Partida Rol por web

Pero si solo es una flor, es blanca como su aura. Me gusta me recuerda a ella, pero tiene a ese hombre malo intentando... comienzo a gemir llevandome la mano a la cabeza cerrando los ojos no volvere a decirlo lo prometo sera nuestro secreto, pero no la hagas daño, dejala

-El príncipe está con ella... Sí, parece que últimamente todos quieren estar con ella. Es peor que Gerard- me río negando con la cabeza y miro algo extrañada a Marizsa que se ha prestado a presentarse contra todo pronóstico.
-Yo soy Irina, aunque me parece que ya lo sabías- le guiño un ojo cómplicemente y entonces me acerco hasta Quentin poniéndome en cuclillas despacio y con cuidado a causa del corto vestido.

-¿A quién te recuerda, tesoro? Apuesto a que a Graziella- respondo bastante convencida mientras me sujeto a mis propias piernas.
He tratado con varios malkavians, es mejor no tocarles a menos que sepas que puedes, algunos se ponen muy violentos o se asustan si lo intentas.

Es solo desde hace cosa de un par de meses digo encogiendome de hombros y mirando la escena Quentin te he dicho que no la quites las rosas a Graziella, sabes que son un regalo de alguien que la quiere mucho y que es lo unico que la hace feliz como tu sonrisa Suspiro mientras me levanto y me acerco Intenta que no se haga daño, voy a ver si puedo llevarmelo a casa ya que no quiere estar aqui que al menos este entre sus cosas aunque quiera dormir entre todos esos retales. Me marcho dejandoos solos.

Si, es igual que ella, pero ultimamente no esta bien y vuelvo a llevarme la mano a la cabeza no lo volvere a decir, sera tu secreto, no la sigas haciendo daño. comienzo a gimotear haciendome un ovillo en el suelo deshojando la rosa entre mis manos. Pelorosa tienes que ayudarla, tienes que.... cierro los ojos y grito como si me golpearan con algo invisible

-De acuerdo...eh... no tardes mucho- le digo a Marizsa mientras miro cómo se marcha.
No es que me dé miedo ni nada por el estilo, pero me preocupa el no saber cómo tengo que tratarle.
Al principio me pareció "especial". Extraño, interesante... atrayente. Ahora me doy cuenta de que sólo es un niño asustado que ha crecido demasiado difícil, o al menos eso es lo que muestra.

-Tranquilo Quentin, no sucede nada, abre los ojos...- le pido mientras miro de reojo el palco con expresión entre asustada y apenada al verle así y no saber qué hacer.
-No entiendo lo que me quieres decir, ¿que ayude a Graziella?- le pregunto apoyando las rodillas en el suelo mientras le atraigo con suavidad hacia mí, apoyándolo y acariciándole la espalda en un intento de que se tranquilice que no estoy muy segura vaya a funcionar.

Abro los ojos que brillan y te miro a los tuyos mientras algo se forma en tu mente una imagen confusa alguien que es obligado a beber de otro mientras le marcan con algo en el cuerpo.
Tienes que ayudarla, no soy un buen angel de la guarda. Aunque haya vuelto de la muerte no puedo hacerlo...Quiero a Akasha, ¿donde estas gatita? sonrio mientras me acaricias la espalda me gustas pelirosa, me gustas mucho eres especial, tu aura es brillante y como tu pelo...

Frunzo ligeramente el ceño sacudiendo la cabeza ante esa extraña visión, algo a lo que no estoy en absoluto habituada. ¿Ha sido real?, ¿lo ha proyectado él...? Todo empieza a resultar demasiado enigmático y sospechoso, empiezo a pensar que después de tres meses el agua sigue sin volver a su cauce y algo huele a podrido entre la situación social vampírica de Londres.
-Seguro que eres un estupendo ángel, Quentin...- le digo convencida mientras miro alrededor, deduciendo que Akasha debe de ser esa gatita de pelo suave y blanco aunque poco cepillado.

