Adam esperaba medio sentado en la baranda de cubierta a que zarpase el barco cuando Patrizia empezó a dar el espectáculo.
La verdad es que le habían hablado de la locura de los de su clase, pero aquello... Lo bueno es que ahora, como si nada hubiese pasado, se dirigía a... él.
- ¿Qué queréis saber, señorita? Preguntad lo que queráis - respondió amablemente a su pregunta, dejando rápidamente de fruncir el ceño a causa del asombro.
- La verdad es que ni yo me acuerdo del motivo para seros sincero. La verdad es que el conde Frawer, en paz descanse, aprovechaba cualquier oportunidad para organizar una fiesta...
Adam ni tan solo cambió de postura: había comrobado que con ella no hacía falta. De hecho podría compararse ya la escena con la de un orgulloso mentor adoctrinando aburridamente a su pupilo. Al fin y al cabo Patrizia se comportaba como tal... Pero éste era el fondo de la situación; la vista en cambio mostraba una completamente diferente, dominada por la amabilidad de Adam y la jovialidad de Patrizia.
- No me habéis hablado demasiado de vuestro protector. No lo conocíais entonces, ¿no? ¿O tal vez habéis hallado al fin vuestro amor? - la inocente y cómplice sonrisa que se dibujó en sus labios se disculpaba, por sí sola, por la indiscrección.
-A mi nunca me han agradado demasiado las fiestas de ése calibre... Demasiada gente y sobretodo demasiadas miradas escrutadoras y críticas, aunque llega un momento en que acaba por resultar algo indiferente...- deja escapar un pequeño suspiro de resignación, después mira de reojo a Alexander cuando le pregunta por él.
-No hablo de él con nadie, si quiere conocerle mejor tendrá que presentarse ante él... Es algo introvertido y silencioso pero no es lo importante. Me cuida muy bien- sonríe amplia e inocentemente tras ésta declaración y entonces observa cómo el resto de vástagos empiezan a subir al transbordador, parpadeando repetidamente a causa del aturdimiento cuando distingue a la esclava entre ellos. Parece que al final decidieron "comprarla"...
Ladea un poco la cabeza observando el contradictorio trato del barquero y acaba pro acercarse a él.
-Yo pagaré su pasaje, no es necesario que discutan más...- le tiende una brillante moneda de plata al negociador abusón para que deje subir al Guerrero Lacónico y vuelve nuevamente junto a la barandilla, mirando el castillo empezando a impacientarse.
Narcia paga su moneda sin protestar y monta en el barco. A este paso veremos el amanecer. Dese prisa por favor.
Los cainitas han comprado a su esclava, finalmente. O capturado. Da igual.
-Si, Melinda, disfrutemos de este paseo, hasta el castillo. Luego, mas adelante, cuando tengamos un tiempo, podremos hablar mas tranquilos.
Observo mientras tanto a la esclava que los acompañantes han traído. Una humana como otras. No entiendo su predisposición a ayudarla. Espero no sea asi con cada desvalido que aparezca en su camino, ya que deberíamos dejarlos atrás.
Mientras tanto, disfruto del paseo hasta el castillo, sabedor de que solo quedaría el recuerdo de la tranquilidad una vez llegáramos a la plaza. No creia que nos hubieran citado a tantos simplemente para darnos unas felicitaciones. Nos pedirían un trabajo, sin duda.
Por lo que veo, aunque no me ha quedado muy claro por los posts de los jugadores, la chica está entre nosotros. Pues ale auspex 2!!!
Al oir que no hay ningun puente parece inquietarse, mirando con gran desconfianza el agua, como si tuviera algun grave prejuicio contra ella.
Gracias mi señora , os lo devolveré con creces..
Sonrie ligeramente a Patrizia y luego gruñe entre dientes al barquero , sentandose en la parte central del trasbordador, alejado de ambos extremos y sin ni siquiera mirar alrededor, "concentrado" mirando las tablas del suelo.
-Mi nombre es Patrizia, no "mi señora"- le responde amigablemente al Guerrero Lacónico, el cuál llega a ser incluso más silencioso que su protector. ¿Será algo innato en éste tipo de hombres...? Se llega a preguntar mientras lo sigue con la mirada. Por algún motivo parece incómodo con el agua, ¿no dijo alguien algo al respecto? Fue Hielo Distante o el Caballero Presumido... ¿O su propia imaginación?
Las ideas empiezan a enmarañarse demasiado en su apretada mente así que no dice nada y finalmente toma asiento cerca de Alexander, mirando el agua distraidamente mientras se sujeta a su mano.
Mmm...el hombretón este, Lancelot, parece tenerle aprensión al agua. Que cosa maravillosa el miedo. Te hace actuar de maneras insólitas...
Muevo mis manos, para dejarlas en una posición mas cómoda, mientras canturreo una vieja canción de mi infancia. Estoy disfrutando este paseo, realmente. Quizás por el encuentro con Melinda, alguien con quien hablar. Quizás por otra cosa. Mientras analizo a quienes están a mi alrededor, olfateo el aire, en busca de los signos que el porvenir siempre envía con antelación.
Mientras nos acercábamos a los demás Lancelot se paseaba por la orilla como una fiera encerrada o temerosa de lo que tenia frente a él. Al llegar a la altura del barquero Isabella discute el precio, esas cosas me resultan de lo mas tediosas así que me paro a su lado ya que su brazo permanece enredado con el mio y observo con mirada aburrida la orilla y a los demás integrantes que estaban ya sentados en el bote.
Isabella por amor al cielo paga lo que te pide y continuemos con esto, sino no llegaremos nunca a la cita... mi todo es bajo, casi un susurro, una suplica que suena bastante real y refleja mi impaciencia por alcanzar nuestro objetivo. Que a fin de cuentas no era otro que cumplir con la carta que recibimos.
Patrizia
Vaya, al leerlo entendi que pagabas el pasaje de la esclava , no el mio. Rectifico y claro que acepta la invitacion de la dama ;).
Weno fallo técnico, es lo que tienen los "motes" de Patrizia, para ella eres el Guerrero Lacónico... editaré mi post xD
Cuando Patrizia me sujeta mi mano salgo del ensimismamiento en el que estaba para sonreír cálidamente a esta y llevarme su mano a los labios los cuales besan su tersa piel, la miro a los ojos pero mi semblante se mantiene sereno.
Después acaricio su mano y digo, ¿Tenéis frío joven Pratizia? mientras la suelto y me levanto quitándome la negra capa forrada de piel de carnero y poniéndosela en lo alto para protegerla de la brisa fría del rio.
En mi memoria queda sus movimientos por la barca pululando como una polilla de la oscuridad buscando la luz.
Escucho las palabras de Markus y asiento mientras saco unas monedas de mi bolsa poniendoselas en la mano
Contento te miro y niego Es mi vena comerciante ya lo sabes, tengo que regatear por todo sonrio y camino con el hacia la barcaza a la que subo mientras miro de nuevo a mis acompañantes
Realmente han sido muy rapidos en llegar y ... espero que el viaje al otro lado sea rapido algunos ...
Me siento en uno de los bancos que haya en la barcaza y miro hacia la noche, oscura y misteriosa, para luego volver a mirar a la barcaza y a sus ocupantes.
Una vez todos habéis pagado y subido a bordo, junto con unos pocos pasajeros más, el transbordador comienza a moverse hacia la otra orilla. Es un viaje largo y tranquilo aunque por la expresión del semblante de Lancelot diríais que os encontráis en medio de una marejada.
Un tiempo después llegáis a la otra orilla, a los alrededores del castillo.
Pasamos a la escena: el castillo de Buda-Pest.