Partida Rol por web

-Me acaba de decir que han encontrado otra espada pero todavía desconozco su portador... Soren es uno de ellos pero no sé dónde encontrarle para hablarle sobre todo el asunto. En cuánto a Alexander... Es un amigo mío, de mi mismo clan, vino unos días y aparentemente era el amor no deseado de Elena pero supongo que ha cambiado de idea- me limito a encogerme de hombros sin que esa actitud me sorprenda en exceso, lo único que ha hecho es confirmar la profundidad de sus "sentimientos".

-Tenía entendido que ambos habían viajado a China para alejarse de todo esto pero supongo que me equivocaba, al fin y al cabo Elena tiene más problemas interiores de los que puede asumir- comento recordando el detalle de Uriel distraidamente antes de mirarle con una sonrisa.
-Debo ponerme en marcha, aún me queda gente con la que hablar y cosas que descubrir. Te llamaré si puedo darte algo de información respecto a ella- asiento y empiezo a alejarme del muelle con paso rápido.

Camino a la par de Irina - Bueno, andando... yo tambien me retirare. Gracias por haber venido y por lo visto ya unas cuantas espadas van siendo encontradas. Solo esperemos que caigan en las manos correctas. - Hizo una pausa y sin pensar en las repercusiones que podrian llegar a haber pregunto - De tu clan? Y cual es ese?

-Así lo espero yo también- admito con un suspiro al comentario de que caigan en "buenas manos". De momento sólo conozco el paradero de un par, supongo que no puedo quejarme demasiado al respecto, habría que ver si Mathaius tiene otra, parecía un hombre muy capaz aunque demasiado silencioso para mi gusto.

-¿No sabes que la curiosidad mató al gato?- le digo en tono de burla antes de sujetarme la camiseta y apartarla hasta dejar ver parte de mi ropa interior, junto a la cuál se encuentra el tatuaje de la A invertida de mi sangre.

No pudo evitar esbozar una sonrisa de varios sentimientos mezclados... Al principio fue verguenza por haber sido tan directo e imprudente. Pero luego algo dentro de si lo comforto... - Eso explica el porque de tu firme apreton de manos... Al parecer ambos pertenecemos al mismo clan -

Hacia ya bastante que no estaba con alguien que comparta su linaje de sangre... Pero lo habia encontrado. Tanto tiempo vivido con Ivan ya le habia hecho perder algo de su personalidad. Pero quizas ahora pueda reencaminarse... - La verdad debo decir que ha sido un gusto poder encontrarme con alguien como tu y ahora mas aun ya que por ambos corre la misma sangre...

-¿De verdad? La mayoría creen que soy demasiado... respondona. Yo creo que me limito a ser sincera pero no a todos les gusta esa "cualidad"- le guiño un ojo de forma cómplice y río por lo bajo.

-¿No has conocido a Scott? Es raro, nuestro nuevo primogénito... Se mete todavía en más líos que yo, le gusta demasiado repartir ostias a cualquiera que le mire demasiado, no necesita demasiada "excusa" para iniciar una pelea- le miro de arriba a abajo sin disimular, la verdad es que es el prototipo perfecto para colgarle ese "cartel" pero en realidad de momento ha sido muy pacífico conmigo así que supongo que no lo haré. De momento.

-Debes de haber llegado hace relativamente poco a la ciudad, ¿verdad?- pregunto con curiosidad.

A decir verdad no has sido nada respondona la sinceridad esta un poco devaluada en estos dias... Mi pasado es un poco complicado para serte sincero... - Dice llevandose una mano a la nuca - Comence siendo peleador en luchas clandestinas, sin importarme nada, pero hace ya un tiempo que soy el que realiza los trabajos "sucios" de un ventrue... le debo la vida... aunque hemos llegado a entablar cierta amistad... - Se avergonzaba un poco de lo que decia...

- Con el tiempo aprendi que hay momentos en que se debe tener paciencia y otros en los que solo se pueden solucionar con estos... - Dice mirandose los puños... - Como antes te decia, no estoy muy habituado a la burocracia... no conozco a nadie... se podria decir que soy nuevo. Aunque extraño mis dias de gloria - Termino mirando el cielo recordando cuando la gente le exclamaba su nombre

- Quizas has oido hablar de mi... me llamaban Hurricane en el circulo de pelea... y nunca mas use mi verdader nombre... no me agrada, es mas imponente el nuevo

-¿Trabajos sucios para un Ventrue...?- mi ceño se arruga en una expresión rara que intento disimular pero la verdad es que no, no me hace mucha gracia lo que acabo de oír. Suena terriblemente mal y peor: servicial.

-Podría conseguirte sitio en algunas peleas ilegales si te interesa... Quizá no sea lo mismo que el circuito profesional pero te daría el suficiente dinero cómo no tener que andar dependiendo de otros y hacerles el trabajo sucio- arqueo una ceja y le miro inquisitivamente esperando su decisión.

- Estaria bueno volver a sentir el fervor de las peleas... pero de momento prefiero terminar todo este asunto con las espadas y luego hablaremos del tema, te parece? - Dijo evadiendo un poco la pregunta... Era de avergonzarse un poco el hecho de trabajar con un ventrue pero no lo llamaba servilismo... sino una simple alianza, ya que ambos tenian beneficios...

- Si hay algo de lo que me quieras hablar en un futuro, tienes ajendado mi numero... llamame si algo surge - Dijo tendiendole la mano una vez que terminaron de caminar y ya habian llegado a los vehiculos...