-¿Especial...? Qué más quisiera yo- admito con una pequeña risa tras la cuál le beso en la sien irremediablemente y le ayudo a llegar hasta el sillón cercano.
-Akasha sigue aquí, apuesto a que se moría de ganas de volver a estar entre tus brazos- le digo mientras recojo al animal recojo del suelo, esta vez sin preocuparme por el vestido ya que estamos solos y dudo que él sea si quiera consciente de esos "detalles".
-¿No vas a decirme por qué debería ayudarla...?- le pregunto con tono dulce y cariñoso mientras acaricio a la supuesta Akasha tendiéndosela. Seguro que eso sí le relaja.

Graciasabro los brazos para coger a la gata y acariciarla....Tiene un problema, no lo sabe....aquella noche las fuerzas.... me callo al oir pasos y hundo la cabeza en el pelo de la gata para seguir balbuceando incoherencias mientras los pasos se paran cerca de donde estamos. Un hombre de aspecto musulman que nos mira antes de continuar el perrito guardian....le odio intenta que le eligan....quiero que no vuelva a tener esos sueños...tienes que sacarla de alli que no los vuelva a tener

Tan sólo echo un vistazo de reojo al musulmán con poco interés antes de que siga su camino para volver a centrarme en mi "pequeño".
-Últimamente veo que hay muchos "perros"... y "perras"- digo con una sonrisa maliciosa antes de inclinarme hacia el sillón apoyando una mano en el reposabrazos.
-No puedo prometerte nada porque no entiendo la mitad de lo que me dices, pero al menos lo intentaré- le sujeto entonces la barbilla con suavidad y ternura para que me mire y le beso sobre los labios con tanta normalidad como si lo hiciera en su frente. Apuesto a que él no notará diferencia, pero yo sí.
Sonrío inevitablemente y me vuelvo a erguir tendiéndole la mano.
-Vamos a buscar a Graziella, anda, ya está tardando demasiado- le insisto moviendo un poco la mano para llamar más su atención.

Sabes a fresas sonrio mientras me chupo los labios y me levanto cogiendote de la mano con la gata en la otra vamos, quiero que nos vayamos a la playa a jugar con la arena hasta que salga el sol, es tan bonito. Papa siempre decia que el sol era lo mas bonito del mundo...

-¿Te gusta la fresa?- me río despreocupadamente ante un comentario tan inocente y cuando ya le tengo cogido de su ancha mano empiezo a caminar hacia el palco, no demasiado alejado.
-Ya sabes que no puedes ver el sol...aunque siempre puedes mirarlo en alguna película, ¿no? Tú eres más bonito que el sol- le dedico una sonrisa radiante que no me hace falta interpretar. Con él todo es muy fácil, al fin y al cabo le da relativamente igual lo que hagas mientras le trates con cierta amabilidad. En cierta manera es un alivio poder comportarse del todo con naturalidad.

Llegamos frente a las cortinas de terciopelo y directamente las aparto para entrar al palco. No entiendo porque tardan tanto...

Asiente ante tu pregunta mientras caminais hacia el palco. Estan de pie mirando la herida que parece que no se cierra por mucho que lo intenten. Graziella os mira y hace un gesto mientras se pone un pañuelo para taparla acercandose a vosotros.

Parece que le caes muy bien a Quentin eso me gusta, asi si me ocurre algo podras cuidarle por mi y a su pequeña Akasha sonrio mientras notas como la piel es mas palida y casi parece que no hay fuerza en mi interior, un velo gris cubre mis ojos apagando su brillo natural, el pelo parece el de un cadaver muerto hace dias, la piel es cenicienta como la del propio cadaver.

-Claro que sí, pero seguro que sabe cuidarse solo también... Y además no tiene porque sucederte nada. Será mejor que nos marchemos, Quentin está un poco nervioso...- uso de excusa esa verdad mientras miro de reojo al Príncipe.
Algo ha sucedido aquí y está claro que la pequeña gatita no ha podido ser la causante de una herida que la haya dejado en este estado.
Me acerco a Graziella y la sujeto con firmeza para ayudarla a salir de ahí a la vez que la estiro un poco.
Espero que no se resista, esto cada vez es más raro y mi mirada se centra en el pañuelo que sujeta en su cuello. Tal vez si pudiera ver la herida de cerca...

