Partida Rol por web

De la casa también sale gente. El jardinero, con cara de imbécil, se queda mirando todo, sin reaccionar. En la casa se abre una ventana, en la que se puede ver asomado un criado que mira a ver qué son esos gritos.

He, he, he, dice Green, chupando su pipa. Es usted chistoso, ya veo, ya. Pues una buena capa de grasa le puede aislar del frío, claro, y provocarle un buen ataque al corazón, eso también. En serio, no tiene una tensión muy allá que digamos. Tome una copita de Wiskey por las tardes. Haga algo de ejercicio... de caminar, quiero decir, la mecánica no es ejercicio ¿me oye, joven? Algo que le haga mover bien el esqueleto, que ponga ese corazón en marcha. No quiero asustarle ¿verdad, hijo mío?

En ese momento, mientras Green está asustando a Mike, se escucha en el pasillo ruido de muchas voces: son los muchachos que vuelven del barco. Al poco se encienden duchas, se escucha trajín en las habitaciones... parece que todo el mundo se está vistiendo para cenar.

Llaman a la puerta de Green, y abre Colt Huston, casi sin esperar a que le den el paso.

¿Quíen de ustedes me ha tocado en suerte de compañero de cama? ¿Eh? ¿Usted? dice cuando Mike hace ademán de contestar. Bien, estupendo, amigo... casi que le podría tutear ¿no? Si vamos a ser pareja creo que es mejor ir ganando algo de confianza. ¿Tocas algún instrumento? Tenemos una pequeña banda, yo toco el ukelele. Tengo una regla, si me permites: no se toca mi ukelele ¿vale, compañero? Bien. Voy a ducharme y a despejar un poco eso para que puedas instalarte mejor.

Parece un joven animoso - susurro entre dientes a Mike - creo que te divertirás...

Mañana a primera hora iremos a caminar - añado en voz más alta, dirigiéndome a Butterfingers y a Pooster- Si no he entendido mal, la reunión es a las 8:00 en hotel, que está a 13 manzanas más o menos. Bien, podemos desayunar a las 5:00 - afirmo con entusiasmo, ignorando las gélidas miradas de mis compañeros - y si vamos a paso ligero, dando un rodeo si es necesario para completar el programa, presentarnos a tiempo. Creo que para el primer día podría ser suficiente, aunque me preocupa que hasta ahora todo lo que hemos visto de la ciudad es llano; sin embargo, a medida que vayamos aumentando las distancias recorridas, estoy seguro de que encontraremos algunas cuestas que podremos recorrer varias veces a marchas forzadas, para entrenarnos...

Vamos, no pongáis esa cara - termino, refiriendome a la expresión desolada de ambos - Un poco de ejercicio podría salvarnos la vida, llegado el momento, ¿No es cierto, doctor?

Subiendo al coche, miro la matrícula para comprobar que coincide con la que he memorizado. Está bien, vayamos a un hospital y si pasamos por una comisaría, déjeme allí para hacer la denuncia correspondiente. Debemos de avisar rápidamente para que puedan interceptar el vehículo. digo asintiendo al taxista tras comprobar que el número de la matrícula coincide.

Una vez dentro del coche, asomo un poco la cabeza Patrick ¿vienes o qué?

Todavía un poco desorientada, miro con un claro odio el coche que se aleja. A punto estoy de echar mano al revolver que guardo en el bolso, pero a pesar del estado en el que me encuentro, me doy cuenta que el coche ya está lejos de mi alcance.

Así, me dejo llevar por mi amiga Enma ¿Has visto que hijo de puta? Ha intentado matarme el muy cabrón. Ese tío se va a cagar, no sabe con quién se ha metido. comienzo a decir mientras me introducen en el coche

Patrick asiente a Enma y tras ver marchar al taxi se dirige a casa de Acacia Lexington, está claro que algo tine que saber acerca del hombre que encañonaba al ruso, ya que han salido de su casa.

1 de Septiembre de 1933, por la tarde-noche.

Nadine, Enma y Charlene se habían ido en el taxi, a toda máquina hacia el hospital más próximo. El taxista puso cara de decepción al ver que la moza caminaba pero no deseaba dedicarse a la emocionante tarea de perseguir al malvado.

Pero se había impuesto la sensatez... y Nadine, aparte de una costilla fisurada, podría haber sufrido una hemorragia interna, cosa que puso el doctor que las asistió bien de relieve. Tras un buen rato esperando en la sección de urgencias y otro buen rato siendo atendida, amén de otro buen rato en observación, se pasó el día...

O'Maley había decidido quedarse en el lugar, para ver si podía hacer más indagaciones.

El guardia privado que Lexington tenía en su casa había llamado a la policía. Se presentó inmediatamente una patrulla. Se hizo pasar a la casa a todos los interesados que pudieran testificar... entre ellos no parecía estar Acacia Lexington.

Por lo que pudo entender O'Maley, el tipo había estado esperando en el jardín, escondido en un pequeño cuarto de herramientas que ya se utilizaba muy poco: nadie había reparado en él. En todo caso, no pertenecía a la casa.

Perkins, el mayordomo, se mostró compungido al saber a quién habían raptado delante de sus narices: al parecer, Roerich era viejo conocido de Acacia y su familia, y un entrañable amigo, por añadidura.

El agente Boob tomó nota de todo y dejó anotado un número de teléfono y un número de referencia del caso para el momento en el que quien deseara formalizar una denuncia, hacer alguna consulta o aportar información pudiera hacerlo.

