Partida Rol por web

Más allá de las montañas de la locura

Capítulo 4: viaje por aire

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26/04/2014, 00:36
Dominique Pickwell

Pickwel comenzo a hablar entonces. Tenía la voz átona y le temblaban las manos. Mientras explicaba lo que había visto, intentó controlar el temblor, agarrando la derecha con la izquierda, pero eso tuvo el resultado de transmitir de alguna manera la tiritera al resto de su cuerpo, por lo que, con un suspiro, desistió del intento.

Me di cuenta de que Chester debía haber visto algo. Tenía curiosidad, pero estaba demasiado ocupado en mantener el avión en vuelo, así que me concentré en lo mío. Sin embargo, mientras estabamos a punto de entrar en barrena, por un momento el morro del avión apuntó hacia abajo, y creí ver algo raro. Era como una bruma nebulosa. Todos habéis visto las nubes esta mañana, parecían teñidas de un color verdoso. No es raro que a veces las nubes reflejen colores extraños, pero ese tono unido a lo apenas entrevisto me movió a levantarme un poco del asiento para poder tomar el ángulo adecuado, y ver qué estábamos dejando atrás, mirando por la ventanilla del morro.

Quiero pensar que... no se que pensar. Creer que había alucinado me devolvió el ánimo para poder dirigir a Charlene, ya que yo era incapaz. Lo que vi... era como una maldita bolsa de color verdoso, pero estaba viva, y tenía un tamaño... sobrepasaba en anchura la envergadura del avión. Me miraba con cientos de pequeños ojos. Cogía aire por un lado y lo expulsaba por otro, con una especie de movimientos nerviosos, igual que hacen los pulpos en el agua. El color de las nubes... ¡Había cientos, miles de ellos! Vi la protuberancia a lo lejos que debía ser el ojo del huracán, y el color, como si fuera un tornado verdoso vuelto del revés, con la punta hacia arriba, ascendía y ascendía hasta perderse en el espacio exterior. ¡El color! ¡No era un color continuo! Eran pequeñas motas verdosas, confundidas en la distancia. Las nubes estaban cuajadas de... ¡Eso! Esas cosas se marchaban del planeta. Estoy seguro.

Se va rápidamente a buscar asiento, antes de correr el riesgo de caer redondo por la impresión.

Notas de juego

Penejotizando tal y como me ha pedido el jugador :)

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26/04/2014, 00:48
(Starkweather-Moore, técnico) Douglas Halperin

Vale, jefe. Tranquilo hombre. Has visto algo chungo de veras. Mañana salgo yo de conductor y tú vienes de copiloto ¿vale? Charlene puede ir de copiloto con Ralph. ¿Te parece? Te voy a preparar un café, creo que te hace falta.

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26/04/2014, 00:51
(Starkweather-Moore, científico desquiciado) Pierce Abermale

Abermale señala a Pickwell con dedo tembloroso mientras grita. ¡Si! ¡Eso es! ¡Eso es lo que vi, Dios mío! ¡Era grandioso! ¡Horrible! Esas cosas estaban saliendo del planeta, sirviéndose de la fuerza del huracán, o algo por el estilo. Necesito hacer algunos cálculos. Perdónenme... Entonces se acuerda de Field. Señor Field, más le vale que salgan esas fotos: ¡es de una importancia capital tener testimonios gráficos!

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26/04/2014, 00:54
(Starkweather-Moore, científico) Charlene Whitston

¿Pero es que se han vuelto todos locos? Alguien con sentido común, que me ayude a mirar si no nos han puesto drogas alucinógenas en el café, o algo por el estilo. Menea la cabeza. Hemos estado a punto de matarnos y... bah. Parecen señoritas chillando por...

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26/04/2014, 00:56
(Starkweather-Moore, guía) Nils Sorensen

Nils obra con su habitual flema.

Si les han drogado, debe haber sido algo que comieran solamente ellos tres. Pero... Señala lo evidente, Chester se ha puesto a montar todo el pastel, para revelar el carrete que llevaba en la cámara. El gesto es elocuente. Se sabrá si están locos o no cuando saque las fotos a la luz.

