Partida Rol por web

Consigo moverme a una velocidad inusitada con los tacones, es una cosa que no he explotado nunca en mi nueva novida. Me acerco a la daga mientras esquivo a todos, con rapidez cojo la daga y me alejo aunque no lo suficiente ya que siento como alguien me placa tirandome al suelo y obligandome a girarme. Me ha echo daño y me muerdo en los labios por que me han salido los colmillos, aun no lo controlo del todo. Noto que la daga se intenta escurrir de mis dedos pero al final parece que la he atrapado no se por cuanto tiempo. Noto la presion de su cuerpo contra el mio y sus ojos que me miran mientras yo intento que no la consiga. Alguien viene en mi ayuda, Alexander, le quita de encima y le echa a un lado para sujetarle contra el suelo. Miro lo que esta ocurriendo a mi alrededor y luego la daga en mi mano, Has echo tu eleccion y no hay marcha atras... miro a Alexander y me encamino hacia la salida con rapidez inusitada para abrirla y marcharme de alli.

Salgo corriendo hacia la ventana para alejarme de toda la pelea y el caos que hay a mi alrededor. Aún no se quienes están de un lado y quienes de otro, pero creo que la mitad no salimos vivos de aquí. Un ataque contra el príncipe sólo puede traer problemas, pero el no atacarle también ha traído más problemas de los que me gustaría.

Mirando atrás voy hacia la pared cuando de una forma animal y violenta aparece Irina para golpearme tal como viene en carrera. Esto hace que me distraiga un momento sobre sus verdaderas intenciones y lo que consigue es agarrarme fuertemente de a camisa, levantarme en el aire y dejarme contra la pared. Mis manos se aferran a las suyas y mis pies quedan en el aire mientras el resto de la sala sigue en una batalla a vida o muerte.

Paul emite un rugido más parecido al de una bestia que a un humano, y sus colmillos también se exteriorizan mientras se remueve violentamente entre las manos de Alexander para intentar apartarle, pero quizá ésa misma violencia es la que provoca que no lo haga con la suficiente velocidad o destreza ya que a pesar de estar costándole, Alex consigue mantenerlo a ralla sin dejar que se levante. Por ahora...

Gerard alcanza a fruncir notablemente el ceño mirando de reojo a un lado y a otro, pero sin embargo sigue inmóvil como si de una extraña estatua en medio del despacho se tratara, sin decir ni hacer nada así que está claro que alguno de los presentes ha conseguido "hacer mella" en él.

Los incisivos largos y afilados de Blake empezaban a salir a causa de la espeluznante escena que veian sus ojos tan claros como la brisa. -Bien, tu dedicate hacer fotos...- El toreador se ataladraba el mismo con sus pensamientos al ver que ni el principe ni siquiera le habia mirado.
Entonces solo podia confiar en una persona entre los presentes, aunque no con mucha gratitud..-Patrizia..- La vi temblando, y me siento culpable ya que ella no deberia de estar aqui..

-Heyy, tranquila, tenemos un asunto pendiente ¿recuerdas?, saldremos de esta..- cubriendola entre mis brazos detras del sofa pienso en algun metodo para salir ileso de aqui..junto a ella.

-No me gusta la violencia, es espantoso...- murmura Patrizia en apenas un murmullo mientras se abraza al cuello de Blake temblorosamente, mirando la escena con miedo y preocupación, lo cuál la lleva a sujetarse con más fuerza, apretando los ojos un momento...
Cuando los vuelve a abrir, es cómo si la supuesta lunática os hubiera contagiado su ceguera al cerrar los ojos, no veis nada, ni siquiera a vosotros mismos, y quizá lo más preocupante: ni siquiera percibís sonido alguno.

Lo único que nota Blake es a la joven malkavian todavía abrazada a él.

Sigues notando las pequeñas pero firmes y fuertes manos de Irina sujetando tu camisa, rodeados completamente de esa oscuridad fría y antinatural.
Apenas te sientes capaz de librarte de ella, aunque tampoco estás demasiado seguro de que eso sirviera de algo ahora, pues es como si te hubieran arrancado los ojos y las orejas... Y sin embargo, te suelta.
Notas que tus pies bajan al suelo y nada te agarra pero sigues totalmente confuso.

Un escalofrío.

Al fin los brazos de Irina dejan de agarrarme, pero un extraño frío se apodera de mi cuerpo. No veo, no oigo, estoy solo, acompañado... no lo sé. Parece que estoy en el mismo lugar, al menos no creo haberme movido, debo seguir pegado a la pared, al lado de la ventana.

La oscuridad.

Tengo que llegar a la ventana, tengo que salir de aquí o me matarán sin dudarlo. Muevo las manos a ciegas intentando buscar el marco de la ventana, para poder calcular hacia donde debo saltar. Debe ser un salto limpio y enérgico, posiblemente solo tenga una oportunidad, contando con que al saltar no me mate. Mejor morir contra el suelo que a manos de esta gente.

