Partida Rol por web

Luca no pudo dejar de observar el espectáculo con una mueca amarga en los labios mientras la madre abrazaba y acariciaba a la niña para intentar calmarla.

Estás educando un monstruo... solo espero que el monstruo no muerda tu mano el día de mañana.... Tal vez fue mala idea casarse tan pronto, debería haber esperado hasta que ella me hubiera aceptado... Es difícil para un niño... y ella estaba enamorada de su anterior padrastro.... porque no sabe lo que le hizo a su madre, y si lo sabe no le importa. Muchos abrazos, muchas lágrimas, pero solo se quiere a si misma.

Miró a Ragab y le dijo sonriendo

"Ragab, Potremmo avere un problema con la ragazza. Hai una borsa per metterla se cominci a fare pazzo?"

(Ragab, podríamos tener un problema con la chica. Tenemos algun saco donde meterla si empieza a hacer tonterías?)

Es posible que el guía no supiera italiano, pero podría ser que sí, y si lo sabía era mejor que estuviera alerta sobre los posibles problemas de comportamiento que les iba a dar la mocosa.

Gatos... por supuesto. POR SUPUESTO!

Todo mi cuerpo vibraba de emoción, y la respiración se me agitaba en el pecho. La diosa estaba cerca, lo estaba! Sus hijos guardaban su sueño y la protegían de los no merecedores de ella. La inscripción estaba clara, y mi linterna la recorría una y otra vez mientras mis labios la repetían como una letanía, como un conjuro. Y todo parecía doler menos, y el aire parecía más limpio...

-La maldición de la carne, la maldición de la carne... a los infieles... a los... infieles...

La voz de Ragab me obligó a volver la mirada sobre el hombro. Y mi sonrisa pareció beatificia comparada con el brillo feroz de las pupilas.

-Es muy común confundir a Bastet con Sekhmet, pero son diosas distintas. También se la confunde en ocasiones con Hator o incluso Mut....- mi mano hizo una floritura en el aire mientras me giraba completamente a mirarles. -En sus templos siempre se criaban gatos e incluso se momificaban a su muerte y se entregaban como ofendas... Y sí...  Es cierto que existe la leyenda de que Sekhmet cayó sobre la humanidad y que estos, para proteger su sangre, la emborracharon para apaciguarla. Y sí, en algunas versiones dicen que se trasformó en Bastet, pero no es así... es una mala interpretación. - la voz aún calmada, se iba teñiendo de fervor - Sekhmet es la diosa de las plagas y las enfermedades cuando está airada, pero de la medicina y la embriaguez cuando no, y...

Apagué la explicación. La familia que nos acompañaba tenían problemas, hablaban, algún grito... Y les miraba atónita mientras el gesto se me agriaba y aún lo hacía más el verde de los ojos. No entendían, no entendían!. Aquel era un lugar sagrado, no un parque de atracciones. Se debía respeto a aquel lugar. Veneración.

Veneración...

Me hundí en lo ojos como carbones de Ragab. Y una media sonrisa de reconocimiento se me dibujó en los labios.

- Bastet es dulce, Ragab...- y la voz se me coloreaba de poesía - protectora de la vida; pero muy poderosa, cierto. Es la que defiende al mundo de Apofis.- suspiré mientras me mordía el labio y entornaba la vista a la oscuridad de la sala. Las arrugas de mi piel apenas podían disimular los 15 años adolescentes que ahora me asomaban a las mejillas -Guíales, Ragab, hacia 9. Yo cruzaré por aquí y nos veremos allí - y la barbilla se me elevó un tanto, y los ojos me brillaron un mucho mientras los collares y el medallón de mi pecho, que se abría desbocado bajo el escote pronunciado de mi camisa, destellaba.- No soy infiel. No soy... corrupta.

Y me giré hacia la puerta esperando que se alejaran un poco antes de entrar en la sala donde dormían los hijos de la Diosa.

De mi Diosa.

Sí, claro que él sabía que Bastet no era Sejmet, pero aquella mujer parecía olvidar algo que todos los egipcios sabían, que cuando Bastet se enfadaba podía ser mucho más peligrosa y violenta que “La más poderosa”. Pero aquel no era el momento más apropiado para ponerse a discutir de manera sesuda con la egiptóloga pues tenían un problema mucho mayor entre manos que las disquisiciones sobre las dos diosas.