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26/04/2014, 00:58
(Capítulo 4) Teniente McMurdock

Ah, si. Señor Sutton, ¿verdad? Bienvenido al infierno, amigo. El teniente McMurdock está fogueado en mil movidas, y no presenta un aspecto muy marcial que digamos. Pero en su honor hay que decir que tiene un buen fregado entre manos, y que parece todo controlado. Las ametralladoras solo vomitan fuego de vez en cuando, como para evitar que los insurgentes asoman la jeta más de lo necesario. El perímetro es ancho, pero un asistente, antes de llegar al puesto de mando, en el Hall del aeropuerto, ha dado a Sutton y a López un casco... lo que no ha contribuido a su tranquilidad, precisamente.

El embajador nos llamó ayer. ¿Tiene que usar el telégrafo? Imposible. La única línea que tenemos debe permanecer libre, ya que esperamos varios informes importantes. No. Que no, señor Sutton.

Ante la avalancha de ruegos de Sutton, unidos a alguna amenaza velada y a la promesa de que abandonarán el aeropuerto en cuanto termine sus gestiones, el teniente dice.

Bueeeno. Tienen permiso para contactar con Medellin, para organizar su plan de vuelo. Eso me parece razonable. No. Que no. Ni un mensaje más, nuestro telegrafista tiene ya lesionado el dedo de apretar el botón. Solamente a Medellín. Al Gabrielle, o como se llame, nada de nada. No se preocupen, tomaré su mensaje y lo transmitiré en cuanto hayamos restablecido las comunicaciones, pero ahora mismo, ni hablar.

Así que Sutton, debido a su labia, que no a la predisposición de McMurdock, consigue ponerse al habla con Medellín, vía telégrafo (por cable submarino, claro), pero permanece incomunicado con el Gabrielle.

Otra cosa es conseguir entenderse con la gente de Colombia. Lo primero el idioma. López tiene que traducir como puede lo que Sutton le va dictando, y luego se lo cuenta al telegrafista. Un hombre con pinta desdichada y casco de marine.

Aparte de que le están haciendo el juego de la ventanilla los dichosos colombianos, pero por telégrafo: esto es, dirigir al peticionario a otro departamento, luego de contactar con dicho departamento, ser dirigido a otro departamento, una vez hecha la comunicación con el otro departamento, este te manda de nuevo al primero, en una especie de ruleta que pone a prueba la paciencia del más pintado.

El embajador no responde, el funcionario suplente no responde, las autoridades del puerto siguen con el juego de la ventanilla. Por fin, Sutton consigue que le permitan volver a intentarlo más adelante, ya que parece que debe ser la hora de la siesta (por lo que conjetura López, al menos), así que, maldiciendo, vuelve al hangar para, al menos, conseguir un plazo operativo de los mecánicos, a los que ha dejado mirando el avión siniestrado.

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26/04/2014, 01:13
(Starkweather-Moore, técnico) Patrick Miles

Sutton ha ido y ha vuelto de las oficinas del aeropuerto, pero ha vuelto con cara de desesperación y cansancio. Cuando pide el plazo operativo, para así contratar el tiempo de alquiler de las instalaciones, Miles comenta:

Puesss. El refrito ha sido gordo, compañero. Pfff. Mira esto -señala un cable ennegrecido- ¿Ves? ¡La puta que lo parió! Lo jodido del caso es que en la situación en la que estábamos se supone que era imposible que nos cayera un rayo, joder. No hacíamos masa con ninguna nube cercana, al menos por lo que vi a ojo. A lo mejor ese puto color verdoso que tenían implica propiedades que no me son conocidas ahora ¿sabes? Pero me parece que no voy a entrar por esos derroteros, que si no vamos a acabar todos con sombrero de papel, haciendo cabriolas y con las manos atadas a la espalda. ¡Cojones! No, si todo funciona. Por mi, salíamos ahora. Pero mejor revisar a fondo todos los sistemas ¿vale? Diría yo que hasta mañana por la mañana no estará todo como Dios manda.

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26/04/2014, 01:20
Guardián de los Arcanos

Notas de juego

Para por la tarde, Sutton. Crédito y Derecho, a ver si ahora las sacas y, por un lado, consigues que el embajador te haga caso y por otro lado consigues dar con la ventanilla correcta para hacer tu petición y entregar el soborno adecuado :)

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27/04/2014, 12:26
Lord Anthony Montagu-Sutton III

Parece ser que mi convencimiento de intentar disolver la reunión sobre cosas extrañas no era le mismo que el de Dominique. Ese rayo les ha frito algo en el cerebro, aunque... Abermale estaba en el otro avión... La verdad es que no entiendo nada y no soy capaz de imaginarme que es lo que ha hecho que piensen que han visto algo como lo que describen. Al irme a intentar hacer mi trabajo como relaciones públicas sigo dándole vueltas a la cabeza, de echo creo que el Teniente me dejó utilizar el telégrafo más para que no le diera la lata que porque yo le convenciera de nada. Tuve la cabeza abotargada durante toda la mañana, y lidiar con el español y con esos cubanos no ayudó para nada. Lo que daría por un trago...

