Partida Rol por web

Más allá de las montañas de la locura

Capítulo 0: Prólogo.

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08/10/2013, 16:37
Director

Notas de juego

He tirado dos veces porque pensé que con la primera podría ver el resultado, pero al no ser así he tirado de nuevo.

No tengo muy claro como resolver estas situaciones, tiradas abiertas?, te lo pedimos primero?, tu dirás.

Todas las tiradas de percepción son siempre secretas, y, en realidad, casi todas las demás también ;) O bien la dejas hecha poniendo la marca como una tirada oculta, para que no puedas saber a ciencia cierta si has acertado o no, o bien roleas todo y la tiro yo mismo. Luego ya te doy yo el resultado. Como avanzo el miércoles, pues eso, ya lo sabrás, vale la tirada oculta.

En realidad, es mejor el roleo, pero si te da ilu tirar tú: siempre oculta por si las moscas.

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08/10/2013, 18:02
Dr. Arthur Hirsch

El Doctor Hirsch suspiró ligeramente al ver ante sí el objetivo de su búsqueda, el Hotel Amherst. Aquel día de julio se empeñaba en castigar a todos los viandantes con un tórrido calor que convertía los lujosos trajes en una pequeña y portátil sauna personal. El comité de bienvenida compuesto por periodistas, curiosos y el personal del hotel conformaban una verdadera muralla alrededor de la entrada. Con un gesto rápido, entró en el hall del edificio y se quitó el sombrero de ala ancha para ahuecar un poco su pelo y retirar con un pañuelo el sudor que le cubría la frente -Si, no se preocupen, el representante de la expedición les dará todos los detalles relevantes- dijo mientras se abría camino dificultosamente tras la fornida espalda del ujier –En estos momentos no me encuentro en disposición de aportar ninguna información extra. Solo les adelantaré que es una excelente oportunidad para estudiar la expresión conductual de los desórdenes asertivos en el ser humano. Una oportunidad que ningún estudioso debería perder…-  No hacía demasiado que había abandonado su ciudad natal, Londres, y la ciudad americana le había dado la bienvenida con una temperatura inhóspita, a la cual se encontraba poco habituado. Tras llegar hasta la recepción asintió con un leve cabeceo ante las palabras del recepcionista y se encaminó hacia la habitación que tenían preparada.

El penetrante sonido del timbre despertó de nuevo los sentidos de Athur, que se había sumido en un mar de pensamientos mientas subía en el ascensor ¿Cómo serán mis acompañantes? He oído hablar de varios de ellos, pero nunca he tenido el placer de conocerles en persona. Al salir del habitáculo y avanzar por el hermosamente decorado pasillo, una puerta cerrada con una placa indicaba hacia dónde debía dirigirse. Me preocupa especialmente la presencia de la señorita Menez. Una conocida periodista que dirigía una sensacionalista revista sobre ciencia y todo tipo de sucesos extraños. El doctor cruzó el umbral decidido y asintió ante el saludo de una amable secretaria y las palabras de bienvenida de Starkweather. Parecía que había llegado en el momento oportuno –Es un placer conocerles- dijo mientras extendía una mano hacia Sir Sutton y la señorita Menez –Espero no haberles hecho esperar demasiado-

Desabrochándose el botón inferior de su americana el afamado psiquiatra se sentó en una de las elegantes butacas dispuestas para tal efecto. La mujer comenzó la agradable charla, se notaba que tenía carácter, que era decidida. No era habitual que una mujer rompiera el hielo en el primer contacto que tenía con un grupo, pero aquella señorita Méndez estaba acostumbrada a buscar la noticia, a las entrevistas, a un cuerpo a cuerpo con la palabra –Le agradezco su apreciación señorita Menez, tan solo intento realizar mi trabajo lo mejor posible- dijo mientras observaba la reacción de su otro acompañante –Desde luego que he oído hablar de su revista. No debe resultar sencillo lograr la edición de un nuevo número con la frecuencia con la que lo hacen. Tengo por seguro que usted también es una de las mejores profesionales en su campo- La familiaridad con Sir Sutton le había sorprendido. No sabía que se conocieran de antemano y aquello podría condicionar las relaciones posteriores durante el viaje. El hombre no tardó en intervenir ante la amable y educada invitación de Aramiker –Bueno, no me sorprende demasiado. Mis publicaciones suelen centrarse en el mundo académico. Sólo en ocasiones he intervenido en otro tipo de publicaciones, y sólo si era estrictamente necesario- dijo mientras tomaba entre sus manos el delicado vaso con la limonada que servía en ese momento la secretaria –La antropología siempre ha sido un campo que me ha llamado especialmente la atención. Lo considero un proyección clara de la psique humana y me fascina el encontrar rasgos sociales tan similares entre diversas culturas. Aun cuando estas disten entre si ¿No lo cree así?-  Con un gesto ensayado se llevó el vaso a los labios y tomó un corto sorbo para refresacarse.