Y el problema más urgente no era que estuvieran perdidos, que nadie supiera que se encontraban en un templo al que no deberían haber ido, o que los jeroglíficos indicaran todo tipo de amenazas, incluso los gatos durmientes pasaban a segundo plano, aunque Ragab sabía que por poco tiempo, ante los gritos de aquella niña malcriada que no tenía ni idea de lo que a punto estaba de provocar.

Por segunda vez en poco tiempo, Ragab se arrepentía de haber aceptado aquel encargo. Estaba acostumbrado a guiar a todo tipo de ricachones maleducados, que apenas sabían respetar la cultura de los pueblos que visitaban y que su máxima preocupación era hacerse el mayor número de fotos posibles para así poder fanfarronear delante de sus familiares y conocidos, pero aquella familia le estaba sacando de quicio más que ninguna otra.

Quizás fuera debido a que había tenido muchas dudas respecto a esa visita en concreto y, si había cedido, había sido por la oportunidad que se le presentaba de crearse una mayor fama como guía. Pero en esos momentos de tensión, en esos instantes en que no sabía cómo iba a acabar todo aquello, se arrepentía de haber sido tan débil y no haber seguido sus primeros instintos. Sin embargo ya era tarde para lamentaciones.

Mirando con el ceño fruncido a la niña abrazada a su madre, se dirigió al hombre al escuchar sus palabras. El era un buen guía, uno de los mejores de la zona, con amplios estudios de historia e idiomas, así que no tuvo ningún problema en entender lo que el italiano le estaba diciendo. Por primera vez en bastante tiempo esbozó una sonrisa que iluminó toda su cara, tentado con la idea que su cliente le estaba planteando.

—Si metiéndola en un saco conseguimos que deje de gritar y lloriquear, voy en busca de uno ahora mismo.

Respiró hondo antes de centrarse en la egiptóloga que estaba pendiente de él. No pudo evitar ponerse un poco nervioso ante la mirada insistente de la mujer y, carraspeando levemente, asintió a sus palabras a pesar de que las dudas le corroían. No quería dejar a Nerthus sola, dada su edad y al ser mujer podía tener serios problemas, pero Ragab se debía a sus clientes y tenía que protegerlos también. Después de un segundo pensando, volvió a asentir por segunda vez.

—De acuerdo. Pero por favor Nerthus… tenga mucho cuidado.

Iluminando con la antorcha, obligó a la familia a seguirlo mientras daba media vuelta, no sin antes dedicarle una torva mirada de advertencia a la niña.

—Síganme por aquí. Y al próximo que cometa una estupidez le mando de cabeza a un pozo de cualquier mastaba.

Y sin decir nada más siguió caminando sin perder de vista, por el rabillo del ojo, al italiano, su espectacular mujer y la insoportable niña.

Luca le dice algo al árabe que ella no consigue entender del todo dado que hace poco que ha empezado a estudiar el italiano...¿algo de un saco,quizás?Mueve la cabeza mientras se agacha para darle un beso a Becky.Se acerca hasta la anciana y escucha sus explicaciones sobre las diosas y todo lo demás pero...¿ir sola por allí?esa mujer se ha vuelto loca...esos gatos están allí por algo y su intuición le dice que ese algo no es bueno...

Mira a Luca cuando Ragab decide hacer caso a la egiptóloga y llevarles por otro lado mientras les amenaza con tirarles a no sé dónde.Le lanza una mirada asesina mientras coge a su hija de la mano y pasa delante de Luca

-"Este viaje al final se está convirtiendo en una pesadilla...cariño"-masculla cuando pasa por su lado.Sí,está enfadada.El árabe ha conseguido ese efecto,no le gusta que la amenacen y menos por algo de lo que no tienen culpa ninguna ellos tres.Sigue al guía con mala cara y sin decir nada,tirando de la muchacha para que la siga

Luca sonrió ante la muestra de camaradería del guía. Así que sabía italiano, eh? Bueno, eso podría facilitar un poco las cosas en caso de tener que tomar cartas en el asunto con la niña.... o con la madre. Amaba a Megan, y a pesar de todo quería a aquella mocosa malcriada y consentida pero su función en aquella tragicomedia era sacarlas de allí vivas y haría lo que fuera necesario para lograrlo, viniese lo que viniese detrás.