La charla con Miles es también "muy alentadora". Parece que tienen también trabajo para rato. Por mi parte necesito dar lo mejor de mi para conseguir esos permisos para salir mañana por la mañana, así que al poco rato, y después de un refrigerio, me vuelvo con López a donde está el telégrafo, intentando no pasar cerca de donde está el teniente para que no nos ponga más problemas.

Cuando vuelvo al hangar estoy más que enfadado. - Maldita Colombia, malditos colombianos, malditos sus antepasados y malditos los españoles que llegaron a América. Si algún día llegamos a aterrizar allí prometo que patearé su asqueroso culo hasta que se me gasten los zapatos.

- Tiradas (2)
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28/04/2014, 01:39
Chester Field
Sólo para el director

Chester había decidido aislarse un rato del resto del grupo; no es que no estuviera a gusto con ellos, es que... toda aquella conversación, al aire libre, a cielo abierto... no le estaba haciendo ningún bien a sus nervios. En cuanto pudo, puso pies en polvorosa y buscó un rincón cercano donde instalar su pequeño laboratorio portátil. Allí, a oscuras, se sentía extrañamente más seguro. El proceso de revelado de los carretes fotográficos exigía que no entrara ni la más mínima luz. Aquello no era un problema para Chester, que podía llevar a cabo toda la operación con los ojos literalmente cerrados. Todo el proceso de revelado, baño de paro y fijación duró aproximadamente media hora, media bendita hora de paz, durante la que trató de no pensar en lo que podía encontrarse en los carretes. ¿Estarían allí los monstruos verdes? Estaba seguro de haberlos visto, no podía ser una alucinación compartida con Pickwell y Abermale, pero... si aquellos seres podían volar y tenían cien ojos, ¿no sería también posible que fueran invisibles al ojo de la cámara? Bueno, pronto saldría de dudas.

 

- Tiradas (1)
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28/04/2014, 01:49
Chester Field

Con la película ya revelada en las manos, aún húmeda del baño de agua, y sin haber llegado aún a positivar ni una imagen, Chester salió al exterior para echar un vistazo a las tomas.

Lo que vio le dejó patidifuso; no sabía cómo explicarlo. Rápidamente se acercó al resto de la tripulación, con el negativo revoloteando en su mano. Era difícil saber qué era lo que estaba pensando; su rostro parecía querer expresar una docena de emociones distintas, sin lograr centrarse en una sola.

¡Chicos, tenéis que ver esto! Mirad, mirad - dijo mientras les mostraba a todos el rollo de película ya revelada.

Notas de juego

Ya si eso tú dirás, máster :)

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28/04/2014, 23:03
Guardián de los Arcanos

Casi todas las fotografías estaban veladas o no mostraban nada de interés, pero en una de ellas...

LO QUE SE VEÍA EN LA FOTOGRAFÍA

Notas de juego

Los que no habían tirado cordura, que tiren :)

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29/04/2014, 00:52
Chester Field

Chester recuerda haber visto algo parecido una vez, cuando tras una sesión de fotos en una selva perdida de Panamá le llevaron a una taberna costera que servía, según sus guías, "una cosa para chuparse los dedos, chico". La especialidad de la casa era ni más ni menos que "gónadas de erizo de mar", y el local (si es que podía llamársele así) estaba decorado con los esqueletos secos de aquellos animales.

¿Significaba esto que las criaturas provenían del fondo del mar? Chester no tenía ni idea, ni ganas de averiguarlo ni de volver a toparse con ellas nunca jamás en la vida.

Asusta, ¿verdad? - Dijo con un ligero deje de orgullo profesional - Espera a que las vea Abermale, se va a volver loco. Literalmente.

Notas de juego

¿Tienen que tirar por una foto en blanco y negro? Máster malvado y cruel...