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09/10/2013, 10:39
Chester Field

Chester no puede reprimir una sincera carcajada al ver a los otros candidatos a la misión que, como él, esperan para pasar la entrevista.

¡Por todos los diablos. pero si es Mag... La Señorita O'Connel! Vaya, vaya vaya... ¿Qué os lleva tan lejos de Anchorage? ¿Es que os habéis cansado de aguantar a ricachones aburridos? O alguno se atrevió a pediros un beso, le soltasteis un guantazo y habéis tenido que huir del estado?

A Chester le gustaba chinchar a la señorita O'Connel. No había maldad en sus comentarios... no excesiva, vaya. Pero es que Chester no estaba acostumbrado al rechazo...

El otro también le resultaba familiar, pero en aquel momento no lograba recordar de qué.

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09/10/2013, 16:36
Maggie O'Connel

No le gustaba Nueva York, algo evidente para cualquiera que charlase con ella más de tres minutos. Demasiada gente, demasiados coches, demasiada contaminación en el aire para una nariz como la suya acostumbrada a un aire tan puro que estaba convencida que si lo aspiraban los nuevayorkinos se morirían inmediatamente porque sus cerebros explotarían con tanto oxígeno.

Pero si quería aquel puesto de trabajo, tendría que pasar por ello. A duras penas consiguió ponerse aquella ropa ridícula que resaltaba sus curvas femeninas, pero absolutamente infuncional, ligera, que se rompía con cualquier enganche, que no le permitía correr si lo necesitaba y que si debía tener la ventaja, a cambio, de ser muy fresquita en un verano tan caluroso pues... tampoco.

Y después la burocracia, las entrevistas, localizar antiguos clientes, incluso una muy desagradable visita a lo que resultó ser la viuda y el huérfano de un antiguo millonario ahora suicidado. Les había dejado una cantidad de dinero, más de lo que aquel hombre le había pagado a ella por su trabajo, pero la pobre viuda ahora limpiaba escaleras y aún así apenas tenía para darle de comer al niño. Al menos en Alaska las cosas estaban mejor, al no haber montado una economía de la pura especulación, la gente podía seguir cazando y comiendo lo que cazaba. Sin duda tenían su gente sin hogar, especialmente antiguos mineros sin suerte, pero nada remotamente parecido a lo de las grandes ciudades donde si no tenías un trabajo no tenías absolutamente nada.

Y al final estaba allí, con aquella ropa que le hacía sentir como algo intermedio entre una duquesa y una prostituta, sin la familiar sensación de llevar un arma en los brazos, sin ningún perro alrededor, y tratando de recordar qué cosas podía hacer una mujer y cuales no (como por ejemplo rascarse el culo cuando picaba, lo que con aquellas condenadas capas de mala ropa superpuesta era algo que sucedía a menudo)

Cuando entró en el despacho fue saludada con una risa y unas palabras mordaces, era Chester, a quien había llevado en su trineo un par de veces, nada ofensivo. Recordaba también al otro, era piloto.

- No debiste aceptar mi whiskey de patata Chester, ya no sabes donde has estado, yo soy de Fairbanks y no de Anchorage. Y sí, hubo un millonario que se me insinuó, y después soltó las manos, y después perdió las manos. Creo que fueron para Pete, el líder de mi segundo equipo de malamoutes. Pero no he huido por eso, no hay delito porque no hay cuerpo del delito, dieciséis perros comen mucho, y no siempre me apetece salir a cazar.

Lo peor, es que viniendo de aquella mujer era perfectamente creíble, al menos si la habías visto cubierta de pieles y abatiendo un oso polar de un disparo en la cabeza.

Hola Dominique.

