Partida Rol por web

El vehículo responde a la perfección y acelera cuando es necesario. Los híbridos gritan improperios y tratan en vano de alcanzaros.

Como alma que lleva el diablo os dirigís a la casa de Rod, entrando a las calles de la zona corporativa. A los pocos metros de comenzar a rodar por dicha zona, un vehículo comienza a seguiros y sus seis ruedas hacen que os coma terreno con rapidez.
Una ventanilla se baja en la parte trasera del mismo y una especie de arpón sale disparado y os pasa cerca. Si no fuese tan delicada la cúpula que envuelve la base y os proporciona una atmósfera artificial, usarían armas de fuego (pero en Marte están prohibidas y nadie puede acceder al planeta con ellas)

Con un volantazo y un giro inesperado despistáis a vuestros perseguidores. Sois consciente de que la base no es muy grande y que si no os dais prisa os volverán a encontrar.

Os percatáis de que en la zona residencial, donde estáis, apenas hubo disturbios. No hay mucha gente por la calle, y entre ellos apenas hay híbridos. Hay alguna patrulla de seguridad corporativa, en previsión de que vuelva a haber algún tipo de jaleo. En ningún momento son hostiles con los híbridos y viceversa.

- Mierda Nimara, ¿y ahora que hacemos?esos hijoputas nos acabaran encontrando.-dijo tenso el mercenario.

Miró a su alrededor, de momento, todo iba bien. Pero tenían poco tiempo antes de que las cosas se volvieran a torcer.

Conducio hasta cerca de la casa de Rodd donde metió el vehículo en un oscuro callejon y paro el motor.

- No se que harás tu, pero yo no pienso irme de aqui si n mis hermanas. No las perderé la pista otra vez. Deberías haberte ido en la capsula de escape, grandullón...

Bajo del vehículo y se dirigió sin dudarlo a la casa de Ruby Rodd. Una guerra se cernia y necesitaban un ejercicio, y eso era cosa suya.

Desde el exterior de la casa podéis oír algo de ruido, propio de una reunión pero no de una fiesta. Al parecer John Tabay y su gente no han molestado a Ruby Rod y sus invitados.

No se que harás tu, pero yo no pienso irme de aqui si n mis hermanas. No las perderé la pista otra vez. Deberías haberte ido en la capsula de escape, grandullón...

- Ni de coña iba a perderme el fin de esta historia. Se lo debo al rastas (hizo referencia a Cliff Roots). Ahora vamos.

Jackie abandonó el coche y se dirigió a la casa lo más sigiloso posible. Ya estaba harto de sorpresas, de híbridos y mineros puestos hasta el culo.

Entro dentro de la casa de Rodd y cuando llego a este le hizo unas señas para que le siguiera a un lugar algo apartado dentro de la misma.

- Tenemos un problema gordo entre manos, Ruby, pero confío, en ti y la gente que conoces para poder remediarlo ¿verde?

Espero su respuesta antes de proseguir.

Entráis en la casa de Ruby Rodh y todos os miran sorprendidos. La mujer marciana altísima se os acerca con una bandeja y algo de beber.

-¡Superverde! - exclama Rodh -Nimara querida, Welles mi hombre, menos mal que sois vosotros.
>> Hay gente volviéndose loca - imita es zumbido de una mosca mientras espanta un mosquitos imaginario - Me siento mejor sabiendo que estáis aquí. ¿Sabéis que ocurre?

Antes de que Nimara comience a explicarse, se adelanta y abraza a Ruby. Un destello hace que Welles mire hacia la ventana que tiene al frente, su instinto le dice que algo va mal. Con sus reflejos felinos da un salto hacia adelante y rompe el abrazo de un empujón.

Cae de rodillas. A lo lejos ve a alguien alejarse. Mira a Ruby y lo ve sano y salvo, resoplando en el suelo. Mira hacia atrás, a Nimara, y ve que tiene un dardo clavado en la garganta. Sus ojos se ponen en blanco y su tecnopelo se apaga. El veneno acaba con su vida.

Al ver el cuerpo de Nimara sin vida, Ruby suelta un grito tan agudo que resulta molesto.

-¡Welles!, mi hombre, tienes que hacer algo.

El pánico comienza cundir entre los invitados. Algunos se tiran al suelo, otros gritan, otros abandonan el edificio corriendo como pollos sin cabeza.

Welles echa a correr en busca de quién ha lanzado el dardo.

el hombre no se ha movido y está cargando un segundo dardo. La poca gente que hay en la calle se aleja de la zona de posible conflicto.

Puedes escuchar claramente como un coche se aproxima a vuestra posición.

Voy a por él a pegarle una ostia enfurecido por haber matado a Nimara.

Welles se abalanzó con rabia sobre el que había lanzado aquel dardo.
Descargando con fuerza su puño.

Tu puño impacto sobre el objetivo, que no ha sido capaz de ver tus rápidos movimientos.