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29/04/2014, 01:45
Dominique Pickwell

Notas de juego

¿Otra vez tengo que tirar cordura...? No te valen los 14 puntacos de antes, cuando volabamos. 

Que esos bichos ya me los se... Jeje.

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29/04/2014, 16:15
Director

Notas de juego

¿Otra vez tengo que tirar cordura...? 

Los que no habían tirado cordura, que tiren :)

O sea, Sutton y nadie más. Y si, por una foto en blanco y negro, pero en vez de 1d20 si no se pasa, pierdes 1d6 :) Si pasas pierdes 1.

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29/04/2014, 21:54
Guardián de los Arcanos

La lógica de la burocracia imperante en Colombia se le escapaba a Sutton. Tampoco había logrado dar con la fibra sensible que hiciera apiadarse al funcionario de turno (seguramente cargado de trabajo) que lo guiara de la mano por el laberinto. Tenía la impresión de que ocurría algo extraño, pero no pudo determinar qué era. López hacía lo que podía.

Tampoco podía consultar con el abogado de la expedición, en Nueva York, ya que las comunicaciones estaban estrictamente tasadas. La causa estaba patente en los cada vez más espaciados disparos que se podían escuchar por todo el aeropuerto.

El anochecer rojo proporcionó unos momentos de relajación a todos los que pudieron asomarse a la puerta del hangar. Desde el interior surgían gruñidos, murmullos y ruidos de los que se estaban encargando de testear todos los sistemas del avión que había sido ¿atacado? ¿siniestrado? durante el vuelo: Miles, Longfellow, Halperin, DeWitt y Pickwell.

La inquietante fotografía iba de mano en mano. Whitston, como bióloga, confirmó las impresiones de Field, anunciando que la estructura de esas cosas parecía casi idéntica a las de los esqueletos (exoesqueletos era el término exacto) de algunas criaturas marinas. Los que las habían visto casi no reconocían en la foto más que la estructura general. Ellos recordaban algo en modo alguno rígido, con múltiples detalles que sobresalían del cuerpo principal: ojos, barbas o tentáculos, una especie de piel, protuberancias en los orificios delantero y trasero y leves perturbaciones en el aire a su alrededor, como las que se producían cuando se veía de lado una superficie calentada por el sol.

Caso de ser seres reales y no una alucinación colectiva, tenían características de simetría radial y de morfología muy primitivas y, a su vez, no del todo visibles para la cámara: quizá estaban hechas de una materia translúcida o poco común en este lado del universo.

La foto pasaba de mano en mano, produciendo los más variados comentarios y no poca aprensión. Los más afectados parecían ser Pickwell y Abermale. El primero no podía verlas. El primer vistazo provocó intensos temblores en sus manos: su cuerpo se rebelaba contra él, reaccionando a la impresión inicial con una rutina de rechazo completo, así que se abstuvo de contacto alguno con los que siquiera parecieran estar comentando la jugada y, tras unas horas de reposo, se dedicó a la mecánica. El segundo, Abermale, sufría casi el efecto contrario. No podía dejar de mirar la imágen y comentaba febril hasta los más nimios aspectos de su propia experiencia. Tomaba notas, pero al que consiguió mirar por encima de su hombro, lo escrito le parecía un fárrago de texto incomprensible, con letra infantil y con trazos escritos aplicando una fuerza innecesaria, que en algunos casos habían llegado a desgarrar el papel. Y, sin embargo sus anteriores anotaciones en torno a sus observaciones del huracán eran ordenadas e inteligibles, y su letra era pulcra y menuda.

Fue necesario mantener a los dos separados, ya que sus reacciones ante los hechos eran incompatibles entre si. Alguien debía tener entretenido a Abermale, escuchando lo que cada vez más parecían delirios y otros debían vigilar que Pickwell no se acercara por inadvertencia o descuido.

Como el aeropuerto estaba en estado de emergencia y no hacía calor, todos extendieron sus esterillas y sus sacos de dormir sobre el suelo del hangar. Comieron, por cierto, a cuenta del ejército de los Estados Unidos y con los saludos del teniente McMurdock, que les había mandado un ordenanza con unas raciones del ejército en una cesta de mimbre: latas de leche condensada, de carne y de sopa, pan de molde y café soluble. Había también una garrafa con varios galones de agua potabilizada que era la única que debían beber, para evitar diarreas.

Día 13, Miércoles.