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09/10/2013, 17:09
Aramiker Menez

Antropología y psicología, no se me hubiera ocurrido Sr. Hirsch, pero la verdad es que la antropología no es uno de mis fuertes, pero seguro que nos puede ilustrar. Sin un ápice de ironía.

Sería una manera de sacar algo de esta larga espera. Dejando notar esta vez una cierta ironía

.......deja un tiempo para ver si Hirsch se arranca pero seguro que justo antes de que empiece a hablar Hirsch, Aramiker ya esta con la siguiente frase.

De todas formas, ¿no les intriga quien puede ser el entrevistado?,¿ o mejor aún entrevistada?. Más presencia femenina sería bueno para la expedición.  Afirmando de forma categórica.

Que les parece una apuesta, ¿el que acierte con la profesión del entrevistado?, 1$?. Sabiendo que Sutton no se negaría a una apuesta fuese del tipo que fuese, incluso una tan absurda. Y mirando a Hirsch para examinar su reacción.

Yo digo que es una Doctora, que en sus ratos libres disfruta de la alta montaña. Mediana estatura de melena  azabache, como le gustan a.......... mirando a Sutton con una sonrisa picarona,  a casi todos,  a casi todos. JAJAJAJAJA.

 

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09/10/2013, 18:35
Aramiker Menez
Sólo para el director

Notas de juego

Aramiker y Sutton se conocen desde hace tiempo y no lo esconde, pero la intención de Aramiker con esta conversación es multiple.

1.- Ver la reacción de Hirsch.

2.- Y ya que parece que los tres van a estar bastante tiempo juntos, cuanto antes empiecen a conocerse mejor.

3.- Si por algún casual les están observando, quiere parecer lo que es una persona abierta y sincera con la que es fácil relacionarse si uno no se deja abrumar, claro.

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09/10/2013, 18:43
(Starkweather-Moore, líder) James Starkweather

Antes de que Hirsch pudiera replicar, se abrió la puerta (la "espera" había sido de unos cinco minutos, quizá diez), se abrió la puerta y se vio a Starkweather dejar paso a una mujer bien vestida, pero modestamente. Alguien que se veía que había escogido lo mejor de su armario para la ocasión, y que, aun no acostumbrada a ello, se había pintado con esmero.

Espero que volvamos a vernos en una ocasión más propicia, señorita Whitston. Y, créame, se lo ruego, en el futuro estoy seguro de que me agradecerá la decisión tomada.

Señorita Menez, ¿tendría la amabilidad de pasar, por favor? Starkweather se dirigió a la editora y señaló la puerta con un ademán invitador, para que entrara.

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09/10/2013, 19:06
(Prólogo) Charlene Whitston

La señorita Whitston se volvió, para marcharse. Todos pudieron ver que tenía húmedos los ojos, pero soportaba la tensión con admirable valentía y entereza.

Buenos días, saludó con educación. Se marchó rápidamente. El ruido de sus tacones, muy discretos, sonó firme en el enmoquetado, unos segundos después de que dejara la habitación

Notas de juego

Aramiker postea hasta nueva orden solo para el director. Los demás os quedáis solos ;)

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09/10/2013, 19:45
Dominique Pickwell

Un dia mas, otra entrevista a la que asistir sin demasiadas esperanzas. Aunque esta vez las formas de llegar habian sido un tanto curiosas. Se buscaba gente con mis caracteristicas... Pero cuales, piloto, contrabandista, cartero, en fin a ver por donde sale el sol mañana, lo que si estaba claro era que vivir intentando pasar desapercibido salia caro y ya estaba empezando a ver el fondo a la caja de te.

Al entrar en la habitacion me quede mas desconcertado aun, un fotografo y una aventurera... y ademas los conocia.

-Que pequeño es el mundo, quien iba a pensar que seria aqui donde terminariamos esa partida de poker que dejamos a medias.

-Señorita O´connel, señor...Field, Un placer coincidir de nuevo.

Que extraño, parecemos tres personas sacadas de contexto.

Me muero de ganas por conocer la razon de tan pintoresca reunion.

Notas de juego

Siento haber tardado en contestar, la verdad es que no sabia como hacerlo...

Un saludo.

Diegüito, tirame un dadico para ver como ando de capital.

Máster: me temo que eres pobre como una rata ;)

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09/10/2013, 22:09
(Starkweather-Moore, líder) William Moore

Buenos días, señorita Menez, encantado de conocerla, dice un hombre que se levanta de una butaca, donde está fumando en pipa. Soy Moore.