El silencio.

No sé qué hacen los demás, apenas puedo saber lo que yo hago. Solo un poco más, estoy cerca, lo sé, lo intuyo. No puedo haberme movido más de lo que Irina me ha desplazado.

No veo, no escucho, solo se que tengo la daga en mi mano y que alguien ha echo algo para que no pueda moverme. Lo ultimo que recuerdo es la voz de Patrizia diciendo algo y luego la oscuridad... Me siento indefensa como en mi piso con aquellas sombras, cierro los ojos e intento recordar donde estaba la ventana en mi recorrido para poder escapar y si habia alguien. La herida de la mano me escuece ahora tal vez sea por la empuñadura del arma. Respiro hondo mientras me alejo con cuidado y a tientas de esa oscuridad, tal vez cuando salga pueda ver mejor. Esto es una locura. Matar al principe, como puede pensar eso...

Tras palpar algo a tientas la pared y seguirla, consigues dar con el río tacto del vidrio de la ventana, así que sin más la abres y te arrojas al vacío sin pensarlo demasiado, antes de que sea tarde y te lo pienses mejor.
Al cabo de poco la oscuridad que te envolvía se disipa de golpe y ves cómo caes y el suelo se acerca precipitadamente hasta toparte de lleno con él.
Ha sido un poco doloroso pero no tanto cómo creías así que puedes levantarte por tu propio pie.

Alrededor no se ve a nadie, probablemente los vástagos sigan en el interior del edificio ajenos a todo el "complot" de ése despacho.
Te encuentras en uno de los laterales del enorme Elíseo, tomando cómo referencia la puerta de entrada ya que el edificio es circular.

Mis ojos estaban ajenos al tumulto de la gente que estaba a mi alrededor, ya que solo veia penumbra, esa penumbra que ves cuando cierras los ojos para dormir. Me deje embriagar por sus destellos y que mis oídos oyeran solo el cantar suave de las olas como un mar cercano. -Al menos aún siento sus brazos..- Lleve una de mis manos al antebrazo de Patrizia para frotarlo y orientarme un poco tras el "estallido" provocado por la Malkavian..

-Sal de aquí ahora, tu no deberías de estar aquí y siento haberte traído..me gustaría volver a verte aunque solo sea una vez mas...- Llevo mis manos hasta las suyas gracias al tacto de su piel y las aprieto con fuerza..-vamos, márchate- El objetivo de Blake primordial es que ella se salve mientras el intenta orientarse y salir por la puerta aprovechando la ceguera de todos los presentes..

Empiezas a caminar a tientas, todo resulta muy confuso, quizá incluso más por el hecho de no oír sonido alguno, no hay manera de saber dónde estás pero de todos modos decides avanzar un poco con un brazo extendido y cautela... Hasta que tropiezas con algo que hay en el suelo, te hace dar un traspiés y no te caes por poco pero al balancearte te topas con alguien que enseguida te sujeta con firmeza, una mano en tu vestido, en un costado, la otra sujetando el brazo que no empuña la daga.

Estoy ciega, ni mis habilidades vampiricas me pueden ayudar en este momento para nada. Nada delante de mi mano, solo me falta un baston para completar el modelo. Tropiezo con algo no se lo que es, creo que me piso el vestido pero no, no me lo he pisado solo me desequilibro hacia delante. HOy voy a acabar mas veces en el suelo que nunca. pienso para mi cuando alguien me coge por la cintura y el brazo que llevo libre de la daga. Mi primera reaccion es atacar, pero me contengo, me ha ayudado a no matarme al menos. Respiro hondo antes de susurrar Gracias de todas maneras sujeto la daga, no se si me ha oido o el silencio es tal que no puede escucharme.

Sujetas las manos de Patrizia dándote cuenta de lo menudas y suaves que son, pero enseguida es ella la que te da un pequeño estirón instándote a que camines, parece haberse puesto de pie...
Una vez incorporado sigue tirando de ti, aunque no puedes oírla a ella ni a nada, talmente parece una especie de sueño extraño, o quizá una pesadilla.
Estáis así varios minutos, en los que ella supuestamente te guía aunque no estás demasiado seguro de hacia donde, en caso de que realmente sepa lo que está haciendo.

Y tal cómo llegó, la oscuridad se disipa repentinamente, cegándote por unos momentos hasta que enfocas tu situación.
Sigues sujeto de una mano de la malkavian, en la otra se encuentra ni más ni menos que el Príncipe que te mira ceñudo y con cara de pocos amigos, lo cuál ya te provoca un escalofrío.
Os encontráis en uno de los muchos y amplios pasillos del Elíseo, rodeados de otros vástagos que van y vienen, ajenos a lo sucedido en el despacho.