Por la mañana, a eso de las 10:00, Sutton volvió desesperado: no había conseguido nada aun, aunque había podido mandar un cable a Nueva York. En todo caso, las cosas se estaban estabilizando. Todo el mundo pudo presenciar desde muy temprano, pero desde posiciones poco ventajosas (para evitar balazos, sobre todo) el asalto al último reducto de los rebeldes. Pronto conseguirían, de ser necesario, un abogado o funcionario que resolviera los trámites pendientes.

Aunque Gunnar y Nils eran de caracter completamente diferente, se encargaron de descargar, cargar y asistir en lo necesario a todos... el parloteo incesante de Gunnar indicaba dónde se encontraban en todo momento, y se preocuparon de todos los pequeños detalles, descargando a todo el mundo de molestias. Sabían estar en una crisis, eso era seguro. Se habían limitado a mover la cabeza preocupados ante la foto, sin comentar nada, y mantenían una actitud serena.

Pickwell se encontraba mejor, pero aun rehuía todo contacto con lo que tuviera que ver con la experiencia del día anterior.

Albermale tardó mucho en despertar: se había pasado la noche murmurando y anotando cosas en su libreta para, con las primeras luces, caer completamente agotado en un sueño que casi parecía un desmayo.

Decía algo así como "las ratas abandonan el barco cuando se hunde" mientras garrapateaba en su libreta, comentaba Miles, al que había tocado estar cerca y al que no había dejado pegar ojo en toda la noche.

Por la tarde las cosas comenzaron, por fin, a rodar, y la expedición recibió permiso de despegue: tenían plan de vuelo para Medellín, donde llegarían sin tiempo para seguir viaje hacia Quito. No se había conseguido contactar con el Gabrielle.

El vuelo fue tranquilo. La nueva configuración a los mandos de los aparatos era tener a Halperin de piloto y a Pickwell de asistente. Whitston pasó al Enderby. Albermale iba más tranquilo. Con los ojos hinchados por el mal dormir y silencioso. Por el contrario, Parecía que Nils comentaba, a su manera rígida, más cosas de lo habitual: si veía un pájaro marino o si una nube tenía alguna forma extraña.

Medellín.

Medellín. Y de nuevo, al aterrizar, en el aeropuerto hay presencia de militares. Junkers f-13 y Junkers f-33, todos con las insiginas de la FAC, viejos como el mundo están estacionados en los hangares del ejército. Movimiento de bultos y reparación, además de operaciones de desguace de algunos de ellos. ¡Colombia ha estado en guerra con Perú hasta principios de año! Es fácil explicar los problemas burocráticos que había tenido Sutton y, sin embargo, la comunicación por telégrafo ha impedido que se entere del problema, aunque ahora queda bien patente: su siguiente escala es Quito. Tan patente que a pie de pista un par de coches del ejército están esperando a los Boeing. Los aviones son celosamente conducidos a un hangar vigilado por otros militares y los tripulantes conducidos a las dependencias de aduanas y abandonados en una oficina, todavía vigilados por dos soldados con aspecto de mercenarios.

Hace calor. Aunque se os ha ofrecido agua, hasta ahí ha llegado la hospitalidad de Medellín. Hay varias sillas (no las suficientes para todos, así que hay que turnarse), una pequeña mesa con un cajoncito cerrado con llave, una puertita que conduce a un miserable aseo y otra puerta con paño de cristal esmerilado tras la cual los dos soldados que os vigilan están plantados como postes. Llegásteis a media tarde y calculáis (no hay ventana desde la que ver el cielo) que debería estar anocheciendo, pero todavía no ha venido nadie. Abermale, que hasta ahora estaba tranquilo, ha comenzado a acusar la tensión, y murmura ininteligiblemente.

- Tiradas (6)

Notas de juego

Al final hago la tirada por ti, Sutton: pierdes dos puntitos de cordura.

New york - Carolina del sur - Miami

Miami - Haiti - Medellin

Medellin - Quito - Lima

Lima - La Paz - Antofagasta

Antofagasta - Santiago - Puerto Montt

Puerto Montt - Rio grande (cambio del tren de aterrizaje por esquies)- Isla de James Ross.