Innumerables periódicos, telegramas y otros trozos de papel cubren todos los espacios libres de la sala de estar. Fotografías enmarcadas o clavadas en tableros de corcho decoran las paredes. Algunas son de la expedición (un barco en un muelle con muchas cajas sin desembalar en la nave que hay junto a él, grúas, fotos de miembros de la expedición haciendo diversas labores), pero la mayoría son de Starkweather.

El profesor Moore es un hombre pequeño, que luce una pequeña barba. Va vestido de un modo muy formal, y algo anticuado, de oscuro. Lleva corbatín.

¿La última versión del contrato es esta? Dice. Y lo toma de tus manos.

Siéntese, por favor. Hay varias butacas, otra mesa (todo abarrotado), una gran alfombra, vasos medio llenos, libros de viajes, mapas, periódicos, una estatuilla de bronce... el ambiente de trabajo es evidente.

El profesor Moore se sienta también, revisa el contrato y guarda silencio.

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09/10/2013, 22:17
(Starkweather-Moore, líder) James Starkweather

Starkweather pasea por la habitación, en lugar de sentarse.

Haremos grandes cosas, señorita Menez, estoy seguro. ¿Está todo lo que se comentó, William? El profesor Moore asiente en silencio, revisando las últimas disposiciones inscritas en el papel.

Mientras lo examina, te entretienes en pensar en los dos que has dejado atrás: Hirch y Sutton. Hirsh está claro que no congenia contigo. Es sumamente correcto, por supuesto, pero esa tirantez carece de la cordialidad que pueden expresar con, aunque sea, la sombra de las pestañas, todos los ingleses. De Sutton, en cambio, no te queda una impresión clara. Te faltan datos.

Starkweather, al recibir el asentimiento de Moore, te mira con ojos luminosos, emocionado por la aventura en la que se ha metido, sin duda. El tipo es un entusiasta, ya se ve. De esos capaces de hacer fabulosos despliegues de energía.

Vamos a hacer grandes cosas, y su representante en nuestra expedición las narrará, téngalo por seguro, señora Menez. Será usted recordada como la editora que lanzó al mundo una serie de descubrimientos sin precedentes. Tenemos magníficos fotógrafos. Todos los científicos de la expedición pondrán a su disposición innumerables datos valiosísimos. Usted solamente tendrá que estar cómodamente sentada en su despacho, y, ¿cómo decirlo? dominar el tremendo flujo de información que va a inundar sus oficinas. ¡Tengalo por seguro! Por cierto que me hubiera gustado que trajera a su sabueso consigo a esta entrevista. Necesito conocer al hombre que viajará con nosotros, que convivirá meses enteros en el fin del mundo.

Como es de suponer, pones cara de extrañeza. Está claro que piensa que va a ir un tipo pagado por ti, para que haga de reportero...

¿Ocurre algo, señorita Menez? Dice el explorador.

Moore se limita a mirarte, sin desvelar ningún tipo de emoción, pero Starkweather es la viva imagen de la solicitud.

- Tiradas (1)
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09/10/2013, 22:31
(Starkweather-Moore, guía) Nils Sorensen

En ese momento se abre la puerta y sale un tipo de pelo casi blanco, de tan rubio. Tiene una expresión completamente vacua, la mirada fija. Impasible. Hace un mínimo saludo con la cabeza, casi intuido, más que visto. Luego se va. Sus pasos no suenan en la mullida alfombra. Va vestido con una americana gruesa, a pesar del calor, pero no suda. Sus calcetines son de distinto par. Sin embargo la ropa está cuidada y limpia.

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09/10/2013, 22:38
(Starkweather-Moore, líder) William Moore

Tras el rubiales, sale un hombre pequeño, con perilla, gafas y ropa muy conservadora, chaleco, corbatín...

Buenos días, señores, señorita. Soy el profesor Moore. No, no se levanten, por favor. Señorita O'Connel ¿verdad? Pase usted.