Noto su suave bello entre mis dedos cuando estaba apunto de soltarla, pero sin embargo, es ella la que me amarra con mas fuerza obligándome a levantarme -¿Por que haces esto?- Da igual que piense o hable, creo que nadie me escucha en esta sala.

Es como cuando mueres por primera vez y ves esa luz blanca al final del pasillo, algo que me arrastra hacia allí y no puedo volver hacia tras por mucho que quiera. Decidí no soltar su mano, y dejarme llevar a esta esa "luz". Al cruzarla, mis ojos estaban medio cegados aun, pero al menos sabia donde me encontraba, entre esos anchos y numerosos pasillos del Eliseo..

-Se que deseas matarme, pero yo tenia un motivo para matarte.. Al recobrar la compostura sigo dejando que me lleve la Malkavian, ya que me encuentro algo conmocionado..Príncipe- hago una ligera pausa antes de decir estas ultimas silabas dejando entreveer que no se su nombre, no quiere decir que me importe.
-Lo que no se, es el motivo del porque quieren matarte, así que espero que me digas por que está ocurriendo esto..-

A tientas y en la oscuridad más absoluta consigo encontrar la ventana. El sentido del tacto aún lo conservo y distingo perfectamente el hueco de la ventana y su frío tacto. La abro y sin pensarlo dos veces salto al vacío. Si no me equivoco son un par de plantas, si tengo suerte no me mataré en el intento. A mitad de caída vuelvo a ver lo que me rodea. El suelo se acerca a gran velocidad.

Consigo caer entre unos setos y el daño ha sido mínimo. Unos rasguños y un golpe en el costado que es fácil de curar. Me levanto rápidamente y miro hacia la ventana por la que acabo de tirarme. Será mejor no entretenerse. Salgo disparado en dirección a la puerta principal esperando encontrar allí a Sveta y poder decir que en la segunda planta del Elíseo se están quebrando todas las normas escritas.

Tan pronto cómo se produjo, la oscuridad se disipa de nuevo, cegándote pro unos segundos mientras tu mirada se vuelve a adaptar a la luz del despacho.
Quién te sujeta con fuerza es ni más ni menos que el Sheriff empapado en sangre, que al verte chasquea la lengua dándote un pequeño empujón fastidiado. Parece que realmente no supones nada importante para él y se limita a extender una mano hacia ti mirando alrededor.
Entre ambos yace el cadáver de Alexander más pálido que la propia muerte y con una profunda y amplia mordedura en la yugular de su cuello que ha formado un amplio charco bajo él.

La puerta está abierta de par en par y una de las ventanas rotas. Irina ahoga un grito y salta a través de ella mientras cerca del escritorio hay otro cuerpo con al cabeza separada del cuello a poca distancia, esta vez se trata de Gerard.
No hay ni rastro de Patrizia, Blake, Vincent ni el Príncipe por ningún sitio.

Al final el sudario desaparece y vea al que me ha salvado, niego mientras me separa de el apretando mas la daga en mi mano. Alexander yace en el suelo, no se si muerto o vivo, Gerard igual, no hay rastro del resto. REspiro hondo y contengo las lagrimas podria derramar, no lo hice cuando Morris me dejo, no lo hare ahora. Sobreviviere sola, es mas si le tengo que matar lo hare, mi mirada lo dice todo.

¿Que has echo? no deberias...me da lo mismo, solo quiero salir de aqui ahora mismo y si te tengo que llevar por delante no me importara ni lo mas minimo
Irina grita y salta por una ventana rota, tal vez hayan escapado por ella, sola, no me importa solo que alguien que se mostro amable conmigo esta ahora posiblemente muerto en el suelo por protegerme

Cuando estás "recuperándote" de la caída, a pesar de que no tardas demasiado, alguien cae cerca de ti con lo cuál te apartas, sobretodo al darte cuenta de que es la violenta primogénita Brujah, que se incorpora del suelo algo tambaleante mientras se coloca el hombro dislocado en su sitio con un el sonoro chasquido del hueso.
Se limita a fruncir un poco el ceño al hacerlo y levanta la vista un momento a la ventana antes de mirarte a ti. Asiente, aunque no sabes por qué, y sin mediar palabra sujeta su larga falda, mostrando sus largas y sinuosas piernas, y quitándose los zapatos de tacón se da media vuelta y se marcha en dirección contraria a la tuya desapareciendo entre las sombras nocturnas de Londres.

Llegas sin problemas pues, hasta las puertas principales, por cuyas cercanías está esperando Svetlana con cierta cara de aburrimiento que disimula al distinguirte.

-¿Tú?, ¿llevarme por delante? No digas estupideces y dame la daga antes de que me arrepienta y decida quitártela a la fuerza. Podrás irte entonces- dice seguro de sí mismo mientras mueve la mano instándote a darte prisa mientras su rostro empieza a adoptar una expresión más severa y malhumorada, prestándote ahora toda su atención y quizá algo de desdén.