Partida Rol por web

El pasillo (P8), cuya longitud a primera vista parecía no tener fin, cobijaba un nuevo jeroglífico que podía ser interpretado por alguien con los conocimientos necesarios.

El sol protege a los que nacieron ciegos

La gran sala a la que acababas de ganar acceso (14) era una trampa. Lo supisteis en el momento que las puertas de piedra se cerraron tras de ti dejándote atrapada. Intentaste abrir la puerta pero no había manera, el mecanismo era demasiado especial como para usar la fuerza bruta.

Fue entonces cuando te diste cuenta que la única solución ahora era investigar bien el lugar para encontrar la manera de abrir las puertas.

Te llamó la atención que lo único que había allí era un altar donde una daga ceremonial oxidada permanecía sobre él.

En una de las paredes había un jeroglífico, si se tenían los conocimientos necesarios se podría traducir su significado.

La sangre es la llave

Se ha descubierto una verdad aterradora. El Jeroglífico indicaba que la sangre era la clave para salir de allí. El hecho de que hubiese un altar y un puñal ceremonial incitaba a la imaginación con desenlaces bastante macabros. ¿Qué es lo que tenías que hacer? ¿Tenías que usar el puñal para conseguir sangre?

Como? Un sólido muro de piedra les cortaba el paso a la habitación 9, eso considerando de que realmente existiera tal habitación y que el mapa fuera totalmente fidedigno.

Mmmm, podría haber un mecanismo secreto como en las películas?. Eso debe pasar solo en las películas, no creo que ningún mecanismo pueda aguantar el paso de 3000 años y seguir funcionando..aunque.... podría ser.... no perdemos nada intentándolo.

Luca miró a Ragab y le dijo

"Ragab, prego (por favor), acerca la antorcha a esa pared a ver si hay corriente de aire. Si hay algo atrás las llamas se deberían mover...Ragazze (Chicas) no toquéis nada que no diga Ragab, el sabe, nosotros no...."

Cuando la puerta se cerró tras de mí un sobresalto, casi doloroso como un puño cerrándose furioso sobre mi corazón, me perturbó durante un segundo. Fue un segundo breve. El aleteo de un pájaro. La soledad de aquel lugar, su fuerza, era como un bálsamo de calma para mi. Qué mal debía temer?

Ninguno. Ninguno...

La Diosa probaba a sus fieles. Acaso no era eso legítimo y necesario? Así que recuperé la respiración pausada, y la sonrisa agradecida, y observé atentamente y con deleite aquella sala eterna que debía probar mi valía y mi valor.

Era.... maravillosa... Y con maravilla debía recorrerla.

Arrodillándome, dejé la linterna a un lado, la ofrenda al otro, y me incliné adelantando mis brazos hasta notar en la frente la arena fresca y suave. Miles de años. Miles de años había descansado aquella arena allí imbuída por esencias ancestrales y fuera del entendimiento humano. No del mío, siendo como era uno de los suyos. Así que, respetuosa, me puse en pie y me dispuse a verlo todo, a sentirlo todo, a disfrutarlo todo....

Di la vuelta completa en el ritual silencioso, observándolo todo y capturando cada detalle, ansiosa, para atesorarlo debajo de mi piel. Y al llegar al jeroglífico, a la orden de la Diosa, me detuve bajo él para apoyar mi frente y mi pecho en la piedra fría. Mi Diosa pedía sangre. No era así siempre? Acaso no era el pago mínimo?

Alcé los ojos verdes a su palabra destellando en aquella semioscuridad. Sabía como honrarla. Lo sabía. Lo había estudiado. Lo había intuído desde los 13 años, desde antes, incluso, cuando bailaba alrededor de mi padre mientras él me hablaba de ella y despertaba mi esencia dormida...

-Sí, mi Diosa....

Separandome entonces de la pared, mis dedos desataron el nudo que sujetaba la túnica sobre mi pecho. Y esta quedó colgando de mi cintura dejando mi busto libre mientras, con parsimonia, me volvía y recogía las ofrendas del suelo. La linterna permanecia en la arena iluminando la escena timidamente, casi con respeto, como si la misma luz comprendiese y se replegase ante lo divino del momento. Y yo sonreía mientras los pasos suaves me acercaban al altar; mientras colocaba las flores a mis pies y con esfuerzo subía a la piedra para, con la sonrisa llena de fe, dejarme ir en ella. El pequeño ánfora en mi izquierda. El puñal en mi derecha. Y el ardor en mi sangre.... Mi sangre...

Cerré los ojos mientras la vehemencia guíaba mis labios y mi mano.