Notas de juego

Os quedáis solos Field y Pickwell, ojo con los destinatarios. O'Connel, a la picota ;)

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09/10/2013, 22:44
(Starkweather-Moore, líder) James Starkweather

Buenos días, señorita O'Connel, encantado de conocerla, dice un hombre que se encuentra de pie, en medio de la habitación. Soy Starkweather. Es alto, fuerte, con canas en las sienes, cuidado bigotazo, impecable ropa de sastre gris perla, con chaleco, corbata, cadena de oro y discretos pero carísimos gemelos. Sus ojos azules te atraviesan con suma cordialidad. Parece el típico entusiasta con la energía de un tifón... aunque estas cosas se ven realmente cuando vienen mal dadas y estás en la puré, no en medio de una suite de super lujo.

Innumerables periódicos, telegramas y otros trozos de papel cubren todos los espacios libres de la sala de estar. Fotografías enmarcadas o clavadas en tableros de corcho decoran las paredes. Algunas son de la expedición (un barco en un muelle con muchas cajas sin desembalar en la nave que hay junto a él, grúas, fotos de miembros de la expedición haciendo diversas labores), pero la mayoría son de Starkweather.

Siéntese, por favor. Hay varias butacas, otra mesa (todo abarrotado), una gran alfombra, vasos medio llenos, libros de viajes, mapas, periódicos, una estatuilla de bronce... el ambiente de trabajo es evidente.

El profesor Moore se sienta también, revisa el contrato y guarda silencio.

Starkweatyer carraspea. Él se ha quedado de pie. Es evidente que prepara un discurso. Durante el transcurso del mismo, tienes la inigualable ocasión de poder experimentar lo que es un largo y tendido palabreo sumamente elegante, sensible incluso, lleno de amable paternalismo.

Señorita. Hemos tenido la ocasión de examinar su magnífico currículo, sus no menos asombrosas cartas de presentación de antiguos clientes suyos. Sin embargo, señorita O'Connel, no puedo dejar de preguntarme, y lo hago por su bien, créame, qué dirán sus familiares y amigos de todo esto, qué dirá la sociedad que la rodea pensando que va a estar conviviendo con treinta hombres malolientes, que se desnudan juntos a diario... ¿Tendrá siquiera la idea de lo que será cambiarse con treinta hombres a su alrededor? ¿El desastroso efecto que puede llegar a causar su presencia? Señorita, esto no va a ser un safari, en el cual pueda disponer de criados, de una tienda para usted sola. Entiendame, la higiene, por supuesto será necesaria, pero necesariamente parca, y la cantidad de energía gastada en siquiera calentar el agua para bañarse tendrá que ser terminantemente tasada, y aprovechada, seguramente, en grupo.

Se nota que está pasando un rato difícil. Que intenta ser lo más delicado posible. Casi lees sus emociones, intentando exponer heroicamente y con toda la crudeza posible las situaciones que ya conoces más que de sobra, hasta la saciedad, y que has manejado siempre con bastante fluidez. Pero eso no cabe en la cabeza de una mente victoriana, chapada a la antigua. Su rechazo es, en su amabilidad e inocencia, casi conmovedor... si no fuera por que te están viniendo ganas de aplastarle la cabeza con ese pisapapeles de mármol que hay encima de la mesa.

Señorita, prosigue, mientras, sin saberlo, inocente, aprovecha que estás muda de la indignación y la sorpresa, además de todo esto, entienda que no podemos permitirnos peleas durante todo el camino. Su belleza, que es un don de Dios, puede ser, también, una maldición terrible, y minar la moral del hombre más frío y calculador. Tenga en cuenta que viajan con nosotros gentes de las más variadas clases sociales que, a pesar de estar bien educados, no tienen la templanza que un caballero necesita para abrirse camino en la vida con decoro. Por supuesto, sufragaremos los gastos en que haya podido incurrir para venir hasta Nueva York, y le pido mis más sinceras disculpas por tener que rechazar su candidatura para el puesto de trabajo.

Moore sigue examinando los papeles con toda la calma del mundo. Sin decir nada. Te mira solamente una vez. Te das cuenta de que lo que tiene en su mano es, precisamente, tu currículum vitae.

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09/10/2013, 23:23
Maggie O'Connel
Sólo para el director

- Empezaré por el final señor Don, si voy a tener problemas con sus 30 hombres, es algo que tendrán que decidir sus 30 hombres y usted. Yo no voy a tener problema con ninguno por mi propia iniciativa, y si alguno tiene un problema conmigo le levantaré la tapa de los sesos. Así que tiene dos opciones, o no me contrata, o controla muy bien con qué tipo de gente se embarca. Si opta por esto último hágalo con mucho mimo, si pretende que todos vuelvan con vida. Le diré una cosa más, tengo 38 años, ningún marido ni familia cercana, una posición económica acomodada y tres armas de fuego a cada cual de mejor calidad que la anterior. Es obvio que no me gustan los maridos y en cambio sí las armas, hágaselo saber a los que se embarquen conmigo.