Muchas gracias. En muy poco tiempo será asignado un detective a este caso, señores. Todo lo que pueda ser de utilidad y puedan haber omitido por olvido... cualquier cosa de la que, de repente, se acuerden, no duden en llamar. Lo dice sin ironía alguna, más bien estirado y formal. Déjenme, por favor, un modo de contactar con ustedes. ¿La señorita ha sido llevada al hospital, verdad? Espero que cuanto antes, se pase por comisaría, para declarar.

Cierto que si, señor Peabody. Muy cierto. Es bueno para el cuerpo y para el espíritu, hijo mío, termina dirigiendose ya a su posible paciente, Mike.

Bien, despejen queridos, el doctor tiene que vestirse para la cena ¿no es así? Y ustedes a lo mejor desean hacer lo mismo.

Así que, como si fueseis muchachos, os desaloja de su consulta y cierra tras de si.

Pero, por un lado, los tres nuevos expedicionarios huyen la cena en el Amherst y las tres mujeres y el militar acuden al Bond 45 que está de bote en bote esta noche (como otras, ya que parece que tiene mucho éxito entre la gente de clase media-baja, pobre pero honrada), con parejas, familias, obreros, gente interesante y otra no tanto...

En una mesa algo apartada, esperan que se sirvan sus pedidos los siete conspiradores. Llama la atención que Nadine y Charlene se han cambiado de ropa, y que la primera viene moviendose con mucho cuidado y cierta palidez, como su hubiese sufrido algún tipo de percance. Tanto ellas como Enma y O'Maley parecen muy serios.

Nadine, ¿Te encuentras bien? - pregunto, una vez no hemos sentado y saludado convenientemente a todo el mundo- No tienes demasiado buen aspecto - mientras contesta, continúo, mirando a todos lados con algo de nerviosismo para ver si alguien nos observa o nos ha seguido - Nosotros no hemos tenido demasiado éxito, me temo. Moore parece muy confiado en sus capacidades, y desde luego se ha mostrado impermeable a cualquier crítica o comentario acerca de Starkweather..., por el momento creo que estamos en un punto muerto.

Tras solicitar la correspondiente prescripción médica para eso que llama “Wiskey”, Mike y sus amigos abandonan la consulta del  Doctor Greene…

Los comentarios del doctor sobre su salud han puesto a Mike de mal humor… y va a todos lados mascullando barbaridades tipo:

…andar por las mañanas… pero es que nadie le ha dicho a este tipo que soy mecánico…antinatural… donde se ha visto a un mecánico ir andando a ningún lado… contra natura…

Solo sale de ese estado de malhumor cuando ve el aspecto de sus compañeras… entonces guarda silencio y espera a oír las respuestas a las preguntas de Peabody.

Por supuesto, muestra la prescripción médica y pide que le sirvan Wiskey…

Tim esta de buen humor hasta que entra en la taberna y ve los rostros serios de sus cvompañeros.

¿estais bien? que ha pasado? Como bien dice Alex, alli no han soltado prenda, y mira que hemos probado. Parece que esconden algo, Moore se ha mostrado muy seguro de si mismo y no ha aceptado ningun comemntario relativo a nuestro Galan Ingles. Parece que sabe que no es el mejor compañero de viaje..... Bueno, ¿que tal vuestras pesquisas?

No, no estoy bien. Un hijo de puta ha estado a punto de matarme al intentar atropellarme digo de mala gana, echando un trago a la bebida analcoholica 

Fuimos a la casa de Acacia y no quiso saber nada de nosotros. Mientras estábamos fuera, vimos salir de la casa al señor Roerich junto a otro tipo, ya sabéis, Nicolai Roerich, el famoso noble ruso, arqueólogo, pintor, historiador, orientalista. Fundador del Instituto de investigaciones Himaláicas (relativo al Himalaya), situado en el valle de Kulú, Himalaya occidental. En dicho instituto se realizan investigaciones sobre botánica, bioquímica, zoología, medicina... colaboran en él científicos de talla mundial, como Einstein, por ejemplo, además de muchos otros de todas las naciones, razas, credos y regímenes políticos. Pues bien, cuando intentamos hablar con él, parecía que el tipo con quien estaba le hablaba y, a pesar de que parecía que quería conversar el otro no le dejó. Entonces fue cuando Nadine se puso delante del coche para darnos algo de tiempo y ese malnacido aceleró atropellándola y a punto estuvo de matarla. Cuando pasó, vi que el tipo estaba apuntando a Roerich con una pistola.

Luego fuimos al hospital y a la policía, pero parece que no saben nada

Una vez que se va la policía de la casa de Acacia, Patrick habla con ella:

Señorita Lexintong, comienza el hombretón, mis amigas y yo veníamos a hablar con usted de un tema que para nosotros es de gran importancia, como ya sabe el señor Starkweather está preparando una nueva expedición, de la que queremos formar parte, sin embargo tenemos motivos para desconfiar de su competencia para llevar a buen término la misión, también nos hemos dado cuenta de que su criterio para llevar a cabo la selección de los expedicionarios es digamos un poco…  Patrick carraspea unos instantes mientras busca el término correcto, digamos que tiene unos criterios misóginos.

Tenemos la impresión de que usted puede tener ciertos datos acerca del señor Starkweather, y nos preguntábamos si querría compartirlos con nosotros.