Partida Rol por web

No logré encontrar nada ni en las paredes ni en el suelo; por tanto, la solución radicaba en el altar. Mientras estaba buscando por los alrededores, Alex decidió quitarse la venda y dejar que la sangre brotara... Se produjo una reacción y el altar vibró.

Di un paso en firme y tome la daga que habíamos encontrado, imitando a Alex me hice un corte en mi mano izquierda y extendí la mano para que hubiera más sangre.

Creo que esta es la única salida que tenemos.  Dije, luego apreté el puño para que saliese más sangre por la herida.

Empezasteis a hacer que más y más sangre emanase de vuestro cuerpo.

Las heridas que os habíais hecho eran dolorosas y había que vigilarlas puesto que una infección allí abajo podría ser mortal.

Sin embargo, a pesar de que cuanta más sangre había en el altar más vibraba, parecía que aquello no era suficiente.

La puerta seguía sin abrirse...

No parece ser suficiente. me dije mientras veía mi sangre y la de Alex en el altar.

Volví a pensar e intenté descifrar el mensaje de los jeroglíficos. Tal vez no hacían referencia a la sangre si no que el altar hacía referencia al sacrificio. Era consciente de que antiguas civilizaciones tenían muy presente el concepto de sacrificar. Estos sacrificios no iban vinculados a una ansia de sangre desmedida, simplemente se hacía para obtener el favor de los dioses e incluso alimentarlos. Desconocía las costumbres de los egipcios pero tal vez la idea era esa. No parecía haber interruptores, mecanismos o más pistas.. Entendí que tal vez era necesario realizar un sacrificio.

- Creo que uno de los dos debe sacrificarse para que el otro salga... - dije con una voz entrecortada

Nuevamente volvían mis pensamientos nerviosos, cómo habíamos llegado hasta esta situación y las trampas del lugar. Embaucado en estos pensamientos, empuje con toda mi fuerza a Alex para apartarlo del altar. Mientras veía como retrocedía, tomé la daga y me la clavé en el estomago. Di un leve grito y me senté en el altar para después estirarme encima de éste.

Empecé a vislumbrar a modo de imágenes discontinuas toda mi vida, el lugar donde crecí, las tartas que hacía mi padre para celebrar mis cumpleaños, la primera vez que entre en la Universidad... Y todos los ratos que había pasado con Alex. Muchas lagrimas empezaron a brotar de mis ojos, esto era el fin.

- Alex... Lo siento, prométeme que saldrás de aquí - dije mientras estiraba mi mano derecha hacia donde estaba - te quiero.

Intenté esbozar más palabras pero ya nada salía, todo empezaba a oscurecerse, el miedo se convertía en calma y la angustia en tranquilidad. Hubo una ligera luz, en forma de arrepentimiento, que intentó tímidamente romper esta última melodía que entonaba en mis últimos momentos de vida.

Aquel gesto altruista por parte de Jane provocó que toda la sala volviese a temblar, pero esta vez esas vibraciones eran más intensas, más poderosas. La sangre había llegado ya al suelo mientras la mirada vacía de la esposa de Alex hacía sentir escalofríos. ¿Por qué lo había hecho? ¿Por amor? ¿por desesperación? Ese secreto se lo llevó a la tumba.

Alex, entre lágrimas, pudo comprobar como las puertas se volvían a abrir, pero nunca pensó que el éxito fuese tan agridulce ya que había costado la vida de aquello que más amaba.

Todo comienza a temblar de nuevo, pero esta vez no son las paredes de la sala del altar, sino que viene de arriba. De nuevo la pirámide hace un amago de venirse a bajo, demostrando que el tiempo sigue corriendo en contra.

Alex no me dio tiempo a nada.  No había reacción para lo que estaba sucediendo y yo, de alguna manera, estaba a la deriva.  Mi mundo se cayó parte por parte mientras la abrazaba intentando detener el sangrado.  Las lágrimas no lograron ahogar un grito de dolor y sufrimiento que nunca sería borrado de esa tumba.

Quería simplemente tomar la daga y cortarme el cuello a mí mismo.  Dejar el sufrimiento que esto implicaba.  Pero entonces el sacrificio de Jane habría sido en vano.

Tomé la daga en mi mano.  Besé los labios de Jane y avancé.  Te lo prometo, y los organizadores de esta excursión van a pagar con su sangre tu vida.

Esta estancia (13) albergaba con delicadeza una gigantesca estatua de mujer con ropajes egipcios. Dicha mujer tenía las manos extendidas y en ellas parecía albergar un medallón.

Un rápido vistazo hacía comprobar dos detalles:

Uno de ellos era que el medallón parecía estar elaborado de cobre y tenía grabado el símbolo de una luna con una firmeza exquisita.

El otro detalle es que a los pies de la estatua había un jeroglífico que a ojos de un experto podría ser fácilmente traducido, por desgracia tan solo quedabas tú con vida...

Tomé el medallón y avancé a la siguiente sala.

Oscuridad, eso era lo único que destacaba en este pasillo (p10). Una oscuridad que parecía paranormal puesto que ni las antorchas eran capaces de alumbrar lo suficiente para hacer que el camino fuese cómodo de transitar.

En la nueva sala (12), tan solo hizo falta dar unos cuantos pasos y afinar la vista para comprobar que sobre una de las paredes había algo… se trataba de ¿una persona?

Unos cuantos pasos más revelaban el gran descubrimiento… ¡Allí había un cuerpo! ¿quién había sido el desafortunado?

Observaste horrorizado como el cuerpo que había junto a la pared era el esqueleto casi momificado de… ¿un soldado Nazi?

¿En qué clase de lugar te habías metido? ¿Cómo había podido llegar alguien de aquella época allí? No hacías más que tener un mal presentimiento.

Seguía recorriendo salas y seguía sin encontrar algo similar a una salida.  La sala no me gustó, por lo que dejé todo como estaba allí y salí nuevamente.  Si es que había una salida, entonces debería estar en la sala 10.  Si no encontraba nada allí, entonces volvería a esta sala tenebrosa.

Volví al pasillo.

Sonidos extraños envolvían el ambiente según avanzabas por este pasillo (p9) que carecía de jeroglíficos. ¿Estarás cerca de obtener una solución a esta pesadilla?

La sala recién descubierta (11) era tan silenciosa que ponía los vellos de punta.

Se comprobaba con normalidad que al fondo de ésta había el acceso a una sala secundaria (10) que probablemente escondería algún secreto digno de ser revelado.

Con la máxima precaución posible avanzaste con intención de alcanzar tu destino, sin embargo tal y como estabas esperando aquello no iba a ser tan sencillo.

Un sector del suelo tenía un mecanismo oculto que tras ser pisado inocentemente activó que en el centro de la sala la tierra se hundiera revelando un foso repleto de afiladas púas capaces de atravesar los cuerpos como si fuese mantequilla.

Ahora acceder a la sala contigua no sería tan sencillo puesto que habría que saltar aquel foso para evitar ser ensartado tras una caída de casi 3 metros. ¿Merecerá la pena el riesgo?

Sin siquiera pensarlo, tomé impulso y corrí hacia el foso, intentando saltar por encima del vacío!