- Respecto a las cuestiones de olor e higiene. Hace como unos... cuatro años, uno de mis perros estuvo a punto de congelarse, así que abatí un enorme reno, lo abrí en canal, le saqué las tripas, y metí a mi perro dentro. Y después me metí yo también para ayudar a mantener el calor mientras no llegaba el día. El caso es que sobrevivimos, que era lo importante. Tengo entendido que es usted un viajero experimentado, yo no, yo nunca he estado en desiertos ni en selvas, pero he recorrido Alaska de punta a punta, en verano e invierno, a veces acompañada únicamente de 20 perros y otras veces con 20 humanos, y siempre dependiendo todos de mí. Y como puede ver sigo viva, con todos mis miembros, y jamás he perdido un cliente aunque nos cercase una tormenta de nieve. Y sospecho que muchos de ellos jamás han tomado un baño de agua caliente. Que he tenido que llevar a muchos mineros en mis trineos, tanto a su destino como sacarlos de allí para llevarlos a la civilización porque se habían vuelto locos o se habían roto unas costillas. 
 

- Tampoco me entienda mal señor Don, no quiero dirigir la expedición ni decirle a nadie como se hacen las cosas en los polos, tengo experiencia en eso, pero seguro que otros tienen más. Yo he venido porque creo que necesitarán protección, no sé si hay osos polares en la Antártida, pero si no los hay supongo que habrá otras cosas, lobos, yetis, animales nunca vistos antes... Sea lo que sea, quiero verlo, y si es peligroso dé por hecho que puedo abatirlo. Tengo un Holland and Holland del calibre 375 para atestiguarlo, y mis clientes pueden atestiguar que sé usarlo.

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10/10/2013, 10:27
Aramiker Menez
Sólo para el director

“Vamos a hacer grandes cosas”, citando a Starkweather y acto seguido se levanta con decisión y colocándose de tal manera que pueda ver a la cara a los dos caballeros. Comienza a hablar de forma muy decidida, pero sin resultar descortés y sin elevar el tono de voz (su tono de voz tampoco es algo que encandile, pues es poco femenina).

 

Sin duda que vamos a hacer grandes cosas, pero creo que se equivocan conmigo caballeros.

Quisiera hacerles una pregunta.

¿Usted dejaría en manos de su asistente, por muy competente que este sea, y el mío lo es, lo que será la mayor y más apasionante expedición de los últimos tiempos?

¿Realmente confiaría en esos momentos vitales cuando es necesario reaccionar de forma rápida y decidida en otra persona que no fuese usted mismo?

Imagínense a un sabueso en la Antártida, indeciso, inseguro solo porque no tiene claro sus órdenes y espera confirmación, o porque lo que ha visto no encaja dentro de sus esquemas.

Claro que no pueden……………. porque durante el tiempo en que tardan en imaginárselo la noticia se ha desvanecido.

Señores la noticia es un animal vivo, hay que rastrear, seguir y perseguir como un buen sabueso pero también hay que ser de capaz de anticiparse, de ver más allá y la única forma de hacerlo te la da la experiencia. Esa es la esencia del periodismo. Gesticulando de forma expresiva y ayudándose de las manos para remarcar sus palabras.

 

Además de nada sirve ordenar la información si la mitad se ha perdido por el camino.

Rebajando el tono de voz, tratando de que la última parte de la frase resultase difícil de escuchar si no se está muy atento, casi como un susurro. Enfatizando la posibilidad de perder información.

¿Cuantas entrevistas se han hecho un año después de la expedición?, ¿cuantas historias de corresponsales han sido decoradas, edulcoradas o simplemente completadas pues quedaban huecos? Retomando el tono de voz anterior.

Lo he sufrido más de una vez.

Eso en un hito como el de esta expedición, no debe, no puede suceder.

 

Hay un dicho que reza “Si quieres que algo salga bien, hazlo tú mismo”. No podría perdonarme que se perdiese aunque solo fuera un dato, un rastro….. y para estar seguros he de estar con la fuente, en el corazón de la noticia. Enfatizando la última parte de la frase.