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30/04/2014, 10:46
Lord Anthony Montagu-Sutton III

Cuando vuelvo de intentar conseguir los permisos para aterrizar en Medellín sin ningún éxito y Chester nos enseña la foto me quedo de piedra. Ahora entiendo lo que les pasó a Dominique y a Chester en el avión. Ver esto en directo tuvo que ser espeluznante... Intento mantener mi boca cerrada al ver el estado de Dominique, pero hay una pregunta que logra escaparse.  En un tono muy bajo, como si las palabras salieran por una pequeña rendija de mi boca, me oigo pronunciando la pregunta que está en las mentes de todos. - ¿Qué demonios se supone que es esto? 

Esa noche la tensión se notaba en el ambiente, nadie hablaba mucho de la foto, es más, a excepción de Abermale nadie hablaba mucho. Me sorprendió gratamente el detalle del teniente McMurdock. Lo agradecí doblemente, ya que a parte de lo que supuso el tener algo de comida extra, dio pie a algo de conversación alejado del tema de la fotografía.

A la mañana siguiente volví a desesperarme con las comunicaciones con Colombia, pero el contacto con Nueva York me dió un poco de esperanza, no sin razón pues por la tarde ya tuvimos el permiso para continuar nuestro viaje hasta Medellín. Al aterrizar en nuestro nuevo destino se hace patente la dificultad de conseguir algo de alguien aquí en estos momentos. Parece que la guerra ha llegado también hasta aquí. Cuando estamos instalados en el hangar, me da tiempo a recapitular lo que ha pasado en estos dos días. No parece que nada de esto haya sido una casualidad. ¿Y si ha sido todo cosa del saboteador? Intento recordar las reacciones de nuestros dos guía polares cuando vieron la fotografía de aquel horror con la intención de vislumbrar algo extraño.

También busco un momento para hablar con Dominique y Chester a solas de forma disimulada. - No tengo una explicación para lo que paso allí arriba ni para lo que aparece en la fotografía, pero creo que debemos ser prudentes con esto. No creo que debamos mandar comunicaciones al barco sobre este tema, podría ser peligroso en muchos sentidos. Por otra parte, hay que hacer algo para cambiar el ambiente de la tripulación. Se que no es fácil, pero nos vendrá muy bien a todos centrar nuestra atención en otra cosa. De hecho propongo que se programen una serie de "juegos" con la excusa de hacer algo de ejercicio físico para rebajar la tensión. Por otra parte podría plantear algunos acertijos para los tiempos de vuelo, eso mantendrá la mente ocupada de los que estamos más inactivos en el avión. ¿Qué opináis? - Después de un pequeño silencio continúo. - Si tenéis que soltar algo, también es mejor que lo hagamos en petit comité. Necesito que contéis conmigo en esto y necesito estar seguro de vosotros. Si tenéis alguna duda sobre la expedición o si creéis que deberíamos dar la vuelta necesito que me lo digáis.

Notas de juego

Ok a lo de la cordura jejeje. ¿Cambiaste los puntos en la ficha o lo hago yo?

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30/04/2014, 17:32
(Starkweather-Moore, guía) Gunnar Sorensen

Los hermanos Sorensen se sacuden las manos y comienzan, ya que toda la expedición está junta, a impartir clases de supervivencia en el polo. He aquí un ejemplo de las clases que suelen impartir. Se trata de las primeras introducciones para los que no tienen idea alguna:

...Las técnicas de supervivencia designan al conjunto de conocimientos que permiten alimentarse, calentarse, protegerse del mal tiempo e incluso aplicar conocimientos médicos cuando uno se encuentra aislado en la naturaleza. 
Estas técnicas principalmente se fundamentan en la utilización de objetos que pueden encontrarse en el medio ambiente, reduciendo en lo posible el uso de objetos artificiales (como mecheros, cuchillos…). Sin embargo, algunas de estas técnicas se basan en el principio de que se dispone de un mínimo de instrumentos, generalmente reunidos en un kit de supervivencia.

Las prioridades fundamentales de supervivencia humana siguen una regla del 3: 
1. Los humanos no sobreviven más de 3 minutos sin aire (no se refiere a aguantar la respiración conscientemente). 
2. Los humanos no sobreviven más de 3 días sin agua. 
3. Los humanos no sobreviven más de 3 semanas sin comida. 

Pero en la mayoría de casos de supervivencia, son otras las prioridades: 
1. Una actitud positiva es fundamental 
2. Encontrar o crear un refugio es importante porque permite a la persona estar protegida de los elementos. 
3. Los humanos pueden vivir 3 días sin agua. El éxito de la supervivencia muchas veces depende más de factores como las condiciones climáticas o el estado físico... 