Asiente mientras la ayudas a salir, la unica persona que asiente por tu decision en Marizsa que os sigue un poco mas atras tras despedirse del principe y del otro hombre con una leve inclinacion de cabeza.
Cuando salis hay un coche fuera, una limusina esperandoos para llevaros a donde querais. Graziella se derrumba en el asiento casi sin fuerzas y Quentin se recuesta en su regazo abrazandola como un niño a su madre.

Entorno los ojos ante la actitud de ambos vástagos supuestamente "poderosos" pero me abstengo de comentarios al respecto y me limito a apoyar una mano en el techo de la larga limusina, inclinándome hacia delante para mirar a los ocupantes.
-Eso no te lo ha hecho Akasha... ¿Qué ha pasado ahí dentro?- miro un momento hacia las amplias puertas del Elíseo y de nuevo a ella.
Quizá he acertado más que nunca al pensar que Jackius ya no es el mismo que creí conocer hace unos años...

Dejala, esto mejor lo hablamos nosotras. Edmond llevala a la casa por favor ire en un rato digo mirando al conductor que arranca y se los lleva. No se que le ha echo esa herida, solo se que la araño la gata en un momento en el que nadie lo vio, la oimos gritar y llevarse la mano al cuello. Se que la ves mal ya lo he visto antes y...toco un objeto maldito y el que lo tiene ahora lo esta usando contra ella con demasiada frecuencia

Me aparto del coche algo aturdida y ofendida, mirando cómo se aleja el coche antes de girarme hacia Marizsa con el ceño fruncido.
-Alguien debería decirte que te explicas cómo un libro cerrado...- niego con la cabeza y tras mirar un par de segundos el cielo nocturno y nebuloso de Londres sigo hablando.
-¿De qué objeto hablas y quién es el propietario? Si tenéis esos "datos" deberíais haberle detenido ya, ¿no?- mi ceja se arquea mientras la miro con curiosidad empezando a idear posibles causantes.
-Supongo que si es por una maldición se puede conseguir multiplicar el daño de cualquier herida recibida, no debería ser muy difícil... Aunque yo no entiendo mucho sobre rituales y demás magia- muevo la mano en un gesto de que poco me importa ese tema mientras espero que aclare la información y deje de hablar cómo si fuera un juego de enigmas extraño.

Lo que te cuente, no quiero que salga de nosotras Irina te miro y me acerco enseñandote el colgante ¿Ves lo que tiene escrito? ¿sabes a que clan pertenece? pues no soy de ese clan, ni Marizsa es mi nombre. Soy alguien que no depende del principe y que como descubra mis planes seguro que me matara. sonrio volviendo a guardarlo el objeto es una daga de empuñadura de cristal. Se uso en un negro ritual hace mucho tiempo para matar a un antiguo y si supiera quien es el dueño te aseguro que estaria expuesto a la luz del sol. Graziella me recuerda a alguien que conoci aunque ella era Assamita y veneciana, bueno tambien era una puta aunque no lo reconociese

-Muy interesante, pues sí que ha sido fácil de engañar el maldito estúpido- comento con una risotada que deja bien clara mi actual decepción y desdén respecto a Jackius.
-Sé de qué objeto se trata, Graziella no fue la única en poseerla en sus manos así que debería haber otros afectados. Blake, toreador, no sé mucho de él... Y si no me equivoco fue el anterior Sheriff el que se la llevó. Por eso Jackius está tan interesado en encontrarle, porque le teme, no porque le traicionara- me aparto el pelo de un manotazo, mirando nuevamente las muchas ventanas del edificio y recordando al vez que salté desde el segundo piso. Al menos sirvió para abrirme los ojos, sin duda fue un método contundente.

-¿También?, vaya menuda manera más abierta de llamar puta a la primogénita toreador-dibujo una sonrisa ladeada y prosigo -La verdad es que todos se comportan de una manera exageradamente interesada cuando están cerca suya. Empiezo a dudar que sea tan "inocente" como quiere aparentar- después de un intercambio de palabras más o menos sinceras me siento algo más liviana.
-Será mejor que me marche ya, no tengo nada más que hacer aquí. Gracias por el paseo- asiento y espero por si quiere añadir algo más antes de marcharme tranquilamente a pesar de la hora y mi escueto vestido. Con algo de suerte tendré un encuentro "divertido".