Ustedes necesitan alguien experimentado, dejando un silencio no un sabueso,  otro silencio me necesitan a mi y mis años de experiencia como periodista.

Y no se dejen engañar por las apariencias.

¿Creen que es fácil llegar donde he llegado siendo mujer, y con esta apariencia?

No. Es un No rotundo, sin fisuras, propio de alguien que sabe de sus limitaciones y las ha superado con trabajo y esfuerzo.

¿Pero cómo se consigue?, ustedes lo saben mejor que nadie, ustedes que han trabajado duro contra viento y marea para sacar esta expedición adelante. dejando un tiempo para que puedan recordar los momentos duros mientras preparaban la expedición.

VO-LUN-TAD (como el seleccionador Nacional de Baloncesto).

Es la voluntad lo que te hace seguir cuando lo demás te lo impide. Si tienes voluntad nada ni nadie te parará.

Y nadie tiene una voluntad más férrea que la mía, al menos de entre los periodistas que conozco, y es esa misma voluntad la que me traerá devuelta para contar el más grandioso y fidedigno relato sobre la mayor expedición de nuestros tiemposEnfatizando la ultima frase

 

Terminada la exposición, procede a sentarse, sin dejar de mirar a los caballeros. 

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10/10/2013, 13:27
Lord Anthony Montagu-Sutton III

Una lástima, parecía una muchacha... agradable. - dijo sonriendo Sutton mientras miraba como la mujer se alejaba.

Después se vuelve a girar hacia el psiquiatra.

¿De qué estabamos hablando? - cambia de postura en la silla. - ¡Ah, sí! Me preguntaba por la antropología. En Cambridge - al pronunciar el nombre, sin quedar muy claro si se refiere a la población o a la institución universitaria, se deja ver claramente su origen británico - tuve un profesor que decía que la psicología es la herramienta que nos dice por qué hacemos las cosas mientras que la antropología es la que nos dice por qué hacían las cosas nuestros antepasados.

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10/10/2013, 14:21
Dr. Arthur Hirsch

Hirsch saludó levemente con una inclinación de cabeza la irrupción de la señorita en la habitación y esperó a que esta la abandonara para continuar con la charla -Interesante, Cambridge... Como le decía, siempre me ha interesado, pero no soy versado en la misma- dijo mientras pensaba que no había podido intercambiar ni unas palabras con Menez -Mis palabras hacían referencia más a la vía social de la antropología. Aunque supongo que en todas ellas concurrren los factores que usted apunta- 

La limonada estaba especialmente fría, y con el calor que les había recibido la ciudad, el doctor no tardó en terminarla -¿Ha viajado usted mucho para disfrutar de esta ciencia? Parece que es usted una persona de mundo. Al menos conoce a la señorita Menez a este lado del charco- Con un gesto distraido, su mano izquierda comenzó a jugar con el ala del sombrero que había depositado sobre el reposabrazos de la butaca -Sospecho que vamos a tener mucho tiempo durante el viaje para conocernos. Estoy especialmente esperanzado con la oportunidad que se abre ante nosotros-

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10/10/2013, 22:08
(Starkweather-Moore, científico) Samuel Winslow

Entra por la puerta que da al pasillo un joven con grandes gafas, guardapolvo y aire despistado. Lleva una libreta de notas y un lápiz mordisqueado.

Eeeeem, mira alrededor, como si no supiera realmente dónde se encuentra. Ah, hola, señorita Rutherford, dice, mirando a la secretaria más de cerca de lo que debería ser normal. Luego repara en Field y en Pickwell.

Soy Winslow, glaciólogo. Se sacude de la mano lo que parece una respetable cantidad de polvo de tiza y os la ofrece. ¿Vienen ustedes al polo, o que?

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10/10/2013, 22:09
(Prólogo) Señorita Rutherford

No lo saben todavía, Doctor Winslow, dice en tono de reconvención maternal y aire algo zumbón. ¿Qué es lo que busca? Mira el polvo de tiza generosamente esparcido por su guardapolvo y, claramente, deduce y resuelve.

El almacén no es aquí, doctor. Ha subido otra vez a la planta cuarta. Tiene que ir a esta misma puerta, pero en la planta tercera.

Luego os lo presenta "oficialmente". Es uno de nuestros sabios, ¿comprenden?