...La función principal del refugio es protegernos de los peligros del medio ambiente. Un calor extremo puede producir un síncope o un golpe de calor; Tambien el agotamiento por calor es altamente arriesgado, por el contrario, el exceso de frío produce hipotermias y congelaciones. En las zonas pantanosas nos pueden devorar los mosquitos y si nos mojamos mientras dormimos podemos coger una pulmonía, aparte de la incomodidad, la ausencia de descanso y el golpe moral que esto supone. 
En muchas situaciones de supervivencia y bajo climatología adversa, es la prioridad principal. Un buen refugio, además de protegernos de los elementos anteriores, proporciona comodidad, seguridad y firmeza psicológica. El tipo de refugio que construyamos dependerá de nuestras necesidades, del tiempo que vamos a permanecer en ese lugar y de las herramientas de las que dispongamos. Siempre deberíamos incluir en nuestro equipaje: 

* una buena navaja o un cuchillo de monte y una lámina de plástico de 2x2 metros o similar que ocupa y pesa poco y nos proporciona un techo impermeable. Si el peso no importa, también podemos incluir un hacha pequeña o un machete. 
* Fósforos...

...EL LECHO 
En posición tumbada, el cuerpo pierde el 80% del calor por el suelo. Es una parte fundamental de nuestro refugio. Debe de ser blando, seco, horizontal y caliente. siempre que se pueda tratar de hacerlo un tanto elevado del suelo...

...La deshidratación:
La falta de agua produce la deshidratación, provocando letargo, dolores de cabeza, mareos, confusión e incluso la muerte si el porcentaje de agua perdido es alto (+15%).

Con el fin de evitarlo he aquí algunas recomendaciones: 

* Orina de color marrón o amarillo oscuro es señal de deshidratación. 
* A una temperatura inferior a 38 °C, beber por lo menos 0,5 litros de agua por hora.
* Beber a intervalos regulares, esto reduce el sudor y permite conservar la temperatura corporal. 
* Evitar hablar y mantener la boca cerrada, respirando por la nariz. Esto permite reducir considerablemente las necesidades de agua. 
* Evitar todo contacto directo con superficies naturales: es mejor sentarse sobre la mochila por ejemplo. 
* Si el agua escasea, se debe evitar comer: la digestión consume agua...

...No debemos olvidar que el viento agrava los efectos negativos del frío. El propósito fundamental del refugio en zonas frías es retener nuestro calor y el producido por otras fuentes de calor que podamos emplear. Para eso es necesario que no haya corrientes de aire y que el refugio no sea grande en exceso. Un refugio pequeño es más caliente y da menos trabajo que uno grande. 

En la nieve se pueden construir varios tipos de refugios, 

* El famoso iglú, cuyo diseño esférico en arco lo hace una estructura bastante resistente. 
* En caso de no disponer de tanto tiempo, cavar un hoyo en el suelo, sentarse y cubrirse con un cortavientos impermeable. 

* Cueva de nieve:
Después del iglú, probablemente sea el mejor refugio para zonas frías. Se necesita una pala u otro utensilio improvisado (un plato, un palo...) con el que cavar donde haya nieve amontonada. Debe excavarse una cueva pequeña (cuanto más grande más difícil será de calentar) con un lecho a unos 40 cm por encima del nivel del suelo y, si se desea, también podemos añadir una plataforma para cocinar con un hornillo 30 cm más alta. No debemos olvidarnos de practicar un agujero de ventilación en la parte de arriba y otro en el bloque de hielo o nieve compactada que sirva de puerta. La pala debe guardarse dentro por si es necesario utilizarla para salir por la mañana. Encendiendo una simple vela en el interior de este refugio conseguiremos que la temperatura aumente varios grados e indicará la presencia de dióxido de carbono si se apaga. 

Congelamiento y quemaduras 
Tendremos que mantener los pies siempre calientes y secos, pues es una de las partes que más sufren con el frío y muy necesarios para nuestra supervivencia... 

Y tienen pinta de ser capaces de seguir y seguir hablando, en su acento extraño pero en buen inglés. Se turnan, y así consiguen que la avalancha de datos sea menos onerosa para el ánimo, ya que al tono agradable y cantarín de Gunnar siguen las parrafadas breves y secas de su hermano Nils.

