezcal con la excusa de los chupitos y el caos propio de cualquier celebración que junte latinos, celebridades y alcohol.

Axwell tiene el mismo problema de muchos chicos de su tipo, con la cabeza en el deporte y sin hacer espacio a nada más. Al muy bestia se le ocurre mencionar Irán, y yo no sé qué tan cercana debe ser su relación con Shirin como para hablar así de su país pero igualmente yo intentaría no mentarlo tan casual después de la muerte de esa chica iraní por culpa de la policía la semana pasada.

¿Qué? Soy muy política aunque intento no serlo en Instagram más allá de lo que conozco.

No llego a taparle la boca, y para cuando ocupa la tarima conmigo ya no tiene sentido. Sólo puedo dirigir una sonrisa de simpatía a Shirin mientras coloco un brazo de Axwell alrededor de mi cintura para perrear con él. Ha llamado la atención de Beto, obvio, porque el muy cabrón me ha puesto ‘Reguetonera’ para bailar.

— ¡Tú nunca estás sobrio, anda! —me burlo un poquito de mi acompañante. De lo que le he conocido, tanto sobrio como ebrio, su carácter siempre es el de alguien que se encuentra gritando en la cima del mundo: no hay quien le pare.

Por lo que sea Fía ha dejado su danza con Alex para venir a reclamar a Axwell. Esto provoca preguntas, claro, para mí y para Shirin, quien primero quiere saber de la relación que tenemos el rubio y yo. Creo que si de verdad estuviéramos teniendo algo serio lo habrían notado todos. Es culpa mía porque nunca he tenido pareja seria, supongo.

— ¡Qué va! Sólo compartimos buenos recuerdos de Hawaii, ¡de lo que nos acordamos! —saco de dudas a la morena, espero. No fue más que eso, ¿no? Por mucho que ahora contonee mi trasero contra él no es que sea algo que no haya hecho antes.

Miro a Axwell por encima de mi hombro, sin dejar de bailar. No pasa nada si tiene una conversación pendiente con Fía, siempre que quiera tenerla: al final parece que todos tienen que hablar con todos en algún momento de la fiesta. Por esto es que me gusta ir con la verdad por delante siempre. Me sabe un poco mal por Alex, quien como Shirin, ha gravitado de nuevo hasta la barra.

— ¿Quieres ir? —le vocalizo con los labios, esperando que me entienda para no tener que delatarme con un grito.

Tras beberse la segunda copa casi del tirón mientras lanzaba rayos láser con sus ojos a la pista de baile, consiguió salir de ese trance y centrarse en los que tenía cerca.

Le parecía muy divertida la situación con Shirin, pues solo había coincidido con ellas en eventos aburridos donde los dos tuvieron que mantener la compostura en todo momento, y ahora ambos estaban "amenazando" con perder aquel medido control que sabían ejercer cuando debían.

— ¿A ver? — dijo bebiendo un trago de la copa que había pedido ella. — Si, es whisky pero no es muy bueno, Shirin. Antaño procedía de Escocia, pero ahora la verdad que lo hacen en todos lados. Hay algunos muy buenos incluso de Japón.

Se giró e hizo una señal al camarero para que le atendiera y le pidió algo. Enseguida sirvió varios vasos pequeños con un tequila reposado que le había señalado él mismo. Había 5 vasitos.

— ¿Proposición indecente? — preguntó y luego sacó una sonrisa agridulce, pues le recordaba a una canción que asociaba con Fía y no sabía porqué. — Ahora mismo estoy un poco confundido así que mejor no precipitarme. Tomaos un tequila conmigo ¿ok? Necesito un reset.

Acercó el chupito a León, otro a Shirin y a quien viniera tras ellos.