Escucho con estupefacción como la señora se presentaba voluntaria para cruzar entre los guardianes de la diosa en solitario y no pudo evitar sentir un profundo estremecimiento en las entrañas. Luca no era un cobarde, pero se debía a la seguridad de sus mujeres y la actitud de Ragab terminó de disipar sus dudas. Sacó unas tarjetas de su bolsillo y con un bolígrafo garabateo algo en ellas furiosamente y se las tendió a ambos guías

"Si algo me pasara a mi llamen a Giorgio......y cuiden de mi familia, ellas son lo más importante para mi... pero por favor, sean cuidadosos, no quiero llevar la muerte de nadie sobre mi conciencia.... No soy tan necio" dijo sin poder evitar pensar en su hijita "como para no darme cuenta que están arriesgando su piel por nosotros"

Una vez hecho lo que él creía que era lo más correcto Ragab los empezó a guiar hacia una nueva habitación. Su mujer pasó a su lado con un evidente mal humor mientras llevaba de la mano a su desvalida hijita que al pasar a su lado le dedicó una sonrisa burlona. Luca suspiró pesadamente, ahora su mujer le culpaba a él por la excursión cuando había sido ella la que había insistido en hacerla, la que había ido detrás de unas joyas que no le pertenecían y la que les había metido en este lio... pero no, ella estaba enfadada con él. Por un momento una ira irracional se apoderó de él y le dieron ganas de gritarle

Cara mia, estamos aquí por ti... tu hija es un monstruo que amenaza con inventarse abusos sexuales para separarnos y.... y tu no me quieres del mismo modo que te quiero yo a ti....pero yo tengo la culpa...

El italo-americano suspiró pesadamente y dijo..

"Por supuesto cariño, todo esto es culpa mia...."

Iban camino de la nueva habitación cuando recordó una cosa que estudio en la universidad y que le hizo sonreir..

"l'uomo teme il tempo, it tempo alle piramidi e le piramidi alle donne"

(El hombre teme al tiempo, el tiempo a las pirámides y las pirámides a las mujeres"

Me dejaba arrastrar por la cólera de madre. Verla en el lugar de una leona protegiendo a su cachorra. Sonreí para mí, orgullosa, otra vez, éramos uña y carne. O quizás me estaba apresurado como todos estos locos estaban haciendo con tantas supersticiones. A caso, no se daban cuenta de lo peligrosas que eran estas ruinas? Que estaban por venirse a bajo de un momento a otro. En cambio, la vieja loca se iba por ahí y sola. Co que suerte acabaría con un tacón atascado en el suelo para acabar muriendo de inanición.
Me daba igual Luca. Me daba igual el guía. Sólo quería volver a casa. A mi rutina. Con Pietro, el fotógrafo que siempre me saca las fotos para la revista "Teen".
Suspiré y observé mi alrededor y quizás no llegaría a cumplir 15 años.

-Mamá, deja que vaya el guía delante. Si hay alguna trampa, típica de las pirámides, vamos a caer de lleno.-Sugerí ponerlo de cebo. Mejor él que nosotras, ¿no?

Megan se detiene un momento al escuchar el tono de su esposo,parece que incluso sus ojos muestran algo de arrepentimiento pero su hija interviene y su atención se centra en ella

-"Claro,cariño,él irá delante,conoce estos lugares"-sonríe acariciando el rostro angelical de su hija.Mira a su esposo-"Luca...ve ahora tú tras Becky"-le dice un poco más amable que antes 

La madre y la niña. La niña y la madre. Ambas mujeres actuaban del mismo modo caprichoso e infantil culpándole de todo lo malo que estaba ocurriendo cuando él solo se había partido el culo para que todo fuera según sus deseos, o hubiera sido mejor decir sus caprichos. Luca las quería, especialmente a Megan, pero el ver que se hacían costado entre ellas y le dejaban al margen le entristeció. 

