Partida Rol por web

Amigos Lorenzo y Francesco,

Celebro vuestra buena disposición para con Nápoles, admiro vuestro agudo juicio y agradezco vuestros consejos.

Contad con toda mi buena voluntad en los años venideros, y mi mejor disposición para colaborar en las armas si fuera menester.

Saludos cordiales,

Alfonso Rey.

Mi buen amigo Mehmed,

Os agradezco realmente vuestra confianza. Sin embargo, y aunque mis maniobras tendrán un resultado similar al que me proponéis, mi estrategia en el norte del país me obliga a llevar adelante mis movimientos de forma ligeramente distinta, como comprobaréis.

Con mis mejores deseos de paz,

Alfonso Rey.

Disculpad mi tardanza en contestar Francesco y permitidme agradeceros vuestra franqueza. 

Pues como bien decís, soy nuevo en estas lides y sólo las exigencias de mis consejeros han conseguido alejarme de mis verdaderos intereses y atender a los asuntos ajenos a Florencia.

En cuanto a Génova, trataré de ser claro también y no negaré mi interés en un puerto como ese. Podemos no llegar a entrar en conflicto si vuestras tropas no echaran la vista más al sur y lo protegieran suficientemente bien del Francés, que seguro lo anhela como entrada al Mediterraneo, pues Marsella queda más para los tratos con Aragón que tan poco nos interesan. 

Estimado Mehmed,

Disculpad que me dirija a vos en un torpe árabe fruto de mi época de estudio en constantinopla y ruego que, si se produjera algún malentendido lo achaquéis a mi insuficiente manejo del lenguaje.

Me gustaría establecer con vos una alianza marítima que nos permita a ambos movernos libremente por el Mediterraneo, pues estoy preocupado especialmente por los movimientos de Alfonso de Nápoles, quien como sabéis mantiene históricamente una rivalidad con Florencia. Sería muy interesante que nuestros territorios no entraran en conflicto y que mantuviéramos a raya al Reino de Nápoles en sus aproximaciones al mar.

Esperando vuestra respuesta...

Estimado Francesco,

Me dirijo a vos sólo con unas breves lineas esperando poder establecer una paz duradera entre nuestras ciudades. Estoy convencido de que esta batalla se decidirá en el mar. Y ahí, vos en la parte oriental y yo en la costa occidental, podemos tener grandes cosas que decir si nos mantenemos unidos. También debemos unir nuestros reinos por tierra, dominando los territorios intermedios a los que nos son nativos a ambos y evitando que se comuniquen las potencias del sur y los bárbaros del norte. 

¿Qué opináis?

Estoy de acuerdo en que nuestra relación deba ser amistosa, sin duda, viendo que somos vecinos y por supuesto estudiaré vuestra propuesta. Ignoro si como vos decís Milán se dirigirá al sur o preferirá hacer preparaciones contra Austria. No obstante, como le he dicho, tendré en cuenta sus propuesta, así como espero que su paso hacia Ferrara tenga como destino otro lugar que no sean mis territorios. Si queréis ir a por vuestro tocayo o prepararos de un posible ataque suyo siempre podéis quedaros Mantua para vos mismo, que viene mejor que Ferrara por si finalmente tenéis razón en que Milán se dirige al sur.

Atentatemente su Santidad el Papa Pío III

Ambos, como líderes espirituosos que somos sabemos que a veces el concepto de religión es usado simplemente para callar a las masas o darles una razón de ser. No necesitamos estar enfrentados a pesar de que a veces prediquemos lo contrario. Si como vos decís vuestras intenciones para conmigo son nobles, lo respetaré y así será también por mi parte. 

Por supuesto, me defenderé si veo que no es así, pero como habéis dicho, no nos conviene enfrentarnos, así que por mi parte, no tenéis nada que temer si vos hacéis lo que decís. Que seamos de religiones diferentes no nos enemista si nuestros enemigos son otros.

Atentamente su Santidad el Papa Pio III

Agradezco su invitación para ir a Mantua, pero creo que la necesitaréis vos más que yo. Su tocayo, Francesco Voltari, me está presionando para que me prepare contra vos, creo que con la intención de hacerlo él mismo en un futuro o que nos enfrentemos entre nosotros. Debo prepararme por si ese cizañero intenta algo contra mí o contra vos. Sinceramente, si hay algún tipo de conflicto prefiero unirme a aquel que solo manifiesta sus buenas intenciones e invitaciones, como vos, que a alguien que ya prepara una guerra como el gerente de Venecia.

Como he dicho ya, agradezco su invitación, pero creo que mis aspiraciones no van hacia el Norte, puede estar tranquilo. No le tengo en miras, de hecho, si veo que sus intenciones son nobles, tendrá en mí un aliado si ese instigador veneciano decide tomar sus tierras como me ha dicho a mí es su objetivo. No me fío nada de él, por lo cual, no pienso dejar que me mienta y su acercamiento sea hacia mis territorios en lugar de lo que me ha dicho a mí.