-Está bien, si salimos de esta- asiento y vuelvo a devolverle el apretón de manos, la mía apenas alcanza la mitad de la suya. Apuesto a que podría girar la cara de más de uno con un solo tortazo.
-Te llamaré si averiguo algo sobre Elena, pero no deberías fiarte demasiado de una Lasombra con doble personalidad- digo antes de subir a mi propia moto y arrancar algo escandalosamente y a bastante velocidad calle abajo.

Conduces hacia la mezquita, la verdad es que nunca has estado en esa parte de la ciudad. Tras un rato llegas hasta la puerta del edificio y caminas hacia su interior mientras te das cuenta de la magnificencia del lugar, enorme y te da una paz interior que no esperas. Algunos niños corren por alli despreocupados riendose.

Me siento algo incómoda al llegar al primero de mis destinos, no por la fe acumulada por suerte, pues me siento bastante tranquila en el edificio, sin embargo es la primera vez que estoy en un lugar así y no estoy demasiado segura de cuáles son los protocolos y demás, así que será mejor darse algo de prisa antes de meter demasiado la pata.
Me quito los zapatos dejándolos en un lateral junto con todos los demás y me adentro a la sala de oraciones intentando distinguir a Mathaius entre los presentes, de no ser así preguntaré a alguno que parezca encargarse del lugar.

- De acuerdo... nos comunicaremos - Fueron pocas palabras pero habian sido las necesarias. Ambos se despidieron y mientras ponia en marcha su moto le dijo - Linda moto... veamos que es lo que puede hacer... una carrera hasta aquel semaforo? - Dijo mientras señalaba uno que quedaba a mas o menos 6 cuadras... con una sonrisa en su rostro

REcorres el lugar, la verdad es que algunos te miran, no se ve una mujer occidental por alli muy amenudo. Le ves un poco rezagado en el jardin leyendo un libro y con una chilaba lleva el pelo cortado, muy corto como si hubiera sido hace poco. Seguro que al comienzo de la noche

Suspiro con alivio al encontrarle sin demasiadas complicaciones y me acerco a él carraspeando por lo bajo para llamar su atención de forma ligeramente sutil.
-Buenas noches Mathaius...- le saludo con un movimiento de cabeza y tras mirar alrededor un momento decido sentarme junto a él en el banco.

-Necesito hablar contigo, me han informado de que conoces el paradero de una de esas espadas...- coloco el cabello detrás de mi oreja, mirando en otra dirección cómo si el asunto no fuera del todo conmigo.
-Estoy intentando ponerme en contacto con todos para poder reunirles en caso de que Él venga- por suerte ya sabe a qué me refiero y me libro de algunas explicaciones.

- De acuerdo... nos comunicaremos - Fueron pocas palabras pero habian sido las necesarias. Ambos se despidieron y mientras ponia en marcha su moto le dijo.

Se subio a su moto y recorrio las nocturnas calles de Londres. La gente salia de sus casas a buscar viveres, se juntaban en lo de amigos a punto de salir y demas.

Se dirijio a la mansion... no muy deprisa. No tenia nada mejor que hacer pero quizas Ivan habia hablado con alguien y tendria algo para hacer...

Bienvenida a esta humilde casa de Dios, Ala sea contigo hermana replico cerrando el libro y mirandote a los ojos Si una de las espadas se donde esta, en posesion de alguien que no ha venido aun a descansar desde ayer noche creo. Es una cimitarra, una proteccion contra el aciago destino de unos pocos

-¿No será ese muchacho extraño con el que te fuiste en el aeropuerto...?- pregunto con interés centrando mi atención en su cara esta vez.
-¿Sabes si volverá esta noche? Y si no dónde puedo encontrarle o cuando volver para hablar con él... Vale, parezco obsesa pero es por el bien de todos en realidad...- busco por mis bolsillos hasta apuntar mi teléfono en un pequeño bloc de notas y tendérselo.

-Por si acaso pasa cualquier cosa, me va a empezar a entrar complejo de centralita- me quedo esperando su respuesta mientras apoyo una mano en mi rodilla y la otra aún sostiene el papel. Es un hombre de pocas palabras creo... Todo eso que me ahorro.

Asi es, el joven Vicious replico mientras te miro con gesto neutro y sonrio levemente No lo se, esta protegiendo y vigilando a alguien. Pero creo qeu tengo su telefono, le llamare y le dire que desais hablar con el cojo el papel y saco una tarjeta con otro numero, el de la mezquita y debajo otro mas pequeño Es el mio particular,solo para casos de emergencia.

-¿Vicious...?- repito casi incrédula ante al elección de mote, tan poco apropiada para alguien que ni siquiera muestra su cara.
-Está bien, muchas gracias... Dile que podrá encontrarme en el local Manthys o si no que me llame- me levanto recogiendo su tarjeta, la cuál leo con interés antes de guardarla debidamente.

-Descuida, no se me ocurriría hacerte perder el tiempo si no fuera una emergencia... Que pases buena noche- efectúo una especie de medio reverencia algo torpe, ya que al fin y al cabo no tengo ni idea de estos protocolos, y me marcho de la mezquita recuperando mis zapatos y subiendo a mi moto, con la cuál pretendo dar un pequeño rodeo para despejarme antes de volver a mi propio local y devolver la llamada de Anderson.