Por mucho que las quieras nunca podrás ser de su familia. Ellas se tienen a ellas mismas y no van a dejar hueco para ti, siempre serás el segundo plato en el mejor de los casos, y eso si algún día la niña te traga. Mi hermosa mujer jamás me querrá como yo la quiero a ella y de que me sirve todo lo que yo siento si no es correspondido? Como voy a tener una familia si a las primeras que se tuercen los planes se encierran entre ellas mismas y me excluyen?... Al final Giorgio tenía razón....a los 40 y haciendo locuras por amor Luca....... 

Megan le pidió, de aquella manera tan suya que tenía de pedir, mitad sugiriendo mitad ordenando, que se pusiera detrás de su hija, no fuera a ser que se le deshiciera la manicura francesa o se le arrugara su vestido de lino. Ocupó su posición con el gesto grave y un tono de voz anodino le respondió

"Claro, Megan" 

Aquello era extraño. Luca no le había llamado usando su nombre desde su tercera cita. Desde entonces siempre había sido Cara mia, Amore, Divinità....

Megan se sobresaltó al escuchar a Luca y se volvió de nuevo,mirándole con sus bonitos ojos llenos de interrogaciones y...miedo.Hasta ella misma se sorprendió de su reacción pero...¿desde cuándo Luca la llamaba por su nombre?oh,no,algo no iba del todo bien...Suspiró mirándole,fijándose en las facciones de su esposo...un hombre realmente atractivo...y bueno...y la amaba realmente...y se esforzaba por caer bien a Becky...Se mordió el labio inferior y pestañeó antes de desviar la mirada de él y volverse para seguir al guía

Luca me pisaba los talones y yo a mamá. Sabía que él lo hacía por complacerla a ella. Todo sería más fácil si yo no existiera, ¿verdad? Le preguntaba en un susurro en mis pensamientos.
Sonreí lastimera mientras lloraba en silencio en la oscuridad, dando un paso tras otro. Sabía todo lo que Luca estaba diciendo, desde que Mamá me lo presentara, Pietro me había estado enseñando su idioma. Aunque no tenía necesidad de una traducción, con sólo notar la ponzoña de sus palabras hacia mí...

Recogí la targeta que me tendía Luca con la sonrisa beatifica en la cara, observandole atenta con la cabeza levemente inclinada a un lado. Y asentí a sus palabras como antes había asentido a Ragab.

Ojos de gato. Luca tenía ojos de gato. Era un buen hombre.

Y así, con la sonrisa tranquila que era casi un aura que me rodeaba, con la tarjeta en la mano....les vi alejarse.

Y entonces, cuando la oscuridad creó un muro infranqueable entre nosotros, cuando sus pasos sobre la arena ya apenas eran indistinguibles de la nada, dejé caer aquel pequeño papel casi ofensivo al suelo como caía yo misma de rodillas.Y no pude más que cerrar los ojos... y sentir. Sentirlo todo... Me sentí a mí, como mi piel se erizaba y ardía bajo la emoción que me consumía. Sentí como el corazón se me aceleraba hasta amenazar con romperme las costillas ya demasiado maltrechas. Y el aliento áspero de arena... que era rezo y súplica...

Dejé ante mí la mochila que me acompañaba y la abrí majestuosa extrayéndo de ella todo lo que precisaba: la tela burda de lino (mi esencia), las tres botellas de agua y el pequeño cofre con sal (la purificación), el khol verde profundo (la visión) , el pequeño ánfora con vino y las flores (la ofrenda)...

Satisfecha miré el interior de la sala mientras ordenaba todo lo preciso. Los hijos de la diosa permanecían acurrucados unos con otros. No podía ser de otra manera siendo como eran un solo ser. Y, con la sonrisa más amplia aún, la mano derecha por fin buscó mi pelo canoso y enredado para tirar de él dejando paso a mi verdadero yo, a la liberación deseada. La piel suave del cráneo, permanentemente afeitado desde hacía años, apenas se iluminaba ahora por la linterna que descansaba a mi lado.

Nerthus... Nerfertari... Muchas vidas, el mismo alma. Y la Diosa lo sabía... lo sabía...