Atentamente, Su Santidad el Papa Pío III

Saludos, Don Lorenzo de Medici. Siempre he sido de los que creen que es mejor buscar un aliado entre los vecinos que entre los de tierras lejanas. No hay razón para que nos llevemos mal aún estando tan cerca. Por lo cual me remito a usted para que decidamos si decidimos expandirnos, qué territorio elegir, si el norte o el sur., aunque el sur está para mí más disponible e igual ocurre con vos en el norte.

Creo, por otro lado, que Venecia está conspirando para que nos enfrentemos entre los que estamos cerca suyo y quedarse él con los restos, instigándonos a Milán, vos mismo y  a mí a un enfrentamiento. Digo ésto para que no crea demasiado sus palabras, pues si hoy dice que quiere ir por mí, al día siguiente serán mis vecinos. Alguien cuyo primer mensaje, al menos en sus comunicaciones hacia mí, son órdenes de de ataque contra otras facciones  , no es mucho de fiar. Prefiero encontrar aliados en aquellos que no demandan nada ni tienen ya planes marcados de antemano. 

Por otro lado creo que mis miras estarían contra esos paganos de Turquía o contra el sur de Italia. Siempre y cuando otra facción no me haga cambiar de opinión claro.

Atentamente, su Santidad el Papa Pío III.

Nos, Sacro Emperador del Imperio Romano Germánico, remitimos esta misiva como respuesta a la previa remitida por el Sultán,  Mehmed II Fatih.

Y entiendemos que igualmente que nos hemos recibida esta atenta misiva, otro tanto ha ocurrido con el rey francés, al igual que con sibilina astucia tratáis de enfrentarme al veneciano al norte de vuestras posesiones. Comprendemos vuestras ideas, e incluso, las aplaudimos. Dicho lo anterior realmente sólo nos ofrecéis un caramelo futuro e imprevisible a cambio de... ¿de qué? ¿Tal vez de respetar vuestro previo deseo y no entrar en Croacia? Si deseáis algo de nos, espero que contéis con la suficiente astucia para planteárnoslo en términos que pueda plantearme aceptar.

Quid pro quo.

Nos, Sacro Emperador del Imperio Romano Germánico, remitimos esta misiva como respuesta a la previa remitida por el dux Francesco Foscari.

No tenemos intención de inventar falsas excusas. Las posiblidad de expansión de Austria son limitadas si no deseamos un conflicto abierto con nuestros vecinos. No es factible extendernos al este, ni al oeste, ni al norte. Eso sólo deja el sur. Como bien decís, el turco trata de sacar provecho de tal circunstancia, y obligarnos a enfrentarnos. Sin embargo, Venecia, tiene tierras neutras no sólo en la dirección que apuntáis, sino igualmente, al oeste de sus territorios actuales. ¿Habéis contemplado tal posibilidad en esa idea de expansión a la que os referis? Sea como fuere, nuestras puertas están abiertas a vuestros emisarios.

Que el Altísimo os guarde y os de sabiduría.

Apreciadísimo Lorenzo de Medici, mecenas de las artes, admirado humanista y estadista.

Grandes historias he oído de vos y me complace recibir una misiva de tan alto dignatario. Mis naves no importunarán a las vuestras en su travesía por el mediterráneo.

Sin embargo no deberíais ver al rey Alfonso I como un enemigo sino como un aliado. Bien es cierto que poderoso es, numerosas sus flotas y sus ejércitos y a ningún hombre cabal le agrada tener semejante despliegue de fuerza cerca de sus fronteras. Vuestro temor hacia Alfonso de Nápoles demuestra que no sois un necio.

Pero démosle una opotunidad a la paz y llevémonos bien con nuestros vecinos.

La paz sea con vos y abundantes vuestras cosechas.

Atentamente

Mehmed II Fatih Sultán del Imperio otomano y Califa del islam

Salam aleikum Sacro Emperador del Imperio Romano Germánico

No deseo Croacia para mí. Si vos acordáis con Venecia que sea Venecia quien controle Croacia, aceptaré dicho acuerdo. Y brindaré por una paz que dure hasta el final de nuestros reinados.

Mas si vuestra ambición es haceros con Croacia, me veré ante la incómoda situación de tener dos vecinos al norte y es algo que no toleraré bajo ninguna circunstancia.

De modo que si estáis determinados a tomar Croacia, os prestaré ayuda militar si fuese necesario siempre que os comprometáis a ayudarme a tomar Dalmatia.

Si vos no me ayudáis a tomar Dalmatia, ayudaré a Venecia a tomar Croacia.

Para mí es lo mismo siempre y cuando sólo tenga un vecino al norte. No es mi deseo entrar en territorio de Venecia pero tomaré Dalmatia si debo hacerlo para evitar una frontera doble.

El emperador ha insinuado sutilmente que hablo con lengua sibilina. El Dux Francesco Foscari me ha llamado directamente embaucador. Mas yo no he dado motivos para ello. Quizá engañar sea cosa de cristianos. Yo no escondo mis intenciones ni rompo mis tratados pues la mentira y la traicción son odiosas a ojos de Allah.