-La sangre es mi llave. Mi sangre es tu sangre. Oh! Gran Bastet. Sangre y vino. Vino y sangre. - levanté la mano y lo opaco del cuchillo reflejó apenas, como un espejo negro, la luz de mi linterna - Mi alma antigua te aclama, mi cuerpo nuevo te sirve. Bebe y duerme. Bebe y vive.

El corte en el costado izquierdo, bajo el pecho, fue profundo y liberador. Y sobre él vertí algo del vino rojo y oscuro que se mezclo ávido con mi propia oscuridad roja. Cerré los ojos y mi voz inició el cantico mientras sentía discurrir y escaparse de mi una sangre que ya no era mía. Que empapaba la piedra de aquel altar buscándola a ella.

Y de nuevo la felicidad extrema me poseyó como a tantos otros antes que a mi. Y me levanté revitalizada para danzar. Para danzar al ritmo ancestral que la Diosa demandaba. Acaso no portaba siempre un sistro? Acaso no era de su agrado la música, y el canto, y la danza? Acaso no se la había honrado así por los siglos de los siglos?

-Yo te honro... yo te invoco... yo me entrego... Dame el poder, mi Diosa. Renuévame! Muestrame el camino y devuélveme a la verdadera... vida!

Mis caderas, atrevidas y orondas, oscilaban a un lado a otro dibujando suaves curvas mientras mi costado vertía pequeñas gotas rojas a mi paso. Y yo giraba y giraba alrededor de aquel santuario, humedeciendo dos de mis dedos en el cálido rojo que se destilaba de mi, y dibujando el Anj en cada una de las paredes, y en mi frente,y en el centro de mi pecho....

Acaso no era el Anj la llave de la vida? Acaso no era una llave viva lo que pedía mi Diosa?

El amuleto se mecia entre mis pechos. Y yo cantaba y bailaba enloquecida... pintando todo de mí a mi paso.

-Mmmm...mmmmm.....mmmmmmmmm...

Megan suspiró fastidiada al encontrar la dichosa pared ¿en serio?¿Para qué había un mapa con una habitación si esa habitación NO existía?Contó hasta diez para calmarse antes de mirar a Luca y asentir a su idea.Era un hombre inteligente y estaba acostumbrado a que todos le obedecieran sin rechistar.Miró a su hija y se encogió de hombros con una sonrisa,intentando infundirle ánimo a la niña

-"¿Por qué alguien habría dibujado así el mapa?Quizás el hombre que encontramos pensaba que ese cuarto existía pero nunca lo vio realmente...Seguramente la caída lo mató y no pudo comprobarlo..."-esperó que Ragab hiciera lo que Luca había sugerido

Con extrañeza, Ragab cogió la tarjeta que el italiano le tendía y, después de echarle un rápido vistazo la guardó en el interior de su chaqueta, no sin antes asentir en silencio a la propuesta que el hombre le hacía. En ningún momento Ragab pensaba morir allí dentro, y no quería pensar en ello, pero también sabía que tenía que contar con la posibilidad de que no pudiera salir con vida de allí, él o alguno de los otros… incluso puede que todos acabaran en el interior de aquel templo al igual que le había sucedido al desgraciado del plano.

Le dirigió una última mirada a la egiptóloga y salió de allí guiando al grupo familiar tan desagradable. Esperaba no tener más problemas con ellos, más meteduras de pata o más estupideces como la que los había llevado a aquella situación. Con lo que no contaba Ragab era con que los problemas iban a venir de aquel mapa que habían encontrado ya que, después de seguir el camino que consideraba más corto para llegar al punto en el que habían quedado con Nerthus, la realidad les golpeó con rudeza.

Una pared. Una maldita pared era lo que se interponía entre ellos y el punto elegido para el encuentro. Ragab bufó enfadado con aquel contratiempo mientras observaba cualquier hueco que pudiera haber en la pared. Pero no había nada. Miró, con una ceja levantada por el escepticismo, a Luca mientras le lanzaba su propuesta y, con un encogimiento de hombros, se dispuso a hacer lo que él había pedido. Total, no iban a perder nada por intentarlo.

—Nada. Ni una corriente de aire que pueda indicar que el pasillo continúa por el otro lado. Tendremos que dar media vuelta y buscar otro camino o seguir a Nerthus.

El mapa indicaba que a lo largo de aquel pasillo había más estancias, pero en esos momentos Ragab no tenía pensado ir mirándolas una a una para no tener que encontrarse con más sorpresas desagradables. Lo mejor sería volver sobre sus pasos e intentar cruzar la sala de los gatos sin hacer ruido y, de esa forma, poder reencontrarse con la egiptóloga.