Poco a poco, con parsimonia y cierto esfuerzo, me puse en pie para despojarme de todo tal y como era preciso. Mis dedos fueron desabrochando uno a uno los botones de la camisa que cayó sinuosa sobre la arena. Y le siguieron mis pantalones, y mis botas, y cada una de las joyas superfluas que me adornaban. Todas excepto una, que reinaba en mi pecho como antes reinó en el de mi padre... y allí, sombra entre las sombras, purifiqué mi cuerpo con agua, y mi boca con sal, y tras cubrir mis formas generosas con el hábito de lino acostumbrado, delinié mis ojos del verde profundo de la Diosa.

-Que felicidad, Padre.... Todo era cierto, Padre...  como siempre supimos, como siempre sentimos.

Respiré profundamente clavando los ojos más allá de mis hermanos que dormían. Porque estaba lista. Lista aunque el corazón me estallaba de alegría en el pecho. Lista aunque sentía mi alma antigua gritar y retorcerse en una euforia enloquecida. La ofrenda en una mano, la linterna en la otra. Estaba lista... Y me adentré en la sala sin miedo alguno y solo escuchando el júbilo ensordecedor de mi corazón.

- Por ti, mi Diosa. Para ti, mi Diosa... Soy tú sierva, mi Diosa.

Luca sacó una pequeña cruz de oro de dentro de su camisa y musito una pequeña plegaria en italiano... 

"Vergine Cristina di Toscana, sai che non ti ho mai chiesto niente per te, ma ti prego
proteggere la mia famiglia da qualsiasi male ... proteggere mia moglie, proteggere mia figlia ... e darmi il coraggio di salvarli ... ... vorrei sapere cosa voglio ... spero ...." (Virgen cristina de la Toscana, sabes que nunca te he pedido nada para mi pero te ruego que 
protejas a mi familia de cualquier mal... protege a mi esposa, protege a mi hija...y dame el valor para salvarlas........ojala supiera lo que la quiero...ojala.... )

Al hacerla en italiano se sentía más seguro... a fin de cuentas, el único que lo entendía era Ragab...y mucho se equivocaba o su guía también había estado rezando a Allah...

Por fortuna saliste de aquella sala mortal, donde esas pequeñas criaturas podían haber supuesto la diferencia entre la vida y la muerte. Ahora no quedaba más remedio que seguir avanzando y evitar en todo lo posible aquella sala.

Mis pies se arrastraban por la arena pesadamente, reverencialmente, mientras mis pupilas se inclinaban, volvían a levantarse y se alternaban entre las sombras de la sala y las miradas felinas y adormiladas de mis hermanos.

Qué júbilo sentí entre ellos! Qué harmonía! Nuestras respiraciones casi se coordinaban en un ronroneo de gozoso reconocimiento. Y cuando por fin llegué al pasillo, tuve casi que reprimir el grito de euforia infantil que me nacía en el pecho y pugnaba ya por mi garganta. Observé todo el lugar con los ojos en una llamarada. Dónde? Dónde estaba mi Diosa? Por dónde?

Oh, Padre, si estuvieras aquí....

Los ojos se me humedecieron cuando buscaron el medallón que pendía sobre mi pecho: El Sol de Ra, que me había buscado a través de las arenas del tiempo y el espacio...  Mi mirada y todo mi ser se detuvo en él durante un segundo reprimiendo el puchero infantil, como esos niños que lloran de emoción cuando ven el cachorro que por fin le han regalado sus padres.  Tanta, tanta era la alegría, y tanta la añoranza...

Pero no era ahora el momento. La Diosa esperaba. La Diosa me reclamaba y tiraba de mi desde siempre... desde el mismo día de  mi nacimiento. Y yo estaba lista, por fin.

Tomé aire y cerré los ojos. Y concentré todo mi ser en el oscilar de mi alma vieja, que vibraba como una vara de zahorí en aquel lugar. Ella me guiaría. Y solo tuve que respirar las motas de polvo,  la energía que de ellas se desprendía, para saber a dónde guíar mis pasos...

Abandonasteis la sala para dirigiros a otro lugar donde encontrar mejores respuestas, sin embargo, donde supuestamente el mapa indicaba que existía una "sala 9", os encontrasteis con una pared de piedra (PJ). ¿Qué debíais hacer ahora? ¿Por qué el mapa no era tan resolutivo como esperabais?¿Fue eso lo que trajo la perdición a los anteriores visitantes?