Repito, como hice desde el primer momento, que mi ambición es tener un único vecino al norte y que no toleraré lo contrario. Aunque tampoco negaré que me resulta incómodo ser llamado abiertamente embaucador por un Dux que ni siquiera es Rey. Y que el Sacro Emperador me parece un vecino mucho más de mi agrado.

Atentamente

Mehmed II Fatih Sultán del Imperio otomano y Califa del islam

Nos, Sacro Emperador del Imperio Romano Germánico, al dux Francesco Foscari.

Nos hemos percibido que el correo abierto remitido por el sultán fue, al tiempo, remitido a vuestras manos, con toda probabilidad con el deseo de provocar un conflicto abierto entre ambos. Nos resulta evidente el deseo del hábil infiel en torcer nuestras voluntades y conducirnos a una guerra que no deseo. En tal sentido la propuesta que nos hace de apoyar nuestra toma de Dalmacia no es adecuada, y consideramos esa tierra vuestra, sin desear entrar en ella, salvo provocación del ducado de Venecia que, confío, no se produzca.

Del mismo modo la amenaza que nos hace de facilitar por vuestra parte la conquista de Croacia es poco conforme con nuestro deseo. Tengo alguna propuesta que podría ser de mutuo interés, y desearía saber si vos también consideráis como yo una afrenta las manipulaciones del turco, a fin de conceptuar una posible actuación conjunta para evitar tales prácticas poco adecuadas.

Quedamos a la espera de vuestras noticias.

A Federico III de Habsburgo,

Ya en mi primera misiva os hacía conocedor de las intenciones del sarraceno y de su intención de enfrentar nuestras potencias en su favor. Desconozco si el error en su correo ha sido intencionado o no pero deja clara sus rastreras intenciones.

No tengo la más mínima intención de pactar con el infiel, quien ha dejado claro ser capaz de vender sus principios por una moneda de oro, y estaría más que encantado de leer vuestra propuesta en aras del mutuo interés.

Atentamente,

Francesco Foscari
Dux

A Alfonso I de Nápoles,

Está claro que el sarraceno no es digno de la honradez que profesamos los cristianos pues también está intentando enfrentarme con el buen Federico III, cruzando misivas con ambos y tratando de ponernos en contra, cosa que veo que también intenta con vos.

Quedo tranquilo al saberos preparado de su avance contra vuestras tierras y agradezco de corazón vuestra pensamiento en incluir a Venecia para un pacto de paz y prosperidad y estaríamos dispuestos a consideraros un aliado.

Atentamente,

Francesco Foscari
Dux

A Lorenzo de Medici,

Me complace leer vuestras palabras.

Venecia no desea ninguna hostilidad con Florencia y creemos que podemos ser aliados en épocas venideras, cuando los problemas afloren.

Vuestra propuesta de repartirnos las aguas y las tierras en aras de proteger el continente es más que razonable salvo que los Estados Papales, quienes han mostrado un ansia nada propio de los hijos de Dios, quieran hacerse con Modenna o Lucca.

Atentamente,

Francesco Foscari
Dux

Agradecemos sus palabras, Santidad, y le hacemos sabedor que Venecia formará frontera ante cualquier ataque desde el norte a las tierras papales.

Atentamente,

Francesco Foscari
Dux

Salam aleikum Pio III

Como estimadísimo aliado, le informo del movimiento de mi flota.

La flota que se halla anclada en Durazzo partirá hacia Lower Adriatic .

Mis intenciones hacia su Santidad son absolutamente pacíficas y no quisiera que mis flotas interfiriesen a las vuestras en su movimiento.

Atentamente

Mehmed II Fatih Sultán del Imperio otomano y Califa del islam.

Nos, Sacro Emperador del Imperio Romano Germánico, al dux Francesco Foscari.

Nos pedís, en vuestra misiva, una propuesta. Permitidme combatir con franqueza a las argucias turcas. Sois en Italia ahora mismo el más extenso y rico de las potencias. Sin duda un hombre de vuestra astucia y sagacidad sabrá que vuestras tierras son miradas por muchos vecinos con ojos codiciosos. No dudamos, sin embargo, que vuestro deseo no es conformaros con vuestras posesiones actuales, sino aumentarlas. Es algo que nos podemos entender... pero que en el momento actual impediría nuestros propios deseos de expansión. En tal sentido, nos podemos garantizaros (salvo provocación o ataque por vuestra parte) nuestro respeto a vuestras posesiones actuales, la defensa austriaca de las mismas en apoyo de vuestras unidades ante un posible ataque del turco, y para el supuesto que tales planes os resulten adecuados, nuestro apoyo para una posible expansión futura vuestra... a costas del taimado vecino turco, apoyando en el momento en que sea posible para mis fuerzas, la toma de Bosnia o Herzegovina.

Una vez realizado dicho apoyo entiendo que sería conveniente para ambos volver a reunirnos para tratar que el pacto que hoy formulamos pueda adecuarse a las circunstancias que se presenten en dicho momento, pues no queremos enturbiar nuestras palabras con promesas de futuros inciertos, que ahora mismo no están en manos ni de uno ni de otro realizar. 

Quedamos a la espera de vuestras noticias.