Notas de juego

Ok a lo de la cordura jejeje. ¿Cambiaste los puntos en la ficha o lo hago yo?

Nope, los cambios en la ficha son cosa vuestra, mejor :)

Fuente de los textos sobre supervivencia. 

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01/05/2014, 18:54
Dominique Pickwell

La charla de los hermanos Sorensen habia sido reponedora, habia logrado despejarme por un buen rato de mis pesadillas y aprendido unas cuantas cosas mas sobre el ambiente hostil al que nos enfrentaremos. Debo estar ocupado en algo, de lo contrario revivo la pesadilla y ...

Bien Anthony, lo de los acertijos me parece una buena idea, pero con los ejercicios fisicos esta mas complicado, apenas nos queda tiempo libre entre vuelos, bueno, si conseguimos hacer que el paso por las aduanas sean mas rapidas. Veo en la cara de Sutton la tristeza de no haber podido ser lo eficiente que suele ser.

Ya se que hace lo que puede, son estos lios de ambiente belico que se traen estos paises. Supongo que nos pasara lo mismo en Quito.

Con respecto al otro tema seguimos adelante, Si nos dieramos la vuelta quedariamos descolgados porque una vez que el Gabrielle cruce el canal de Panama no hay modo de unirnos a ellos, y si mis calculos son correctos ya deben haberlo cruzado.

Me da la impresion Anthony que en Colombia noto algo extraño, Nos gustaria estar al tanto de todo aunque solo sean corazonadas.

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01/05/2014, 19:31
(Capítulo 4) Marcelino Vargas

Tras un lapso de tiempo indeterminado en el que por todas partes llega un enloquecedor aroma a plátano frito con otras delicias (da la impresión de que, o todo el mundo se ha puesto a cenar, o hay un puestito de comidas cerca), los soldados a la puerta dan paso a un señor acalorado, con cercos de sudor en las axilas de la camisa y en el cuello (se la quita resoplando para estar más cómodo), una carpetita de cartón amarillo y un retrato del presidente de la república bajo el brazo, que, antes de decir o hacer nada, cuelga tras la mesita, en una alcayata que hay clavada en la escayola.

Requiere una silla, pero como todo el mundo está ya ocupando una se mantiene de pie sin soltar prenda. Hace un gesto a uno de los soldados, dos chavales con ojos rasgados y pelo muy negro, para que traiga otra. El soldado, para sorpresa de los presentes, y en el primer gesto de amabilidad de que han gozado desde que llegaran a Colombia, trae tres sillas de tijera: una para el funcionario y otra para los que se quedaron de pie.

El tipo, parsimoniosamente, y una vez sentadas sus posaderas, busca una llavecita en todos sus bolsillos, abre con dificultad el cajoncito de la mesita. Saca de dicho cajón unos cuantos sellos, un tampón con tinta y algunos documentos. Sitúa todo convenientemente sobre la mesa, y corrige la posición de algunos de los documentos, para que todo quede bien cuadradito. Abre entonces con toda ceremonia la carpetita amarilla extrayendo más documentos, y situándolos en un orden arcano para los espectadores. Busca un lapicero en todos sus bolsillos. Busca luego una pluma. Sitúa los nuevos elementos en la ya abarrotada mesita. Mira todo para ver si está conforme. Se ha olvidado de algo. Busca en todos sus bolsillos una y otra vez, con aire incómodo. Por fin encuentra lo que andaba buscando: una goma de borrar. Ya está preparado para el proceso.

Os mira uno a uno. Mira luego a los soldados. Pueden retirarse, señores, les dice (en castellano). Los soldados salen cerrando la puerta y se sitúan a los lados de la puerta, por fuera.

Bienvenidos a Colombia, señores, dice en también en castellano. Como es natural, nadie lo habla más que López, que tiene que traducir todo de manera harto incómoda.

Al cabo de cierto tiempo, deja claro que el tipo quiere conocer la respuesta a estas preguntas, de cada uno de los integrantes de la expedición:

- ¿Tienen algo que declarar?

- ¿Motivo de su estancia en Colombia? ¿Duración de la misma?

- ¿Y cómo es que van tan lejos, a los hielos, no menos? ¿Será que aquí no hay bichitos que observar?

Notas de juego

Yo voy posteando, pero podéis hacer comentarios en restrospectiva, como siempre. También, si voy rápido, o lento, u os aburrís, decidlo :)