Le mostró el mapa a Luca para que viera las posibilidades que tenían sin prestar atención tan siquiera a lo que decía la exuberante mujer.

—Podemos ir a la sala marcada con el ocho que acabamos de dejar por donde vinimos, o podemos intentar llegar a ella por este pasillo —le dijo señalando el pasillo que llevaba escrito el número siete—. ¿Alguna preferencia?

Luca miró al muro con frustración y luego al guía. Evidentemente no tenía la culpa de aquello pero el mensaje que estaba enviando no era el más adecuado para tranquilizar a su familia. Sin ellos no iban a tener ninguna oportunidad de salir, así que salvo que el consejo no fuera muy descabellado les tendrían que seguir a las puertas del infierno si ellos creían que era la manera más adecuada de salir de aquel agujeto

"Es posible que haya un mecanismo en la otra parte de la habitación, o que este cuadrado negro represente un muro... no hay que desanimarse, de momento la mejor pista para salir de aquí es ese mapa.... creo que puede ser más útil ir por el pasillo 7 porque es una zona inexplorada que igual contiene algo que nos pueda ayudar...."

Entonces cambió al italiano mientras miraba a su mujer y la niña de forma tranquilizadora

"hai l'esperienza, perciò smettila di chiedere come se fosse un tour turistico ... ho bisogno di dimostrare fermezza, la mia famiglia è spaventata e abbiamo bisogno del tuo consiglio saggio ... e no, lasciando Nerthus dietro non è un'opzione" (usted tiene la experiencia, así que deje de preguntar como si esto fuera un tour touristico... necesito que muestre firmeza, mi familia está asustada y necesitamos de su sabio consejo.... y no, dejar atrás a Nerthus no es una opción)

Luego su sonrisa se amplió intentando infundir seguridad y dijo

"No hemos oído gritos, así que nuestra amiga debe estar bien...y de todos modos por aquí no se puede pasar, y nuestra experta ha apostado porque la salida está en esta parte de la pirámide..."

Aquella gente empezaba a cabrear a Ragab. Si intentaba ser amable se lo reprochaban, si les llamaba la atención se lo reprochaban, estaba claro que hiciera lo que hiciera no iba a conseguir el reconocimiento que él buscaba. Malditos turistas engreídos...

—Nadie habló de dejar a Nerthus atrás. —El tono seco de su voz dio por zanjado aquel punto en concreto. Su estado de ánimo no mejoró con las últimas palabras del italiano—. La muerte puede ser muy silenciosa... Pero no, Nerthus está bien. —Lo dijo tan convencido que era imposible dudar de que no fuera cierto.

Allí no tenían nada más que hacer, no había ningún mecanismo secreto ni zarandajas por el estilo, así que Ragaba, antorcha en mano, volvió a abrir la pequeña procesión en dirección al pasillo marcado en el mapa con el número siete.

—Vamos, en marcha. —Fue lo que dijo después de dar dos pasos, parándose para mirar por encima del hombro para comprobar que el resto le seguían.

Y giraba y giraba. Y mis caderas y mis pechos oscilaban a un lado y otro al compás de una música que mi voz tarareaba y mi piel y mi sangre dibujaban en el aire, en la piedra, en la arena. Y todo temblaba.. todo temblaba porque ella estaba allí, porque me llamaba, como yo la llamaba a ella.

Pero la puerta.... la puerta no se abrió.

Con el verde de los ojos en un arrebato, con la carcajada mal sujeta entre los labios, miré a un lado y otro. La respiración obligaba al pecho a un vaivén frenético. Qué era? Qué era lo que quería la Diosa?

-JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAA

La carcajada resquebrajó la habitación. Decían que estaba loca. Eso decían! pero ahora... ahora el rojo de la sangre en la piedra me susurraba secretos y promesas. Y yo sabía escuchar. Yo sabía escuchar. Oh! si me viera ahora mi padre. Si me vieran todos esos estúpidos misóginos de mis compañeros de facultad, de mis profesores, de mis colegas....

Con el jadeo en la garganta y el costado goteando sangre a través de una herida que era ofrenda y juramento, me tumbé de nuevo en el altar. Y crucé los brazos sobre el pecho sintiendo como, en un hilo suave y delicado, me vertía sobre el tiempo infinito de aquel lugar. Y cada latido de mi corazón era un gracias....

Gracias. Gracias. Gracias....

-JAAAAAJAJAJAJAAJAJAJAJAJAJAJAJA

Megan aprieta la mandíbula cuando ve que el árabe la ignora.Aprieta con fuerza la mano de Becky mientras con la otra roza levemente la de Luca antes de ponerse a caminar tras el guía.Sonríe a su marido,una sonrisa apenas esbozada,para que él se de cuenta de que está arrepentida por su tono anterior con él.Sin decir nada se pone en marcha tras Ragab,con Becky de nuevo entre ella y Luca

El roce de la mano de su mujer le estremeció y la sonrisa hizo que se desvaneciera cualquier rastro de hostilidad y enfado hacia ella. Por un momento pensó en estirar la mano y darle una palmada en el culo para que supiera que todo estaba olvidado pero el tener a la niña en medio le refrenó...Ah la niña, mendigaba todas las atenciones que le pudieran dar y más pero no dejaba que le dieran a él ninguna de buen grado...gracias a Dios que su mujer la ignoraba de vez en cuando y cambiaba el destinatario de sus atenciones.

Así pues, la anhelante mano de Luca permaneció de forma recatada con el resto de su cuerpo mientras todos se ponían en marcha, cerrando el mismo aquel grupo tan dispar.

La risa dejó paso a la perplejidad. Y cuando la carcajada se me extinguió entre los labios, aún con los últimos estertores, parpadeé un par de veces... Qué ocurría? Un nubarrón me pesaba en las pestañas y amenazaba con anegar los ojos verdes. Acaso la Diosa me rechazaba? Acaso no era yo digna?

Imposible... IMPOSIBLE!!

Con esfuerzo me incorporé para quedarme sentada sobre la piedra. Mi espalda se curvaba sobre mis muslos mientras observaba mis pies blancos en contraste con la piedra oscura del altar. Allí, a mis pies, descansaban las flores; allí descansaba yo. Qué fallaba? Mi fe era fuerte, increbrantable.

Bastet?.....

Me mordí el labio, pensativa. Quizá no era yo el sacrificio que deseaba.

Maldita sea! Maldita sea! debí guiar al rebaño hasta aquí y desangrar a todos y cada uno de ellos! Perros infieles!! Por supuesto, por supuesto!

Bajé del altar para postrarme de nuevo en la arena, con los brazos extendidos ante mí y la frente y el aliento en la arena.

-Lo siento, mi Diosa. Fui débil, fui estúpida, mi Diosa. Nunca debí dejar que profanaran tu templo, oh! Gran Bastet, señora dulce del Este..- me puse en pie sin llegar a enderazarme del todo, inclinada y respetuosa, para recolocar humilde las flores en la piedra lisa. Y regándolas con un tercio del vino, aferrando mi amuleto por un segundo mientras mi cuerpo era una reverencia sumisa, alcé por fin los brazos al cielo - Oh! Gran Madre y Señora de cada uno de los hogares, Oh! Madre de Reyes, defensora del mundo! Dame tu poder, Gran Bastet, dame tu fuerza y muestrame el camino... y juro por la sangre que será tuya, si así lo deseas, que el sacrificio será cierto y saciarás tu Sed con su sangre infiel si la mia no te es precisa.

Observé atenta la piedra de sacrificio mientras la herida del costado me mordía con un dolor sordo que yo aceptaba con exaltación. La mirada se me desorbitaba mientras el húracan se destaba en mi mente y mi alma anciana pugnaba por tomar el control. Lo sentía.... la dualidad cada vez era menos y cada vez eramos más una sola... Lo sentía... Nerthus, Nefertari... quién podría distinguirlas ya?

-Gran Bastet! Reconoce a tu hija Nefertari!! La hija vuelve a casa a través de siglos de tiempo y arena. Gran Bastet! MADRE!!!

Entrar en aquella sala (7) hizo que os miraseis los unos a los otros debido a que a escasos metros en su interior, escuchasteis el sonido de ¿agua fluir? No lo teníais claro hasta que decidisteis avanzar un poco más para comprobar que en aquella estancia existía un gigantesco foso que cubría todo el ancho del lugar.

Si mirabais más abajo comprobaríais que la caída era de más de 15 metros, pero para colmo, extraños rugidos provenían de la masa de agua estancada depositada allí.

Sabíais que más allá del foso había un acceso a otra sala ¿quién se tomaría las molestias de crear un foso si no fuese para proteger algo importante? El problema era que había que saltar casi 3 metros para solventar el obstáculo ¿quién sería capaz de hacerlo?

La sangre de tu cuerpo manchó el altar y provocó que toda la sala retumbase de nuevo. En un abrir y cerrar de ojos las puertas de piedra se deslizaron dejándote de nuevo libre para seguir explorando el lugar.

Habías herido de gravedad tu cuerpo, un acto honorable que será difícil de borrar de tu mente.